20 octubre 2005

El periodista Miguel Ángel Aguilar asegura que Zapatero y sus amigos de Globomedia (Barroso y Contreras) de fomentan a la COPE para que perjudiquen la imagen de la derecha

Críticas a la presencia en ’59 Segundos’ de TVE del director de informativos de la COPE, Ignacio Villa

Hechos

El 4.10.2005 en LA VANGUARDIA D. Miguel Ángel Aguilar publicó el artículo ‘La COPE no se calla’ en el que aludía a la política mediática del Gobierno Zapatero y al programa ’59 Segundos’ que Globomedia hacía para TVE.

Lecturas

06 Junio 2005

Con Nacho Villa me conformo

Carlos Boyero

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Dudo de la veracidad de casi todos los fatigosos refranes y convencionales sentencias (alguien definió este genero tan popular como el acogedor refugio de los ignorantes) y especialmente de eso tan ingenuo como civilizado empeñado en que «hablando se entiende la gente», pero me entretienen mucho los debates concebidos como una batalla dialéctica entre gladiadores, sin tregua ni perdón, a muerte, buscando la sangre y las vísceras del rival. A condición, por supuesto, de que la temática posea interés y de que el escenario esté habitado por esgrimistas con clase, artistas de la polémica y del panfleto, histriones en posesión de agilidad mental, gente con lengua larga, afilada y profunda.

Por ello, disfrutaba cantidad con aquellos debates combativos y modélicos del añorado La Clave y me resulta problemático irme a dormir antes de que acabe el adictivo y plural 59 segundos.Sospecho que su encanto, además de una conductora mimada por la cámara y que sabe poner firmes a los peleones cuando pretenden saltarse las reglas, consiste en que el personal sólo se puede enrollar lo justo y en la equilibrada y reconocible identidad ideológica de sociatas y peperos, independientemente de que en su carné figure que el propietario es político (supongo que eso puede ser una afición cívica, pero sobre todo una profesión rentable) o periodista ( o sea, rastreador implacable y objetivo de la sagrada verdad).

Pero me informan de que la oratoria del PP se retira de ese foro aún mas vistoso que el Parlamento porque han descubierto algo tan original como que se manipula a favor del pérfido PSOE.¿Lo han adivinado por intuición y datos propios, o ha sido el experto aunque ya devualado doberman Urdaci (si , aquel genio con proteica capacidad descriptiva que descubrió que Comisiones Obreras era el falaz sindicato ce-ce-o-o) el que les ha dado el cante sobre su humillante condición de víctimas? Digo yo que la principal función de cualquier televisión pública es barrer desvergonzadamente para aquel que disponga en ese momento del goloso poder político, hacer lo posible y lo imposible para perpetuar a sus democráticos dueños. Admitiendo esa obviedad que comprenden hasta los habitantes del limbo y habiendo sido estupefacto testigo de los impunes y salvajes desmanes de María Antonia Iglesias y de Alfredo Urdaci, el sutil y lógico apoyo de la televisión pública hacia los intereses zapaterianos, me parece algo ínfimo, casi virginal, cosa de niños.

Y evidentemente, 59 segundos no tiene excesivo sentido si deserta uno de sus airados protagonistas. Pero pueden transformarlo en un programa de humor, en un esperpento feroz, si le otorgan un papel mas largo al indescriptible Ignacio Villa e incorporan a varios clónicos suyos. Aunque está crudo, ya que las características expresivas del impagable guardián de la Cope hacen de él un ejemplar único de zoológico.

04 Octubre 2005

LA COPE NO SE CALLA

Miguel Ángel Aguilar

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El colega Villa ha cobrado una imagen pública y se ha convertido durante la última temporada en figura del toreo. Todo ello, gracias a sus celebradas apariciones en el programa de debate de '59 Segundos' en la primera cadena de TVE, de la mano de Globomedia y del influyente José Miguel Contreras

Preparados porque ‘la COPE no se calla’. Así lo acaba de anunciar Ignacio Villa, director de los informativos de la cadena de los obispos, como quien acuña desafiante una expresión histórica. Ignacio Villa ha rematado con esa frase unas declaraciones donde da cuenta de las indisposiciones del Gobierno cuando ha de oír realidades incómodas y de qué reacciones airadas adopta para presentar a quienes enuncian hechos inesquivables como si fueran campeones de la crispación.

Se impone reconocer que el colega Villa, después de años de cuadoso cultivo de low profile, ha cobrado una imagen pública y se ha convertido durante la última temporada en figura del toreo. Todo ello, gracias a sus celebradas apariciones en el programa de debate de ’59 Segundos’ en la primera cadena de TVE, de la mano de Globomedia y del influyente José Miguel Contreras, tan cercano a tantas cosas. Otra cosa es que algunos se sientas postergados en la escala de afectos del presidente Zapatero, como si les correspondiera sin más un derecho de primogenitura. Sus advertencias a los inductores de ese desvío emocional fueron inútiles porque la escuela de pensamiento dominante en la Moncloa se niega a subrogarse en los odios que profesaron anteriores responsables

Recordemos que el hasta ahora secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, tuvo como lema evitar a todo trance que Pedro José tuviera motivo alguno para cultivar el malditismo. Su técnica para reconvertirle a favor de los objetivos políticos del presidente Zapatero se cifraba en la expresión de ‘a Pedro Jota, vamos a matarle a besos’. En esa misma línea, con ocasión de una visita a la Moncloa, Barroso dijo a los responsables de publicidad de las grandes empresas aquello de ‘tenéis que apoyar a Federico (Jiménez Losantos)’.

