17 enero 2014

Los manifestantes quemaron cuatro bancos e incendiaron papeleras y cochas al tiempo que aseguraban que las obran beneficiaban al Grupo Promecal

Revueltas callejeras obligan al alcalde de Burgos, Javier Lacalle, a retirar su proyecto de bulevar en Gamonal

Hechos

El 17 de enero de 2014 el alcalde de Burgos, D. Javier Lacalle retiró su proyecto de obras del bulevar en la calle Vitoria argumentando «circunstancias sociales».

Lecturas

Las obras del bulevar en la calle Vitoria de Burgos, incluidas en el programa electoral del PP de Burgos – que había ganado las elecciones por amplia mayoría – habían sido rechazadas por un sector importante del barrio de Gamonal que la noche del 10 de enero de 2014 reaccionó con una serie de protestas callejeras. Manifestantes recurrieron a destrozos urbanos, incendiando dos oficinas bancarias y agrediendo con piedras a seis policías. El 17.01.2014 para poner fin a las protestas el alcalde de Burgos, D. Javier Lacalle, renunció al proyecto del bulevar.

SIMPATÍAS MEDIÁTICAS HACIA LA VIOLENCIA CALLEJERA EN GAMONAL

Varios programas de televisión de los dos principales grupos mediáticos de España, Atresmedia y Mediaset mantuvieron una línea editorial favorable hacia los violentos de Gamonal, presentándolo como una lucha heroica del pueblo contra los intereses de empresarios corruptos y políticos comprados. El programa ‘Las Mañanas de Cuatro’ (Mediaset) de D. Jesús Cintora insistió mucho en esta línea recordando los problemas judiciales del Sr. Méndez Pozo, al que ligaba con el bulevar de Gamonal. En ‘La Sexta Noche’ (de Atresmedia) el tertuliano D. Pablo Iglesias Turrión, profesor en la Universidad Complutense, defendió la legitimidad de la violencia callejera para que se atiendan demandas que consideran legítimas.

ATAQUES A MÉNDEZ POZO Y EL GRUPO PROMECAL

MendezPozo2007 El empresario D. Antonio Miguel Méndez Pozo, propietario del grupo mediático Promecal – e implicado en un proceso judicial en 1992 por el que fue condenado – fue señalado por los manifestantes anti-obras en Gamonal y sus medios simpatizantes como el ‘villano’ del caso. cerebro de las obras en Burgos, que se iba a beneficiar de la construcción del bulevar, una de sus empresas había desarrollado el plan, aunque la empresa que lo desarrollaba no era suya.

DiarioBurgos El periódico DIARIO DE BURGOS, del Grupo Promecal, dirigido por el Sr. Briongos, mantuvo una postura crítica editorialmente contra los incidentes violentos de ámbito nacional, lo que llevó a que también padeciera por aquellos días actos de intimidación por parte de los manifestantes de Gamonal.

SedePromecal La sede de Promecal en Burgos, sede por tanto del DIARIO DE BURGOS, fue sitiada por manifestantes durante los sucesos de Gamonal de enero de 2014. La mayoría de medios de ámbito nacional ignoraron aquellos actos.

Promecal_Chani_001 Entre los tertulianos que defendieron al Sr. Méndez Pozo asegurando que sus empresas no sacaban ningún beneficio de las obras en Gamonal destacó D. Antonio Pérez Henares, Chani, que pertenecía al grupo Promecal o Dña. Pilar Cernuda.

TERTULIANOS:

 Dña. Esther Palomera: “Me gustaría saber el motivo de la convocatoria de Madrid. ¿Iban a solidarizarse con Gamonal o a prender chispas? (…) Yo no quiero una batalla campal (…) Las obras de Gamonal la llevaba el PP en un programa electoral” (Atresmedia, 16-01-2014).

 D. Fernando Berlín: “Lo lamentable de esta democracia es que no hay mecanismos para expresarse que no sea con esas protestas. Yo no me atrevo a juzgar sus métodos. Es eficaz” (Atresmedia, 16-01-2014).

