3 octubre 2013

Leves condenas de prisión para los ex alcaldes Julián Muñoz y Marisol Yagüe, y los ex tenientes de alcalde Isabel García Marcos y Tomás Reñones

La sentencia del ‘Caso Malaya’ condena a Juan Antonio Roca a 11 años de cárcel como el ‘cerebro en la sombra’ de la trama

Hechos

El 3.10.2013 se hizo pública la sentencia contra los acusados del llamado ‘Caso Malaya’ por el nombre de la operación policial que inició la investigación del proceso, la ‘Operación Malaya’.

Lecturas

El viernes 4 de octubre de 2013 se hace pública la sentencia del conocido como ‘caso Malaya’, la ‘Operación Malaya’ que dirigida por el juez Torres el 29 de marzo de 2006 desmanteló el ayuntamiento de Marbella acusando de tramas de corrupción ligadas al asesor de Urbanismo D. Juan Antonio Roca Nicolás, producidas tanto durante el Gobierno de D. Julián Muñoz (PSOE), como en el del tripartido encabezado por Dña. Marisol Yagüe (GIL-PSOE-Partido Andalucista).

Las sentencias dictadas son las siguientes:

  • -D. Juan Antonio Roca Nicolás (Gerente de Urbanismo y asesor de Urbanismo de Marbella) – 11 años de cárcel.
  • -Dña. Montserrat Corulla Castro (Abogada y administradora de sociedades y testaferro del Sr. Roca Nicolás) – 4 años de cárcel.
  • -D. Rafael Sánchez Gómez ‘Sandokán’ (Promotor inmobiliario, actualmente concejal por Unión Cordobesa, la segunda fuerza política de Marbella) – 3 años de cárcel.
  • -Dña. María Soledad Yagüe Reyes ‘Marisol Yagüe’ (alcaldesa de Marbella por el GIL) – 6 años de prisión.
  • -Dña. Isabel García Marcos (primera teniente de alcalde por el PSOE) – 4 años de prisión.
  • -D. Julián Muñoz Palomo (alcalde de Marbella por el GIL) – 2 años de cárcel.
  • -Dña. Belén Carmona de León (concejal del PSOE) – 2 años de cárcel.
  • -D. José Jaén Polonio (concejal del PSOE) – 1 año y 6 meses de cárcel.
  • -Dña. María José Lanzat del Pozo (concejal del Partido Andalucista) – 2 años de cárcel.
  • -D. Pedro Pérez Salgado (concejal por Partido Andalucista) – 2 años de prisión.
  • -D. Pedro Román Zurdo (primer teniente de alcalde de Marbella por el GIL) – 4 años de cárcel.
  • -D. Tomás Reñones Crego (concejal por el GIL) – 4 años de cárcel.
  • -D. Emilio Jorrín Gestal (concejal del GIL) – 2 años de prisión.
  • -D. Antonio Luque Pancobo (concejal por el GIL) – 4 años de cárcel.
  • -D. Vicente Manciles Higuero (exconcejal por el GIL) – 2 años de cárcel.
  • -Dña. María del Carmen Revilla Fernández (concejal del GIL) – 2 años de cárcel.
  • -D. Rafael Calleja Villacampa (concejal del GIL) – 2 años de cárcel.
  • -D. Rafael González Carrasco (concejal del GIL) – 4 años de cárcel..
  • -Dña. María Luisa Alcalá (concejal del GIL) – 2 años de cárcel.
  • -D. José Luis Fernández Garro (concejal del GIL) – 4 años de cárcel.
  • -D. Rafael del Pozo Izquierdo (Jefe Policía de Marbella) – 1 año y 6 meses de cárcel.
  • -D. Leopoldo Barrantes Conde (secretario del ayuntamiento) – 18 meses de prisión.
  • -D. Manuel Sánchez Zubizarreta (Abogado) – 4 años de cárcel.
  • -D. Francisco Soriano Zurita (Abogado) – 1 año de cárcel.
  • -D. Óscar Benavente Pérez (Administrador de Sociedades) – 4 años de cárcel.
  • -D. Salvador Gardoqui Arias (Contable) – 4 años de cárcel.
  • -D. Germán Hoffmann Depken (abogado) – 3 años de cárcel.
  • -D. Celso Dema Rodríguez (Administrador de sociedades) – 3 años de cárcel.
  • -D. Florencio San Agapito Ramos (excomisario de policía) – 1 años de prisión.
  • -D. Óscar Jiménez García (Testaferro) – 3 años de cárcel.
  • -D. Sabino Falconieri (Empresario) – 16 meses de prisión.
  • -D. Pedro Peña Barragán (Marchante de obras de arte) – 16 meses de prisión
  • -D. Antonio Jimeno Jiménez (cuñado del Sr. Roca y testaferro) – 3 años de cárcel.
  • -D. José Ávila Rojas (Promotor inmobiliario) – 3 años de cárcel.
  • -D. Fidel San Román (Promotor inmobiliario) – 6 meses de cárcel.
  • -D. Isamel Pérez Peña (Empresario) – 2 años y 3 meses de cárcel.
  • -D. Giovanni Piero Montaldo (Promotor inmobiliario) – 8 meses de cárcel.
  • -D. José María González de Caldas (Empresario) – 8 meses de prisión.

