23 diciembre 1994

El juez García Castellón manda a la carcel al ex Presidente del banco Banesto, Mario Conde

Hechos

El 23.12.1994 el juez de la Audiencia Nacional Sr. García Castellón decidió prisión cautelar para D. Mario Antonio Conde Conde.

Lecturas

El periódico que más estaba deseando verle entre rejas a D. Mario Conde era el YA, que no ganaba para desgracias. El diario de la hundida EDICA (Editorial Católica) era propiedad de ANTENA 3 TV y, por lo tanto, del Grupo Zeta y de Banesto. El YA no había aportado más que deudas al Sr. Asensio y al Sr. Conde, que buscaban desesperadamente librarse de aquel diario. Tras la decisión de liquidar e periódico, la redacción decidió imponer una lucha y continuar el periódico sin dueño. El caso del YA fue el más fuerte de resistencia de una redacción puesto que no fue una resistencia de meses, sino de años. Durante esa etapa en vez de director existía un “Comité de Empresa” que marcaba la línea editorial con una columna en portada.

¿Quién es Mario Conde? Cabría preguntarse, pues nadie habla ya del ex banquero que destrozó una de las entidades financieras punteras españolas. Antes del Día de los Inocentes del año pasado nadie osaba hablar mal del prototipo del triunfador por excelencia. (…) Un sujeto que hunde Banesto y complica seriamente la vida a un número considerable de instituciones, empresas y personas. (…) Ya nadie habla del banquero que se creyó Dios (…) los trabajadores del YA tenemos que rememorar que Mario Conde, enriquecido a costa de los demás, contribuyó a liquidar este periódico. (Comité de Empresa, YA, 5-5-1994).

Los deseos de la redacción del YA se harían realidad en diciembre de 1994, tras cuatro días de interrogatorio – al que el YA dio su máxima prioridad en portadas, por delante de las detenciones del caso GAL – El 23 de diciembre de 1994 se decretó su prisión por estafa y apropiación indebida.

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La redacción de EL MUNDO no derramó ni una lágrima por la caída del banquero: “Antes y después de la intervención del Banco de España publicamos cosas en su contra” – dice el Sr. García Abadillo – “Además su caída nos benefició, nos trató mucho mejor el Banesto de Botín [El Banco Santander compró Banesto tras aquella caída] que el Banesto de Conde”. Ya en enero de 1994 el propio director de EL MUNDO, don Pedro José Ramírez, calificaba de “imperdonable” la gestión del Sr. Conde. En cuanto a la teoría de que la caída del Sr. Conde se debía a una persecución política, el Sr. Segurado (asesor del Sr. Conde) me aseguró que el banquero fue tentado en múltiples ocasiones para dedicarse a política. El periodista Sr. Cacho señaló que el PSOE le ofreció el cargo de ministro de Economía.

Por el otro lado, el periódico anti – Sr. Conde, es decir DIARIO16, pinta al banquero como una especie de mafioso malvado y asegura que había intentado ni más ni menos que cargarse el sistema democrático. Al estilo del general Armada en 1981, esta versión asegura que en un momento de crisis el Sr. Conde pensaba que el Rey le ofrecería la presidencia de Gobierno. El que fuera director del ABC, don Luis María Ansón, defendió esa versión: “Mario Conde estaba haciendo una operación para formar un Gobierno de salvación nacional encabezado por él. Por eso se pusieron de acuerdo Aznar y González y escabecharon a Conde. Él lanzó un órdago demasiado fuerte, creyó que tenía mucha fuerza y no la tenía y al final acabaron con él.” De acuerdo con el relato del veterano periodista, el Sr. Conde decía que ante una situación de caída económica y ante tantos casos de corrupción había que formar un Gobierno de salvación nacional que debía encabezar él, que no era un líder político sino un líder social. “Eso se ha hecho en algunos países, pero aquí lo que motivó fue la intervención del Banco y la liquidación del Conde”. Pero si damos por buena esta versión diría muy poco a favor de nuestro sistema judicial en el que un pacto entre los líderes del PSOE y el PP puede provocar el hundimiento de un banquero. Un hecho sospechoso o anecdótico es que la condena final del Sr. Conde fue extremadamente dura: 20 años de prisión por una suma de delitos de falsedad. Por establecer comparaciones, la condena es más del doble que la de los implicados por los “Fondos Reservados” o “caso Filesa” e igualmente superior a la más alta de las condenas por el caso GAL-Marey.

24 Diciembre 1994

Los cómplices de Mario Conde

Federico Jiménez Losantos

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Hace dos años, Imelda Navajo, que dirigía Temas de Hoy, donde ha cambiado todas normas y costumbres editoriales de España, hasta el punto que la moderna edición se dividirá para bien y para mal, en antes y después de Imelda, nos invitó a comer a unos cuantos periodistas escritores, unos con pluma y otros desplumados, para pedirnos apoyo, lectura, caridad, a un libro, cuyos autores estaban allí, en el reservado del restaurante, como don Rodrigo Calderón camino de la horca.