 D. Javier Aroca: “Torpeza política del alcalde y del delegado del Gobierno. Este movimiento trasciende de la obra del Burgos, responde a la indignidad ciudadana». (Atresmedia, 17-01-2014).

 D. Antonio García Ferreras: «El barrio de Gamonal resiste a pesar de la incompetencia del ayuntamiento y de su alcalde” (…) “No hay dinero para la guardería, pero sí para Bulevard”. (Atresmedia, 17-01-2014).

 D. Alfonso Rojo“Yo creo que hay muchos elementos, el primero es la personalidad del constructor que está detrás de la obra. (…) El dueño de Burgos. El constructor tiene bastante que ver y manda bastante en Burgos, es el dueño del periódico y tiene que ver con la televisión autonómica, tiene la mitad. En lugar de cerrarla, porque no era rentable, se unen dos televisiones [Ulibarri León, Méndez Pozo Burgos] otra opción era cerrarlo. Yo creo que la personalidad del constructor tiene que ver con el encabronamiento de la gente. (…) El ayuntamiento haría mejor en decir aplazarlo para cuando llegaran momentos mejores.» (Atresmedia, 17-01-2014).

 D. Antonio Martín Beaumont: “La personalidad del constructor es una personalidad curiosa (…) pero hay un dato importante, que el alcalde el del Partido Popular y por eso ola protesta ha sido manipulada por la izquierda radical». (Atresmedia, 17-01-2014). 

 Dña. Tania Sánchez: “El problema no es la violencia, aunque os obsesione mucho. La violencia es tan aislada” (Atresmedia, 17-01-2014)

13 Marzo 2011

Llegó la hora de Gamonal

Raúl Briongos

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Ya en la campaña electoral de 2011, el director del DIARIO DE BURGOS había puesto el acento en la situación de Gamonal

Con todas las prevenciones que requieren las fechas en las que estamos, a poco más de dos meses de las elecciones municipales y con el canasto de las promesas a rebosar, parece que la cita electoral va a tener uno de sus principales campos de batalla en Gamonal. Son tantas las carencias que sufre ese barrio y es tal el número de votos que está en juego que el partido que acierte en el diagnóstico de necesidades y establezca un plan creíble para su solución tiene garantizados unos buenos resultados allí el próximo 22 de mayo. Hasta ahora, era normal que el PSOE tuviese en esta zona su particular feudo, tradicionalmente ha cosechado allí un buen número de votos, pero otros partidos han querido asomarse también al mayor barrio de Burgos, y todos, claro está, con un pan debajo del brazo.

El candidato del Partido Popular, Javier Lacalle, ha sido el primero en presentar sus cartas, que tienen forma de Plan Director de Gamonal, un instrumento que, según afirma, intentará solucionar los tradicionales problemas del barrio desde una óptica global. Después del buen recibimiento que le otorgaron en su visita durante el día de Las Candelas, Lacalle comprendió que le conviene cuidar a esa zona que tiene sus propias claves, que necesita una atención que desde el número 1 de la Plaza Mayor rara vez se le presta y en la que, paradójicamente, el PP mejoró sus resultados pese al fiasco del párking de Eladio Perlado. La publicación de esta primera promesa electoral debió hacer pupa en el seno del PSOE, pues su candidato, Luis Escribano, apenas tardó 24 horas en salir a la palestra explicando que esa idea era originalmente suya, que estaba presentada como proposición a Pleno y que lo único que hizo el PP fue torpedearla para que no saliera adelante.

Pero Gamonal, que es muy suyo, no solo necesita ideas y propuestas. También requiere de personas que den la cara y demuestren a los habitantes del antiguo pueblo que no están solo para predicar, sino también para dar trigo. En el PSOE, la número 2, Purificación Santamarta, tiene su puesto de la ONCE en la calle Vitoria y viven en Juan XXIII, por lo que es una figura conocida allí pero ¿y en el seno del PP? Salvo el actual concejal de Hacienda y seguro hombre fuerte de Lacalle en el caso de que gane las elecciones, Ángel Ibáñez, no hay nadie conocido allí que consiga sumar votos más allá de la marca PP, como puede hacerlo, por ejemplo, el Tala en San Pedro de la Fuente, que iba de número 14 en las elecciones de 2003 y movilizó a todo lo movilizable para asegurarse un sitio en el Salón de Plenos.

