15 octubre 2002

Es un firme partidario de los pactos del PP con los nacionalistas de CiU

10º Congreso del PP de Cataluña – El ministro Josep Piqué, antiguo comunista, es elegido nuevo Presidente de los populares catalanes

Hechos

El X Congreso del PP de Cataluña celebrado en octubre de 2002 ratificó a D. Josep Piqué como su nuevo Presidente.

Lecturas

En octubre de 2002 el ministro de Exteriores, D. Josep Piqué, es elegido nuevo presidente del Partido Popular de Catalunya en sustitución de D. Alberto Fernández Díaz, presidente del PP catalán desde 1996, a quien se le ha encomendado ahora ser candidato del PP a la alcaldía de Barcelona en las municipales de 2003.

D. Josep Piqué, antiguo militante comunista del PSUC, entró como ministro independiente en el Gobierno Aznar y a partir de 1999 aceptó afiliarse al PP siendo considerado por el Sr. Aznar como uno de sus referentes de su ‘giro al centro’. El Sr. Piqué es partidario de que haya una buena relación entre PP y CiU.

Su mandato como presidente del PP catalán se extenderá hasta julio de 2007.

13 Octubre 2002

La cola del pez

Marçal Sintés

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El congreso del PP catalán del próximo fin de semana en el Hotel Princesa Sofía de Barcelona será la investidura oficial de Josep Piqué como actor de primera fila en la escena política del Principado.El de Vilanova i la Geltrú, militante del PSUC, primero, compañero de viaje de CiU, después -fue candidato municipal como independiente-, y destacado miembro del PP hoy, cogerá por fin las riendas del partido de Aznar en Cataluña. Piqué besó el santo al ser nombrado ministro de Exteriores y rozó el cielo durante la presidencia española de la UE. Fue una experiencia por la que, probablemente, habría pagado con gusto. Después su buena estrella empezó a declinar.Fue cuando el presidente del gobierno y del PP optó por cambiarlo de ministerio y enviarlo a Cataluña como gran misionero mayor de su causa.

Piqué no pudo negarse, aunque convertirse en diputado autonómico -con suerte, en consejero de un gobierno presidido por Artur Mas- no figuraba entre sus sueños más dulces. Por agradecimiento y disciplina se dispuso a asumir el difícil encargo armado con la mejor de las sonrisas y toda su profesionalidad, que no es poco. Que Piqué relevara a Alberto Fernández Díaz lo ordenó Aznar desde Madrid, como desde Madrid se pergeñó en su día el encumbramiento de Alberto Fernández Díaz y, antes, el de Alejo Vidal-Quadras y, antes, el de Jordi Fernández Díaz, etcétera. Así ha sido desde el primer día de la primera Alianza Popular. El PP catalán siempre ha sido pilotado desde la capital del reino, donde, por ejemplo, se ha decidido quién entraba y quién quedaba fuera de la dirección o quién iba en qué sitio en las listas de candidatos electorales.El teléfono y el fax han acostumbrado a funcionar en un único sentido.

¿Cuál es el encargo con el que llega Piqué? Muy sencillo: no hay más que revisar los resultados electorales del PP en Cataluña y compararlos con los alcanzados en el resto del Estado. El Principado aparece como un inhóspito desierto de votos, como una incomprensible anormalidad a ojos de la cúpula popular. Piqué debe hacer, pues, algo parecido a lo que Aznar logró con el PP español: rescatarlo de los abismos electorales hasta colocarlo en condiciones de conquistar el gobierno. Lo que consiguieron también los populares en Euskadi, donde en muy pocos años se han situado a un tiro de piedra del PNV.

Se trata, por tanto, de que el PP catalán deje de ser el farolillo rojo. ¿Cómo? Al parecer de Piqué, y según fuentes muy próximas al ministro, lo primero que hay que hacer es acercar el partido a la normalidad, es decir, al consenso catalanista del que participan sin excepción el resto de fuerzas políticas. El PP no puede vivir en los márgenes, no puede, de ningún modo, interpretar permanentemente el papel de alienígena político. Tiene que buscar la centralidad, homologarse en el mercado político del país. Eso no significa, por supuesto, y de ello es plenamente consciente Piqué, que el PP deba convertirse en un títere que baile al son de los ritmos impuestos por CiU o el PSC. Los populares catalanes han de hacer un esfuerzo de imaginación e inteligencia para influir en la agenda política catalana. Si todo ello se produce, el crecimiento electoral será posible, aunque seguramente no de forma inmediata, sino a medio y largo plazo.

Sin embargo, la operación de robustecimiento del PP en Cataluña no será viable si desde la dirección estatal se sigue interfiriendo en su marcha. No en vano, las sucesivas direcciones catalanas intentaron que Madrid les otorgara su confianza y les dejara de ver como si de una mera franquicia se tratara. Pero todos fracasaron. Igual que les ocurrió a los demás, si Piqué no dispone de mayor autonomía para diseñar y gestionar su proyecto, le será imposible hacer que el partido escale posiciones. No obstante, si no es capaz de ofrecer resultados, difícilmente la dirección central dará mayor autonomía al PPC. Es un pez que se muerde la cola, un diabólico laberinto en el que se han extraviado todos y cada uno de los líderes populares catalanes anteriores. Piqué, que hereda bastante en orden una formación tradicionalmente convulsa, aspira a ser diferente.

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SERA NOTICIA… Los consejeros de Interior, Xavier Pomés, y de Medio Ambiente, Ramon Espadaler, darán explicaciones en el Parlamento catalán sobre la actuación de sus departamentos con motivo de las fuertes lluvias caídas esta semana. Asimismo, los socialistas pedirán que el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, comparezca ante el Congreso de los Diputados.