Este juicio se ha celebrado de manera paralela a los otros juicios y procesos que tienen abiertos acusados como el exalcalde D. Julián Muñoz Palomo.

malaya_tribunal_godina Los jueces D. Rafael Linares, D. José Godino (Presidente del Tribunal y ponente) y D. Manuel Cababallero-Bonald juzgaron la ‘Operación Malaya’.

fiscal_lopez_caballero El fiscal D. J. Carlos López Caballero tuvo unos resultados agridulces. La mayoría de sus acusados fueron condenados, pero por penas mucho más leves que las que él había solicitado. Por ejemplo había solicitado 30 años de prisión para D. Juan Antonio Roca, 10 años de prisión para D. Julián Muñoz, 16 años de presidió para Dña. Marisol Yagüe y 12 años para Dña. Isabel García Marcos, 21 años para D. Pedro Román y otros 16 para D. Tomás Reñones. Las penas resultaron ser menos de la mitad solicitada por el fiscal. Si fue condenada a la pena que había pedido el fiscal la polémica abogada Dña. Montserrat Corulla.

05 Octubre 2013

Un primer golpe

EL PAÍS (Director: Javier Moreno)

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La condena al modelo de corrupción urbanística deja evidencias de que la justicia precisa medios

La relativa levedad de las penas impuestas por la Operación Malaya no debe ocultar que esta sentencia supone la primera condena judicial de todo un esquema de corrupción urbanística, el que se abatió sobre España en los primeros años del siglo, a base de planes de ocupación incontrolada del territorio y recalificaciones abusivas. Ejecutado de forma poco sofisticada, con autoridades compradas por intereses capaces de manejar la política local y convertido en fuente de pingües beneficios, en la estela del modelo implantado por Jesús Gil en Marbella y exportado a otras partes de España.

El tribunal tiene la convicción de que existió un “sistema de corrupción generalizada” bajo el “poder de hecho” ejercido por Juan Antonio Roca desde fuera del Ayuntamiento marbellí. Las licencias urbanísticas se decidían entre ese poder en la sombra y los políticos locales, encabezados por la alcaldesa Marisol Yagüe que, “haciendo verdadera dejación de funciones, toleraron el urbanismo a la carta que propició el señor Roca”. Este último, al que el tribunal define como ideólogo de la trama, se encargaba de percibir dádivas millonarias y de dosificarlas entre los jefes de diversos partidos que gobernaban Marbella cuando la policía —bajo el Gobierno de Zapatero— actuó contra ellos en 2006.

Puede sorprender que el jefe de una trama delincuencial como la descrita haya resultado condenado a 11 años de prisión, frente a los 30 requeridos por la fiscalía (además de multas por valor de 240 millones de euros), o que casi la mitad de los acusados se vean absueltos. De la sentencia se deduce que la actuación policial y la instrucción judicial tuvieron todas las deficiencias de una primera experiencia, incluidas detenciones más prolongadas de lo permitido por la ley y autos judiciales poco justificados. Pero de esa primera experiencia proceden el reforzamiento de la Fiscalía Anticorrupción y de la policía: la UDEF ha multiplicado sus efectivos desde aquel tiempo. También se ha demostrado la complicación de llevar estos procesos a macrojuicios (casi un centenar de acusados en el caso Malaya y dos años de vista oral), espectaculares, sí, pero muy difíciles a la hora de deslindar las responsabilidades penales de cada imputado.