Es aquí donde vuelve a coger peso la figura de Cristino Díez, muy querido en Gamonal y de los pocos capaces por sí mismos de sumar votos. En el PP lo saben y también lo han tenido en cuenta. Sin embargo, no será hasta abril cuando se aborde la posible incorporación como independiente del actual escudero de Peña. En el seno del PP existe la convicción de que si se integra finalmente en la lista de Lacalle se lograrían tres objetivos: atraer los «votos flotantes» del SI (5.836 según la última encuesta publicada por Diario de Burgos), hacer un guiño a Gamonal después de muchos años mirando casi en exclusiva al centro y cauterizar una herida que ha dividido a la derecha en Burgos. En un mes sabremos si los contactos fructifican al final.

J. F. Lamata

15 Enero 2014

Un ‘soviet’ llamado Gamonal

Federico Quevedo

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El alcalde de Burgos, a quien no tengo el gusto de conocer, había tomado la decisión de mejorar un barrio y se ha liado parda

El alcalde de Burgos, a quien no tengo el gusto de conocer, había tomado la decisión de mejorar un barrio y se ha liado parda, una kale borroka en toda regla que algunos quieren utilizar como ensayo para extenderlo a otros rincones del país. Esto no es simplificar las cosas, ni mucho menos. Es que es así, y el hecho de que la magnitud debida a la violencia de la protesta le haya hecho cambiar de opinión, no cambia esta reflexión. Vale que la corporación municipal y su alcalde a la cabeza hayan podido meter alguna pata –no lo descarto– adjudicando la obra a un empresario de dudoso prestigio según se lee en esta interesante crónica publicada el lunes por este periódico bajo el título de Gamonal y el fantasma de Méndez Pozo, pero si el concurso y su resultado han sido legales y no consta irregularidad alguna, no hay razón para la protesta.

Para más coña, la obra en cuestión estaba incluida en el programa electoral del PP que ganó las elecciones en 2011 y que, encima, fue el partido más votado por primera vez en el barrio de las narices. ¿Ustedes lo entienden? Yo no. O sí. Verán, me da la impresión de que todo este asunto está siendo utilizado por ciertos sectores de la izquierda más radical de este país como mecha para provocar un incendio de mayores proporciones. ¿La excusa? Bien fácil: los políticos son unos cabrones corruptos y hay que acabar con todos ellos –sobre todo si son del PP– porque en este país ya no aguantamos más recortes a los ciudadanos mientras los políticos y los banqueros se lo llevan crudo.

Con un par. El discursito, típico de la izquierda antisistema y muy manoseado hasta la náusea por sus voceros en las redes sociales y en algunas de las tertulias televisivas a las que acudo, tiene un peligro de narices pero prende de maravilla en parte de una sociedad especialmente impregnada por la gasolina de la crisis. “Yo me estoy muriendo de hambre mientras estos hijos de p… se forran a mi costa”, es lo que piensan muchos sufridos ciudadanos indignados y no sin razón, porque motivos hay para indignarse. Para indignarse, sí, pero no para tomarse la democracia por la mano.

A ver si me explico: el derecho a la protesta, a la manifestación, a la crítica, forma parte de una democracia saludable, pero lo que ya no forma parte de una democracia saludable es la pretensión de suplantar aquellas instituciones que los propios ciudadanos han elegido democráticamente y coartar la libertad de acción de quienes las dirigen. Si se equivocan, a los cuatro años se les echa. Y si en el transcurso de su mandato cometen algún delito, se les denuncia. Y si en esos cuatro años hacen cosas que no gustan, para eso está la crítica e, incluso, la protesta pacífica y si el gobernante entiende que hay una mayoría social que rechaza sus medidas o no las toma, o las explica mejor, o se la juega si realmente cree que eso es lo que tiene que hacer.

