21 enero 2016

Un año después de que el mismo grupo lo apartara de su televisión, C5N

Eduardo Feinmann es despedido de RADIO 10 poniendo fin a su último vínculo con el Grupo Indalo de Cristobal López

Hechos

El 21.01.2016 el Sr. Eduardo Feinmann informó de que le habían ‘echado’ de RADIO 10, su último vínculo con el Grupo Indalo.

Lecturas

El periodista Eduardo Feinmann confirmó que fue desvinculado de Radio 10 y C5N. «Como decía mi padre, Un paso para atrás son dos para adelante. Esa frase me la llevaré a la tumba», expresó el conductor radial en un audio, difundido en su programa de Radio El Mundo.

Feinmann dijo que no va a hablar del tema. «Di una palabra y la voy a cumplir porque soy un caballero. Quería avisarle a aquellos que se preocuparon por mí», concluyó.

FEINMANN HABÍA SIDO ARIETE DE C5N CONTRA GRUPO CLARIN Y GRUPO LA NACIÓN

En marzo de 2015, apenas unos meses antes de su despido Eduardo Feinmann había defendido fírmemente al dueño de su medio, Cristobal López, y había arremetido contra los dueños de los medios rivales, el Grupo Clarín de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble y el periódico LA NACIÓN de Julio Saguier, para desmentir que C5N fuera un medio oficialista/kirchnerista. Después de su despido, Feinmann se desdijo y confirmó que Cristobal López trabajaba para la familia Kirchner.

El Análisis

UN ESTORBO PARA UN CANAL KIRCHNERISTA

JF Lamata

El Sr. Feinmann, antiguo discípulo fiel de Daniel Hadad se había quedado en C5N y RADIO10 cuando el grupo pasó a ser propiedad del Grupo Indalo de Cristobal López y Fabián de Sousa. Los de Indalo eran ultra-kirchnerista, mientras que Feinmann era anti-kirchnerista. A pesar de eso a los de Indalo les venía bien la presencia de Feinmann para disimular un poco y presentar una cara ‘plural’ y a Feinmann le vendría bien porque no debía cobrar mal, porque el tipo no paró de elogiar por aquella época lo orgulloso que estaba de trabajar para López y demás.

Le echaron y entonces Feinmann denunció que López y Sousa le habían presionado y censurado. Hace bien en denunciarlo, pero tendría más credibilidad si lo hubiera hecho en su momento y no hubiera criticado a quienes (como los diarios Clarín y La Nación) decían que aquello de Indalo era una mera plataforma al servicio de un poder político.

J. F. Lamata