9 octubre 1979

Había sido señalado en la revista BLANCO Y NEGRO de ser uno de los coordinadores de los asesinatos del GRAPO

Asesinado en Francia Javier Martínez Eizaguirre, señalado como uno de los líderes del GRAPO

Hechos

En octubre de 1979 fue asesinado en París Francisco Javier Martínez Eizaguirre.

Lecturas

En la revista Blanco y Negro de la semana del 9 de mayo de 1979 se publicaba un reportaje de D. Alfredo Semprún Bañares en el que se identificaba a D. Francisco Javier Martínez Eizaguirre como máximo responsable relaciones internacionales del GRAPO El 28 de junio de 1979 D. Javier Martínez Eizaguirre moría asesinado en París (Francia) en un restaurante, a tiros, por un individuo sin identificar.

¿SEÑALADO POR ALFREDO SEMPRÚN?

Los sectores más afines a los terroristas del GRAPO culparon al terrorista D. Alfredo Semprún por haber incitado el crimen. El Sr. Semprún había citado Eizaguirre como orquestador de cumbres terroristas en un reportaje publicado en la revista BLANCO Y NEGRO el 9 de mayo de 1979.

30 Junio 1979

Los dos asesinados en París eran secretario general y tesorero del GRAPO.

Alfredo Semprún

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Por malversación de fondos, el cerbero de la subversión ordenó que fueran ajusticiados.

Juan Antonio Martínez Eizaguirre, asesinado por dos desconocidos el jueves por la noche en un restaurante chino en París, era en la actualidad el secretario general del grupo terrorista GRAPO o máximo responsable del mismo.

Martínez Eizaguirre delineante de profesión, en su calidad de ‘responsable’ de las relaciones internacionales del Partido Comunista Reconstituido sustituía en el cargo al célebre Martínez [Camarada Arenas] secretario general del GRAPO desde la creación de este grupo armado, dependiente del PC (R). Tras el duro golpe que la Policía española, y más concretamente la brigada operativa al mando del comisario Conesa, diera a la organización terrorista en cuestión en Benidorm, semanas antes de la muerte en nuestra capital de Delgado Codes (lo de Delgado de Codex no era otra cosa que un síntoma de grandeza del terrorista segoviano)  Juan Antonio Martínez Eizaguirre – quien lograra escapar de la redada arrojándose por una ventana y lesionándose seriamente una pierna – fue designado efectivamente nuevo secretario general asistiendo posteriormente en calidad de tal a las reuniones celebrada por los comités ejecutivos del GRAPO y del FRAP en Marsella y Lyon, así como a la más reciente que en Libia celebró la asamblea mundial de pueblos oprimidos.

Según nuestras fuentes, los servicios comunistas, que en gran parte venían financiado las actividades terroristas del GRAPO y del FRAP a través del cerebro de la subversión conocido por el apodo de Humberto, no habían logrado obtener la claridad suficiente en la justificación de las inversiones efectuadas por el desaparecido Martínez Eizaguirre en compras de armas y explosivos, etc.

Según nuestras fuentes, por el mismo motivo ha sido asesinado el viernes a la salida de su domicilio de la capital francesa Aurelio Fernández Cano, alias ‘Valenciano’ quien ejercía las funciones de tesorero en la misma organización terrorista y en los últimos meses era inseparable de su compañero de correrías, asesinado horas antes.

Siempre según nuestras fuentes, estas muertes podrían estar asimismo relacionados con la de un conocido traficante de armas belga, a quien hace una semana se encontró colgado de la lámpara de su celda en la prisión de Lieja, donde esperaba la vista de su juicio, tras su extradición concedida a los belgas por Alemania federal, en cuyo territorio fue detenido.

La consecuencia de la muerte de Matilde Eizaguirre y la de su tesorero Fernández Cano ha sido la convocatoria urgente de los responsables regionales y nacionales de GRAPO a una reunión a celebrar en los primeros días del próximo mes de julio en un lugar del Sur de España.

Alfredo Semprún

01 Julio 1979

A Alfredo Semprún, policía-periodista

Javier Martín Eizaguirre

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La carta de Eizaguirre desmintiendo la cumbre fue mandada a distintos medios, pero sólo la revista etarra PUNTO Y HORA aceptó publicarla íntegra, aunque sólo una vez este fue asesinado.

