6 diciembre 2011

El líder socialista Elio Di Rupo logra formar gobierno en Bélgica tras más de 500 días de bloqueo institucional

Hechos

El 6.12.2011 Elio Di Rupo tomó posesión como primer ministro de Bélgica.

10 Diciembre 2011

Un país sin Gobierno

Francisco Javier Recio

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Nadie hasta el martes pasado sabía con absoluta certeza si Bélgica seguía existiendo. Es fácil confundirse con un país que desaparece de los mapas meteorológicos al menos en cinco telediarios de cada semana, escondido bajo la borrasca, y en el que tienes que fijarte mucho para no saltártelo si lo sobrevuelas camino de Holanda: no has acabado de deleitarte con la visión de los lagos de la Champagne cuando empiezas a vislumbrar los campos de tulipanes holandeses, y te das cuenta entonces de que Bélgica se te ha pasado en el tiempo en que la azafata te ofrecía el whisky del duty free. Por si le faltaba algo, la Unión Europea acabó de desvirtuar lo poco que Bélgica tenía de país convirtiendo su capital en una enorme ciudad dormitorio de funcionarios y eurodiputados que siempre están deseando de marcharse de allí previo cobro de la dieta correspondiente.

No escribiría esto si los belgas no dieran pie. Los nacidos en esa unidad administrativa son los primeros que no creen en su existencia como país. Lo demostraron hace año y medio, cuando la tercera parte de ellos votaron para presidir su gobierno al candidato de un partido independentista flamenco. El tipo, claro, no pudo formar gobierno: ¿quién iba a apoyar a un presidente que, de ser fiel a su credo político, habría declarado la inexistencia oficial de Bélgica al día siguiente de tomar posesión? Así que los belgas se han llevado año y medio sin gobierno, hasta que un socialista aficionado a los jerseys sin corbata llamado Elio di Rupo ha encontrado la salida del laberinto con un ejecutivo formado por representantes de ¡seis! partidos y que cumple con la premisa legal de contar con el mismo número de ministros flamencos y valones. Para mí que han elegido a un tipo sin corbata por la misma razón que te quitan el cinturón cuando entras en la cárcel: para que no se ahorque con ella.

Pero la enseñanza que nos deja la última aventura de los paisanos de Tintín -otro que era muy dado al jersey sin corbata- es que se puede vivir sin gobierno sin que se hunda el país. En este año y medio, en el peor momento de la crisis europea, el desempleo apenas ha subido en Bélgica medio punto porcentual -está en el 8,5 por ciento-, ha crecido el PIB y se ha reducido el déficit fiscal. Y, si se fijan, desde que Zapatero no ejerce y Rajoy no sale del despacho de Génova, la prima de riesgo española parece que se haya tomado un valium y hasta hemos ganado la Copa Davis.