6 febrero 1993

El crítico Miguel Herrero Rodríguez de Miñón apartado de la ejecutiva

11º Congreso del PP (1993) – José María Aznar López y Francisco Álvarez Cascos reelegidos Presidente y Secretario General del partido por el 98,45%

Hechos

El 6.02.1993 se celebró el XI Congreso del PP que reeligió a D. José María Aznar y a D. Francisco Álvarez Cascos como Presidente y Secretario General del partido.

Lecturas

Los días 5 y 6 de febrero de 1993 se celebra el XI Congreso del Partido Popular en plena pre-campaña para las próximas elecciones generales previstas para este mismo año 1993.

En el congreso D. José María Aznar López es reelegido presidente del partido y D. Francisco Álvarez Cascos continúa siendo secretario general.

El gran derrotado del congreso es D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón que, tras fracasar en su intento de liderar el PP, ahora es apartado de la ejecutiva tras criticar públicamente al Sr. Aznar. Y con él salen de la ejecutiva también D. Luis Guillermo Perinat, D. Santiago Mañueco y D. Jesús Posada.

Comité Ejecutivo del Partido Popular:

aznar_Cascos

  • Presidente Fundador – D. Manuel Fraga Iribarne
  • Presidente- D. José María Aznar
  • Secretario General – D. Francisco Álvarez Cascos
  • Vicesecretarios Generales – D. Mariano Rajoy y D. Javier Arenas
  • Asuntos Económicos – D. Luis Gamir
  • Coordinador de la Presidencia – D. Carlos Aragonés
  • Formación – D. Guillermo Cortázar
  • Organización – D. Juan Carlos Vera
  • Electoral – D. Jesús Sepúlveda
  • Relaciones Exteriores – D. José María Robles Fraga
  • Estudios y Programa – D. José María Michavila.

Vocales – D. José Luis Álvarez Álvarez, D. José María Álvarez del Manzano, Dña. Soledad Becerril, D. Rodolfo Martín Villa, D. Gabriel Cisneros, D. Jaime Mayor Oreja,  D. Marcelino Oreja, D. José Manuel Otero Novas, D. Javier Rupérez, D. Luis Ramallo, D. José Manuel Romay, D. Félix Pastor Ridruejo, D. Tomás Burgos, D. Juan Tomás Esteo, Dña. María Teresa Esteban, D. Juan Manuel Fabra, D. Enrique Fernández Miranda, D. Abel Matutes, D. Alejandro Muñoz Alonso, Dña. Loyola de Palacios, D. Alberto Ruiz-Gallardón, Dña. Isabel Tocino, Dña. Celia Villalobos.

D. Juan Carlos Aparicio, Dña. Rita Barberá, D. Manuel Fernández, Dña. Teófila Martínez, Dña. Mercedes de la Merced, Dña. Luisa Fernanda Rudí, Dña. María Jesús Sainz y D. Aleix Vidal-Quadras.

DERROTA DE MIGUEL HERRERO DE MIÑÓN, APARTADO DE LA EJECUTIVA

MiguelHerrero El gran derrotado del 11º Congreso del PP fue D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, que fue apartado de la ejecutiva tras haberse manifestado crítico con la política del Sr. Aznar con quien había rivalizado por el liderazgo del partido.

Junto con el Sr. Herrero de Miñón fueron apartados de la ejecutiva también D. Luis Guillermo Pernita marqués de Perinat, D. Santiago Mañueco y el ex presidente de Castilla y León, D. Jesús Posada.