Hace tan sólo unos días, descubrí con gran asombro en el semanario BLANCO Y NEGRO nº 3497 del 9 al 14 de mayo, las ‘revelaciones exclusivas’ del conocido pistolero del bolígrafo Alfredo Semprún, sobre una fantasmagórica cumbre terrorista celebrada entre los días 2 y 7 de abril pasado en las ciudades de Marsella y Lyon, y en la que las características del personaje central, intencionadamente modificadas, corresponden a mi persona. Las mencionadas revelaciones son una sarta de mentiras con fines criminales, presentándome como un chivo expiatorio, al mismo tiempo que es la coartada de Alfredo Semprún para justificar su presencia en Perpiñán en la entrevista que dice haber tenido con el militante fascista Lerdo de Tejada el 17 de abril pasado.

En los días del 2 al 7 de abril pasado, Juan Antonio Martínez Eizaguirre, es decir yo, Francisco Javier Martín Eizaguirre, me encontraba en Paris en mi onceavo mes de hospitalización, por lo que la cumbre terrorista y mi presencia en ella nunca ha tenido lugar, siendo todo ello pura invención del policía-periodista Semprún. En la actualidad sigo hospitalizado y después de 19 meses, de los cuales 8 en Madrid y 11 operaciones quirúrgicas, necesito dos bastones para poder andar con dificultad, pues mi pierna está aún lejos de su curación total.

Pero no acaban aquí las mentiras contenidas en las famosas ‘revelaciones’. Veamos: “en aquella crítica ocasión, logró escapar arrojándose por la ventana. Por lo que tuvo que ser operado quirúrgicamente en Madrid, bajo nombre supuesto y más tarde intervenido en una clínica de Suiza… Aquí Semprún se refiere a mi detención, el 9 de octubre de 1977 en Benidorm junto con mis camaradas del PCE (R), y que hasta mi puesta en libertad provincial por la Audiencia Nacional primero, y mi amnistía por el Tribunal de Alicante, después, fue de la siguiente manera y de la que existen pruebas fehacientes.

En el momento de mi detención, con la casa llena de bombas fumígenas y lagrimógenas, salté de la ventana en que estaba en el momento que ésta era ametrallada, hasta el balcón cercano desde el que me dejé caer a la calle rompiéndome la pierna derecha. Fui esposado como todos mis camaradas y trasladado a un cuartel de Alicante en el que permanecía hechado en el suelo más de cinco horas. Trasladado con todos mis camaradas a la DGS, fui ingresado en el Hospital Francisco Franco donde me colocaron un yeso, 18 horas después de haberme roto la pierna. Al día siguiente me llevaron al Hospital Penitenciario de Carabanchel donde el 4 de noviembre fui operado y en el que permanecí hasta el 9 de diciembre, fecha en que fui puesto en libertad provisional por la Audiencia Nacional. Del Hospital Penitenciario me trasladaron al Gran Hospital de Madrid donde ingresé en el servicio del Profesor Pérez-Clemente y en el que fui operado por el Dr. Escobar, permaneciendo hospitalizado hasta mediados de junio de 1978, fecha en que, patovechando de un permiso médico, decidí ingresar en un Hospital de París para encontrarme más cerca de mi familia. En el transcurso de mi estancia en el Gran Hospital de Madrid fui amnistiado por el Tribunal de Alicante y en todo momento, desde mi detención hasta hoy día he permanecido bajo mi verdadera identidad.

Desde la reconstitución del PCE (R) he sido y sigo siendo única y exclusivamente, militante del mismo. La burda provocación de Semprún de hacerme responsable máximo de los GRAPO y de la compra de armas para esta organización revolucionario – todo el mundo sabe que los GRAPO se equipan con armas arrebatadas a las fuerzas represivas y al ejército – hace parte de la guerra psicológica, de la campaña de intoxicación de la opinión pública que jusfique el plan de eliminación física que el Gobierno esta llevando a cabo contra los militantes de mi Partido, así como de las organizaciones revolucionarias ETA y GRAPO principalmente.

