23 enero 1995

El comando asesino estaba formado por García Gaztelu 'Txapote', Valentín Lasarte y J. R. Carasatorre

El ‘comando Donosti’ de ETA asesina a Gregorio Ordoñez, Presidente del PP en Guipuzcoa y candidato a la alcaldía de San Sebastián

Hechos

El 23 de enero de 1995 D. Gregorio Ordoñez, concejal del PP en San Sebastián, fue asesinado ante la mirada de su secretaria, Dña. María San Gil.

Lecturas

Goyo_Ordoñez_1995_3 Concejales del ayuntamiento de San Sebastián encabezados por el alcalde D. Odón Elorza, sacaron a hombros el féretro con los restos de D. Gregorio Ordoñez. En el acto no participaron los concejales de Herri Batasuna (pro-etarras).

Goyo_Ordoñez_1995_Maria San Gil La asistente del Sr. Gregorio Ordoñez, Dña. María San Gil, estaba con él en el momento en que fue asesinado, siendo testigo del crimen e intentando perseguir a los criminales hasta que la encañonaron.

Hechos: El 23 de Enero de 1995 era asesinado a tiros en un bar D. Gregorio Ordóñez, concejal del Partido Popular en San Sebastián en presencia de su compañera Dña. María San Gil. Ordóñez era presidente del Partido Popular / Alianza Popular en la provincia de Guipúzcoa desde 1986, candidato a la alcaldía de San Sebastián en las elecciones que iban a producirse dos meses después, mano derecha de D. Jaime Mayor Oreja y uno de los políticos que más se había enfrentado al terrorismo.

Víctimas Mortales: D. Gregorio Ordoñez

abc_gregorio ordonez El diario ABC consideró que con la muerte de D. Gregorio Ordoñez, ETA había asesinado a uno de sus mayores enemigos.

LOS ASESINOS:

comando_donosti_txapote_lasarte_carasatorre El Comando Donosti de ETA estaba formado en aquel momento por los asesinos García Gaztelu ‘Txapote’ (autor material de los disparos), Valentín Lasarte y Juan Ramón Carasatorre. Lasarte fue condenado a 30 años de prisión por aquel crimen en 1999, ‘Txapote’ a la misma pena en 2006. E igualmente a 30 años Carasatorre en 2011.

CAMPAÑA DE ODIO EN PRENSA

A parte de ser amenazado de muerte por etarras por teléfono, los asesinos llegaron al descaro de amenazarlo directamente de una manera y de lanzar campañas de desprestigio contra él. Los artículos en el diario EGIN de figuras como Imanol Beristan o el etarra López Ruiz ‘Kubati’ (abajo reproducidas) son gráficas a ese respecto.

GREGORIO ORDOÑEZ FUE RIVAL DE MAYOR OREJA Y LUEGO SU PRINCIPAL COLABORADOR

Goyo_Ordoñez_1995 D. Gregorio Ordoñez fue un rival de D. Jaime Mayor Oreja en el liderazgo de los populares vascos. D. Gregorio Ordoñez había estado luchando años por defender las siglas de Alianza Popular en Guipuzcoa, mientras que en cambio D. Jaime Mayor Oreja pertenecía al democristiano PDP y sólo cuando el PDP se hundió se pasó a las filas de AP ahora reconvertido en PP, motivo por el cuál D. Gregorio Ordoñez le bautizó como ‘político corcho’. Sin embargo para 1994 se habían superado ya todas las rencillas y D. Jaime Mayor Oreja como Presidente del PP vasco y D. Gregorio Ordoñez como Presidente del PP en Guipuzcoa trabajaban en plena sintonía.

 

14 Septiembre 1994

Carta abierta a Gregorio Ordoñez

Imanol Beristain

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Usted, señor Ordoñez acepta una Monarquía impuesta por Franco del que usted es el 'delfín ideológico'. Usted quiere ser español, yo también deseo que lo sea, pues no merece ser vasco. Que sea usted concejal de Donostia supone una provocación.