Estos son los usos de la democracia, que se sostiene por un juego de mayorías. Lo que se propone en Gamonal, como pasó con la deriva antisistema del 15-M, es una democracia asamblearia en la que sean los vecinos los que tomen la decisión de si se hace o no la obra en cuestión. Pero es que esa decisión ya la tomaron cuando votaron en 2011, y lo que ahora pretenden es subvertir un proceso democrático y legítimo y sustituirlo por un modelo de democracia que tiene su origen en el comunismo más rancio y atroz. O sea, sovietizar Gamonal. Y eso acaba en dictadura totalitaria. De hecho, es lo que ha ocurrido, porque la decisión del alcalde de parar las obras es en sí misma el resultado de una imposición totalitaria fruto de una presión callejera que no sabemos si responde al sentir mayoritario de los ciudadanos de Gamonal.

Yo ya sé que por escribir esto me va a caer la del pulpo y me empezarán a llamar de todo y a acusarme de estar al servicio del capitalismo y todas esas chorradas… Pero entre seguir luchando por mejorar este sistema democrático –dentro de lo posible, porque nada en esta vida es perfecto y siempre habrá errores y equivocaciones propias del ser humano–, y romper con todo y ponerme en manos de una panda de radicales y energúmenos antisistema, no tengan la menor duda de que prefiero lo primero, y que si nuestra democracia corre algún peligro –que no lo corre– no es por la gestión de sus dirigentes por más barbaridades que hayan podido cometer, sino precisamente por quienes, aprovechándose de los muchos errores de esa clase dirigente, quieren hacerse con el control del sistema para pervertirlo.

No… Las cosas no son así, no cabe sacar la conclusión de que cada vez que un dirigente político quiere hacer una obra pública para el fin que sea, en este caso el de hacer más habitable un barrio en el que aparcar en triple fila se ha convertido en costumbre, lo hace porque ¿cómo es?, ah, sí: “Siempre hay alguien dispuesto a redondear su patrimonio privado con cargo a la caja común”. Esa no es la norma, sino la excepción, aunque la excepción haya sido muchas veces escandalosa.

Afirmar eso es de una enorme injusticia hacia miles de servidores públicos que lo único que han pretendido a lo largo de sus años de dedicación a la política es la mejora de la calidad de vida de sus vecinos. Y, hombre, parece difícil impedir que eso lo piense e, incluso, lo grite alguien que se ha visto abocado a la desgracia por culpa de la crisis, pero quienes escribimos y participamos en programas que llegan al gran público tenemos la responsabilidad de no seguir alimentando la voracidad de los enemigos de la verdadera democracia.

16 Enero 2014

Un soviet castellano

Maite Goroa

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Después de meses de lucha, los vecinos de Gamonal han logrado que el alcalde de Burgos aparque su rechazado y seguramente bien remunerado plan urbanístico. Y claro, en la derechona están que trinan, y por ejemplo el columnista de «Elconfidencial» Federico Quevedo titula su última ocurrencia de esta forma: «Un `soviet’ llamado Gamonal». Qué original el chaval. Comienza criticando que «el alcalde de Burgos, a quien no tengo el gusto de conocer, había tomado la decisión de mejorar un barrio y se ha liado parda, una kale borroka en toda regla que algunos quieren utilizar como ensayo para extenderlo a otros rincones del país». Desde luego, el señor alcalde intentando mejorar el barrio y los vecinos le pagan con algaradas. Desagradecidos… Insiste Quevedo en que «esto no es simplificar las cosas, ni mucho menos», sino que «es que es así, y el hecho de que la magnitud debida a la violencia de la protesta le haya hecho cambiar de opinión, no cambia esta reflexión». Simplificar igual no, pero manipular, un cacho.

