ANTENA 3 recupera a Alicia Senovilla para intentar resucitar sus mañanas frente al desastre con ‘A Plena Luz’ de Pedro Piqueras

Ella ya tiene experiencia. Además, no será la primera vez que compita con Maria Teresa Campos. Ya lo hizo entre 1999 y 2001, cuando con su espacio Como la vida misma, se acercó a esas cuotas de audiencia, que rondaban el 23%, al que está acostumbrada la estrella de Tele 5. «Si me hubieran dicho que yo iba a competir con ella y, además, que la iba a superar, no me lo hubiera creído», confesaba Alicia Senovilla hace tres años, cuando se enfrentó por primera vez con la conductora de Día a día.

Quizá por ello los responsables de Antena 3 han pensado en ella antes de dar por perdida la batalla de las mañanas televisivas.Recluida en su casa tras dar a luz hace apenas un mes, Alicia no quiere, sin embargo, valorar por ahora el nuevo reto al que debe enfrentarse. Arropada por Videomedia, la misma productora de Hospital Central o Popstar, la presentadora, cuyo contrato con Telemadrid concluye a finales de este mes, pondrá la cara al nuevo magazine en el que ya están trabajando.

No adelantan título, ni contenidos, ni colaboradores, pero el formato no transformará en esencia la forma de hacer televisión por las mañanas. Así, la actualidad diaria irá acompañada de los preceptivos espacios rosa que tan buenos resultados de audiencia reportan a las distintas cadenas.

Y María Teresa Campos, de vacaciones hasta el 7 de enero, estrenará el nuevo año con otra mujer como competidora. Algo que, en principio, no tiene por qué cambiar su forma de hacer el programa. Si es cierto que la responsabilidad de ser la líder a batir le genera cierta dosis de estrés, también lo es, tal y como ella confesaba a CRÓNICA, que vive con la satisfacción de alcanzar nuevas metas y no dormirse en los logros ya conseguidos.

Con un ritmo de vida que la lleva a levantarse a diario a las siete de la mañana, y tras enfrentarse a las tres horas y media de directo de su programa, María Teresa ha logrado que, poco a poco, el perfil de su audiencia se haya ido rejuveneciendo.Y no disimula su satisfacción cuando habla de la pasión y complicidad que despierta entre algunos de sus televidentes.

Orgullosa, además, con el premio Ondas que ha recibido por su trayectoria profesional, es de las que no se muerden la lengua a la hora de reconocer que nada de lo que ha conseguido ha sido regalado. Y es vehemente a la hora de recordar que en esta profesión ha empezado varias veces desde cero y que fueron muchos los que se equivocaron cuando la acusaron de prácticas nepotistas el día que dio una oportunidad a su hija Terelu. «Ha demostrado que es una gran profesional. Si hubiera sospechado que no valía, jamás se me hubiera ocurrido ponerla delante de una cámara», aclara.

Tiene feeling con el público, pero, tal y como a ella le gusta recordar, el éxito viene marcado por dar cobertura a lo que la actualidad le dicta. Que tanto puede ser acercarse al drama que vive Galicia por la marea negra como negarse a seguir hablando en su programa de los avatares de los concursantes de Gran Hermano, programa de Tele 5 que ha infectado la parrilla de la emisora privada. Una decisión arriesgada que, por ahora, no le ha pasado factura en los niveles de audiencia y que tomó cuando una de las concursantes de esta última edición utilizó sin ningún tipo de escrúpulos su relación con Bertín Osborne para darse publicidad.

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PIONERA

Sin embargo, no renuncia a la información rosa. ¿Por qué, si funciona? Más siendo como es una de las pioneras en un género en el que se estrenó hace ya diez años, cuando inició una tertulia junto a las periodistas Rosa Villacastín y Carmen Rigalt. Aunque ello signifique aparecer semana sí y semana también en las revistas especializadas hablando de su nieta, de sus últimas vacaciones o de sus fracasos amorosos.

Frente informativo que tampoco deberá olvidar Alicia Senovilla si quiere encontrar su hueco en una batalla reñida -Inés Ballester (TVE) se acerca ya peligrosamente a los índices de la Campos- protagonizada, al igual que ocurre con las tardes, exclusivamente por féminas. «Las mujeres contamos mejor las cosas. Hablamos mucho y tenemos más facilidad para comunicarnos», apunta la presentadora de la televisión pública. Si ella lo dice…