Las armas de que se ha dotado el poder ejecutivo han conducido a la multiplicación de asuntos en los tribunales, pero la Operación Malaya enseña que los procedimientos deben ser aligerados y que la justicia, situada al final de la cadena del Estado de derecho, necesita más medios. Bien está el primer golpe que representa la condena de un grupo de políticos y de los que les manejan en la sombra, pero faltan otros para destruir las estructuras de la corrupción, demostrar que no hay impunidad y acabar con la muy compartida pretensión política de escurrir las responsabilidades a base de remitirse a una justicia que, como se ha comprobado una vez más, tarda en resolver.

05 Octubre 2013

Penas demasiado leves para delitos demasiado graves

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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DESDE las primeras detenciones en 2006 en Marbella hasta la sentencia que ayer dictó la Audiencia de Málaga, todo en la operación Malaya ha sido macro. Todo, menos las condenas. Hasta 84 acusados se sentaron en el banquillo, el juicio ha durado tres años y la sentencia tiene más de cinco mil folios. Pero el tribunal ha dejado en 125 años de cárcel los 509 que la Fiscalía solicitaba para los procesados. Los principales cabecillas de la trama y los empresarios que se beneficiaron de sus manejos delictivos han sido condenados a penas sensiblemente inferiores a las que pedía la Fiscalía y las acusaciones particulares. Y ello a pesar de que el tribunal expresa en la sentencia su «firme convicción» de que en el Ayuntamiento marbellí se instauró «un sistema de corrupción generalizada».

Todo comenzó en 1991, cuando el ya fallecido Jesús Gil consiguió la mayoría absoluta en Marbella, e instauró un régimen corrupto y sometió al municipio a un saqueo que dejó sus arcas vacías hasta que el Gobierno tuvo que adoptar la insólita decisión de disolver la corporación municipal y nombrar una gestora. Los jueces definen con claridad el modus operandi de la trama corrupta creada por Gil y continuada por sus sucesores. El responsable de Urbanismo, Juan Antonio Roca, ejercía como alcalde de hecho, decidía la concesión de licencias urbanísticas en reuniones con los concejales del equipo de gobierno y era el encargado de repartir el dinero en sobres entre los ediles del municipio. Los planes de ordenación urbana nunca alcanzaron «eficacia jurídica» porque en Marbella había un «urbanismo a la carta» diseñado por Roca, que llevaba «una caja única» de la que disponía de acuerdo con su voluntad.

No es fácil de entender que estas gravísimas conductas de funcionarios públicos se sustancien con penas muy inferiores a la petición de la Fiscalía. Roca, el cabecilla de la trama, ha sido condenado a 11 años y 240 millones de multa por delitos de cohecho pasivo, blanqueo, fraude y prevaricación. Menos de la mitad de la condena que solicitaba el Ministerio Público. Tampoco la ex alcaldesa Marisol Yagüe –seis años de cárcel–, el polémico ex alcalde Julián Muñoz –dos años– y la ex concejala Isabel García Marcos –cuatro años– han sido castigados como solicitaba el fiscal. Casi la mitad de los 84 procesados han sido absueltos, entre ellos promotores y abogados acusados de blanquear el dinero, y empresarios que se sentaban en el banquillo han sido condenados a penas menores. El tribunal ha considerado como atenuante las detenciones irregulares sufridas por algunos procesados.

La levedad de las condenas ha venido motivada en parte por una elección benévola, y discutible, del tipo de cohecho que el tribunal considera probado. Ha condenado a los funcionarios públicos por «cohecho pasivo para acto injusto no realizado» con penas más leves que otro tipo de cohechos. O, lo que es lo mismo, no se ha podido establecer a lo largo de la instrucción la relación causa efecto entre los sobornos y las adjudicaciones de obra o recalificación de terrenos concretos. Como si los corruptores pagaran a cambio de nada y los corruptos no supieran a cambio de qué cobraban.