En cuanto a la lista de las próximas víctimas compuesta por más de 30 personas, obra de la imaginación felona y calenturienta del agente Semprún, él sabrá la significación exacta de dar prioridad sobre todas ellas a los periodistas Eliseo Bayo y Pío Moa. En cuanto a su presencia en SU propia lista, es para despistar…, al mismo tiempo que satisface su afán de protagonismo.

Donde las revelaciones sobrepasan todos los límites de la mentira y de la calumnia, es cuando afirma que la detención del CC del PCE (R) el 9 de octubre de 1977 en Benidorm, se llevo a cabo, ‘gracias a las confidencias mal pagadas del desaparecido Delgado de Codez. Aquí se revela la naturaleza del espíritu de los Semprún y consortes, modelada con los excrementos de las peores alimañas y que pretenden seguir en el poder por todos los medios sin importarles la crueldad de los mismos. En su lucha a muerte contra las mujeres y los hombres revolucionarios que su propia violencia ha provocado la necesaria aparición, achacan a estos sus propios vicios, su propia degeneración: Pero los revolucionarios, cual espejos límpidos, les devuelven la imagen de su negra y corrupta realidad, anunciándoles su inevitable y cercano parecer. Un dirigente querido y respetado por todos sus camaradas, así como por todas las personas honradas que le conocieron. Hijo de Castilla, heredero y continuador de las tradiciones revolucionarias castellanas que tanto queremos y respetamos en Euzkadi, no hay ni habrá fuerza en el mundo capaz de ensuciar su querida memoria. Durante su entierro en Segovia, los asistentes gritaron ¡tu sangre es semilla de libertad!, y esa semilla transformada ya en fuerte espiga, resiste victoriosa a todas las basuras echadas por la propaganda reaccionaria para ensuciar su memoria.

En sus revelaciones, Semprún trata también de ensuciar con su inmunda caca – sin conseguir claro está – a nuestro camarada Manuel Pérez Martínez, cuando dice ‘al secretario general’ un tal Martínez hoy en la cárcel de Zamora… Por mal que les pese a los numerosos semprunes que por ahora viven en este país, Manuel Pérez Martínez [camarada Arenas] es el Secretario General del PCE (R) con mayúsculas y sin comillas. Tiene el respeto y cariño comunista de todos su camaradas por su firmeza ideológica, su clarividencia política y su capacidad de organización demostrada a lo largo de numerosos años de encarnizado trabajo para la reconstrucción del auténtico Partido Comunista del proletariado del Estado español. Reconocemos en él a nuestro más avanzado dirigente y tiene el apoyo consciente y total de todos los militantes del Partido.

La política del PCE(R) de apoyo al movimiento de resistencia armada contra la explotación y el terror monopolista español, por las auténticas libertades democráticas y el socialismo, seguirá adelante, caiga quien caiga entre nosotros. Las organizaciones revolucionarias ETA, MPAIAC, GRAPO, tiene el apoyo firme y consciente de nuestro Partido. No hay seres más nobles y más libres, que los que empuñan las armas contra la tiranía que nos tortura y asesina.

“Ya nadie llora por los muertos. Todo el mundo se rebela. Es la guerra. Y en la guerra, a la muerte. No se llora, ni se tema”.

Javier Martín Eizaguirre. 29 de mayo de 1979.

05 Julio 1979

Incitación al crimen

Eliseo Bayo

Dos españoles asesinados en París

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Han sido dos muertes sucias que inexorablemente anuncian otras más. A la hora de cerrar la edición nos llega desde París la noticia de dos asesinatos cometidos con pocas horas de intervalo. El jueves, 28 de junio, sobre la una y media de la tarde, el refugiado político Francisco Javier Martín Eizaguirre se sentaba a la mesa de un restaurante del Barrio Latino, en la rue de Lappe. Pocos minutos después, dos tipos con ‘apariencia latina’ – según la descripción policial basada en los testigos – fueron directamente al encuentro de Martín Eizaguirre y le dispararon cuatro tiros a bocajarro. Los asesinos se retiraron tranquilamente en medio de la confusión general mientras el refugiado moría desangrado. No cabe duda de que se trata de dos expertos en la matanza largamente entrenados. Menos de 25 horas después, otros dos tipos ‘latinos’ – la policía francesa utiliza este calificativo para referirse a los españoles o a los italianos para diferenciarlos de la gran turbamulta de árabes, turcos, negros y orientales que pueblan París – se enfrentaban a Aurelio Fernández Cario cuando salía de su domicilio en Choissy-le-Roi, en las cercanías de la capital. De idéntica manera fulminante, que revela una vez más la mano de dos profesionales, dispararon sobre él y Fernández Carlo, murió en el acto. La policía francesa se precipitó en dar su veredicto del asunto: ajuste de cuentas. Pretendía así dejar zanjada la cuestión para evitarse la obligación de llegar al fondo. ¿Ajuste de cuentas? Quizá sí. Pero no del lado que insinúa la policía francesa.