El plumilla, que es un fino analista, ha descubierto cuál es la estrategia que se esconde detrás de lo ocurrido: «me da la impresión de que todo este asunto está siendo utilizado por ciertos sectores de la izquierda más radical de este país como mecha para provocar un incendio de mayores proporciones. ¿La excusa? Bien fácil: los políticos son unos cabrones corruptos y hay que acabar con todos ellos -sobre todo si son del PP- porque en este país ya no aguantamos más recortes a los ciudadanos mientras los políticos y los banqueros se lo llevan crudo». ¿Excusa? Servidora diría que esto es algo en lo que coincide casi todo el mundo de a pie. Como colofón, Quevedo apunta que «lo que ahora pretenden es subvertir un proceso democrático y legítimo y sustituirlo por un modelo de democracia que tiene su origen en el comunismo más rancio y atroz. O sea, sovietizar Gamonal. (…) De hecho, es lo que ha ocurrido, porque la decisión del alcalde de parar las obras es en sí misma el resultado de una imposición totalitaria fruto de una presión callejera que no sabemos si responde al sentir mayoritario de los ciudadanos de Gamonal». Oiga, ¿y no era una imposición totalitaria construir un bulevar rechazado por el vecindario? Eso no porque era idea del zar, no. En fin, pues si «violentos itinerantes» han sovietizado Gamonal, ya saben lo que decía aquél: ¡todo el poder para los soviets!

17 Enero 2014

¿Periodismo o agitación?

Antonio Pérez Henares

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Los últimos sucesos ocurridos en Burgos ponen en evidencia a determinados medios de comunicación que, en vez de cumplir con su deber, prefieren entregarse a la propaganda

Los nuevos medios de comunicación han revivido el panfleto. La agitación y la propaganda como sustitutos de la información. Pero eso, aunque se pretenda hacer pasar por ello, no es prensa.

El consolidado formato de la telebasura y la exhibición obscena de cualquier miseria ya ni siquiera ajena, pues ahora lo que vende es la propia, ha sido el prólogo en el tiempo de este nuevo y aún más demoledor estilo de.

Se suponía que la piedra angular del periodismo era el intento de veracidad. De contar una realidad a lo que luego se añadía la insoslayable subjetividad, la personal manera de interpretarla en función del ojo, el sentimiento, la interpretación y los parámetros de pensamiento e ideología de quien la veía y contaba. Con ello se contaba, como algo esencial y propio de la condición humana, pero, al menos, existía el principio del hecho así como la pretensión de la verdad.

Pero todo ello parece estar siendo arrumbado y hasta desacreditado como fórmula. Se acude a la noticia con la intención ya decidida de conducirla hacia el ascua predeterminada. Y si el hecho no quiere arrimarse a la pretensión, no importa. Se fabrica a imagen y semejanza. Programas y hasta cadenas practican tal metodología como parte de la modernidad más luminosa. La objetividad no existe siquiera ni como propuesta y mucho menos como objetivo.

Hay algo más, sin embargo, y aún más nocivo. Son las llamadas redes sociales y en particular aquellas que tan solo admiten como posibilidad expresiva la consigna aquilatada en un número tan escaso de caracteres que solo quepa lo que en una pancarta cabe. O sea, más o menos, una consigna.

En tal ámbito campan como pletóricos conquistadores los nuevos guardias rojos de la revolución cultural, que ahora llaman tuit a lo que llamaron dazibao, prestos a replicar hasta la náusea una soflama, a reproducir urbi et orbe la consigna, a convertir en verdad la más goebbelsiana de las mentiras. Esa es una. La otra, en línea con aquel pasado, que quizás desconozcan pero cuyo método calcan, es acudir en tropel y con el martillo a romperle los huesos de la mano a cualquier pianista que ose interpretar una melodía contraria o a cualquier intelectual burgués y vendido que pretenda algún atisbo critico. Es más, a cualquiera que no dé la prueba absoluta de sumisión a la totalidad completa de sus postulados. La criminalización y el sambenito de por vida es colgar, por parte de esa Santa Inquisición autoproclamada progre, a todo lo que se mueva y les moleste, el calificativo de facha. Palabra que emplean como si de una excomunión se tratara y que arroja de por vida a los que la reciben a las tinieblas exteriores de lo que es el paraíso de los buenos.

Pues todo eso, es hora ya de decirlo, porque nada tiene que ver con el periodismo. Que habrá que empezar cualquier día de estos a reivindicar y a poner en valor y que, sin embargo, miles de honrados profesionales practican a diario en su trabajo continuo, en sus medios y en sus empresas. Que es una digna profesión que nada tiene que ver con el agripop, y que así hay que decírselo por mucho que a algunos les moleste.