Craso error el de pensar que semejantes proclividades nacen de aproximaciones ingenuas o de actitudes evangélicas de poner la otra mejilla. Se trata de un frío cálculo de conseguir los beneficios inducidos por el maximalismo de los sembradores del odio, que además acaban dictando la conducta del Partido Popular y le mantienen echado al monte. El miedo (al regreso del aznarismo vengador) guarda la viña.

Miguel Ángel Aguilar

19 Octubre 2005

LA SAL DE LA VIDA SE APELLIDA VILLA

Carlos Boyero

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La presencia de Ignacio Villa en '59 Segundos' debería ser fija por el bien del espectáculo. Transforma el debate sobre el Estado de las cosas en un circo amenizado por un payaso convenientemente excesivo, estratégicamente insidioso y desvergonzadamente delirante.

Los poderes adictivos de la fórmula de ’59 Segundos’ flaquean para mi masoquista interés cuando no veo el encendido careto, la expresividad guerrera y las opiniones involuntariamente jocosas de Ignacio Villa. Su presencia debería ser fija por el bien del espectáculo. Aporta esperpento, concentra estupores masivos, espanta el peligro de la asepsia dialéctica, logra la entusiasta fidelidad de la vieja y renovada parroquia del nacional catolicismo que siente rabiosa orfandad por la ausencia de un militarizado salva patrias, transforma el debate sobre el Estado de las cosas en un circo amenizado por un payaso convenientemente excesivo, estratégicamente insidioso y desvergonzadamente delirante.

Me siento desilusionado cuando no está en el plató villano tan insustituible, me falta el elemento tragicómico aunque la temática esté dedicada a los grandes y complejos asuntos de la actualidad.Para compensarme de tan impagable carencia, el programa del lunes reavivaba el combate ancestral entre dos pesos pesados tan espectaculares como Carlos Carnicero y Pedro J. Ramírez. Pero el segundo renuncia lamentablemente al enfrentamiento personal, a que se derrame en el cuadrilátero más sangre de la pactada, a los ganchos al hígado con los que tanto disfrutamos la plebe. Y la pelea pierde tensión si están excluidos los golpes bajos, si los miuras deciden autoafeitarse en nombre de la racionalidad, el tono dialogante y la buena educación.

En el momento en que me ausento para pillar agua en el frigorífico, me llevo un susto cojonudo al escuchar la respuesta de Ramírez a la petición de duelo cruento que le exige su rival: « Yo soy de natural amable». Y regreso corriendo al televisor para constatar si he oído bien, si va en serio lo que he escuchado. Pero la sonrisa descreída y el gesto de sorna del director de este periódico me confirman que sólo estaba haciendo una broma.

La presencia de una especie de Tom Hagen de los empresarios españoles que aspiran a hacer sabrosos bisnes en Cuba , de un anticastrista que roza la caricatura (más seriedad en la selección de invitados cubanos, ahí tienen a Raúl Rivero ) y de un muy cerebral, contenido y profesional secretario de Estado no contribuyen a ahuyentarme las ganas de irme a sobar.

Y dale que te pego con el luciferino Estatut. Supongo que el bienestar común está en juego, pero como soy un egoísta sin sentido cívico ni patriótico, pregunto: ¿Me va afectar negativamente en el sueldo mensual que Cataluña, o el País Vasco, o Galicia, o Villanueva del Pardillo, se conviertan en naciones independientes de la madre patria? Si fuera así soy capaz de leerme esas cosas que imagino tan espesas y poco literarias como la Constitución y el Estatut. Si no, paso. Me encanta que me sellen el pasaporte al cruzar fronteras, conocer nuevos países, escuchar otros idiomas.

Carlos Boyero

El Análisis

El acierto de subirse al carro

JF Lamata

D. Ignacio Villa no era una creación del Sr. Jiménez Losantos, puesto que llevaba muchos años en COPE antes incluso del ascenso de Losantos, su acierto fue subirse al carro del Sr. Losantos en el momento en que este se iba haciendo fuerte en la emisora episcopal, se apuntó a su pandilla, la pandilla creada en torno a LIBERTAD DIGITAL y cuando el Sr. Losantos dio el golpe de gracia ahí estaba con él, siendo ascendido al cargo de ‘Director de Informativos’.

Cuando el PSOE del Sr. Zapatero se hizo con TVE y Globomedia quiso sentar a los medios más odiados por el PSOE en la tertulia (EL MUNDO y la COPE), D. Pedro J. Ramírez aceptó con entusiasmo, pero D. Federico Jiménez Losantos declinó, entre otras cosas porque un programa mañanero como ‘La Mañana’ es difícilmente compatible con una tertulia noctámbula como ’59 Segundos’, por lo que se decidió mandar al Sr. Villa como representante. El Sr. Villa mostró que era capaz de tener la misma mala leche que el Sr. Losantos, hacía el papel de ‘perro malo’, ladrador, logrando escandalizar a los tertulianos del PSOE y dando mucho juego a la tertulia y, de paso, haciéndose él mucho más popular, lo malo es que si tu popularidad se dibe a tu agresividad, la perderás en cuanto intentes ser moderado, como le pasó al Sr. Villa.

J. F. Lamata