05 Octubre 2013

La libretita

Juan Cruz

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El caso Malaya es una metáfora de la sociedad cutre que actuó en la impunidad municipal de Marbella mientras los beneficiarios del escándalo se acicalaban ante las cámaras

El caso Malaya es una metáfora de la sociedad cutre que actuó en la impunidad municipal de Marbella mientras los beneficiarios del escándalo se acicalaban ante las cámaras y eran los protagonistas del gran show nacional. Mientras duró esa verbena no hubo un instante sin cámara y cuando acabó e intervinieron la policía y la justicia las cámaras siguieron filmando. Fue la gran serie de nuestro tiempo.

Los personajes que han protagonizado este latrocinio han llegado a ser más populares que los futbolistas o que los grandes artistas del cine. Es probable que esa fama, marcada con la deshonra pero fama al fin, haya acolchado la verdadera naturaleza de la trama: eran ladrones, robaban de lo público; el robo era una burla. Se aprovecharon de la escala a la que se habían subido para enriquecerse y reírse más. Robar es para reír. Salían en la tele riendo mientras robaban. Ahora aparecen contritos, pero en las caras se les ha quedado el atisbo de burla que cualquier sinvergüenza guarda en el rostro después de haber desvalijado la casa.

Ahora que llega la sentencia la memoria se queda con esta sucesión rosa que implicó, en la televisión y en los medios, a algunas de las celebridades más deplorables de nuestro tiempo. En cierto modo, mientras duran estas cosas parece que es la televisión la que demanda este tipo de personajes, para seguir existiendo en según qué tramos, apelando a una audiencia que afila sus dientes y babea. En casa miramos como si formara parte de la rutina del griterío de la tele.

De lo que pasó ayer, de ese espectáculo final de la serie Malaya, me quedo con la imagen de Julián Muñoz con su libretita. En los tiempos de los artilugios, el hombre se fue con lo de siempre a tomar nota. Y ahí lo tienen, como un plumilla, el hombre que le echó la culpa a Gil y que vivió los tres cuartos de hora de su fama escoltando a Isabel Pantoja, tomando nota de lo que pasaba en este capítulo en el que ya los jueces dicen lo que encontraron en los cuartos de baño y en los cuartos oscuros. Eran pulcros ciudadanos como aquel viejo al que los Beatles echaban por el sumidero en Qué noche la de aquel día. Pero eran tantos los pulcros del Malaya que sus fechorías atascaron Marbella mientras las cámaras los filmaban riendo en las fiestas cuyo resumen siniestro anotan ahora en su libretita.

05 Octubre 2013

Las amables condenas del ‘caso Malaya’

Federico Jiménez Losantos

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Ayer se conocieron las sentencias contra los imputados por el caso de corrupción más importante de las últimas décadas, al menos hasta los ERE. Con base en la alcaldía de Marbella, Juan Antonio Roca tejió una trama de corrupción que cubría media Andalucía y un tercio de Valencia, con apeadero en Madrid. De esto último se encargaba su testaferro Montserrat Corulla, cuya íntima amistad con «un político madrileño llamado Alberto», que el candidato del PSOE Miguel Sebastián identificó con Gallardón, logró la recalificación de edificios singulares para hoteles de lujo. No menos singular fue el borrado de las conversaciones Corulla-Gallardón, mientras conocíamos con escabroso detalle otras de menor interés político. Y singular ha sido también la sentencia: 11 años para Roca, 4 para Corulla, 2 para Julián Muñoz, 4 y 6 para Yagüe y García Marcos.

Los empresarios que todo lo pagaban –y cobraban– han salido aún mejor: a unos les han caído pocos meses; a otros, nada. El político llamado Alberto quiere condenar a seis años al que cree un portal pirata en Internet. Tiene menos riesgo robar ayuntamientos.