Recientemente Ardanza dijo en sus declaraciones que España no es una nación y que sí lo era Euskadi o Euskal Herria. ‘Ante tamaña blasfemia’, usted lo calificó de lunático. Una semana más tarde, usted manifestaba en sus declaraciones que Euskadi era el corazón de España.

Lo dicho por Ardanza es la más pura realidad, aunque él sea el menos legitimado para decirlo, ya que nunca ha sido nacionalista y abjuró del independentismo al manifestar en la conferencia que pornunció en el Club Siglo XXI que no venía a reclamara la independencia de Euskadi, sino a hacer renuncia expresa de ella, con la pesencia y el apluso de Xabier Arzalluz.

Con este motivo publiqué mi artículo en un diario guipuzcoano pidiendo no sólo la expulsión de ambos del partido, sino que incluso abandonaran el país ya que lo estaban llevando al desastre.

He empleado el término abjurar porque entiendo que una declaración, es tan destacado lugar, no requiere necesariamente el juramento al que el diccionario hace mención.

Señor Ordoñez, le voy a demostrar la verdad de lo que dijo Ardanza aunque, como he dicho, no le correspondiera a él el decirlo.

A 1.500 años antes de la era cristiana se remonta la fecha en la que se cree llegaron a la península, que llaman ibérica, gentes de dos razas diferentes: los celtas que se establecieron por el norte y los fenicios por el sur.

En 800 años antes de Cristo se señala la llegada de los griegos que se establecen en una parte de la península. Y 500 años de la misma era es cuando llegan los cartagineses-fenicios. Todos estos pueblos se mezclaron con los aborígenes, pero no hay noticias de que hubieran constituido un Estado político. Aún no había nacido España, que fue una creación romana que conquistó todo el territorio que habían ocupado los pueblos antes enumerados, fundando un Estado político al que denominan Hispania. Y la romanizan en leyes, idioma, etcétera, aunque colonia de Roma. Esta primera España dura siete siglos. En el año 475 invaden la península los godos y se apoderan de toda la España romana y fundan la primera monarquía española que dura sólo dos siglos y medio. Y el año 710, los árabes, pero no mantienen la unidad política de los romanos, sino que la dividen en múltiples reinos musulmanes.

Euskadi no formó parte de las cuatro Españas históricas ni tampoco la de la reconquista que, unida e integrada por sus regiones propias, apareció el año 1492.

Ya entonces, los alaveses, los guipuzcoanos, los navarros y los bizkainos tenían y gozaban de leyes nacionales. ¿Desde cuándo? Desde siempre.

Decía el historiador alemán Humboldt que el origen de los vascos se perdía en la noche de la historia. En cambio usted, aunque es imposible para un vasco, quiere ser español. Yo también deseo que lo sea, pues no merece ser vasco. de la abundancia del corazón habla la boca (lo dice el Evangelio), pero usted es un fanático españolista – que no es lo mismo que español – y que siente un odio visceral hacia el nacionalismo vasco, hasta el extremo de convertirse en antivasco.

Mi nacionalismo independentista es de carácter reivindicativo, tanto que, conseguida la soberanía de Esukadi, ya no sería nacionalista sino simplemente vasco, como se es sueco, noruego o polaco.

Usted, en materia política, historia de Euskal Herria, el nacionalismo vasco, sus fundamentos… no sabe nada de nada. Aún está pasando por la fase de alfabetización con total ausencia de las normas más elementales de urbanidad. Usted es corto de luces que acepta una Monarquía que no está legitimada por las urnas, sino que nos fue impuesta por Franco del que usted es el ‘delfín ideológico’ políticamente hablando.

No odio sino que soy solidario con los demás pueblos y regiones del Estado español y sus gentes, en especial con los más necesitados, pobres y humildes. Por no odiar no odio a nadie, ni siquiera a usted, cuyos deseos para los reclusos de ETA son de todos conocidos. Se lo digo porque tengo un hijo, arquitecto, para más señas, que está preso en una cárcel de exterminio llevando un año de incomunicación y sin haber sido, todavía, juzgado. Y no lo compare con Amedo o Domíngue, pues sería una grave blasfemia, ya qye al lado de ellos es un Francisco de Asís.