Francisco Javier Martín Eizaguirre, dibujante industrial, de 42 años, había nacido en Erandio (Vizcaya) y era uno de los máximos dirigentes del Partido Comunista (Reconstituido), lo mismo que Aurelio Fernández Carlo, de 28 años. El PC (R) es la organización que apoya incondicionalmente a los GRAPO a través de una comisión de enlace y de un cierto trasvase entre los miembros de una y otra organización. El PC (R) se basa en el marxismo-leninismo y en el internacionalismo proletario, lo que le lleva a coincidir con la política de exterior de la URSS. Es sabido que la mayoría de sus miembros proceden de la OMLE (organización marxista-leninista española) que a su vez estuvo formada por militantes escindidos del Partido Comunista encabezado por Santiago Carrillo. Por su parte, los GRAPO han sido integrados desde 1975 por obreros revolucionarios desencantados de la política de los grandes partidos. Ni una ni otra organización son nuevas en el amplio bosque de las que surgieron durante la Dictadura. No son organizaciones oscuras, ni hilos manejados por centros inconfesables, como tantas veces se ha dicho en la prensa y por los políticos parlamentarios. Una vez detenidos los militantes del PC (R) y del GRAPO – y hay varias decenas de ellos en la cárcel – se ha descubierto su identidad y es fácil comprobar que se trata de trabajadores o de profesionales muy conocidos en sus medios. Estuvieron a la cabeza de las huelgas obreras y de las luchas en los barrios y nada conduce a sospechar la existencia de otros intereses ‘inconfesables’. Si se trata de personas de una cierta formación, a veces bastante elevada, y con un historial probado, resultado ilógico que puedan ser ‘manejados’ por increíbles cerebros ocultos. Otra cosa es la eficacia de sus acciones o la viabilidad de su estrategia política, tan discutible como cualquier otra. Pero el drama de estos grupos, diezmados insistentemente y sepultados en las cárceles, consiste precisamente en el no reconocimiento de su entidad de izquierdas.

Y por ser de izquierdas los matan en España y en París.

Francisco Javier Eizaguirre había enviado hace pocos días un extenso dossier a la redacción de INTERVIÚ en el que denunciaba el cerco que se estrechaba en torno de él. Íbamos a publicarlo esta semana y debimos aplazarlo para la próxima por razones técnicas. Martín Eizaguirre titulaba su carta de una manera ciertamente premonitoria: “Incitaciones al crimen de Alfredo Semprún, decano de los policías-periodistas”. Reproducimos algunos párrafos, suprimiendo por imperativo legal – nosotros sí debemos ser respetuosos con las leyes – los calificativos utilizados por la víctima:

“Hace tan sólo unos días descubrí con gran asombro en el semanario BYN [BLANCO Y NEGRO] num 3.497 las revelaciones exclusivas del conocido… Alfredo Semprún sobre una fantasmagórica cumbre terrorista celebrada entre los días 2 y 7 de abril pasado en las ciudades de Marsella y Lyon y en la que las características del personaje central, intencionadamente modificadas, corresponden a mi persona. Las mencionadas revelaciones son una sarta de mentiras con fines criminales, presentándome como chivo expiatorio, al mismo tiempo que es la coartada de Alfredo Semprún para justificar su presencia en Perpignan es la entrevista que dice haber tenido con el militante fascista Lerdo de Tejada, el 17 de abril pasado”.