07 Febrero 1995

PP: del acierto de orientarse al centro... ... al error de excluir a Miguel Herrero

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La brújula del PP parece empezar a marcar el centro. Este «punto cardinal» presidió, desde luego, el discurso de José María Aznar en la segunda jornada del XI Congreso y muchas de las propuestas y decisiones aprobadas. El presidente advirtió a los militantes y dirigentes que la formación «debe seguir cambiando en su estructura» para ser una auténtico partido de centro. También instó al partido a que asuma «un mayor grado de compromiso con los derechos y las libertades» y con las nuevas necesidades de la sociedad. El programa que se está perfilando tiene aspectos sumamente atractivos. Por ejemplo, el reforzamiento del régimen de incompatibilidades para cargos públicos y directivos del PP, cuyo nivel de exigencia es superior al de cualquier otro partido. 0 las propuestas en materia laboral. Por otro lado, Alvarez del Manzano comunicó a Angel Matanzo su inminente destitución; éste aseguró que acatará cualquier decisión del alcalde, en un gesto que le honra. Una actitud que contrasta con la de Hormaechea, y eso que el del concejal no es un problema de corrupción, sino de torpeza política.

Pero junto a los aciertos del Congreso hay que destacar una lamentable exclusión. Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón ha quedado fuera de la nueva Ejecutiva Nacional presentada ayer, perdiendo así el partido la oportunidad de hacer un proyecto abierto e integrador. Pese a sus peculiaridades, Herrero es una de las «eminencias grises» de la derecha española, con una trayectoria política tan densa como brillante, una sólida preparación intelectual, y una memorable carrera de parlamentario. La unanimidad en ponderar tales dotes es total. El enfriamiento de sus relaciones con Aznar coincidió con su voluntario alejamiento de las actividades del partido. Abrió un paréntesis de reflexión sobre su continuidad en la política, después de dejar de ser portavoz en la Comisión de Exteriores, y aún no lo había cerrado. Tal vez la exclusión de la dirección del PP sea la antesala de una retirada definitiva. Claro que no toda la culpa es de la Ejecutiva del PP, ya que da la impresión de que en vísperas del Congreso se le pidió un gesto de acercamiento a Herrero de Miñón y éste, sin embargo, no ha querido tenerlo.

08 Febrero 1993

Recambios Aznar

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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LA EFICAZ organización del XI Congreso del Partido Popular, clausurado ayer en Madrid, podría ser un símbolo del estilo que Aznar se ha empeñado en transmitir a sus fieles en vísperas de lo que considera su mejor oportunidad de victoria. Frente a un PSOE desmoralizado y amenazado por divisiones internas, Aznar ha podido presentar, por primera vez en bastantes años, un partido cohesionado y con moral de triunfo. Durante años, la imagen dominante era la contraria: guerras de notables y escasa credibilidad por el carácter contradictorio de los mensajes.Esa cohesión ha permitido a Aznar dar la vuelta al argumento socialista de que sólo el actual partido del Gobierno, por su implantación homogénea en todo el territorio, garantizaba la coherencia política y la vertebración territorial de España. Afirmar que la verdadera garantía es la cohesión interna es un buen argumento porque, ciertamente, la experiencia indica que de nada sirve la implantación si luego cada corriente va, como en los años treinta, por su lado. Pero sería más contundente si el PP lo hubiera ilustrado con su comportamiento en las diferentes autonomías en las que gobierna. Y ello tanto donde lo hace en solitario como donde lo hace en coalición con los regionalistas.

En un congreso más volcado en la imagen electoral que en el debate, tan sólo la propuesta fraguista de administración única, finalmente avalada por el equipo de Aznar, tenía verdadera enjundia política. Es una propuesta que sale al encuentro de un problema muy real -las duplicidades administrativas y su repercusión en el gasto público- y que, con las salvedades incluidas en la ponencia, merece ser considerada. Plantea algunas dudas su encaje constitucional: la existencia de un equilibrio de poderes entre los tres niveles de administración -local, regional y nacional- es consustancial al modelo autonómico. Además, contradice abiertamente al recientemente confirmado pacto autonómico, lo cual, aparte de decir poco en favor de la coherencia predicada, tal vez plantea los límites de la autoridad de Aznar frente a su antecesor. Pero la propuesta resulta discutible sobre todo por la dinámica que desata en un momento en que los nacionalistas genuinos pueden verse tentados a reforzar sus señas de identidad a la vista de que hasta Fraga se ha hecho autonomista radical.

