15 enero 2000

Su testimonio fue reclamado por la acusación contra Enrique Rodríguez Galindo y Julen Elgorriaga

El comisario Jesús García muere de un infarto mientras declaraba en el juicio del caso GAL por los asesinatos de Lasa y Zabala

Hechos

El 14.01.2000 murió en sala de la Audiencia Nacional mientras declaraba D. Jesús García.

Lecturas

Era un testigo que declaraba contra los acusados: es decir, el general D. Enrique Rodríguez Galindo, los socialistas D. Julén Elgorriaga, D. Jorge Argote y D. Rafael Vera y los agentes Vaquero, Dorado y Bayo.

Su fallecimiento se produjo después de que tuviera tiempo de hacer su alegato contra los acusados por lo que su testimonio será válido contra ellos.

15 Enero 2000

El comisario Jesús García, muerto en acto de servicio

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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Jesús García, comisario jefe de la Policía Judicial de Alicante, fue encargado en 1994 de investigar a quién podían corresponder los restos de dos cadáveres encontrados casualmente por un cazador, semienterrados en una fosa cercana a la población alicantina de Bussot. No había demasiadas esperanzas de lograr esclarecerlo, pero García -un ejemplo de rigor profesional- se aplicó con ahínco a la tarea. Según sus propias palabras, se puso a «encajar las piezas de un puzzle». Reparó en las confesiones de Amedo a EL MUNDO en las que el ex comisario de Bilbao hacía de pasada una referencia a entierros en cal viva. Recordó que alguien que dijo hablar en nombre de los GAL reivindicó en Alicante el asesinato de dos presuntos etarras. Constató que en la fosa había aparecido un casquillo de bala de munición igual a la utilizada por los GAL en diversas acciones. Con todo ello, se puso en marcha. Contactó con el fiscal Ignacio Gordillo, de la Audiencia Nacional, cotejó con su ayuda los datos disponibles sobre Lasa y Zabala… y, con el necesario soporte forense, consiguió aclarar que los restos encontrados en Bussot eran los de los dos jóvenes vascos. Ayer recordó todos estos extremos, a preguntas del fiscal, en tanto que testigo del juicio que se sigue por el caso Lasa y Zabala. Ya había dado cuenta de todo ello y empezaba a responder a las preguntas del letrado de la acusación, Iñigo Iruin, cuando súbitamente se sintió indispuesto, sufrió un infarto y cayó muerto, en medio de la consternación general, incluida la de los propios acusados. Fue como un acto de tragedia griega. Como si el destino quisiera resaltar con la muerte la grandeza de una gran tarea cumplida.

15 Enero 2000

Muerte en la Audiencia

Jaime González

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De pronto, a las 12:18, el corazón del comisario García se quebró y la muerte se le posó en los ojos, encima justo de sus cejas vencidas, para volarle de un soplo la mirada, blanca y fría. Sin remedio.

En los ojos sin vida del Policía apareció la muerte, de repente para mostrarse en directo ante las cámaras en plena sala de vistas de la Audiencia Nacional. Tremendo. Como si le atormentara el recuerdo, su rostro se llenó de dudas, una duda eterna, de segundos inmensos. Vino después de un ruido y aquel hombre sin mirada se desplomó de su silla en el momento de responder a las preguntas del abogado Iruin.

Jesús García García, de 57 años, ladeó la cabeza y se derrumbó contra el procesado de Felipe Bayo que intentó inútilmente reanimarle, como la hermana de Zabala, como Enrique Dorado como Jorge Argote, que corrió a una farmacia. Acusadores y acusados juntaron sus fuerzas para nada: la muerte se hizo fuerte encima del hombre que se enfrentó al horror de la cal viva. Sin remedio.

Minutos antes, aún vivos sus ojos, firme la palabra, el comisario García hizo memoria: “Estaban torturados, sin uñas, amordazados”. Era un hombre entero, firme en el relato del os hechos. Poco después, acaso por el peso del recuerdo, se sintió indispuesto. Dudó. Se quedó en blanco un instante. Dormida la mirada. Quieto para siempre en medio de la sala. Muerto.

Jaime González