Yo, que casi le doblo en edad, podría hablarle mucho del terrorismo de Estado, de los vascos matados por las Fuerzas de Seguridad del Estado, la Policía, la Guardia Civil, de las masacres de ésta y en cuyas dependencias se practica constantemente la tortura sofisticada y más espeluznante para con los detenidos. Y no hablemos del GAL donde los siniestros Amedo y Domínguez hicieron su brillante carrera, contratando a asesinos profesionales a quienes se les pagaban muy elevadas sumas de dinero por cada miembro de ETA que eliminaban con dinero de los FOndos Reservados provenientes del Ministerio del Interior, lo que, claro, usted evidentemente no lo ha mencionado ni lo va a mencionar jamás.

Yo sólo quiero la paz. Ni una sola gota más de sangre de ninguna parte. Me duele y sufro por todas las víctimas sean del lado que sean.

El sentirse español no pasa de ser una desgracia como otra cualquiera. Otra cosa distinta es forzarnos a los vascos a ser españoles: pretender que Euskadi es el corazón de España y para más inri sea usted concejal de Donostia, lo que para todo buen vasco, sobre todo si es nacionalista, supone una provocación, y Dios quiera que no sea par mucho tiempo.

Y para terminar, usted debe saber y si no lo sabe procure enterarse, que los vascos de Iparralde (Euskadi norte) no son españoles, y los vascos de Hegoalde (Euskadi sur) no son franceses. Consecuencia: los vascos – y yo lo soy – no somos ni españoles ni franceses, sino única y exclusivamente vascos, y esto es tan evidente como la luz que nos alumbra.

Por eso, yo no soy, ni he sido nunca, ni quiero ser español. ROgándole modere su agresividad. Sin odio.

Imanol Beristain

21 Septiembre 1994

Yo os acuso

Antton López Ruiz 'Kubati'

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Ordoñez y compañía, sois buitres carroñeros, una pandilla de cobardes. Me despido de vosotros con desprecio y con el deseo de que algún día, al poner la radio, oiga por ella una buena noticia que me alegre el día. Os odio.

Estar preso es estar condenado al silencio forzoso; a escuchar y leer cuanto se habla y se escribe sin poder opinar; a soportar los ataques de los cobardes que se aprovechan de las circunstancias para combatir a quien no puede defenderle y hacer planteamientos que, de no encontrarnos imposibilitados materialmente, merecerían nuestra inmediata respuesta.

Réplica, por otra parte, que debería ser expuesta en los medios de comunicación con la misma machacona contundencia con la que se me atribuyen palabras y manuscritos que nunca he dicho ni escrito.

Todo esto sabemos que hay que sufrirlo con estoicismo, serenidad y valor, como parte del sacrificio y la amargura que todo ideal exige. Pero hay veces en que es preciso vencer todos los obstáculos porque resulta imposible guardar silencio sin que la dignidad se sienta lastimada. No redacto estas líneas para aclarar mi posición con respecto a las ideas que hasta ahora vengo defendiendo, puesto que quien me conoce ya sabe de mi fidelidad a ETA y a la heroica lucha que desarrolla.

Lo hago por rectitud de conciencia, por la consideración, respeto y lealtad que le debo a mi pueblo.

Deseo que estas letras se conviertan en un manifiesto acusatorio hacia todos aquellos que, de manera desvergonzada, intentan mancillar la trayectoria de un militante que en su día optó por una lucha y que tiene decidido continuarla hasta conseguir la independencia.

Muy despreciados, por mi parte, señores Ordóñez, Jáuregui, Anasagasti… y demás ¿troupe?. No necesito que seáis generosos conmigo, pues, a cambio de la libertad que me ofrecéis no os daré ni un átomo de mi honor. No deseo ni vuestro perdón ni vuestra comprensión, tampoco vuestros grados penitenciarios, ni el segundo ni el tercero. Mi posición es nítida y si no se soluciona el conflicto estoy dispuesto a asumir los años de cárcel que me habéis impuesto por defender a mi pueblo y por ende, mis ideas. Si al paso de ese tiempo el conflicto continúa, os seguiré combatiendo. Ya no sólo por razones políticas, sino también porque sois la carroña de la sociedad. Os movéis entre las miserias humanas e intentáis pescar en la negrar aguas de vidas destrozadas por vuestra estrategia, una estrategia llena de inhumanidad y de castigo corporal y psíquico. Intentáis derrumbar al militante por medio de vuestra acción cobarde, desmedida, cruel… ¡y cuanto más débil lo véis, más os ensañáis con él, con su entorno, con su familia!

