24 enero 2015

Es el principal país árabe aliado de Estados Unidos pese a sus violaciones de derechos humanos

Cambio de monarca en Arabia Saudí: A la muerte del rey Abdulah, de 90 años, le reemplaza el rey Salman, de casi 80

Hechos

El 22.01.2015 falleció el rey de Arabia Saudí, Abdulah bin Abdulaziz, siendo reemplazado por su hermano Salman bin Abdelaziz.

24 Enero 2015

Continuidad en Arabia Saudí

LA VANGUARDIA (Marius Carol)

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CONTINUIDAD: este ha sido el mensaje central de Salman, nuevo rey de Arabia Saudí, en su primer discurso tras asumir el trono de Abdulah, su hermanastro fallecido en la madrugada del viernes a los 90 años. Nada sorprendente, porque la continuidad ha sido la divisa de la dinastía de los Saud desde que se estableció Arabia Saudí, en 1932. Primero de la mano de Abdelaziz, después de la de varios de sus hijos. Y así hasta hoy.

Arabia Saudí es uno de los actores principales en Oriente Medio. Lo es como eje del sunismo wahabí. Y lo es, sobre todo, porque en su subsuelo duerme el 25% de las reservas mundiales de petróleo. Esta riqueza le da recursos sobrados para jugar con distintas barajas. Por ejemplo, para considerarse un aliado crucial de EEUU en la zona y, al tiempo, para alimentar movimientos radicales que contribuyen a la inestabilidad global. Aunque también es cierto, dado el volumen de sus recursos, que la influencia regional de Arabia Saudí podría ser, bien gestionada, mayor.

El mundo cambia a una velocidad creciente, por más que eso parezca no ir con la dinastía saudí, aferrada al poder. Sin embargo, el rey Salman asume el poder en una coyuntura particularmente convulsa. Y se enfrenta a retos que cada día es más difícil ignorar. Las peticiones para transformar una monarquía absoluta en otra parlamentaria han sido perceptibles en los últimos tiempos, y han propiciado cientos de detenciones de saudíes que luchan en pro de un régimen más abierto. Una familia real numerosa y de compleja cohesión, un sistema educativo deficiente, la corrupción, el desempleo, la inseguridad relacionada con el terrorismo o la discriminación de las mujeres (que pueden ser detenidas por conducir un coche) son otros asuntos sobre los que el nuevo monarca debería recapacitar y actuar. Aunque las posibilidades de que algo de esto suceda, en medida significativa, son de momento reducidas. Las presiones ultraconservadoras son grandes.

En cualquier caso, como apuntábamos, vivimos tiempos de mudanza. La continuidad tan apreciada por los Saud colisiona con este hecho. Ya Abdulah era consciente de ello y proclamó su intención de introducir cambios, que fueron tímidos y escasos. Salman deberá escoger los suyos, en distintos frentes. Porque perviven los anhelos de una primavera saudí, rápidamente aplastada. Porque el fanatismo extendido en países próximos como Siria, Iraq o Yemen en una amenaza al alza. Y porque EEUU rehace lazos con Irán, enemigo de Riad. La continuidad es un bien apreciado por los Saud. Pero tiene sus límites: el mundo no se detiene.