1 septiembre 1980

Continúa la guerra entre DIARIO16 y LA HOJA DEL LUNES por la venta de periódicos en la mañana de los lunes

Continúa la guerra de Pedro J. Ramírez contra Luis Mª Anson: «Actúa como el más despótico de los franquistas»

Hechos

  • El 1.09.1981 el periódico DIARIO16, dirigido por D. Pedro J. Ramírez volvió a dedicar su editorial a D. Luis María Anson, presidente de la Agencia EFE y de la Asociación de la Prensa de Madrid, editora de LA HOJA DEL LUNES.

Lecturas

En medio de la polémica por la decisión de DIARIO16 de D. Pedro J. Ramírez y D. Juan Tomás de Salas de difundirse los lunes acabando con el monopolio de LA HOJA DEL LUNES de D. Álvaro López Alonso y D. Luis María Anson había desatado una polémica. Los Sres. López Alonso y Anson habían intentando impugnar esa decisión y el DIARIO16 del Sr. Ramírez había iniciado una campaña contra ellos presentándolos como censores.

A finales de agosto de 1980 la Asociación de la Prensa de Madrid que presidía el Sr. Anson paso a la contraofensiva y remitió una carta a todas las Asociaciones regionales pidiendo su apoyo para aumentar la presión contra la aparición de DIARIO16 los lunes.

La carta decía así:

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“Por primera vez en cincuenta años un empresario ha roto la exclusiva de las HOJAS. Por fortuna, nuestro periódico no ha perdido ni un solo ejemplar; por el contrario, sus ventas van en aumento”.

“Pero se trata de un intento de lesionar derechos adquiridos desde hace cincuenta años que la Asociación atendiendo a los intereses de los asociados, tiene el deber de defender”.

“Son muchos, por otra parte, los editores de diarios que desean que se mantenga la exclusiva en favor de LA HOJA DEL LUNES. Te ruego que si estás de acuerdo en que LAS HOJAS DEL LUNES mantengan su actual situación firmes y nos remitas el escrito que te envío adjunto y que la Asociación desea hacer llegar a los editores de diarios con la firma de asociados”.

La carta firmado por D. Álvaro López Alonso (hombre del Sr. Anson, Secretario de la Asociación de la Prensa y director de LA HOJA DEL LUNES) hasta tenía el sobre y el sello puesto y pagado para facilitar a los presidentes de las asociaciones de prensa regionales en enviarles sus cartas en su campaña de presión contra D. Pedro J. Ramírez.

Como respuesta D. Pedro J. Ramírez publicaba el 1 de septiembre de 1980 un nuevo artículo de página completa contra el Sr. Anson, que tenía un nuevo editorial plagado de ataques contra el Sr. Anson:

“Luis María Anson minusvalora la inteligencia de los periodistas españoles y desprecia olímpicamente los derechos de los ciudadanos. Actúa como el más despótico de los franquistas”.

“La megalomanía de Anson impropia, por sus dimensiones, de un individuo equilibrado, le está llevando a equivocar por completo el sentido de su función como editor de LA HOJA DEL LUNES y como presidente de la prensa”.

El Sr. Anson aseguraba que la postura del Sr. Ramírez se debía únicamente a proteger los intereses comerciales de su empresario D. Juan Tomás de Salas. Algo que D. Pedro J. Ramírez negaba el su escrito del 1.09.1980 negaba al asegurar que él, antes de ser nombrado director de DIARIO16 ya había dejado escrito en su último libro: “el monopolio hasta ahora ejercido por las HOJAS resulta incompatible con el ordenamiento democrático”.

LÓPEZ ALONSO, ¿MERO TÍTERE DE ANSON?

alonsohoja Aunque era la firma de D. Álvaro López Alonso la que constaba en la carta contra DIARIO16, en círculos periodísticos se consideró que detrás de la nota estaba D. Luis María Anson y que el Sr. López Alonso era un mero títere que seguía las órdenes del presidente de la Agencia EFE y la Asociación de la Prensa de Madrid.

La respuesta de DIARIO16 a aquella carta no se hizo esperar y fue publicada en forma de página completa y editorial contra el editor de LA HOJA DEL LUNES y presidente de EFE, D. Luis María Anson.

La guerra aún subiría más de temperatura en los próximos meses.

01 Septiembre 1981

Anson y el sobre con el sello puesto

Editorial (Director: Pedro J. Ramírez)

Leer
Anson considera la libertad de expresión como una finca de parcelas para uso y abuso de él y sus amigos.

Luis María Anson minusvalora la inteligencia de los periodistas españoles y desprecia olímpicamente los derechos de los ciudadanos en cuanto que lectores de periódicos. Si durante el franquismo esbozó algunas actitudes democráticas, en la democracia actúa como el más despótico de los franquistas.