¿Acaso resultaría extraño que después de mucho sufrimiento, de mucho aislamiento, de muchas palizas, de mucha ignominia, alguien perdiera su orientación política e ideológica y se plegara, aunque fuera momentaneamente, a la estrategia del enemigo, simplemente por buscar un poco de descanso? ¿Cuántos de vosotros estaríais dispuestos a luchar por vuestras ideas al precio que estamos pagando los militantes vascos? Yo os conozco y sé que no aguantaríais ni cinco minutos en estas condiciones. Os he tratado en más de una ocasión y dios me libre de confiaros la defensa de algo por lo que haya que sufrir. Sois unos impresentables y todos los de vuestra calaña.

Con respecto a esto último, me viene a la memoria como Atutxa venía mansamente a pagar el impuesto revolucionario con un calcetín de distinto color para que le reconociéramos como la persona indicada de pago. Y sentado en su coche con los pies hacia fuera iba levantándose ligeramente los pantalones para que quien pasara a su lado viera los calcetines y lo identificara. Muy cómico y de poco carácter, si lo comparáramos.

En cambio vosotros sois como buitres carroñeros que, después de sacar los ojos, hurgáis en las entrañas para comeros las vísceras. Hacéis que nos persigan, que nos apaleen, que jueguen con nuestras familias, que nos aislen del mundo real y afectivo, que nuestra prisión se convierta en un continuo suplicio en el que, en ocasiones límite, no se vea otra solución que el suicidio o la claudicación política. Cuando el militante está destruido por culpa de vuestra labor rastrera y premeditada, allí se encuentran vuestras grabadoras dispuestas a recoger unas míseras palabras que, producto del dolor y de su cansancio a seguir sufriendo, intentan buscar el bálsamo de la familia o de la compañera. Allí se encuentran también los afanosos técnicos carcelarios conminándote a arrepentirse con su ayuda ‘desinteresada’.

Este es vuestro único triunfo que presentáis a la sociedad con vuestra sonrisa ‘profidén’ enmarcada en una calavera con hedor a muerte; el triunfo que proviene de unas miserias humanas producidas por vuestro oficio de asesinos.

El que os escribe lleva siete años de cárcel. Y os puede decir que ha sido una cárcel muy dura. Una cárcel plagada de dolor, de sufrimiento, de ensañamiento, de palizas, y sobre todo de aislamiento. Pero no me habéis derrotado. Y eso es precisamente lo que más os duele. Os lo digo a la cara, sois una pandilla de cobardes que tenéis las manos llenas de sangre de un pueblo que tiene la decencia de saber ser digno y ante el que os sentís impotentes.

Creo que esta es la palabra adecuada: impotencia. Os sentís impotentes porque vuestra crueldad no está dando los frutos apetecidos. Porque no tenéis nada ‘importante’ que llevarles a vuestros amos, sólo pequeños retazos del retablo que formamos los presos. ¡Cómo os gustaría que al que acusáis de matar a «Yoyes» os fuera pidiendo perdón de rodillas! No os preocupéis Ordóñez y compañía, que nunca pediré salir de la cárcel si antes tengo que hacerme merecedor de vuestro perdón y/o renunciar a mis ideas. Mi dignidad eclipsa a la vuestra y os voy a sentenciar una premonición: el día que esta lucha acabe, vosotros políticos de pacotilla, valientes de salón, cobardes de realidades que pobláis la geografía vasca, nos tendréis que pedir perdón a nosotros. Y vosotros sí lo haréis porque vuestra dignidad está acostumbrada a servir de estera.