El documento de Francisco Javier Martín Eizaguirre, cuya veracidad ha sido contrastada por INTERVIÚ, es un patético testamento en el que advierte el peligro cierto que se le avecinaba. Alfredo Semprún – que ha ido esta vez demasiado lejos en sus complicidades personales – acusaba a Martín Eizaguirre de haber dirigido una alucinante ‘cumbre terrorista’ cuando el ahora asesinado llevaba más de once meses en el hospital. Había sido dado de alta hace escasamente un mes  y en el momento de ser acribillado por la espalda – sentado entre dos compañeros franceses de trabajo – hacía tan sólo 18 días que caminaba por su pie. Tenía que trabajar para sobrevivir en Francia y se hallaba muy preocupado desde la aparición de reportaje de Semprún. “Esto es mi sentencia de muerte” – dijo a un compañero – “y todo está basado en mentiras”. La semana próxima daremos información más amplia de este criminal atentado y de sus profundas implicaciones, que pueden convertirse, aunque de nada le sirva ya a Martín Eizaguirre y a Fernández Cario, en el escándalo del verano.

12 Julio 1989

El crimen empezó con una mentira

Eliseo Bayo

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Revelaciones importantes. Poco antes de ser asesinados en París, los refugiados Martín Eizaguirre y Fernández Caro fueron sistemáticamente marcados por policías franceses. Mutilado el uno y alejado de actividades políticas el otro, fueron señalados como dirigentes de ‘organizaciones terroristas’. Antes habían sido denunciados por un periodista-policía. La Europa de las Patrias se convierte en un matadero y París, con el sur de Francia, es el escenario donde actúa un moderno Escuadrón de la Muerte con marcado acento español.

Cuando el periodista policía Alfredo Semprún publicó su reportaje, en la segunda semana en mayo y en el semanario BLANCO Y NEGRO, hubo división de opiniones entre los pocos que llegaron a leerlo. Los unos conocían ya el viejo estilo del periodista-policía y no le concedían más crédito que el merecido por un habitual redactor de noticias oficiosas – y siempre tendenciosas – inspiradas por el sector ultrafranquista de la policía. Año tras año, Alfredo Semprún había estado al quite. Decíamos en otra ocasión, a falta de otras virtudes, la Brigada de Investigación Político Social se había caracterizado por inventar fantasmas en la izquierda. En una época en que todo estaba prohibido en España – la afiliación política, la libre sindicación, las huelgas, las manifestaciones, las reuniones, la libertad de expresión – era fácil que todos fueran delincuentes. El miedo justificado a la represión obligó a la mayoría de la gente a no intervenir en ningún acto que pudiera ser castigado automáticamente con la prisión. Y así fue una minoría – sobre todo después de la gran represión masiva de la posguerra – la que se enfrentó el Régimen y sufrió las consecuencias.

Esta minoría fue literalmente triturada por la Brigada Político Social. Los interrogatorios duraban todo el tiempo que quisieran los inspectores y la mayoría de los jueces se desentendió de las visibles señales de tortura que presentaban los detenidos. La censura de prensa impidió la publicación de estas noticias, sustituidas siempre por versiones policiales que poco o nada tenían que ver con la realidad. En ruedas de prensa y en comunicados de las jefaturas de policía se ofrecía una versión monstruosa y disparatada de los detenidos que era generosamente reproducida por los diarios. La televisión se brindó sin condiciones a interpretar su papel parapolicial y así aparecieron en la pequeña pantalla los rostros desfigurados de detenidos a los que se acusaba de crímenes horrendos. En los últimos años de la vida de Franco cualquier ciudadano podía asombrarse de este hecho: los acusados un día encarnecidos y ofendidos, eran puestos en libertad por los jueces algunas semanas o meses después, libre de toda culpa. Jamás se exigió responsabilidad alguna ni a la policía ni a los medios de información por haber pisoteado gratuitamente una imagen. Y periodistas al estilo de Alfredo Semprún seguían publicando impunemente sus bazofias. La muerte de Franco y la consiguiente instalación de un régiem semidemocrático los redujo a un lugar discreto, carentes de prestigio y de fiabilidad. El reportaje de Alfredo Semprún en BLANCO Y NEGRO parecía ser tan sólo el producto delirante de un periodista que gesticula sus últimas boqueadas profesionales. Sin embargo…

Sin embargo, otros lectores comprendieron que el periodista-policía no trabaja nunca gratuitamente. El reportaje no es una simple intoxicación, al estilo de la sorprendente entrevista con el fugado de la cárcel de Ciudad Real, Lerdo de Tejada, uno de los principales encartados por la matanza de los abogados laboralistas de Madrid.

