24 enero 1985

Duras palabras de Rogelio Hernández en una entrevista a Arturo San Agustín para el Grupo Zeta

El doblador Rogelio Hernández (Paul Newman) acusa a Carlos Pumares (ANTENA 3) de incitar al odio contra el doblaje

Hechos

El 24.01.1985 se publicó una entrevista de D. Arturo Sna Agutín al actor de doblaje D. Rogelio Hernandez.

Lecturas

ROGELIO HERNÁNDEZ: «SE HA PUESTO DE MODA ATACAR A LOS ACTORES DE DOBLAJE»

D. Rogelio Hernández, actor de doblaje de élite (es la voz habitual de Jack Nicholson, Peter O Toole, Richard Harris o Paul Newman), ya había protestado en el pasado por las críticas contra su profesión. En esta ocasión concretó sus ataques en una entrevista al periodista D. Arturo San Agustín para el Grupo Zeta:

D. Rogelio Hernández: «Si yo fuera Paul Newman, no consentiría que doblaran mi voz. Pero luego recapacitaría. Como muchos espectadores no entienden mi idioma primero pensaría en los subtítulos, pero claro, si esos subtítulos se reducen a un telegrama aceptaría que doblaran mi voz. Lo que pasa es que ahora se ha puesto de moda atacar a los actores y actrices de doblaje».

D. Arturo San Agustín: «¿Quién les ataca?»

D. Rogelio Hernández: «Hay un señor que lleva un programa de cine en ANTENA 3 RADIO [D. Carlos Pumares] que nos intenta machacar. Y ese odio hacia el dobleja le lleva a decir muchas cosas innecesarias. Naturalmente que lo ideal sería que todos fuésemos políglotas. Pero como muchos no lo somos, el doblaje es un gran servicio».

SE NIEGA A DECIR CUANTO COBRA POR PUBLICIDAD:

D. Arturo San Agustín: «Muchos dicen que en las películas siempre se escuchan las mismas voces»

D. Rogelio Hernández: «Los empresarios de doblaje y los distribuidores cuidan mucho la calidad de sus productos. Y supongo que eligen a los mejores intérpretes».

D. Arturo San Agustín: «¿Es cierto que ustedes se forran?»

D. Rogelio Hernández: Eso es una leyenda. Un buen actor de doblaje viene a sacarse al mes unas 150.000 pesetas. ¿Eso es forrarse?

D. Arturo San Agustín: «Pero la publicidad es muchísimo más generosa»

D. Rogelio Hernández: La publicidad nos redondea la mensualidad para poder vivir con holgura.

D. Arturo San Agustín: «Vamos, señor Paul Newman, ¿Cuánto cobran ustedes por un spot?»

D. Rogelio Hernández: «Es curioso. Tengo mucha retentiva para los diálogos, pero  cuando se trata de recordar las cifras soy una auténtica calamidad».

D. Arturo San Agustín: «Y no suelta prenda».

El Análisis

NO LE CREO, DON ROGELIO

JF Lamata

Vamos por partes. ¿Tenía derecho D. Carlos Pumares en decir en antena que prefería la versión original? ¿En decir que el doblaje al castellano impedía al público español analizar qué actor americano era bueno y qué actor era malo al igualarlos a todos? Claro que sí tenía derecho. Porque además era verdad. El oído español no podrá diferenciar demasiado la forma de hablar de Paul Newman, la de Tony Curtis o la de Jack Nicholson, porque era la misma. Lo que olvida el Sr. Pumares es que probablemente la inmensa mayoría de oídos españoles no ve las películas para analizarlas, sino para pasar el rato. Desde el doblaje han machacado siempre al Sr. Pumares acusándole de ser un envidioso que quiso ser actor de doblaje y no tuvo éxito (él mismo periodista tuvo que reconocer que hizo un curso con D. Salvador Arias), pero su posible frustración o no, no impide que su argumentación pueda ser atendible.

En cuanto a lo que dice D. Rogelio. El veterano actor de doblaje, marido y padre de actores de doblaje (que con más frecuencia que en otras profesiones van en lotes familiares) opina que «lo único que no debe doblarse son las canciones». (Nos imaginamos que lo debe decir porque él no era cantante, probablemente los actores de doblaje que además eran cantantes no opinen lo mismo). Pero lo más inquietante es que cuando le preguntan si se forra por doblar anuncios de publicidad, el artista se niega a dar el dato. «Tengo poca retentiva para las cifras» (Ja, ja, ja…).

Teniendo en cuenta las cifras que se manejaban en 1985 Don Rogelio Hernández podía cobrar al año en publicidad entre 50 y 70 millones de pesetas. Dado que muchas marcas querían contar con una voz que los oídos españoles asociaban a galanes del cine. Podía decir «sí, cobro muy bien, y me lo merezco porque mi voz aporta beneficios a esas marcas». No sé si es cosa de ese complejo de rico que quiere presumir de pobre, o simplemente que no le daba la gana, pero aquello de que a la pregunta de su sueldo diga que no lo recuerda, pues no, mire usted, Don Rogelio, no le creemos.

Federico García Jiménez & J. F. Lamata