Para finalizar, deciros que quizás lo que más me fastidia es que habrá personasq ue hayan oíod vuestras injurias sobre mí y a las que no llegará ésta, mi respuesta. Más que nada que entiendan el sentido de mi acusación. Porque no intento lavar mi imaen, ni siquiera rebatir las falsedades que me lanzáis. Sólo quiero acusaros de querer ser verdugos de la honradez y del amor a unas siglas: ETA.

Culpa de esa deficiencia informativa la tendrán los medios de comunicación pagados por los fondos reservados, que sólo se encargan de reflejar la información que desean oir los poderes del Estado, sus verdaderos amos. A vosotros, periodistas, que os gusta clamar a los cuatro vientos vuestra imparcialidad y vuestra labor de ‘notarios de la actualidad’, a vosotros os desafío a que déis a conocer mi opinión. Pero esta vez sí, con mi firma y responsabilidad.

Me despido de todos vosotros con desprecio y con el deseo esperanzador de que algún día, al poner la radio, oiga por ella una buena noticia que me alegre el día. Por jugar con mi integridad militante, por querer utilizar vuestro poder político en aras de la intoxicación, no importándoos que con ello desprestigiéis a personas que por sus ideas tienen la honrosa disposición de dar hasta la vida. Por todo ello, y por mucho más: os odio.

Antton López Ruiz ‘Kubati’

25 Enero 1995

Gregorio Ordoñez

EGIN (Director: Xabier Salutregui)

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El atentado mortal contra el concejal y candidato a la Alcaldía por el Partido Popular, Gregorio Ordoñez, registrado el pasado lunes en Donostia, ha conmocionado a la clase política vasca y española. La indudable trascendencia política de la acción, la controvertida personalidad de la víctima y el escaso espacio de tiempo transcurrido desde el luctuoso suceso, hacen que se impida el paso a la reflexión y ésta se sustituya con el insulto generalizado.

Desde el respeto al dolor que la muerte de Gregorio Ordoñez merece sin duda alguna, vaya por delante que no caben admitir como válidos ciertos llamamientos a erradicar la idea de la venganza manu militari, pues muchos de ellos más parecen invitaciones a hacer todo lo contrario.

Situar el atentado contra Gregorio Ordoñez en el contexto de la investigación judicial sobre el GAL sólo puede interpretarse como un burdo intento de instrumentalización política de una muerte en beneficio de la impunidad de la que vienen gozando determinados aparatos criminales del Estado desde el inicio de la Reforma. Tampoco se cuenta con elementos suficientes para interpretar el atentado en clave de unas futuras revelaciones del político abatido que relacionarían al policía municipal Morcillo y determinados mandos de la Benemérita.

Este atentado, a tenor de los últimos análisis conocidos, y desde la lógica que mueve a la organización armada, se perfilaría como una respuesta a la negativa reiteradamente anunciada por el Partido Popular a buscar soluciones al conflicto que no se basen en duras posiciones, y que pasan por un modelo de Estado en el que a la violencia armada de ETA sólo oponen la vía de su liquidación física y la intransigencia a cualquier reconocimiento de las históricas reivindicaciones de Euskal Herria.

Estamos, como adelantó el mismo día del suceso un dirigente sindical, ante un atentado con una terrible proyección que habla a las claras de un futuro sostenimiento armado del contencioso Euskal Herria-Estado, personalizado esta vez en el Partido Popular, previsiblemente triunfador de las próximas elecciones y por ende, detentador del Gobierno español.

24 Enero 1995

Asesinado por sus ideas

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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A Gregorio Ordóñez, candidato del Partido Popular a la alcaldía de San Sebastián le mataron ayer por sus ideas y por tener el valor de no callárselas. No es posible saber si su asesino tiene alguna idea en la cabeza, pero seguro que cobardía, no le falta: la necesaria para acatar sin rechistar la orden de asesinar a sangre fría a un hombre indefenso. Ordóñez era, además, el candidato del partido que en las últimas elecciones autonómicas fue la fuerza más votada en la ciudad. Si no el pistolero, quienes le ordenaron disparar sabían que la víctima era el probable futuro alcalde donostiarra. Desde el asesinato del dirigente socialista Enrique Casas, el, 23 de febrero de 1984, los terroristas no se habían atrevido a atentar directamente contra un líder político en activo, legitimado por el voto de los ciudadanos.