05 Octubre 2013

Papel que hago, papel que cobro

Manuel Jabois

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Isabel García Marcos, rubia chupada como una estaca que veraneaba en A Lanzada y por la que suspiraban los señores porque se las daba de esquiva y profunda sin haber leído a Gide, que decía que lo más profundo del hombre es su superficie, es la autora de la frase «papel que hago, papel que cobro», que siempre traduje inconscientemente como «papelito que hago, papelito que cobro» porque se ajustaba mejor; a veces los periodistas tenemos que ayudar a nuestros personajes a encontrar el lenguaje correcto, aunque sea a la fuerza. La detuvieron tras una luna de miel en Rusia, país al que tradicionalmente se va a enviudar. Fue vista ayer: tras 30 años de televisión con el rostro tan frecuentado por el escándalo, una expresión de paz sobresalta a los más tranquilos. La justicia echó la llave al Malaya con la mitad fuera de la cárcel y la otra mitad haciendo cola para salir. De aquello siete años ya; éramos jóvenes e impresionables. Si nos preguntasen entonces por el rostro de la crisis hubiésemos elegido a Roca y no a un pobre; si la pregunta se dirigiese a las consecuencias políticas, no hubiésemos pasado de la herencia de las mamachicho. Ahora la sentencia con Roca, Yagüe, Muñoz y Corulla deja la sensación de un encuentro de viejas glorias reunidas en una comida de homenaje, que es en lo que acabó el juicio. Hasta andaba por allí Tomás Reñones. En realidad, tirando de los hilos correctos y pelando algunos cables, hay una intrahistoria que circula desde el felipismo hasta Bárcenas que no sólo comparte nube de tags delictivos sino que secuencia comportamientos; todos ellos tienen el denominador común de la impunidad y aportan una frivolidad impactante: Roca se hizo definitivamente famoso por colgar un Miró en el baño, que ya hay que tener mal la flora; ni siquiera Cultura se personó en la causa. Si el castigo ejemplifica, pocos hombres enseñan en España que corromperse sale caro; la mayoría libres y otros a puntos de estarlo. Ninguno en la pobreza, casi todos disfrutando de la vieja fortuna de entonces. El «papel que hago, papel que cobro» no es un síntoma sino un diagnóstico, como el champán que pidió ayer un absuelto en medio de la sala. Más que su inocencia celebraba la perpetuación de la especie.

06 Octubre 2013

‘Malaya’, agraciada con el Gordo

Carmen Rigalt

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A este lado de Lampedusa las cosas no están para echar cohetes. Muchas de nuestras desgracias responden a la misma sintomatología: conciencia laxa de la política europea y nula voluntad de arreglar los problemas. Para mí que no tienen mucho arreglo, pero hay que intentarlo. Y si no podemos poner puertas al mar, pongamos equipos de salvamento.

Aquí nos ha dado la semana el gas Castor, que tiene una despensa en el fondo del Mediterráneo, cerca de donde anidan los langostinos y a un tiro de piedra de dos centrales nucleares: Vandellós y Ascó. Un lugar de playas tranquilas (que me lo digan a mí: me pasé la infancia bañándome a los pies del reactor de Vandellós mientras los veraneantes huían despavoridos), con la tutela de ayuntamientos que se enriquecían gracias al uranio. Pasado el tiempo, a los bañistas de la época no nos ha dado la escarlatina, pero el lugar ya recibe la consideración de maldito.

Como las desgracias no vienen solas, también llegó la sentencia malaya, que se ha manifestado en forma de bendición, y lo de Asunta Basterra, convertido en uno de los crímenes más enigmáticos de la historia contemporánea. Si en el Proyecto Castor cuesta entender el planteamiento científico (vale que almacenar gas no es almacenar maíz pero, ¿cuánto gas cabe en una galería de los fondos marinos? ¿La impenetrabilidad de los cuerpos no afecta a los gases? ¿Ruge la tierra tratando de hacer hueco?) en el crimen de Asunta lo que no se entiende es la aparente ausencia de móvil. Pobre niña china. Por suerte, el lorazepam se la llevó de viaje antes de que el asesino mostrara su verdadero rostro.

Los malayos, bien (riéndose de la Fiscalía Anticorrupción). Muchos conocían su sentencia de antemano. Solo eso explica que el Palacio de la Justicia de Málaga pareciera el viernes una reunión de amigos en la Venta de Paco. Cachondeíto del bueno. Tanta instrucción y tanto bombo mediático para nada. Marbella volverá a empezar, pero el mal ya está hecho y lo único que podría aliviarlo es una inyección de dinero en el Ayuntamiento. Aunque no falta quien admite apuestas afirmando que las multas no se pagarán.

Algunos de los sentenciados tienen todavía casos pendientes separados de Malaya, como Julián Muñoz, cuyos años de cárcel suman y siguen. Otros, que han permanecido a resguardo durante la instrucción y el juicio, volverán a sacar pecho y a pasearse por Marbella como antaño. Pienso en quien fue lugarteniente de Gil, Pedro Román, que llegó de pardillo (era secretario de un pueblo de Salamanca) y lo primero que hizo fue un máster de palmero. Nada gusta más en Marbella que un palmero con rizo jerezano y mangas de camisa remangadas. Román tenía así el futuro asegurado. Enseguida hizo pasta.