Como si aún viviéramos en la época de las manifestaciones espontáneas, aquellas organizadas a base de vacación remunerada, autobús con la pancarta puesta, bocadillo subdesarrollado y cuarenta duros para ‘gastos’, Anson ha tenido el descaro de incitar a los miembros de las Asociaciones de la Prensa a pronunciarse en contra de DIARIO16, enviándoles para ello no sólo el texto de protesta ya redactado, sino también el sobre, la dirección y el sello. Lo único que le ha faltado es precisar que los analfabetos pueden firmar con una cruz o con el pulgar en forma de huella.

La carta supone un nuevo intento de impedir el regular contacto de DIARIO16 con sus lectores de la mañana de los lunes. Llega dos meses después de haber tenido que retirar, con las orejas gachas y en medio del abucheo general, una vergonzosa denuncia presentada ante el secretario de Estado para la Información.

El procedimiento empleado ahora, es el mismo que ya utilizara para pretender convencer a la socedad y a los políticos de que los periodistas deseamos vulnerar la Constitución, de forma que sólo puedan ejercer la profesión aquellos que posean el carnet oficial y único.

La carta es un hábil rosario de medias verdades y abiertas mentiras. A la vista de cualquiera, con una mínima capacidad de percepción, están las diferencias entre ese joven periódico y esta vetusta LA HOJA DEL LUNES que, al presentarse como órgano de los periodistas, tanto nos abochorna semanalmente a todos los profesionales. Por lo que se refiere a la actitud de los empresarios del sector, Anson ya tuvo una buena muestra de ella en la tormentosa reunión de la sección española de IPI (Instituto Internacional de Prensa) en la que, cuando su tesis fueron derrotadas, él no pudo sino recurrir a la pataleta y al insulto personal.

Es falso y agraviante que la polémico sobre el derecho a salir los lunes por la mañana sea un simple asunto comercial. Varios meses antes de su nombramiento, el actual director de DIARIO16 había dejado ya escrito en su último libro que el monopolio hasta ahora ejercido por LA HOJA DEL LUNES resulta incompatible con el ordenamiento democrático, porque viola el derecho constitucional de los ciudadanos a recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.

El derecho de los ciudadanos. Ese es el punto clave de esta disputa, que Anson jamás menciona. Y no lo hace porque Anson considera la libertad de expresión como una finca de parcelas interconectadas para el uso y abuso de él y sus amigos. Poco o nada le importa que un día a la semana los españoles que deseen leer un periódico se vean obligados a pasar por el frustante e ineludible embudo de adquirir un aburrido catálogo de noticias de agencia yuxtapuestas, con el solo adobo de sus manipulaciones ideológicas.

En materia de información, los periodistas tenemos que hablar menos de derechos y más de deberes. Mientras haya ciudadanos que con su gesto expreso demuestren su deseo de adquirir DIARIO16 los lunes por la mañana, DIARIO16 cumplirá con su deber y acudirá puntual a la cita, dian lo que digan Anson, el Gobierno, las Asociaciones de la Prensa o la Santa Madre Iglesia.

DIARIO16 ha rehusado sistemáticamente el ofrecimiento de Anson de entrar en negociaciones, pactos o componendas, porque sería inmoral repartirnos lo que no nos pertenece. Ni él ni ningún periodista o editor tienen derecho a pactar ‘concesiones’ que supongan limitaciones a la libre concurrencia en el mercado informativo, en perjuicio de los lectores.

La megalomanía de Anson, impropia, por sus dimensiones, de un individuo equilibrado, le está llevando a equivocar por completo el sentido de su función como editor de LA HOJA DEL LUNES y como presidente de la Asociación de la Prensa.

En vez de intentar acallar a la competencia, más le valía tratar de mejorar un poco el triste periódico que cae bajo su responsabilidad. En vez de azuzar a una parte de la profesión contra otra, más le valía comenzar a ocuparse de los gravísimos problemas que a todos nos afectan.

Este periódico ha planteado recientemente la conveniencia de una reflexión colectiva sobre el más importante de todos ellos – las relaciones entre prensa y terrorismo – sin que Anson se haya hecho eco del envite. Nada nos extraña, pues tal insensibilidad es hace tiempo crónica por parte de la institución que preside.

Por si alguna duda quedara aún en el ambiente, la gestión de Luis María Anson está sirviendo para confirmar que cada vez que se pretende saber cuál es la opinión de los periodistas de verdad – esos que día a día pisan la calle, se relacionan con los fuertes y hacen saltar chispas de sus máquinas de escribir – no hay sino buscar la posición contraria al a que defienden las carpetovetónicas Asociaciones de la Prensa. Cada día es más urgente estructurar nuevos canales de expresión profesional.