5 febrero 2001

El nombramiento de Artur Mas como conseller en cap es interpretado como su designación como 'sucesor' de Pujol, puesto al que aspiraba también Durán Lleida

Crisis entre Convergencia (CDC) y Unió (UDC): Durán Lleida abandona su puesto en el Govern de Pujol ante el ascenso de Artur Mas

Hechos

El 5.02.2000 D. Josep Antoni Durán Lleida, presidente del Comité de Gobierno de UDC anunció su dimisión como ‘conseller’ de la Generalitat de Catalunya que presidía D. Jordi Pujol.

Lecturas

El 5.02.2000 D. Josep Antoni Durán Lleida, presidente del Comité de Gobierno de UDC anunció su dimisión como ‘conseller’ de Gobierno (Consejero de Gobierno) de la Generalitat de Catalunya que presidía D. Jordi Pujol.

06 Febrero 2001

Peleas entre herederos

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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El líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran i Lleida, dio ayer un golpe de efecto al adelantar más de un mes su profetizada dimisión, administrando así su salida del Gobierno de Jordi Pujol. Para la pequeña historia queda que Duran no habrá asistido a ninguna reunión del Gobierno autónomo presidida por su rival Artur Mas, hoy conseller en cap.

El problema es que la redoblada crisis de CiU está fabricada de pequeñas historias. Pujol formó su nuevo Gobierno a finales de 1999 con Mas y Duran como escuderos equivalentes, tras los peores resultados cosechados en veinte años. Catorce meses más tarde, celebrados sendos congresos de los dos partidos coligados y en medio de una desbocada pugna por el poder interno, ungió a Mas como su heredero. Transcurridas apenas dos semanas, se produce la dimisión del líder de Unió. Y aún faltan los augurados ajustes para catapultar a un consejero como candidato municipal y recolocar a algún próximo.

En resumen, Pujol lleva tres gobiernos en menos de año y medio y previsiblemente cuatro dentro de pocas semanas. Las remodelaciones obedecen no a nuevos retos que afrontar, sino a endogámicos líos de familia de la propia formación gubernamental. Queda de manifiesto que CiU no está al servicio del Gobierno de la Generalitat, sino que el formato de éste se ha convertido en un mecanismo para intentar solucionar, sin éxito, los desencuentros de la coalición.

En su comparecencia de despedida, Duran ha alegado que Pujol ha roto el equilibrio pactado en la formación del Ejecutivo de forma ‘unilateral y partidista’. Jamás entre las filas pujolistas se oyó públicamente una frase de este tenor contra el patriarca. Con este prólogo, pocas esperanzas pueden albergarse respecto a la próximarefundación de CiU. Si los dioses ciegan a quienes desean perder, lo hacen en este caso a modo. El electorado castiga, sensatamente, a quien exhibe su división interna, porque ¿cómo administrará un dirigente los asuntos de todos cuando fracasa en la gestión de los suyos propios?

06 Febrero 2001

Pujol, en crisis

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Después de 19 días rumiando el golpe que le propinó Jordi Pujol al nombrar conseller en cap a Artur Mas, Duran Lleida dimitió ayer como consejero de Gobernación de la Generalitat. Es cierto que era una renuncia anunciada. Ante todo, porque Duran no podía aceptar mansamente la humillación de verse desplazado en la línea de sucesión por una decisión unilateral del presidente de la Generalitat.

Pero el hecho de que en CiU se considerase poco menos que amortizada esta renuncia, no resta gravedad a las consecuencias que tiene para la gobernabilidad en Cataluña. Con este gesto, Duran ha propinado a Pujol un duro golpe, al obligarle a hacer la tercera crisis de Gobierno en los 16 meses transcurridos tras las elecciones catalanas.

Como subrayaron ayer algunos dirigentes de la oposición, Pujol ha dedicado su tiempo casi en exclusiva a ordenar su sucesión, dejando de lado la tarea de gobernar Cataluña. Y, además, sólo ha logrado a medias controlar el proceso sucesorio. Ha designado a quien él ha querido, es verdad, pero ha abierto la caja de Pandora y provocado la inestabilidad de su Gobierno.

De momento, la oposición del PSC y del PP ha sido comprensiva con la situación de Pujol y únicamente le ha pedido que resuelva la crisis. Sólo ERC considera necesarias las elecciones. Sin embargo, nada indica que Unió vaya a privar al presidente de la Generalitat de su respaldo parlamentario, única circunstancia que haría necesario el adelantamiento de los comicios.

Pujol ha sustituido a Duran por una consejera que pertenece a Unió. Si el partido democristiano negocia con Convergència un nuevo status dentro de la coalición y sigue respaldando a Pujol, éste habrá visto erosionado su prestigio y Duran seguirá el camino que ya emprendieron Roca o Molins, pero CiU podrá agotar la legislatura.