P.D. Dedicado a mis compañeros de Diario de Burgos. Con todo mi afecto y solidaridad.

18 Enero 2014

El ejemplo de Gamonal

Ignacio Escolar García

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Lo que ha pasado en el barrio burgalés de Gamonal no es un atentado terrorista, por mucho que lo diga la relaxing alcaldesa de Madrid. No es una rendición de la democracia ante la violencia, por mucho que lo argumenten quienes no ven más allá de su nariz. No es vandalismo ni gamberrismo ni un «aquelarre vecinal», como ha asegurado en su editorial uno de los periódicos de Burgos, El Correo, propiedad de un imputado en el caso Gürtel por corrupción. No es tampoco una victoria de la «santa inquisición autoproclamada progre», como publica el Diario de Burgos, propiedad de otro constructor, Méndez Pozo, condenado a cárcel en los 90 por corrupción y director de obra del famoso bulevar.

Lo que ha pasado en Gamonal es la demostración de que los vecinos siempre ganan cuando están unidos y tienen razón. Es otra prueba de que se puede, como ya demostró la PAH contra los desahucios o la marea blanca contra la privatización de la sanidad. Es otro ejemplo de que la manipulación informativa hoy no cuela como antes; de que hasta en la vetusta Burgos la libertad de expresión ha dejado de ser un monopolio en manos de aquellos que pueden pagar una imprenta. Hoy internet y las redes sociales permiten que llegue la información a lugares donde hasta ahora mandaba el silencio, la censura y la omertà.

No es la violencia

Gracias a Gamonal, muchos ciudadanos han dicho que basta ya. En una semana, el alcalde ha pasado de mandar las excavadoras y los antidisturbios a su rendición incondicional. Habrá quien crea que ha sido por la violencia, y no es verdad: los episodios violentos fueron muy espectaculares en televisión, pero anecdóticos. Los vecinos empezaron por el bulevar y quieren seguir limpiando su ciudad, constituidos en un movimiento contra la corrupción. Tienen tarea. El Ayuntamiento de Burgos está casi arruinado, con una deuda por habitante superior incluso a la de Madrid. Durante décadas fue la capital de provincia -solo por detrás de Madrid, Barcelona y San Sebastián- con la vivienda más cara de España, a pesar de que está en mitad de una meseta, sin límites orográficos y sin apenas aumentar su población. La fiesta terminó, y la factura la pagan los de siempre, aquellos que no la pudieron disfrutar.

La historia de Burgos, con sus señores del ladrillo y sus dóciles alcaldes y medios de comunicación, es calcada a la de muchos otros lugares del país, de esos donde nunca pasa nada, hasta que pasa. Dice la vicepresidenta que el Gobierno no teme a las protestas porque los datos macroeconómicos van mejor. Olvida algo: donde más bajó la prima de riesgo y más subió la bolsa en el 2013 no fue en España sino en Grecia, ese modelo de país.

El Análisis

DIFERENCIAS ENTRE GAMONAL Y MAREA BLANCA

JF Lamata

Los programas anti-PP, en particular algunos de Atresmedia (tipo ‘La Sexta Columna’) presentaron lo sucedido en Gamonal contra los planes del ayuntamiento de Burgos como algo equiparable a ‘La Marea Blanca’ que ganó a la Comunidad de Madrid, como triunfos del pueblo democrático contra los políticos villanos. La comparación no parece exacta. Los de ‘La Marea Blanca’ se manifestaron sin quemar papeleras y coches y, lo más importante, ‘La Marea Blanca’ ganó por la vía legal: los tribunales les dieron la razón frente a la comunidad de Madrid. Los gamberros que destrozaron calles en Gamonal no ganaron al ayuntamiento de Burgos por la vía legal, lo derrotaron por la vía de la intimidación, el lenguaje de los mafiosos. ¿Ganaron? Por supuesto… pero ¿ganó la democracia? No, ganó el pataleo.

J. F. Lamata