Es posible que los terroristas hayan visto posibilidades desestabilizadoras en el delicado momento político. Ello refuerza la necesidad de que las fuerzas democráticas, al margen de sus querellas presentes, mantengan la calma y hagan patente su voluntad de permanecer unidas frente al pistolerismo de ETA.

En noviembre pasado se publicaba en un periódico vasco una carta capturada por la Ertzaintza en la que un miembro de la cofradía radical invitaba a la dirección de ETA a atentar contra miembros «del PSOE, PP o PNV» a fin de que los compañeros de las víctimas, «cuando vuelvan del funeral, piensen que es hora d e encontrar soluciones» si no quieren «estar en el lugar que estaba el otro, o sea, en madera de pino». Tal es la confianza que tienen en la fuerza de sus ideas: creen que sólo asesinando a quienes piensan de manera diferente podrán convencerlos. Hace unos 15 años, el asesinato de un dirigente de la UCD del País Vasco por parte de ETA Político-militar, provoco una intervención por televisión de un antiguo etarra, condenado a muerte durante el franquismo. Era Mario Onaindía, y lo que aquella noche dijo fue que matar a alguien por sus ideas es fascismo. Fue la ruptura entre Euskadiko Ezkerra y los poli-milis, que se disolverían poco después.

¿Habrá en Herri Batasuna alguien con el valor suficiente para decirles a los que ahora dirigen la coordinadora KAS y ETA que lo que ordenaron ayer es fascismo? En las elecciones locales de 1991, el Partido Popular obtuvo en San Sebastián cinco concejales, los mismos que Herri Batasuna. ¿Esos cinco concejales abertzales que se sentaban junto a Gregorio Ordóñez en el consistorio tendrán algo que decir? Por ejemplo, el concejal de HB José Agustín Arrieta, que hace 15 meses, y con motivo de los ataques a la Ertzaintza, expresaba su temor a que la violencia de ETA provocase «un enfrentamiento civil entre vascos». ¿Era vaco Ordóñez, lo son los donostiarras que pensaban votarle para la alcaldía? En fin, ¿tendrá ese concejal algo que añadir a lo que dijo en el programa televisivo de Mercedes Milá sobre la necesidad de superar el abismo de incomprensión existente entre los vascos y los españoles, debido, según él, a los efectos del centralismo y la manipulación informativa?

La banda terrorista ETA no puede ya determinar con sus atentados la vida política española. Pero sería cerrar los ojos a la realidad ignorar que la crisis actual, relacionada precisamente con los episodios de guerra sucia contra ETA, ha colocado a las instituciones en una situación de debilidad: con un Gobierno cuya legitimidad es contestada por la oposición, sin una alternativa clara, con fuertes divisiones entre los partidos democráticos y , en el País Vasco, con un pacto antiterrorista debilitado por factores diversos. Entra en el estilo de los jefes terroristas -convencidos de que cuanto ocurre sobre la tierra tiene que ver con sus iniciativas- pensar que el momento es óptimo para intervenciones desestavilizadorsa. Tal vez con la esperanza de que los enfrentamientos entre partidos rivales, agudizados por la proximidad electoral, rompan la unanimidad democrática y aviven polémicas como la de si es posible luchar contra el terrorismo sin recurrir a la guerra sucia.

La expencia indica que para prevenirse contra tales provocaciones no hay más vías que las que durante estos años han acreditado su eficacia: la respuesta policial, desde la legalidad, y la unidad y firmeza de las fuerzas democráticas contra quienes intentan imponerse por la fuerza.

24 Enero 1995

Ordóñez: el testamento de un demócrata

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Lo afirmaba con frecuencia, y de manera muy insistente en las últimas semanas: «Van a venir a por mí». Tenía razón. Han ido a por él.

¿Y por qué a por él, precisamente? Está claro: porque no soportaban que alguien que había hecho bandera de la lucha frontal contra la violencia terrorista desde la estricta legalidad pudiera llegar a convertirse, como anunciaban todas las encuestas, en el próximo alcalde de San Sebastián. Porque les resultaba intolerable el auge de su popularidad en la capital guipuzcoana, constante durante los últimos años.

