22 noviembre 1999

Begoña Errazti es elegida nueva Presidenta frente a una candidatura crítica

Carlos Garaikoetxea renuncia a la presidencia de Eusko Alkartasuna y se retira de la política, pero no acaba con la división interna

Hechos

Dña. Begoña Erratzi fue elegida presidenta de Eusko Alkartasuna (EA) en el V Congreso de EA por 434 votos frente a los 238 que logró Yon Goikoetxea.

Lecturas

El 20 de noviembre de 1999, en el V Congreso de Eusko Alkartasuna, ante la división entre el sector oficialista y el sector crítico, D. Carlos Garaicoetxea Urriza anuncia que renuncia a presentarse a reelección en lo que supone su final político. EA obtuvo pobres resultados en las últimas elecciones autonómicas de 1998 y en las municipales optó por ir en coalición con sus viejos enemigos del PNV, una situación que ya cuasó la dimisión forzada de D. Inaxio Oliveri Albisu como secretario general.

La votación para la elección del nuevo presidente de EA dio el siguiente resultado:

  • Dña. Begoña Errazti Esnal – 434 votos.
  • Yon Goikoetxea – 238 votos.

De esta manera la Sra. Errazti Esnal es la nueva presidenta de EA a la que quiere dar un aire independentista y socialdemócrata.

begoña_errazti Dña. Begoña Errazti, hasta ahora líderesa de Eusko Alkartasuna en Navarra, será ahora la presidenta del partido reemplazando al Sr. Garaicoetxea, aunque no logró consenso y tuvo que enfrentarse al sector crítico del partido.

21 Noviembre 1999

Renuncia sorprendente

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El quinto Congreso de Eusko Alkartasuna (EA) tuvo ayer en Pamplona un inicio inesperado con la sorprendente dimisión del fundador y presidente del partido, Carlos Garaikoetxea. A falta de una explicación clara sobre su renuncia a presentarse a la reelección, salvo el tiempo que lleva en el cargo, han abundado las interpretaciones. Pero todas las hipótesis apuntan a la división interna del partido, que ha aflorado con fuerza en los prolegómenos del congreso como causa última de la decisión. En todo caso, la retirada a un segundo plano de la política vasca de quien ha sido uno de sus más destacados protagonistas -también ha puesto el cargo de portavoz de EA en el Parlamento de Vitoria a disposición de la nueva dirección que salga del congreso- tendrá indudables repercusiones en el futuro de su partido y en las relaciones internas del nacionalismo vasco.Precisamente el carácter imprevisto de la renuncia de Garaikoetxea ha llevado a algunos a avanzar la teoría de una retirada estratégica para volver con más fuerza en el momento oportuno. No es fácil comprender que un político con la experiencia y la capacidad demostrada por Garaikoetxea durante su larga trayectoria pública abandone el proscenio de la política en plena madurez. En todo caso, el liderazgo incuestionable de Garaikoetxea en EA -obra personal suya tras la escisión del Partido Nacionalista Vasco en 1986- no ha impedido que en los últimos tiempos la división aflore y que surja una fuerte corriente -los llamados «renovadores»- que quiere un mayor acercamiento al tronco común del PNV, así como una diferenciación más acentuada con la radicalidad del nacionalismo de HB.

Es probable que Garaikoetxea, que no ha ocultado su desacuerdo con esa orientación que cuestiona los fundamentos originarios de EA, haya preferido retirarse a un segundo plano y dejar que la disputa sobre el modelo de partido y de nacionalismo se libre con la mayor libertad posible entre las nuevas generaciones de cuadros y militantes. Si fuera así, se trataría de una decisión noble pero muy arriesgada. Pronto se verá si es o no el principio del fin de la aventura iniciada en 1986. En todo caso, la crisis de EA puede tener sus efectos a corto plazo en la gobernabilidad del País Vasco, a la que contribuye con tres consejeros en el Gobierno y con varios diputados en los gobiernos forales de Vizcaya y Guipúzcoa.

21 Noviembre 1999

El adios de Garaikoetxea

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Después de trece años al frente de Eusko Alkartasuna (EA), formación surgida en 1986 de una escisión del PNV, Carlos Garaikoetxea anunció ayer su renuncia a continuar liderando el partido. Al contrario de lo que sucedió en el anterior congreso de EA, cuando lanzó un órdago para quedarse, esta vez su retirada es definitiva.

La dimisión tiene su explicación inmediata, y oficial, en la grave división interna que sufre el partido, con un poderoso sector crítico que en los últimos meses ha hecho la vida imposible a Garaikoetxea y los suyos. En el fondo del enfrentamiento laten dos estrategias políticas: la de los críticos, más partidarios de la unidad total de acción con el PNV; y la del sector oficial, que quiere a toda costa mantener la autonomía de EA.

Pero sería una ingenuidad quedarse en estas explicaciones epidérmicas y no ver la verdadera causa de fondo de esta crisis que, tras la salida de Garaikoetxea, hace peligrar incluso el futuro de EA como partido, habida cuenta del liderazgo total que ha ejercido el que fuera lehendakari.

El líder de EA ha sido víctima, sobre todo, de la falta de rentabilidad electoral del pacto de Estella, tras impulsar decisivamente los acuerdos previos con ETA. Su partido siempre fue equidistante del nacionalismo radical de HB y del más moderado del PNV. Ahora, en el escenario de la tregua, se ha quedado sin papel, una vez que el PNV radicaliza sus posiciones y que EH las modera, aunque sea parcialmente.

Es justo reconocer en su despedida política que Garaikoetxea ha tenido una trayectoria caracterizada por la dignidad y la coherencia. Lo demostró dimitiendo como lehendakari cuando el PNV, su partido, le hizo la vida imposible. Y defendiendo, desde la fundación de EA, las posiciones políticas que creía legítimas.

Pero tampoco puede dejar de anotarse que su renuncia supone el fracaso de su gran apuesta, el pacto de Estella. Un pacto que está suponiendo convulsiones políticas no sólo en EA, sino también en el PNV y no digamos en Izquierda Unida, que sigue dentro del acuerdo a pesar de que dos de sus militantes han sido las últimas víctimas de la violencia callejera.