21 octubre 1999

Los periodistas Inda, Rubio y Cerdán desvelan el ‘caso Saqueo’ denunciando corrupción del alcalde de Marbella, Jesús Gil y Gil y su gerente Juan Antonio Roca

Hechos

  • El 21 de octubre de 1999, EL MUNDO publicó en portada: «Gil se apropió de 4.442 millones de Marbella con facturas falsas». Al día siguiente, reveló la contabilidad B del Ayuntamiento marbellí, que falseó Manuel Castel por orden del alcalde

Lecturas

Coincidiendo con su etapa de corresponsal de El Mundo en la Moncloa, D. Eduardo Inda firma su primer gran reportaje de investigación: el ‘caso Saqueo’, sobre presunta corrupción del que fuera alcalde de Marbella y presidente del Atlético de Madrid, D. Jesús Gil y Gil y su gerente de Urbanismo D. Juan Antonio Roca.

Un trabajo que firma junto a los veteranos periodistas de investigación de El Mundo, D. Antonio Rubio y D. Manuel Cerdán. Sus informaciones acusaban a D. Jesús Gil y D. