23 enero 1980

Indignación contra la revista de Zeta y su director, Dario Giménez de Cisneros

ETA asesina a Alfredo Ramos Vázquez, segunda persona que muere tras ser señalada por Xavier Vinader en la revista INTERVIÚ

Hechos

El 23 de enero de 1980 fue asesinado D. Alfredo Ramos Vázquez en Baracaldo.

Lecturas

El asesinato el 5 de enero de 1980 de D. Jesús García García por ETA tras haber sido señalado en un reportaje de Xavier Vinader en INTERVIÚ sobre ‘los ultras vascos’ ya había destacado ira para sectores de la sociedad española contra la revista del Grupo Zeta.

Todo ello aumentó el 23 de enero cuando los asesinos de ETA también asesinaron a D. Alfredo Ramos Vázquez, el gallego propietario del Bar Stadium que también había sido citado en el reportaje de Xavier Vinader en INTERVIÚ, que también había mandado una carta de réplica a la revista desmintiendo lo dicho por Vinader y que tampoco la revista había aceptado publicar.

El propio diario EGIN, el periódico afín a ETA volvía a usar a la revista INTERVIÚ para justificar el asesinato. El director de INTERVIÚ, D. Darío Giménez de Cisneros hizo público un comunicado negando cualquier responsabilidad en el asesinato del Sr. Ramos Vázquez pero evitando condenar el asesinato, aunque sí lamentándolo.

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Ligar la muerte de un ciudadano al título de una revista, como se hace en ciertas informaciones y denuncias públicas, resulta cuanto menos insidioso. INTERVIÚ lamenta la muerte del señor Ramos Vázquez, dolorosamente una más en el marco de la hora sangrienta (…) que viene a confirmar que nuestra denuncia de la misma responde a una triste realidad. (INTERVIÚ, 24-1-1980)

Nuevamente INTERVIÚ no llama asesinato al asesinato. Aquel incidente produjo una oleada de críticas contra lNTERVIÚ en editoriales de toda España. Se llegaron a quemar ejemplares de la revista públicamente y se produjo una caída radical en las ventas. Ante esa circunstancia, don Dario Giménez de Cisneros presentó su dimisión como director y el Grupo Zeta anunció un cambio en la línea de la revista hacia una tendencia más rigurosa.

La crisis adquirió un nuevo nivel cuando la Audiencia Nacional decidió procesar al autor de la entrevista por delitos de terrorismo. Era imposible desligar las dos muertes en enero de 1980 con el artículo publicado en diciembre de 1979, pero ¿no tendría más parte de culpa la fuente que aportó los datos que el periodista que los reprodujo? No lo vieron así los jueces, que condenaron al Sr. Vinader a siete años de cárcel mientras que el ex policía fue condenado a cuatro. Ambos optaron por poner pies en polvorosa y huir de España. Finalmente el Sr. Ros se entregó voluntariamente en febrero de 1983 y el Sr. Vinader se entregaba en febrero de 1984. El Gobierno puso fin al “caso Vinader” el 21 de marzo de 1984 – con don Felipe González en La Moncloa – al indultar al entrevistador y al entrevistado. El indulto había sido pedido por todas las asociaciones de periodistas. El Sr. Vinader apenas cumplió un mes de cárcel. Pese a todo, cuando le saqué al tema al Sr. Martín Ferrand, este no consideró aquello una “gran crisis” para Zeta. “Las grandes crisis del Grupo Zeta fueron económicas, porque Asensio hizo el grupo periodístico sin recursos económicos. Hubo varios momentos de tensión de tesorería. Yo conseguí ayudarle tratando de mover la voluntad de algunos banqueros”.

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No queremos ser monopolio de la verdad. Sabemos que hemos cometido errores, pero éstos han sido involuntarios y humanos. (D. Antonio Asensio, Grupo Zeta, 6-2-1980)

He ofrecido al Sr. Vinader las asistencias de cualquier tipo que precisara y me he puesto a disposición de la empresa, perteneciente al Grupo Zeta, para realizar cuantas gestiones en su favor sean necesarias. Apoyaré el recurso para que no sufra condena (D. Luis María Ansón, Presidente de la Federación de Asociaciones de Prensa, 19-11-1981)

30 Diciembre 1979

Como actúan los ultras vascos

Xavier Vinader

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Hoy puede contar con pelos y señales su extraordinaria experiencia dentro de los incontrolados de Euskadi: Francisco Ros.

