14 enero 1991

Toda la comunidad internacional está en contra de Irak tras la invasión de Kuwait, contando sólo con las simpatías de la OLP de Arafat y el Gobierno de Jordania

El dictador de Irak, Sadam Hussein, lanza misiles contra Israel en un intento de poner al mundo árabe de su parte

Hechos

El 17.01.1991 ocho misiles lanzados por el Gobierno de Irak fueron lanzados contra Tel Aviv y Haifa (Israel).

10 Octubre 1990

Sadam llama a la guerra santa contra Israel

Alfonso Rojo

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El presidente Sadam Husein llamó ayer a la guerra contra Israel e insistió en que la «acción» es el único camino para expulsar a los judíos de la tierra árabe. «Las heridas de los familiares de los muertos en Jerusalén no van a curarse con palabras o denuncias», afirmó ayer el presidente iraquí en un emotivo mensaje retransmitido por la televisión y la radio. «Sólo una acción decidida va a servir para cicatrizar las heridas de nuestros corazones y para expulsar a los ocupantes sionistas de la tierra árabe y de los lugares santos». Sadam Hussein, que ha decretado tres días de luto en Irak, instó a los israelíes a abandonar lo antes posible Palestina: «Tiranos sionistas salid de nuestras tierras; sino, recibiréis vuestro merecido».

AMENAZA DE LA OLP

.- De igual forma amenazó directamente a las fuerzas de la coalición occidental desplegadas en Arabia Saudí instándolas a abandonar «los lugares santos del Islam». En su habitual tono apocalíptico, Sadam advirtió a los israelíes contra la «tentación» de intentar un ataque aprovechando la connivencia de los norteamericanos y de los Gobiernos occidentales. Desde ayer, la radio y la televisión iraquíes tan sólo emiten versículos del Corán. Durante la tarde, y a instancias de las autoridades, se desarrollaron masivas manifestaciones en Bagdad y otras ciudades para protestar por la masacre ocurrida el lunes en la explanada de las mezquitas de Jerusalén. Desde que se inició la crisis del Golfo, la Organización para la Liberación de Palestina ha sido uno de los pocos aliados con que ha contado el régimen iraquí. En sus desesperados intentos de romper el aislamiento internacional y granjearse la simpatía de las grandes masas árabes, Sadam Hussein ha tratado en todo momento de vincular su improbable retirada de Kuwait a la solución del conflicto judeo-palestino. A los ojos de millones de habitantes de países como Yemén, Túnez, Argelia, Libia y, sobre todo, de los palestinos, el presidente iraquí aparece como el único líder capaz de enfrentarse a Israel y a las grandes potencias occidentales. El líder palestino Abu Abbas afirmó ayer en Bagdad que la matanza ha hecho considerar a la OLP la posibilidad de poner en manos de los palestinos otras armas más poderosas que las piedras. La masacre de Jerusalén sólo va a servir para reforzar su popularidad e intentar romper la inestable alianza establecida entre EEUU y algunas naciones árabes como Egipto o Siria. Tanto el Gobierno de Damasco como el de El Cairo han condenado con dureza la actuación israelí, pero sin culpar a EEUU. No se puede descartar, sin embargo, que la presión de la calle y la lógica furia de la población por lo que considera un «brutal sacrilegio sionista» terminen forzando a Hosni Mubarak o a Hafez El Asad a revisar su alineamiento. En su mensaje de ayer, el presidente iraquí aseguró que su yerno Husein Kamel, ministro de Industria y Armamento y gobernador de Kuwait, le ha comunicado que ahora cuentan con un nuevo misil «capaz de alcanzar un objetivo a cientos de kilómetros de distancia».

«PIEDRA»

.- El misil lleva el elocuente nombre de «Al-Hijara» (piedra) y según Sadam Husein «dará en los blancos del mal cuando llegue el momento del duelo». La amenazadoras palabras del presidente y el súbito incremento de la tensión provocado por la masacre de Jerusalén, han estado precedidas de varias horas en las que las autoridades de Bagdad creyeron sinceramente en la posibilidad de un ataque norteamericano. La misteriosa «desaparición» de dos helicópteros «Huey» estadounidenses en el Golfo, cuando realizaban un ejercicio nocturno la noche del domingo, hizo temer al Gobierno iraquí que EEUU acusase a Irak de haberlos derribado para tener una excusa de guerra. Al parecer, los aparatos, con ocho marines a bordo, chocaron en pleno vuelo y se precipitaron al mar, pero durante bastantes horas hubo en Bagdad quien pensó en la posibilidad de una repetición del «incidente del Golfo de Tonkín», cuando. Washington falsificó los hechos para crear un «casus belli» y poder atacar a Vietnam.