Publicaba Imelda, o sea Planeta, un libro titulado ‘Los cómplices de Mario Conde’ del que son autores Encarna Pérez y Miguel Ángel Nieto – no confundir con el locutor favorito de Manuel Martín Ferrand – y el clima de aquella lujosa, creo que era en Lúculo, se movía entre la pasión y la piedad. Nunca he visto yo tanto miedo por haber escrito ni, también hay que decirlo, tanto valor por haber editado lo escrito. La comida tenía un sentido eminentemente práctico y comercial: se trataba de evitar el previsible boicot a un libro tan voluminoso como trabajado en el que se ponía al público español, por primera vez, en antecedentes de la ruina de Banesto.

Yo creo que no se puede entender la importancia, el poder y el temor que Mario Conde sembraba en la sociedad española de hace sólo un par de años sin recordar los avatares de ese libro. Pero como prueba fehaciente de que los autores, atemorizados por las persecuciones parapoliciales, los espionajes y las diversas operaciones de compra-venta del libro, no tenían miedo sin razón, ahí están las hemerotecas para comprobar qué efectos tuvo la salida del libro en los medios de comunicación españoles ¿Saben ustedes cuántas críticas se hicieron al libro de Encarna y Miguel Ángel en los grandes periódicos españoles? Pues yo se lo diré: ninguna.

El señor Polanco, tan amigo entonces de Mario Conde, impidió que su hombre para estas cosas, Ernesto Ekaizer, hiciera un trabajo siquiera de demolición. Pedro Jota – y si recuerdo mal, ruego me perdone, pero no recuerdo otra cosa – tampoco publicó crítica, recensión o reportaje sobre el libro de marras. DIARIO16, tampoco, pero al menos conservó el honor por una referencia que Alberto Valverde hizo en su columna, dentro de las no muy leídas páginas de Economía. En cuanto a ABC, se dio noticia del libro, pero no crítica como Dios manda, porque, en ese tiempo, había una operación muy seria para eliminar a la actual cúpula directiva del periódico y ni siquiera yo, que suelo meterme en líos sin saber cómo salir de ellos, escribí una columna completa sobre el asunto, aunque sí creo que hice referencias a la publicación. Después del antenicidio se imponía la cautela ante los depredadores al acecho. En cambio, en la COPE sí tuvieron respaldo, el suficiente para que el libro agotase tres o cuatro ediciones.

Ahora bien: sin el coraje de estos dos periodistas de investigación, y sin el valor frío y militante de Imelda Navajo, no se hubiera publicado este libro. Aquella inolvidable comida me recordaba los ágapes antifranquistas clandestinos, donde todo eran rumores, casi nada certeza, donde se criticaba al fuerte pero, al tiempo se le temía y, casi veneraba. Tengo que escribir un comentario sobre la edad de oro que vive España el libro político, pero antes debo dar noticia del trabajo intelectual, moral, cívico y democrático que un par de docenas de autores están haciendo para constar a los ciudadanos, de la forma más amena posible, lo que les pasa. Y he querido recordarlo precisamente hoy, cuando Mario Conde ha empezado a pudrirse en la cárcel. Hace sólo dos años, los que se pudrían de asco, de miedo y de melancolía eran los autores de este primer libro sobre el banquero, y la que apuradamente les sostenía era Imelda Navajo, sabedora del bien político que hacía. Hoy, con Conde en la Madrastra, el miedo aquel ha desaparecido. Queda la memoria que la tiranía y queda un título: “Los cómplices de Mario Conde”, que podría volverse a escribir, corregido y aumentado. Para que luego hablen de la dimisión de los intelectuales.

Federico Jiménez Losantos.

23 Diciembre 1994

El modelo roto

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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Los IDUS de diciembre son fatales para Mario Conde. Hace un año le intervinieron su banco y un juez lo metió ayer en la cárcel. El que fue presidente de Banesto durante seis años y se autopromovió, arropado por un amplio aparato mediático, como modelo de la llamada sociedad civil, no ha podido hacer frente a los indicios que le acusan de haberse enriquecido personalmente con operaciones que causaron quebrantos de 7.000 millones al banco. Hechos que el juez ha tipificado como delitos de estafa y apropiación indebida. La prisión cautelar dictada por el magistrado no anula en todo caso la presunción de inocencia hasta que se celebre en su día un juicio con todas las garantías.El desenlace era previsible una vez que su lugarteniente Romaní fuera encarcelado la semana pasada bajo la acusación de idénticos delitos. De todos los implicados en la querella por el caso Banesto Conde era el que menos probabilidades tenía de salir airoso del trance de la declaración ante el juez. Y no porque un fantasmal sistema hubiera decretado de antemano meter a Mario Conde en la cárcel, como ha intentado vender él mismo y han propalado sus propagandistas, sino porque ninguno de los implicados tuvo una intervención tan directa y decisiva en cada una de las operaciones irregulares detalladas en la querella del fiscal.