  • Francisco Ros Frutos – En toda una serie de charlas que duraron varias tardes y donde el propio Jesús García me fue explicando que los grupos que tenían ellos montados constaban de comandos de tres personas, nunca más, y preferiblemente, éstos eran mixtos, es decir, formados por policías y paisanos. (…)Toda una fauna de los cuales tengo nombres, direcciones e inclusive lugares que recuentan normalmente.
  • Xavier Vinader – ¿Cómo cuáles?
  • Francisco Ros Frutos – Como el bar Goikolate, también junto al Ayuntamiento de Baracaldo o La Viña o el EI – cuyo dueño es un confidente notable e íntimo amigo del comisario de Baracaldo – o la Tasca 7 en la calle Rontegui o el Tres Rombos o el Stadium – con un dueño gallego [Alfredo Ramos Vázquez] que se divierte participando en enfrentamientos contra los abertzales.

24 Enero 1980

La carta no publicada por INTERVIÚ

Alfredo Ramos Vázquez

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El dueño gallego, así como su familia, al que ignominiosamente se le acusa, ni ha pertenecido ni pertenece ni ha tomado parte en ninguna de las acciones o enfrentamientos que se dice en la citada revista. Modestamente se dedica a su trabajo como barman y nadie puede demostrar que se haya mezclado en actividades de ninguno de los partidos, ya de derechas, izquierda o centro. Esta aclaración suplico que la publiquen para clarificar mi dignidad personal, mi honradez y mi negocio: ya que, como le digo, soy de todo punto inocente de cuanto se me imputa en la citada revista.

Alfredo Ramos Vázquez

14 Febrero 1980

EL MIEDO A LA LIBERTAD

Editorial (Director: Juan Luis Cebrián)

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"Con toda sinceridad, y sin asomo de agresividad, creemos que INTERVIÚ no ha dado todavía explicaciones suficientemente convincentes sobre el reportaje que se halla mediata, aunque no directamente, relacionado con los asesinatos de Baracaldo, y que el semanario de mayor circulación en el país no calculó debidamente las consecuenclas de abrir sus páginas al suministrador de una información no exhaustivamente contrastada".

La irritación, cada vez más visible, con que el establecimiento político, que incluye tanto al Gobierno y a su partido como a las cúpulas de los grupos de la oposición y de otras influyentes instituciones, adepta malamente la libertad de expresión y la prensa independiente invita a extremar la prudencia y la cautela antes de pronunciarse acerca de las responsabilidades sociales de la profesión periodística y de lanzar pedradas críticas contra nuestro propio tejado. El poder, por su propia naturaleza, tiende a distinguir cuidadosamente entre la libertad, ejercitable sólo para apoyar, elogiar o adular a quienes gobiernan, y el libertinaje, en el que incurren indefectiblemente quienes opinan o informan en detrimento de los intereses, el prestigio o las ambiciones de los que mandan. La diferencia que separa al antiguo sistema de censura, monopolio informativo y prensa controlada del actual régimen constitucional de libertades resulta hasta tal punto amplia y evidente que hace superflua la exposición de las pruebas. Queda, por supuesto, el absceso supurante de Televisión Española y las costosas e injustificables excrecencias de los antiguos medios de comunicación del Movimiento y de la Organización Sindical, sufragados en beneficio de unos pocos y en detrimento del déficit presupuestario por todos los contribuyentes. Pero más preocupante es, quizá, la actitud de ciertos sectores del poder y de la sociedad hacia la libertad de prensa, contemplada con resignado fatalismo y contenida hostilidad más que con la aceptación incondicional que merecen las instituciones de un sistema democrático.

Alguien ha dicho, seguramente deforma exagerada, que cada gobernante, cada hombre con poder, es un censor en potencia. Y la ley de información que el Gobierno de UCD prepara, la más contundente prueba de que el poder se apresta a fabricar un bozal de nuevo diseño para amordazar revoltosos.

La gangrena del temor a la libre circulación de la información y los intentos de recortar la libertad de prensa no se dan sólo en este ruedo ibérico. Países de vieja tradición democrática como Francia, donde un artículo de Zola y una campaña de prensa sirvieron en su día para rectificar el error judicial del que había sido víctima el oficial Dreyfus, son también escenarios de esa misma tendencia. Todavía está reciente la obscena arremetida del Gobierno francés y de los comunistas contra Le Canard Enchalné, tras el suicidio del ministro de Trabajo, involucrado en un turbio asunto, y el intento de hacer recaer esa muerte sobre unos periodistas a quienes. en realidad, se trataba de hacer pagar la información sobre los diamantes regalados por el sangriento dictador Bokassa al distinguido presidente de la República francesa. cuya megalomanía quedó ridiculizada por esa afrentosa propina.

