3 abril 1997

El periódico reta en un concurso a sus lectores a demostrar que el virus existe.

DIARIO16, dirigido por Juan Tomás de Salas inicia una campaña para asegurar que el virus del Sida ‘no existe’

Hechos

El 3.04.1997 el periódico DIARIO16 tituló en portada ‘El virus del sida no existe’.

Lecturas

Las teorías de que el virus del SIDA era una invención no merecieron la atención de los principales periódicos de Madrid por considerar que no había fuentes de suficiente prestigio respaldándolas y que, por tanto, podrían ser tachadas de teorías «alternativistas» o, incluso, ‘conspiranoicas’, no opinó así el director de DIARIO16, D. Juan Tomás de Salas, que decidió recoger estas teorías cuyas base es son las investigaciones del virólogo Stefan Lanka. y hasta incluso promocionarlas en portada.

El periódico DIARIO16 se encuentra al borde de la quiebra por el desplome de sus ventas, la apuesta del Sr. Salas parece ser hacerse eco de una posición que no recogen otros medios para intentar atraer los focos e intentar causar polémicas con otros periódicos o eco en televisión que sirvan para levantar las ventas. La apuesta no dará resultado y el resto de medios ignorará la apuesta editorial de DIARIO16 de asegurar en portada que el virus del SIDA «no existía».

16 Marzo 1997

El SIDA no es viral

Lluís Botinas

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El doctor en Medicina suizo Alfred Hässig, profesor emérito de Inmunología de la Universidad de Berna y ex asesor de la OMS, del Consejo de Europa y de la Cruz Roja, dio un curso en Barcelona el pasado fin de semana. En él desarrolló la tesis de que el SIDA no es producido por el retrovirus VIH, sino que es autoinmune, es decir, resultado de procesos y reacciones internas desencadenadas por la ruptura de equilibrios necesarios para la salud de la persona.

El Dr. Hässig explicó que la principal tarea de la inmunidad es el reciclaje y eliminación del billón de células que diariamente mueren en toda persona y que son reemplazadas por nuevas células que se van dividiendo constantemente. Esta tarea es realizada precisamente por los linfocitos T. En cambio, los linfocitos B son los encargados de generar anticuerpos frente al os microbios y otros antígenos que puedan penetrar desde el exterior. En una situación de estrés persistente (de origen tóxico, infeccioso, psicológico, nutritivo o traumático), los linfocitos T no pueden seguir realizando su función. Las células muertas no recicladas se acumulan, produciéndose distintas reacciones autoinmunes, con liberación de radicales y proteínas libres que van dañando e intoxicando el cuerpo. Este proceso lleva a la muerte, sobre todo si se ve agravado por la masiva ingestión de medicamentos venenosos que se administran como supuestos antivirales y preventivos.

En particular, las proteínas libres pasan a convertirse en objetivo de los linfocitos B debido al peligro que representan. Entonces se forman, entre otros, anticuerpos ante la actina, que es una proteína que se encuentra en todas las células y que tiene una función esquelética. Estos son los anticuerpos (en realidad, autoanticuerpos) que hacen dar positivo a los tests mal llamados del SIDA.

Este enfoque del Dr. Hässig lleva a otro tipo de tratamientos no agresivos basados en incorporar a la alimentación antioxidantes (flavonoides, taninos, vitaminas no sintéticas ni solas) y antiproteasas (heparina y heparinoides como el agar-agar y el cartlíago).

El Dr. Hässig planteó esta tesis hace ya tiempo, cuando aún creía en la existencia del VIH. Al conocer la argumentación del virólogo alemán Dr. Stefan Lanka y del equipo médico australiano de la Dra. Eleni Papadopulos acerca de que el VIH nunca ha sido aislado, se reforzó su línea de investigación desarrollada por el Grupo de Estudio Nutrición e Inmunidad de Berna.

El Dr. Lanka también participó en el curso explicando que la técnica PCR utilizada en los hospitales para medir lo que se llama «carga viral del VIH», en realidad, y según su propio Inventor, el Premio Nobel Dr. Kary Mullis, no sirve para medir carga viral alguna, y menos de un virus que no existe. Esto es importantísimo porque dicha supuesta «carga viral» está siendo utilizada para justificar los supuestos buenos resultados de la aplicación de los combinados presentados como antirretrovlraies. En realidad, tanto los nucleósidos análogos (AZT-Retrovir y otros) como los inhibidores de proteasas son tan tóxicos que disminuyen 1a actividad celular, que es lo que se interpreta como positiva disminución del inexistente VIH. Además, el Dr. Lanka explicó cómo con la PCR se puede hacer dar negativo o positivo ante el VIH a una persona según se aplique la técnica PCR respectivamente a su ADN o a su ARN transcrito.

Lluís Botinas

27 Marzo 1997

Falso SIDA

Lluís Botinas

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«El Institut Català de la Salut deberá pagar 40 millones por contagiar el SIDA aun paciente». Titulares similares aparecen de vez en cuando en los últimos años. Pero en esta ocasión la Información daba detalles suficientes como para poder demostrar que los hechos por si solos no demuestran nada, sinoque todo depende de los criterios para interpretarlos.

Los datos fundamentales que aparecen son:

  1. 1) la víctima «se sometió a una artroscopia de rodilla el 7 de febrero de 1983»;
  2. 2) el 16 de febrero de 1983 «reingresa con problemas de circulación»;
  3. 3) el 2 de marzo de 1983» se le da de alta pero reingresa a los pocos días «por mala coagulación»;
  4. 4) «al cabo de unas semanas se le diagnostica hepatitis viral aguda»;
  5. 5) «en 1986 se le diagnostica hepatopatía crónica que degeneró en cirrosis hepática, con lo que era necesario un transplante de hígado, que se suspendió cuando se descubre que estaba infectado por el virus VIH»;
  6. 6) «al conocer que era portador del SIDA entró en estado de depresión reactiva profunda, con gran sufrimiento y abatimiento. Falleció por cirrosis hepática el 20 de junio de 1990.

La sentencia menciona «la causalidad entre la transfusión de productos hemoderivados y su infección por virus de la hepatitis C y del SIDA». Esto parece explicarlo todo porque oficialmente los tests son considerados fiables y se cree que el VIH existe y es mortal.

Pero hay otra posible interpretación de lo ocurrido:

  1. a) si la artoscopia le produjo mala circulación es que fue mal hecha;
  2. b) por esto se le hizo tomar fármacos que le ocasionaron mala coagulación;
  3. c) contra ella se le administraron transfusiones que le intoxicaron el hígado;
  4. d) se le diagnosticó hepatitis viral C sin prueba alguna de que este virus existiera;
  5. e) se le trató la supuesta hepatitis C con medicamentos que pueden producir cirrosis;
  6. f) en 1986 se le sentenció a muerte por SIDA por haber dado positivo en unos tests que son una chapuza, y no sólo porque el VIH no existe;
  7. g) esto le produjo un «estado de depresión reactiva profunda, con gran sufrimiento y abatimiento», lo cual mata;
  8. h) se le administró durante cuatro años un veneno tendencialmente incompatible con la vida a medio plazo, porque impide la división celular.

No 40 sino 4.000 millones de indemnización deberían ser pagados a la viuda de este muerto aunque no sirvan de compensación. Pero pagados por los laboratorios, que venden tests erróneos que condenan a muerte y medicamentos venenosos que ejecutan la sentencia…

Lluís Botina