Un día leí que a Román, ya metido en líos con la Justicia, le habían embargado un avión, un helicóptero y 41 fincas (una detrás de otra). Entonces caí en la cuenta de la dimensión de su codicia. Yo sólo le hacía un pisazo en París y otro en el barrio de Salamanca, amén de su casoplón en Marbella y una propiedad en Estados Unidos. Pero Román ni se inmutó. Seguía viajando en un coche negro con cristales oscuros, lucía oro en la pechera (laca en el pelo, también) y llevaba a juego una esposa llamada Maripipi.

Algo parecido le ocurrió al empresario Tomás Olivo (fichaje de Roca en Cartagena), que se creyó tanto su papel de Rey Midas que acabó mimetizando las maneras de un capo. A él no le ha caído ni una noche en la cárcel. Olivo también dio muestras de conocer la sentencia de antemano. No gana para juicios, el angelito. Días atrás, en la audiencia de Málaga se revisó su sentencia de cinco años por un caso de maltrato. La cosa quedó en siete meses. Un regalito de Navidad.

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Pasión de gavilanes ‘made in Spain’

La actualidad siempre tiene alguna dosis de picardía. Una de las fotos de la semana nos muestra a la seudoprincesa Corinna con el patriarca ruso y la pareja formada por el príncipe Alberto de Mónaco y Charlene, la princesa meliflua. No se sabe bien en calidad de qué Corinna acompañó al matrimonio a Moscú, pero todo hace pensar que de mujer de negocios (comisionista). Corinna tiene los ojos puestos en Rusia desde hace tiempo. Sabemos que la amiga entrañable apareció días atrás en Nueva York, en el mismo hotel donde se hospedaba Rajoy. Iba adosada a los Mónaco (la han hecho de plantilla) y no perdió ocasión de insinuar que podía salir al pasillo y poner nervioso al presidente con una caída de ojos.

Unos aparecen y a otros se los traga la tierra. Es el caso de Fran Rivera, que se casó con chistera (en realidad se casó con Lourdes Montes, pero llevando chistera) y emprendió su viaje con las precauciones que requiere el negocio de las exclusivas. Pero los españoles viajamos mucho, y he aquí que en Luang Prabang, perla del colonialismo francés en Laos, fueron reconocidos y fotografiados mientras Lourdes se interesaba por las cualidades del bambú. De regreso a casa, Rivera fue preguntado por la ausencia de su hermano Paquirrín en la boda y él echó la culpa a sus compromisos como dj. Craso error. El viernes, en Tele 5, Paquirrín abría la caja de los truenos proclamando que no había sido invitado a la boda del hermano. Tenemos cháchar

07 Octubre 2013

Palanganas

David Trueba

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Tiene que ser bastante desolador para muchos jueces españoles ver caer sus esfuerzos contra natura en prescripciones, amnistías y archivos

La sentencia de la Operación Malaya condena a un quinto del castigo solicitado a los imputados. Es una reducción considerable de las penas por el saqueo probado del dinero público en Marbella. En las consideraciones sobre el juicio ha habido dos ausencias. La primera es la de Jesús Gil, cuya desaparición física liberó al tribunal de unas cotas de esperpento notable. Verdadero muñidor político, contó, casi siempre, con el respaldo social mayoritario. Nunca será suficiente el agradecimiento al juez instructor, Miguel Ángel Torres, que fue capaz, cuando un rosario de jueces anteriores optaron por el traslado, la pereza o la invisibilidad, de encarar el asunto con persistencia y soportar el acoso, las insidias y las descalificaciones. Tiene que ser bastante desolador para muchos jueces españoles ver caer sus esfuerzos contra natura en prescripciones, amnistías y archivos.