En el siguiente Alfredo Semprún dio un paso más audaz. Otro tipo de lectores extrajo conclusiones más negras. Francisco Javier Martín Eizaguirre vio el anuncio claro de su muerte. No iba a salvarle de ella la distancia, ni su mutilación. El reportaje había preparado el clima, el escenario. Estaba justificado a priori la matanza.

Especialista en elaciones.

Para empezar, el reportaje era un coctel de insensateces. Se titula “Así fue la cumbre terrorista” y añade: “Se celebró en Marsella y en Lyon y éstos son los planes GRAPO-FRAP para los próximos meses”. Cualquier profesional medianamente informado sabe que los GRAPO y el FRAP no están precisamente a partir un piñón. El FRAP se halla prácticamente disuelto como organización dependiente del PCE (ml). Este partido renunció hace tiempo a las acciones armadas en la hora actual y se dedica a potenciar la Convención Republicana. Ahí le duele probablemente al sector representado por el periodista-policía, intentando confundir y desprestigiar a una minúscula agrupación que pone el acento de su política en un tema delicado: la República. Por si fuera poco, los máximos dirigentes del PC (ml) – el último Manuel Blanco Chivite – no han desaprovechado ocasión pública alguna para marcar sus diferencias con los GRAPO al que acusan de estar manipulado e infiltrado (pro cierto que Blanco Chivite parece haber olvidado que eso mismo se decía de él y de su FRAP en el verano del 75 que precedió a las ejecuciones de septiembre). Sin necesidad de estar muy informado, pues, resulta grotesco inventar una cumbre terrorista entre una y otra organización. Pero los periodistas-policías no escriben por nada. Había ‘algo’ más en la trastienda.

El aspecto más explosivo del reportaje era la publicación de una ‘lista de las próximas víctimas’. En la reunión de Marsella se examinaron detenidamente los amplios y minuciosísimos expedientes de más de un centenar de españoles presentados por Martín Eizaguirre (GRAPO). Estos expedientes causaron el asombro de los reunidos hasta el punto que Elena Oreny (sic) del FRAP exclamó: “Ya me explicarás cómo has obtenido todo esto”. Brillante exclamación que puede pasar a la historia, para leer a continuación los nombres de las víctimas. Militares: teniente general Iniesta Cano, teniente general Ibáñez Freire, almirante Pita da Veiga, capitán de fragta Basterreche, teniente coronel Casinello (x), jefes de comandancias de la Guardia Civil de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra. Un general del circulo íntimo del general Moscardó. Civiles: Cuñado del capitán de fragata Basterreche (x), director de la empresa Salinas Torrevieja (x), don Juan y don José Banús, señores Castell, Botín y Fierro. Narciso de Carreras (x). Políticos: Martin Villa (x), Juan José Rosón (x). Gobernadores civiles de Guipúzcoa, Álava y Navarra. Don Antonio Garrigues Walker. Carlos García Valdés (x), Antonio Hernández Gil (x), Manuel Fraga. Periodistas: Alfredo Semprún (x). Pío Moa (x). Elíseo Bayo (xx). Intelectuales: Pedro de Lorenzo (x). Tierno Galván (x), Rafael Alberti (x). Y añade Semprún: Tras los nombres de Semprún y Pedro de Lorenzo puede leerse «por facha» y tras los nombres de Moa, Bayo, Tierno y Alberti, se lee «por traidor». Los dos asteriscos significan: prioridad en la ejecución.

El potaje podría ser tan sólo una inocentada idiota, si el horno estuviera para bollos. Pero desgraciadamente estamos en un país que vive horas difíciles y cuyas cuadernas crujen peligrosamente. Están perdiendo la serenidad quienes menos deberían permitírselo. Mientras las soluciones son y sólo pueden ser eminentemente políticas, los sectores más retrógrados y ultras pretenden hacerlas imposibles para instaurar el reinado de las pistolas y de los cementerios particulares. El Sr. Semprún y sus amigos parecen haber instaurado el deseo de tener el suyo. ¿A qué viene esa lista, si ellos saben que no existió tal cumbre? ¿Se pretende crear el ambiente para justificar futuras ejecuciones?

