6 agosto 1991

Partidarios de Jomeini ya habían intentado asesinarlo en 1980, fecha desde la cuál vivía protegido por las autoridades francesas

Brutal asesinato de líder opositor iraní, Shapur Baktiar, ex primer ministro con el Sha, desde su exilio de Francia, por agentes del Gobierno de Irán

Hechos

El 8.08.1991 Shapur Baktiar murió degollado en el garaje de su casa en Suresnes (Francia).

Lecturas

El 6 de agosto de 1991, Bakhtiar fue asesinado junto con su secretaria, Soroush Katibeh, por tres asesinos en su casa en el suburbio parisino de Suresnes . Ambos hombres fueron asesinados con cuchillos de cocina. Sus cuerpos no fueron encontrados hasta al menos 36 horas después de la muerte, a pesar de que Bakhtiar contaba con fuerte protección policial y sus asesinos habían dejado documentos de identidad con un guardia en su casa. Dos de los asesinos escaparon a Irán. Un tercero, Ali Vakili Rad , fue detenido en Suiza , junto con un presunto cómplice, Zeynalabedin Sarhadi , sobrino nieto del entonces presidente de Irán, Hashemi Rafsanjani . Ambos fueron extraditados a Francia para ser juzgados. Vakili Rad fue sentenciado a cadena perpetua en diciembre de 1994, pero Sarhadi fue absuelto. Rad fue puesto en libertad condicional el 19 de mayo de 2010, después de cumplir 16 años de su sentencia. Fue recibido como un héroe por los funcionarios de la República Islámica. 

Desde 1979, a raíz de la caída del régimen del sha, Cahpur Baktiar se hallaba refugiado en Francia, donde era bastante conocido por sus frecuentes apariciones en television y porque ya habia sido objeto de un atentado frustrado, en 1980. Baktiar, de 76 años, había estudiado en París, donde se casó con una francesa, de la que tuvo un hijo, hoy comisario de policía en esa capital. Era considerado un iraní de corte burgués y de formación liberal europea. Sin embargo, fue seguidor de Mohamed Mossadegh, el primer ministro próximo al partido Tudesh, que dirigió el país de 1951 a 1953 y que nacionalizó el petróleo de la Anglo-iranian Oil Company.

Baktiar debió entrar en la clandestinidad al regresar el Sha del destierro y luego fue detenido y encarcelado. Aceptó la invitación del Sha de volver a la escena política como jefe de gobierno a finales de 1978, cuando ya se perfilaba en el horizonte la revolución islámica, que Jomeini dirigía desde Francia. En los apenas dos meses que estuvo en el poder, Baktiar disolvió la temida policía política, la Sawac y permitió un poco de libertad de prensa. Al ser depuesto el monarca, en su exilio francés animó un ‘movimiento de resistencia nacional’ contra el régimen de los mollahs. desde el asesinato de uno de sus amigos, hace dos meses, no se sentía seguro. 

¿RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO DE IRÁN?

Jamenei_Ali Ali Jamenei, Líder Supremo de la República Islámica de Irán.

La opinión pública internacional culpó a Irán del asesinato de Baktiar, igual que el de antes que él Abdel Borumand. Pero nunca se pudo demostrar oficialmente nada.

 

10 Agosto 1991

Herederos de Jomeini

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

Leer

EL ASESINATO en París de Shapur Bajtiar, último primer ministro del sha de Irán, y en su día número uno en la lista negra del ayatolá Jomeini, evidencia que existen grupos de asesinos, organizados por un sector del poder iraní -el desmentido de Teherán no ha sido creído-, que ejecutan en diversos países del mundo las condenas monstruosas dictadas de modo caprichoso por el fanatismo político y religioso heredado de Jomeini. Bajtiar era una figura política singular, de talante liberal y laico, que aceptó formar Gobierno cuando la monarquía iraní estaba al borde del precipicio. Su esperanza era realizar una transición pacífica a un sistema más democrático. Su brevísimo mandato de 37 días, hasta el derrumbe del sha y la llegada de Jomeini, le ganó una condena a muerte, de la que se zafó entonces huyendo de su país.En 1980 fue víctima de un primer atentado, del que salió ileso, si bien otras personas resultaron muertas. Los asesinos estaban a las órdenes del Gobierno de Jomeini, y ello constituyó una razón de peso para catalogar a éste como protector del terrorismo. Hoy, después de la guerra del Golfo, Francia -que ya indultó hace un año a los autores del primer atentado contra Bajtiar- y otros Gobiernos occidentales han mejorado sus relaciones con Irán, convencidos de que el presidente Rafsanyani representa una política realista, distinta de la que simbolizaba Jomeini.

El asesinato de Bajtiar -y de otras personas que habían sido condenadas a muerte por los jomeinistas- indica que en Teherán sigue teniendo palancas un islamismo fanático que desprecia las leyes más elementales de la convivencia humana. No se puede olvidar que, lejos de anularse la condena a muerte de Salman Rushdie -a pesar de sus gestos de sumisión-, ésta se ha ampliado a sus traductores, entre los que ya ha sido asesinado el autor de la versión japonesa.

El problema tiene una dimensión diplomática evidente. Mejorar las relaciones con Teherán es hoy una política sensata. Pero una de las condiciones para que tal actitud sea fructífera es hacer comprender a los realistas de Teherán que la opinión mundial no tolera la ambigüedad ante el crimen. Si Europa actuase con debilidad en esta materia, sólo ayudaría a que en Teherán, gracias a la coexistencia de políticas dispares, los fanáticos promotores de asesinatos siguiesen con la vara alta.