Ha coincidido esta sentencia en el tiempo con la apertura del juicio a Carlos Fabra, en Castellón. Aquí también los jueces de instrucción han sido pasto de las llamas, los traslados, las novatadas y ese curioso entendimiento de la justicia que tienen los grandes partidos cuando campan a sus anchas en alguna región. El juez que logró llevar adelante la instrucción, Jacobo Pin, pidió amparo ante las presiones directas de superiores y gobernantes. Pero una sociedad permisiva con la corrupción como la nuestra no prestó demasiada atención a esta llamada de auxilio. El proceso ha pegado ya en su inicio un viraje que anuncia que habrá curvas. Si llegamos a puerto con un quinto de la condena será otro amargo triunfo en una nación que necesita regenerarse y airearse por completo, pero tan solo llega a levantar una esquinita del felpudo.

Hacia la impunidad absoluta apunta el informe de Hacienda sobre las donaciones no declaradas al PP durante los años Bárcenas. Otra vez la pólvora de la justicia mojada a manguerazos. Si el dinero ilegal se considera desgravable, hemos de sumar a la prescripción y la amnistía un nuevo amiguito del alma: la contabilidad creativa recaudatoria. Sin ser capaces de confirmar que lo que llamamos donaciones eran comisiones a cambio de contratas, la enorme bolsa de corrupción que ha hundido España va a obtener una respuesta judicial tan contundente como desaguar las cataratas del Niágara con palanganas.

Juan Antonio Roca

Ex Gerente de Urbanismo y ex asesor municipal

11 años de prisión

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El gerente de Urbanismo durante el mandato del Sr. Gil y el primer mandato del Sr. Muñoz y asesor de Urbanismo del Ayuntamiento en el periodo de Gobierno de Dña. Marisol Yagüe, fue considerado la persona que controló el ayuntamiento de Marbella y cerebro de la trama de corrupción.

Julián Muñoz

Alcalde de Marbella (2002-2003), concejal del GIL

2 años de prisión, 13 de inhabilitación

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Alcalde de Marbella por el GIL desde la dimisión de D. Jesús Gil en 2002 hasta su destitución en 2003 por una moción de censura instigada por D. José Antonio Roca con el apoyo de PSOE, Partido Andalucista y un sector del GIL.

Marisol Yagüe

Alcaldesa de Marbella (2003-2006), concejal del GIL

6 años de prisión

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Del sector del GIL afín a D. Jesús Gil. Alcaldesa de Marbella desde la moción de censura que derribó al Sr. Muñoz hasta la redada en la que fue detenida.

Tomás Reñones

Teniente de Alcalde (2003-2006), alcalde en funciones (2006), concejal del GIL

4 años de prisión

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Ex jugador del atlético de Madrid. Teniente de Alcalde del ayuntamiento de Marbella por el GIL entre 2003 y 2005. Fue alcalde de la ciudad en funciones al producirse la detención de Dña. Marisol Yagüe hasta que el Gobierno Zapatero disolvió el ayuntamiento.

Isabel García Marcos

Teniente de alcalde (2003-2005) y concejal del PSOE. Líder de la oposición de 1991 a 2003

4 años de prisión

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Histórica líder del PSOE de Marbella. Candidata socialista a la alcaldía marbellí en las elecciones de 1991, 1995, 1999 y 2003. Apoyó la moción de censura contra D. Julián Muñoz aliándose con los Sres. Roca y Yagüe por lo cual fue recompensada con el cargo de Teniente de Alcalde. Fue expulsada del PSOE.

Rafael Calleja

Concejal del GIL

2 años de prisión

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Rafael González

Concejal del GIL

4 años de prisión

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Tras la desbandada de concejales del GIL que respaldaban o bien al Sr. Muñoz o bien a la Sra. Yagüe, D. Rafael González se negó a abandonar el partido y fue el único que siguió militando en el desaparecido partido. No apoyó la moción de censura con lo que indirectamente respaldó a D. Julián Muñoz.

Pedro Román

Teniente de alcalde (1995-1999) y concejal del GIL

4 años de prisión

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D. Pedro Román, durante mucho tiempo fue la mano derecha de D. Jesús Gil. Pero al dimitir este en 2002 no pudo reemplazarle porque él también tenía diversos procesos judiciales, por lo que fue el Sr. Muñoz quien lo reemplazó.

María Luisa Alcalá

Concejal del GIL

2 años de prisión

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Una de las concejalas más detestadas por D. Julián Muñoz, por considerarla una de las cabecillas de la traición que llevó a la moción de censura contra el Sr. Muñoz.