Si técnicamente la cumbre era imposible, el resto de la información arroja al suelo cualquier verosimilitud. He aquí lo que dice el periodista-policía: “Por el GRAPO asistían el ya citado Martínez Eizaguirre, “responsable máximo o nacional” para las relaciones internacionales del Partido Comunista Reconstituido y del GRAPO como ‘frente militar’. Martínez Eizaguirre cumple, además, las funciones de ‘secretario general’ (máximo responsable de la agrupación terrorista) tras el descalabro que, recientemente y en Benidorm, infligió la policía española a la ‘organización’ – nos cuentan (Y aquí el policía-periodista aprovecha la ocasión para echar una palada de mierda a otro asesinado en plena calle) que gracias a las confidencias mal pagadas del desaparecido Delgado de Códex – la cual perdió en la caída al secretario general, un tal Martínez, hoy en la cárcel de Zamora. Eizaguirre, en aquella crítica ocasión logró escapar arrojándose por la ventana. Por lo que tuvo que ser operado quirúrgicamente en Madrid bajo nombre supuesto y más tarde intervenido en una clínica de Suiza, sin conseguir sanar del todo, puesto que en Marsella cojeaba visiblemente, hasta el punto de dar la sensación de que utilizaba un invisible aparato ortopédico en la pierna derecha”.

La Hora de los Verdugos

Dejemos hablar ahora a Francisco Javier Martín Eizaguirre, en carta escrita pocos días antes de ser asesinado: “Todo es una sarta de embustes. En los días 2 al 7 de abril me encontraba en Paris en mi onceavo mes interrumpido de hospitalización, por lo que la ‘cumbre terrorista’ y mi presencia en ella nunca han tenido lugar. EN la actualidad sigo hospitalizado y después de 19 meses – ocho de los cuáles, en Madrid – y de once operaciones quirúrgicas necesito dos bastones para poder andar con dificultad, pues mi pierna está muy lejos de su curación total”.

Martín Eizaguirre aportaba documentos, firmados y sellados por la Dirección del Hospital General Penitenciario.

15 Julio 1979

Cazagrapos en París

CAMBIO16 (Director: José Oneto)

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Francisco Javier Martín Eizaguirre, cuarenta y dos años, de Erandio (Vizcaya), delineante, fue asesinado por un hombre alto y flaco, de aspecto latino, que le disparó cinco tiros sin mediar palabra, en el restaurante chino, del número 49 de la Rue Lappe de París, el pasado 28 de junio.

Estos son los datos que coinciden en las versiones dadas sobre su identidad y sus postreros momentos, en tanto que los últimos años de su vida aparecen episodios turbios sobre los que hay interpretaciones para todos los gustos.

El segundo cerebro.

Detenido en 1977 y amnistiado en 1978, Martín Eizaguirre era, según algunas informaciones, el secretario general del GRAPO. De ser así, se trataría del segundo cerebro de la organización que muere violentamente sin hacer declaraciones alguna en los últimos dos meses tras la muerte de Delgado de Códex, abatido por la policía en Madrid, el mayo pasado.

Veinticuatro horas después del asesinato de Martín Eizaguirre, caía acribillado a balazos Aurelio Fernández Cario, veintisiete años, en Cuois-Le-Loi, en las afueras de París, en circunstancias similares. Según la policía francesa, ambos pertenecían al grupo de 7 miembros del PCE (R) y de su rama militar, el GRAPO, que figuran en sus archivos y son vigilados por el Servicio de Seguridad de aquel país. De acuerdo con esta información Fernández Cairo era el brazo derecho de Martín Eizaguirre.

Para Alfredo Semprún, periodista de Prensa Española S. A. editora de la revista BLANCO Y NEGRO y el diario ABC, Martín Eizaguirre era el secretario general del GRAPO y Aurelio, el tesorero. Semprún es el mismo que se encontró ‘casualmente’ ‘en el sur de Francia’ el 17 de abril, a Lerdo de Tejada, el ultraderechista implicado en la matanza de Atocha, que burló la prisión prventiva.