Ayer, poco antes de ser asesinado, Gregorio Ordóñez realizó unas declaraciones en defensa intransigente del Estado de Derecho. Bien podrían ser tenidas como parte esencial de su testamento político. Insistió en el carácter aberrante de los crímenes de los GAL y defendió la necesidad de que la Justicia lleve su trabajo clarificador hasta sus últimas consecuencias.

No faltarán quienes, ante la crueldad de lo ocurrido, sientan la tentación de abandonar esa línea de pensamiento, considerando que se ha demostrado que hay que dejarse de remilgos y purismos democráticos, conforme al Talión de los GAL. No caiga nadie en ello: es lo que desean los asesinos de Ordóñez.

En realidad, el apego a la razón y la Ley es lo que más daño hace a ETA. La organización terrorista no soporta la idea de que el Estado democrático pueda demostrar que cuenta con los instrumentos que le permiten depurar todas las aberraciones que aparecen en su seno. Necesita demostrar que el Estado no tiene remedio posible por la vía pacífica, legal y democrática. Porque, de quedar claro en la práctica que esa vía de autorregeneración está abierta, su acción violenta queda por completo deslegitimada incluso a los ojos de sus propios seguidores.

Ya hace días, ETA emitió un comunicado en el que afirmaba que no cree en los intentos de clarificar la trama de los GAL. El asesinato de Gregorio Ordóñez supone que ha decidido ir mucho más allá: demuestra que esos intentos en realidad le molestan, y trata de boicotearlos, fomentando que el PP y sus bases, por reacción de pura venganza, abandonen la línea de firme compromiso con la Justicia que vienen haciendo suya y propugnen que la democracia se vuelva a manchar las manos con represalias infamantes.

Pero el PP, por fortuna, está dando muestra de una gran madurez democrática, que excluye la apología de las cloacas. Ha reaccionado ante el crimen pidiendo serenidad, a la ciudadanía en general y a sus simpatizantes en particular, y ha reafirmado su confianza no sólo en la superioridad moral, sino también en la virtualidad práctica de la legalidad.

Es -no le quepa duda a nadie- el mejor homenaje que cabe rendir a Gregorio Ordóñez.

27 Enero 1995

Censura armada

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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UN DÍA después del atentado, el hermeneuta del diario Egin interpretó el asesinato de Gregorio Ordóñez a manos de ETA como una respuesta a la negativa del Partido Popular a buscar soluciones al conflicto vasco «que no se basen en duras posiciones». La razón: que ese partido es el «previsible vencedor en las próximas elecciones». Por otra parte, en un documento interno atribuido a una coordinadora de la que forma parte ETA se plantea la posibilidad de atentar contra los periodistas no adictos a la causa de la izquierda abertzale. La dirección de la coordinadora KAS confirmó ayer indirectamente la autenticidad del documento mediante un comunicado en el que todo es confuso excepto la intención de amedrentar a los informadores.En el mundo de ETA y HB, ¿quedará alguien con un pasado antifranquista? Si quedase alguno, debería informar a sus camaradas más jóvenes de que, la negación del pluralismo político e informativo era la seña de identidad más característica del régimen del general Franco. Y si entre ellos hubiera algún psiquiatra, sería imperdonable que no les alertara sobre, el significado de esa mezcla de odio e impotencia que reflejan las amenazas contra los políticos y periodistas que se resisten a plegarse a sus deseos.

Si el PP gana las elecciones será porque los ciudadanos así lo decidan. De hecho, ese partido ya ha sido la fuerza más votada en la ciudad de la que era concejal el político asesinado el lunes. Es comprensible que tal perspectiva disguste al radicalismo abertzale, pero sólo desde una mentalidad fascista puede pensarse que la realidad plural que reflejan los periódicos y confirman las urnas puede modificarse rompiendo éstas, como hacían los squadristi, o eliminando candidatos y periodistas, como pretenden ETA y los censores de KAS.