José Luis Fernández Garrosa

Concejal del GIL

4 años de prisión

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Concejal de GIL en cierta manera había estado emparentado directamente con la familia de D. Jesús Gil por su relación con una de las hijas del ex alcalde.

Emilio Jorrín

Concejal del GIL

2 años de prisión

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Carmen Revilla

Concejal del GIL

2 años de prisión

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José Jaén

Concejal del PSOE

1 año y 6 meses de cárcel

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Afín a Dña. Isabel García Marcos. Apoyó el pacto PSOE-Partido Andalucista-GIL para derribar a D. Julián Muñoz. Fue expulsado del PSOE.

Belén Carmona

Concejal del PSOE

2 años de prisión

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Apoyó el pacto PSOE-Partido Andalucista-GIL para derribar a D. Julián Muñoz. Fue expulsada del PSOE.

Pedro Pérez

Concejal del Partido Andalucista

2 años de prisión

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Número dos del Partido Andalucista en Marbella detrás de D. Carlos Fernández, que logró escapar de la justicia como prófugo (para algunos el Sr. Fernández había ‘pactado’ su fuga a cambio de ejercer de chivato.

María José Lanzat

Concejal del Partido Andalucista

2 años de prisión

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Número 3 el Partido Andalucista, apoyó junto a los Sres. Carlos Fernández y Pedro Pérez la moción de censura contra D. Julián Muñoz y el gobierno tripartido PSOE-Partido Andalucista-GIL.

Leopoldo Barrantes

Secretario del ayuntamiento de Marbella

1 año y 6 meses de prisión

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Era empleado del ayuntamiento incluso antes de la llegada del GIL, fue secretario en los mandatos de D. Jesús Gil, D. Julián Muñoz y Dña. Marisol Yagüe.

Rafael del Pozo

Jefe de Policía de Marbella

1 año y 6 meses de prisión

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Montserrat Corulla

Abogada de Juan Antonio Roca

4 años de prisión

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Alcanzó una gran popularidad cuando durante las elecciones municipales de 2003 el candidato del PSOE, D. Miguel Sebastián, desveló que había mantenido relaciones con su rival, el candidato del PP, D. Alberto Ruiz Gallardón.

Manuel Sánchez Zubizarreta

Abogado, responsable del bufete Zubizarreta-Soriano

4 años de prisión

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Su bufete gestionaba las sociedades del Sr. Roca

Salvador Gardoqui

Contable

4 años de prisión

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Contable de Maras Ases0res, era testaferro del Sr. Roca.

Juan Germán Hoffmann

Abogado

3 años y 3 meses de prisión

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Florencio San Agapito

Ex comisario de policía y socio de D. Pedro Román

1 año de prisión

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Fidel San Román

Ganadero y promotor inmobiliario

6 meses de prisión

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Jesús Ruiz Casado

Ex presidente de la promotora Aifos

3 años de prisión

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José María González de Caldas

Empresario

8 meses de prisión

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Rafael Gómez Sánchez

Promotor inmobiliario apodado 'Sandokan' y concejal en Córdoba

6 meses de prisión

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Durante su proceso judicial fue candidato a la alcaldía de Córdoba y logró un importante resultado electoral al quedar por delante de IU, formación de fuerte implantación en aquella ciudad.

El Análisis

"¡Queremos sangre!

JF Lamata

«El macroproceso se salda con microcondenas» tituló uno de los diarios más importantes de España a la hora de reseñar aquella sentencia. Era fruto del descontento general con lo que les parecían ‘leves’ penas por la corrupción en el ayuntamiento de Marbella. Es curioso que les parecieran ‘leves’ una condena a 11 años de cárcel para el Sr. Roca, seis años para la ex alcaldesa Sra. Yagüe o de cuatro años para la Sra. García Marcos o la testaferro Corulla (supuesta ex del Sr. Gallardón) ¿Se puede hablar de penas leves? Los Sres. Roca, Yagüe o García Marcos habían trincado del ayuntamiento marbellí, pero no habían asesinado a nadie y habían sido vapuleados por la opinión publicada desde el mismo día de la redada, ¿qué querían además? ¿una condena a 500 años de cárcel? Que los sedientos de sangre pongan las cosas en su sitio y en su proporción.

J. F. Lamata