La dictadura del General Primo de Rivera cierra el diario LA ACCIÓN de Manuel Delgado Barreto por incumplir una orden de la censura

Excelentísimo señor marqués de Magaz. Mi respetado general y amigo: Decretada por usted, como presidente interino del Directorio, la suspensión indefinida del periódico LA ACCIÓN, aunque la medida ocasiona considerables perjuicios a la Empresa que con tan grandes sacrificios vengo sosteniendo, sobre todo en estos instantes la acato sin protesta ni lamentaciones, porque soy hombre acostumbrado a luchar con todas las adversidades y ninguna me arredra. Del hecho me preocupa más que nada la interpretación que el público pueda dar, tratándose de un periódico que se esforzó en preparar como pudo el advenimiento de un nuevo régimen y que lo ha defendido desinteresadamente, con el mismo tesón que puso en combatir, afrontando las más violentas persecuciones, el viejo sistema.

Como la noticia escueta de la suspensión pudiera prestarse al equívoco de que mi periódico y yo habíamos cambiado de criterio y de actitud, volviéndonos contra el régimen que preconizamos, me permito rogar a usted con todo encarecimiento que, autorizando la publicación de esta carta o de una referencia, nos dispense el señalado favor de que al país llegue la versión exacta de lo ocurrido, que en síntesis es esto:

Enviada a sus respectivos periódicos por todos los reporteros que acuden a un centro ministerial una información, nosotros mandamos las pruebas a la censura, y, como es costumbre, por la precipitación con que se confeccionan las ediciones de los periódicos del a noche, se empezó la tirada en la creencia de que, habiendo transcurrido una hora sin recibir aviso del ciclista encargado de llevar y recoger dichas pruebas, no había nada censurable. Cuando la casi totalidad de la tirada se había dado a la venta, el empleada nuestro – con negligencia que soy el primero en lamentar – comunicó por teléfono que había sido tachada la información de referencia, y ya no fue posible omitirla más que en los últimos números dados a Madrid y enviados a los correos de cada noche.

Me doy cabal cuenta de los deberes de gobernante, y encuentro justificada la resolución de usted mucho más tratándose de un periódico que por sus coincidencias con el régimen actual pudiera parecer favorecido con preferencias informativas.

Aunque involuntariamente hemos incurrido en falta, y justo es que suframos la sanción que se estime oportuna. Discurrir de otro modo sería desvirtuar con un solo gesto mis predicaciones de tantos años.

Lo que me importa, señor presidente, es que los hechos sean conocidos, para que no se les dé caprichosa interpretación, y también que se sepa que este lamentable episodio en nada modifica, porque las ideas están muy por encima de todo interés subalterno, la significación con que siempre ha actuado en la vida pública su atento, seguro servidor y amigo, que respetuosamente le saluda y e. s. m.

Manuel Delgado Barreto (22-5-1924)

Sr. Manuel Delgaro Barreto. Distinguido amigo: No fue mi propósito al tomar la desagradable medida de suspender la publicación del diario LA ACCIÓN perjudicar ni moral ni materialmente los intereses del periódico ni de la persona que lo dirige. Mi único objeto ha sido como usted mismo reconoce en su atenta carta de hoy, dejar afirmado el principio de autoridad y en tal concepto no tengo tampoco el menor inconveniente en que el texto de aquella se conozca íntegramente. Soy con este motivo de usted afectísimo, seguro servidor y amigo, q. e. s. m.

El Marqués de Magas – 24-05-1924