La mejor demostración de que Aznar puede ganar es el reciente apoyo de la patronal y otros poderes económicos, cuyo criterio no suele ser tanto la identificación programática como la verosimilitud: Aznar ha dejado de ser increíble a sus ojos. Visto desde hoy, es evidente que la sustitución de Fraga era condición necesaria para cualquier proyecto de alternativa, y también que la opción por Aznar, con preferencia a otro tipo de líderes, fue un acierto. El presidente fundador tal vez tenía de entrada un mayor apoyo social, pero suscitaba el rechazo, también de entrada, de un segmento demasiado grande del electorado. Y después de 10 años de González, las carencias escénicas de Aznar se compensan con esa otra forma de identificación que suscitan los sujetos corrientes cuando llegan al poder.

Aznar se ha apuntado un éxito considerable al colocarse en disposición de disputar la mayoría a González. Pero fue realista al admitir que ya sólo falta casi todo: convencer a los indecisos sin por ello perder a los fijos, mantener la presión sobre el Gobierno sin dar sensación de irresponsabilidad, acreditar un equipo que pese a su juventud e inexperiencia no siembre la inquietud. Tiene para conseguirlo unos pocos meses, pero un buen punto de partida en las propuestas, dispersas pero eficaces, discutidas en el congreso: en materia de libertades, todo aquello que ponga el acento, más que en su ampliación, en la renuncia al abuso; mecanismos de control del Ejecutivo, etcétera. Y en materia económica, si bien propuestas como la de compensar la reducción de ingresos fiscales con reprivatizaciones suena a broma en coyunturas de crisis , la combinación entre austeridad pública y ahorro privado, por un lado, y creación de puestos de trabajo, por otro, tiene que sonar bien a quienes buscan desesperadamente un culpable de la amenaza de cierre o despido que pende sobre tantas empresas y trabajadores. Personas que, tras el cambio, están a la expectativa de lo que pueda significar el recambio que vende Aznar

Memorias de Estío

Miguel Herrero Rodríguez de Miñón

1993

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Llegó el IX Congreso Nacional del Partido Popular, en febrero de 1993, y no fui incluido en la nueva Ejecutiva allí nominada, como tampoco en las candidaturas electorales de 1993. “En tales apartamientos” dije en mi última comparecencia ante la Junta Directiva el 17 de abril, ‘radica mi mayor coincidencia con la dirección actual del Partido Popular. Ni ellos quieren que yo esté, ni yo quiero estar con ellos. ¡Luego dirán que no somos un partido unido!”.

El Análisis

AMIGOS MOLESTOS

JF Lamata

El XI Congreso del PP volvió a mostrar aquello de ‘el que critica’ no sale en la foto, con la exclusión de D. Miguel Herrero Rodríguez de Miñón de la Ejecutiva. Enfrentado primero al Sr. Hernández Mancha y luego al Sr. Aznar el ansiado objetivo del que fuera uno de los padres de la Constitución en liderar a la derecha había fracasado. Su evolución sería un tanto extraña, trabajando como asesor para partidos independentistas como el BNG.

Pero alguien que preocupaba mucho más que el Sr. Herrero a la cúpula del PP era el presidente de Cantabria, D. Juan Hormaechea. Procesado por la justicia por un posible caso de corrupción, el Sr. Hormaechea se resistía a dimitir. En aquel cónclave se lo pidieron a gritos, en especial el Secretario General, D. Francisco Álvarez Cascos, pero sólo consiguió que D. Juan Hormaechea volviera a romper con el PP y a sacar de la nevera su UPCA. La realidad es que el PP podía derribar al Sr. Hormaechea en el momento en que quisiera si aceptaba pactar con el PSOE, pero la última vez que hizo eso, el electorado de derechas de Cantabria le había pasado factura. El PP tendría que seguir soportando al sultán de Cantabria durante el resto de la legislatura.

J. F. Lamata