13 julio 1989

Nuevo atentado de los asesinos etarras en Madrid

El ‘comando Argala’ de Henri Parot y Jacques Esnal asesina al Comandante Brangua y al Coronel Martín-Posadillo

Hechos

El 20.07.1989 fueron asesinados a tiros D. José María Martín-Posadillo y D. Ignacio Julio Barangua

Lecturas

Hechos: El 19 de Julio de 1989 en Madrid eran ametrallados en su coche el Comandante Ignacio Julio Barangua y el Coronel José María Martín-Posadillo muriendo ambos y quedando gravemente herido el chofer Fernando Vilches Aznar, el atentado se produjo a pocos metros de la Glorieta de Atocha. Los terroristas acribillaron a los dos mandos del Ejército desde un coche en marcha que se colocó al lado del de las víctimas.

Víctimas Mortales: D. José María Martín-Posadillo e D. Ignacio Julio Barangua

LOS ASESINOS:

parot_esnal El atentado fue atribuido a los asesinos en serie franceses Henri Parot y Jacques Esnal que formaban el ‘comando Argala’.

20 Julio 1989

La cabeza fría

EL PAÍS (Director: Joaquín Estefanía)

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La organización terrorista ETA ha mostrado una vez más su verdadera disposición negociadora. Con la cobardía y la impunidad con que suele ejecutar todos sus crímenes, el pelotón de fusilamiento del denominado movimiento vasco de liberación ajustició ayer en Madrid a dos jefes militares e hirió de suma gravedad al soldado conductor del vehículo en que se dirigían al trabajo. Cuando las vanguardias asesinas establecen su agenda de trabajo a través del disparo por la espalda o la bomba indiscriminada, se echa de ver en toda su magnitud la ridícula incongruencia en que se mueven los acólitos civiles de la banda terrorista aventurándose en pretendidas propuestas de paz que inmediatamente son desmentidas con los más crueles y desalmados actos de guerra. Su mensaje carece de la más mínima credibilidad, y mejor harían en meditar sobre el humillante papel de criado para llevar recados que les ha reservado su mando militar.En los momentos que siguen a la comisión de atentados tan canallas como el perpetrado ayer en Madrid es comprensible que la rabia y la cólera se apoderen de los ciudadanos, angustiados por acabar de una vez por todas con una banda mafiosa que, aislada políticamente de la inmensa mayoría del pueblo vasco tras los acuerdos de Ajuria Enea del año pasado, ha convertido el crimen en su única razón de existencia. Pero precisamente porque sus métodos criminales son cada vez más refinados y buscan siempre expandir el máximo dolor con el mínimo riesgo, conviene no dejarse llevarse por reacciones emocionales. El Estado de derecho dispone de suficientes instrumentos legales, que deben ser aprovechados al máximo, para no dar respiro y acosar hasta su total erradicación a esta banda de asesinos. El cada vez más eficaz uso de tales instrumentos, la presión constante sobre lo que aún queda desantuario etarra al otro lado de los Pirineos y la decidida acción de las fuerzas políticas vascas contra el terrorismo y sus tramas civiles han demostrado ser un eficiente combinado contra los propósitos de ETA. Los importantes golpes policiales propiciados durante los últimos años a la organización terrorista y el fuerte descenso de su apoyo popular, tal como quedó demostrado en las recientes elecciones europeas, son datos que abundan en la bondad del camino elegido.