28 enero 2001

"¡Springer no va a impresionarme ni a conseguir mi caída!"

El canciller de Alemania, Gerald Schröder, acusa al grupo mediático Axel Springer de estar en campaña mediática contra él

Hechos

28.01.2001 se hicieron públicas unas declaraciones del canciller de Alemania, Gerhard Schröder, a la revista Die Zeit sobre el tratamiento que estaba recibiendo su Gobierno por parte de ‘un grupo mediático’.

Lecturas

El canciller de Alemania, Gerhard Schröder, denuncia en enero de 2001 que es víctima de una campaña mediática orquestada por la oposición en connivencia con el grupo mediático Springer, que edita diarios como Die Welt o Bil Para Schröder los nuevos responsables del Springer encabezados por Mathias Döpfner (CEO del Grupo) utilizan sus medios para fines políticos para causar la caída de su gobierno.

Schröder: «No creo en las teorías de la conspiración, pero si puedo afirmar mi convencimiento de que los nuevos responsables del grupo editorial Axel Springer quieren utilizar sus medios [entre ellos los influyentes diarios DIE WELT o BILD] para fines políticos. Pero, personalmente, creo que no tendrán éxito, no van a impresionar a este Gobierno ni a provocar su caída».

EL NUEVO RESPONSABLE DE SPRINGER

mathias_dopfner Schröder no citó su nombre pero sólo podía referirse al nuevo CEO del Grupo Axel Springer, Mathias Döpfner, un periodista de 37 años que logró revitalizar DIE WELT en su etapa de director y que ahora llega a la presidencia del grupo editor del mismo.

29 Enero 2001

Schröder versus Springer

Ana Alonso Montes

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Gerhard Schröder, como más de 10 millones de alemanes, se desayuna con la lectura del Bild, el diario más emblemático de Springer, el mayor grupo editor de periódicos en Alemania. El canciller socialdemócrata concede las primeras entrevistas a su regreso de vacaciones estivales, y las fotos que confirmaron su noviazgo con Doris se publicaron en este periódico, el más leído de Alemania, con 4,4 millones de ejemplares vendidos cada día. Uno de sus portavoces, Bela Anda, se ha formado en el Bild.

Pero el debate sobre el pasado de sus ministros, el incendiario Fischer, el rebelde Trittin, y la libertina Ulla Schmidt, ha llevado a Schröder a declarar la guerra a Springer. En una entrevista en el semanario Die Zeit, que acaba de incorporar en su dirección a Michael Naumann, que hasta diciembre era ministro de Cultura en el Gobierno federal, el canciller ha acusado a los grupos Springer y Bauer de llevar a cabo una campaña en contra de su Gabinete.

«Determinados medios, y especialmente la gente nueva de Springer, pretenden inmiscuir en política a esta editorial. La parte sucia la ejecutan las gacetas de Bauer. Quien crea que Joschka Fischer arrojará la toalla, se equivoca. Esta campaña ni nos sorprende, ni hará que el Gobierno fracase. Lo que está claro es que se trata de una campaña», afirma Schröder.

El grupo Springer respondió de inmediato con una columna de Mathias Döpfner, miembro de la directiva de Springer responsable de los diarios. Bajo el título La campaña del canciller, Döpfner acusaba a Schröder de no querer asumir los problemas en que está inmerso el Gobierno, y destaca que los diarios de Springer no tienen por qué ocultar que un ministro desayunó con una terrorista.

Eso sí, Döpfner se olvida de añadir que, de darse el caso, sucedió hace 27 años. «¿Es culpable el Bild de que dos ministros tengan que dimitir? Con la crítica a nuestra editorial el canciller pretende atemorizar a los periodistas independientes y callarles la boca. Su ataque está dirigido contra la libertad de prensa», señala Döpfner, que antes de subir a las alturas de Springer dirigió con éxito el diario Die Welt.

Precisamente en este periódico del grupo se ha presentado como gran novedad la relación de Schröder, en su papel de abogado, con causas como la defensa de un grupo de profesores que firmaron en los 70 un manifiesto a favor de la libertad de expresión, relacionado con la declaración de un tal Mescalero sobre el asesinato del fiscal general Siegfried Buback.

Este caso también ha servido para recordar el pasado rebelde de Trittin, que como estudiaba en la universidad de Gotinga, donde se difundió la carta, se suponía que en aquella época había suscrito la misiva en la que el autor «no ocultaba su alegría por la muerte de Buback». Este fin de semana, Klaus Hülbrock se ha desvelado como autor de aquella carta y ha exculpado a Trittin.

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Tensión política

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La columna en el Bild de Döpfner termina al menos con la promesa de que cuando el Gobierno haga bien su tarea, en este diario no tendrán reparo en elogiarlo. Un llamamiento a firmar la pipa de la paz, se supone, ya que es difícil que el canciller pueda prescindir de Springer, y a Springer no le conviene estar a malas con el poder.

Cuando todavía faltan dos años para las próximas elecciones generales, existe cierto nerviosismo en los dos bloques, el conservador y el socialdemócrata. Y los diarios, la propaganda y los medios electrónicos se utilizan como arma de batalla en los dos bandos. La CDU pretendía esta semana lanzar una campaña muy agresiva con carteles en los que Schröder aparecía como un criminal; las Juventudes de la CDU tienen un juego en su página en Internet que consiste en golpear al ministro de Medio Ambiente, el ecopacifista Jürgen Trittin. Según Die Welt, también las Juventudes Socialdemócratas presentan carteles en los que comparan a Stoiber y Merz con los skinheads. Todo vale en tiempos de guerra.