Y, sin embargo, los profesionales deja prensa no deberían -no debemos- esgrimir esas amenazas reales y siempre presentes contra la libertad de expresión como coartada para eludir la crítica -la autocrítica- de los excesos, abusos o corrupciones de nuestro propio medio. En Alemania, las denuncias contra las tropelías y fechorías de la cadena Springer han procedido de los propios sectores de la prensa democrática y dieron argumento al premio Nobel de Literatura Heinrich Bóll para escribir su excepcional novela El honor perdido de Katharina Blum. También en la prensa española hay serios brotes de amarillismo, tema que los dos asesinatos producidos en Baracaldo confieren una dramática actualidad- pero resultaría una maniobra diversionista y un juicio trivial considerar que los males de nuestra profesión se agotan en el sensacionalismo, en el abuso de las estampas de violencia o en la explotación del mal gusto.

Con toda sinceridad, y sin asomo de agresividad, creemos que INTERVIÚ no ha dado todavía explicaciones suficientemente convincentes sobre el reportaje que se halla mediata, aunque no directamente, relacionado con los asesinatos de Baracaldo, y que el semanario de mayor circulación en el país no calculó debidamente las consecuenclas de abrir sus páginas al suministrador de una información no exhaustivamente contrastada.

Sin embargo, también parece cierto que las grandes responsabilidades que la opinión pública está en condiciones de exigir a los administradores de la información van por otro camino. Se refieren, sobre todo, a la venalidad de ciertos periodistas, a las nóminas múltiples de aquellos profesionales de la información que simultanean con seráfica inocencia las asesorías de ministros y el paracaidismo en los gabinetes de prensa de los centros oficiales con una presunta independencia como columnistas, al artificial mantenimiento en la palestra de editores de medios de comunicación que los utilizan como peana para el medro personal o financiero.

Es más en ese terreno que en el del amarillismo donde los periodistas españoles se juegan su credibilidad, su honor y su contribución al desarrollo de valores y hábitos verdaderamente democráticos.

14 Febrero 1980

Adiós

Darío Giménez de Cisneros

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Jodido, pero contento, abandono el puesto en que me he ganado la vida durante los últimos cuatro años. Me he quitado de encima dos enormes pasos: el de una responsabilidad política y social superior a las fuerzas de un simple periodista y el de un miedo personal insoportable fuera de las trincheras.

He querido poner mi cabeza como precio con que pagar la loca insensatez de unos fanáticos cuyas consecuencias amenazaban la supervivencia de INTERVIÚ y la vida y el puesto de trabajo de varios miles de compañeros trabajadores. Sentimentalmente, ha sido doloroso porque amo a esta revista, como un padre a la hija demasiado joven, demasiado libre, demasiado sincera, demasiado hermosa para ser verdad en medio de tanta mentira política, tanto miedo social, tanta vejez ideológica, tanta basura… la amo aunque no me pertenece a mí, sino a los cientos de miles de lectores que la esperan cada semana: por favor, no permitan que nos maten.

Darío Giménez de Cisneros

El Análisis

"¡SE LO MERECÍAN!"

JF Lamata

Los vecinos de Baracaldo D. Jesús García  y D. Alfredo Ramos fueron asesinados el 5 de enero y el 23 de enero de 1980, después de que la revista INTERVIÚ hubiera vinculado a ambos con formación de derechas. Se los presentaba como tipos, prácticamente franquistas. A D. Jesús García se le señalaba con nombre y apellido con foto y se enseñaba su casa donde vivía. De Alfredo Ramos se daba la ubicación de su negocio. Ambos fueron asesinados por ETA apenas un mes después de aquella publicación por parte del semanario más vendido de España.

¿Eso convierte a Xavier Vinader en responsable de sus muertes? Puede que no. Eso es materia de tribunales. Pero el juicio periodístico que llama la atención es la ausencia total de condena a aquellos dos crímenes de ETA. A Vinader se le ha escuchado hablar alguna vez sobre esto, también lo hizo TV3. Decían que se atacó a Vinader porque investigaba ‘el Terrorismo de Estado’ (la misma excusa que usaría Pepe Rei y que usan la mayoría de periodistas encausados). Lo que nunca se le ha escuchado a Vinader ni a sus ‘fans’ (incluido D. Jordi Évole)  es lamentar los asesinatos de los Sres. Ramos y García, o reconocer algún tipo de sentimiento de culpa. Nunca lo hubo… ¿es que en el fondo Vinader pensaba que ‘como eran fachas’ merecían la muerte?

J. F. Lamata