El periodismo de Prensa Española publicó en el número 3.497 de BLANCO Y NEGRO, el pasado mes de mayo una historia sobre una supuesta cumbre terrorista celebrada en Marsella entre FRAP y GRAPO el pasado 3 de abril.

Martín Eizaguirre acudió, según Semprún, con una maleta llena de metralletas y pistolas, así como un revolver Colt-Magnum y la cumbre tenía la finalidad de llegar a un acuerdo entre las dos organizaciones para la adquisición de armamento y la creación de una logística conjunta para las acciones terroristas.

Entre los asistentes citados por BLANCO Y NEGRO se hallaba Elena Oreny, empleada en la Organización Mundial de la Salud, en Ginebra, que ha sido denunciada por antiguos miembros del FRAP como sospechosa de haber colaborado con la policía en la época franquista.

En este texto, Semprún da un dato que contradice a la policía española, cuando se refiere a la redada de GRAPOs que tuvo lugar en Benidorm, el 9 de octubre de 1977, y en que hubo 15 detenidos: Eizaguirre en aquella crítica ocasión logró escapar arrojándose por una ventana. Por lo que tuvo que ser operado quirúrgicamente en Madrid, bajo nombre supuesto y más tarde intervenido en una clínica de Suiza -a firma Semprún – sin conseguir sanar del todo, puesto que en Marsella cojeada visiblemente…

Al día siguiente de aquel incidente, el día 10, la policía facilitó una nota en la que figuraba como detenido Francisco Javier Martín Eizaguirre, treinta y nueve años, delineante, natural de Ernadio (Vizcaya), con residencia habitual en París, donde figura como refugiado político.

YA en 1970 – sigue la información policial – las autoridades francesas le supusieron implicado en la tentativa de secuestro de don Emilio Garrigues. Es el único de los detenidos que portaba documentación legal, en este caso pasaporte español.

Martín Eizaguirre fue, pues, detenido, esposado y enviado a Madrid. En la capital de España, fue atendido, primero en el Francisco Franco, donde le escayolaron y luego trasladado al Hospital Penitenciario de Carabanchel. El 9 de diciembre de 1977 fue puesto en libertad provisional por la Audiencia Nacional.

Según sus familiares manifestaron al diario vasco DEIA, luego ingresó en el Gran Hospital de Madrid hasta que fue amnistiado por el Tribunal de Alicante y más tarde, pasó al País Vasco donde renovó el pasaporte sin ningún problema.

Hace un año aproximadamente regresó a París donde volvió a sufrir una intervención en la pierna herida. Tras casi once meses de hospital comenzó hace un mes a trabajo en la empresa Secarti.

¿Operación paralela?

Cuando fue asesinado, la revista navarra PUNTO Y HORA publicaba una nota de réplica de Martín Eizaguirre a Alfredo Semprún, en la que negaba ser el máximo responsable del GRAPO e, incluso, su pertenencia a la organización terrorista. No obstante, Semprún en la información publicada en ABC, el 30 de junio, sobre la muerte de los dos supuestos grapos insiste en afirmar que Martín Eizaguirre era el secretario general y que logró escapar a la redada de Benidorm arrojándose por una ventana.

El cerebro y tesorero del GRAPO fueron asesinados según las fuentes del periodista de ABC, porque los servicios comunistas que financian las operaciones terroristas no habían logrado obtener la claridad suficiente den la justificación de las inversiones efectuadas en compras de armas y explosivos. De acuerdo con esta versión, los asesinatos de los supuestos GRAPOs podrían estar relacionados con el del traficante de arma belga, que apareció colgado de la lámpara de su celda en la cárcel de Lieja la semana anterior.

Algunos sectores de la policía francesa se inclinan por la hipótesis de atentados pertenecientes a una ‘operación paralela’ de ciertas instituciones en la lucha contra el terrorismo, mientras que otros han expresado que desde hace dos meses hay un acuerdo, ultimado en Biarritz, entre un hombre de negocios español y un gángster de la Costa Azul para eliminar a miembros del GRAPO y ETA. Para confundir más las cosas, llegó la reivindicación del Batallón Vasco Español, hecha telefónicamente en San Sebastián al día siguiente de los asesinatos.