1 agosto 2007

Murdoch, que competía con la CNN en televisión con Fox News, ahora quiere enfrentarse con THE NEW YORK TIMES

Rupert Murdoch (News Corporation) compra el diario THE WALL STREET JOURNAL, periódico financiero más importante del planeta

Hechos

  • El 1.08.2007 se hizo pública la adquisición del capital de Dow Jones (editor de THE WALL STREET JOURNAL) por parte de una compañía presidida por Rupert Murdoch, de News Corporation.

Lecturas

¡ES LA GUERRA!

murdoch_sulzberger Rupert Murdoch, ahora editor de THE WALL STREAT JOURNAL competirá directamente con Arthur O. Sulzberger, editor de THE NEW YORK TIMES.

10 Noviembre 2007

El fin justifica los medios

Xavier Batalla

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Rupert Murdoch no es un magnate periodístico atípico. William Randolph Hearst, lord Beaverbrook y Henry Luce utilizaron sus propiedades periodísticas para hacer fortuna e influir en la sociedad y en la política. Murdoch también lo ha hecho. Lo que sí separa a Murdoch de sus antecesores son las circunstancias. Hearst se lo debió todo a la tinta, borrones incluidos. Murdoch nació con la tinta pero ha crecido por otros medios, como demostró el pasado 15 de octubre con el lanzamiento de Fox Business, un nuevo canal de televisión sobre economía.

Henry Luce, propietario de TIME y LIFE, exhortó a sus compatriotas a comportarse como ‘el buen samaritano, creyendo realmente otras vez en que hay más dicha en dar que en recibir’. Los mandamientos de Murdoch no son menos grandilocuentes. Y si lord Beaverbrook fue un hacedr de primeros ministros británicos, Murdoch lo es globalmente, desde Thatcher hasta Bush. Los tres magnates, pues, coinciden en que el fin justifica a sus medios de comunicación.

En 1987, THE SUN, el buque insignia de la subcultura tabloide británica, salió a la calle en un día electoral con el siguiente titular en primera página: “Si gana Kinnock, que el último en abandonar Gran Bretaña apague las luces”. El líder laborista fue destrozado por Thatcher. Pero diez años después, Murdoch apoyó con todos sus medios a Tony Blair, otro laborista, aunque sigue siendo un misterio quién de los dos fue más pragmático.

Murdoch suele tener mala prensa, si se exceptúa, claro está, la suya. Y entre las historias que hacen correr sus críticos destacan las que se refieren a cómo utiliza sus medios contra la competencia. En la década de 1980, NewsCorp intentó apoderarse de Warner Communications, ahora parte integrante de Time Warner, y para ablandar a sus rivales encargó a tres redactores de THE NEW YORK POST que investigaran a Steve Ross, el mandamás de Time Warner. “No lo recuerdo, pero si lo hice, fue un error”, ha admitido recientemente, casi un cuarto de siglo después, a TIME, que forma parta de Time Warner.

En 1994, el sistema de televisión por satélite de Murdoch en Asia, StarTV, obstaculizó las emisiones de la BBC, la cadena pública de radiotelevisión británica, convertida en un quebradero de cabeza para Pekín. Pero el megamagnate nunca ha dicho que tratara de hacer un favor al régimen chino, con el que obtiene pingües beneficios. Cuatro años después, en 1998, Murdoch utilizó la sinergia del grupo para darle en la cresta a otro crítico de los dirigentes chinos. Hizo que su editorial, HarperCollins, rechazara las memorias de Crhis Patten, el último gobernador británico de Hong Kong y personaje no grato para los dirigentes de Pekín, que recuperaron el territorio en 1997.

Murdoch ha hecho correr ríos de tinta desde que comenzó, en 1953, a publicar un diario en Adelaida (Australia), que es su tierra natal. Pero ahora, a sus 76 años, puede decir que ha sabido diversificar riesgos entre la prensa que considera popular, la de los tabloides, y la prensa de calidad, a la que califica de impopular. Por eso edita THE SUN y, al mismo tiempo, el londinense THE TIMES. Pero ¿le tira más la prensa popular que la impopular, como dicen sus competidores, temerosos de que convierta en tabloide todo lo que edita? ¿Es ésta la intención que ha llevado a Murdoch a comprar THE WALL STREET JOURNAL, un diario económico de calidad?

Woody Allen no lee con buenos ojos el JOURNAL. En ‘Todos dicen I Love you’ (1996), el protagonista, un demócrata liberal, abre la película mientras compra un ejemplar de THE NEW YORK TIMES, su biblia. Pero una vez de regreso a casa cae en la cuenta de que tampoco su hogar es como debería ser: su hijo está leyendo las páginas de opinión de THE WALL STREET JOURNAL. Al final del filme, el demócrata recibe el aviso de que su hijo está ingresado en un hospital. Y el doctor le explicará entonces el porqué del extraño comportamiento del joven: se le descubrió un coágulo en el cerebro que le impedía razonar.

La línea editorial de THE WALL STREET JOURNAL es de armas tomar, especialmente sobre Iraq. Pero es un diario de calidad por su información. ¿Pretende Murdoch reducirlo a un simple tabloide? El magnate no ve claro el futuro de los diarios de papel. Y su apuesta es fabricar un híbrido, mitad papel y mitad digital. Por eso el JOURNAL resulta interesante, ya que es el diario electrónico estadounidense con más suscriptores de pago (1 millón). Pero Murdoch también ha confesado su preocupación por el hecho de que sea THE NEW YORK TIMES el diario que marca la agenda, por lo que se dice empeñado en desbancarlo. Es decir, de lo poco que le falta a Murdoch es ser ministro de Información, como lo fue Beaverbrook, pero aún considera que el diario de papel puede prolongar la política por otro medios.

Xavier Batalla