El juez García-Castellón ha dado pasos importantes para desvelar la trama de intereses que se movía por debajo de tales operaciones. Su decisión de decretar la prisión provisional sin fianza para Mario Conde, basada en la gravedad de los hechos que se le ¡mputan, el perjuicio ocasionado a Banesto y a sus accionistas y la alarma social producida, no desvela todavía toda la magnitud de las conexiones que puedan existir entre la actuación del antiguo número uno de Banesto y los delitos que se contemplan en la querella del fiscal. Pero el juez entiende que tales conexiones son lo bastante consistentes como para adoptar la más grave medida cautelar: prisión incondicional.

Conde no ha sido capaz de convencer al juez de lo que ha sido una hipótesis interesada durante los últimos días por los pasillos de la Audiencia Nacional: que Romaní tenía plena autonomía en la Corporación Industrial Banesto y que, por tanto, no cabía establecer una responsabilidad compartida. Y es que, como ya: puso de manifiesto la comisión parlamentaria que ha investigado la gestión de Banesto, la estructura de gobierno de la entidad se caracterizó por una absoluta concentración de poder en manos de Conde, que impuso su estrategia personal en contra de los intereses de accionistas, depositantes, clientes y empleados del banco.

Determinar hasta qué punto esa concentración de poder en manos de Conde, a la que la comisión parlamentaria atribuye efectos perniciosos sobre la gestión de Banesto, se proyectó también sobre las operaciones delictivas contempladas en la querella del fiscal es, sin duda, el objetivo del proceso judicial. De ello dependerá que Conde pueda o no ser implicado en todas ellas o sólo en algunas, así como su mayor o menor responsabilidad penal. Quien dijo querer hacer de Banesto «una estructura de poder más compleja de lo que es simplemente un banco» deberá responder ahora de toda una serie de actos que, unidos a una pésima gestión, terminaron por poner en peligro la supervivencia misma de la entidad financiera.

05 Mayo 1994

Recordar a Mario

Comité de Empresa del Diario YA

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¿Quién es Mario Conde?, cabría preguntarse, pues nadie habla ya del ex banquero que destrozó una de las entidades financieras punteras españoles. Antes del Día de los Inocentes del pasado diciembre nadie osaba hablar mal del prototipo del triunfador por excelencia. Ahora, no se habla ni bien ni mal. Es que sencillamente no se habla; no existe, no ha existido el del pelo engominado. Un sujeto que hunde Banesto – y complica seriamente la vida a un número considerable de instituciones, empresa y personas – en un sima de más de seiscientos mil millones de pesetas, hace poco más de cuatro meses ha pasado al ostracismo informativo con una rapidez harto sospechosa. Sin restar un ápice de importancia a los escándalos de Roldán y Rubio – el que afecta al ex director de la Guardia Civil de una magnitud sin precedentes, en la democracia española – en lo que respecta al ex gobernador del Banco de España, al margen de lo censurable de sus actos, tiene toda la pinta de vendetta personal, pues es bien sabido cómo se las gastaba el del pelo blanco con los señores de la banca. Mas nosotros, como trabajadores y ciudadanos libres de intereses y dependencias, nos preguntamos si el conjunto de la sociedad ha dado ya por zanjado el daño causado por la ambición de un aprendiz de brujo. Nos preguntamos, un tanto atolondrados por tanta corrupción política y del a otra, de la que no se habla, si con una rueda de prensa y cuatro titulares podrá olvidar el español común – el del paro y las dificultades sin fin que un individuo sin más título que su apellido, con sus triquiñuelas fuera dueño de yates, fincas y aviones en poco más de un trienio, y, lanzado, persiguiera ser primer ministro de esta nación que hoy, por su culpa y por la de otros grita aquello de ‘¡vivan las caenas!’… Cuando ya nadie habla del banquero que se creyó Dios, cuando no se denuncia que poner coto a sus ambiciones no ha costado a los contribuyentes miles de millones de pesetas, cuando parece que ninguna voz, en positivo – pues es necesario hablar también en positivo en este país – se alza para reconocer al menos la pulcritud de la intervención estatal en la reconducción del desastre, los trabajadores del YA tenemos que rememorar que Mario Conde, enriquecido a costa de los demás, contribuyó a liquidar este periódico. Nuestra obligación es recordar a Mario. Aunque nadie lo haga.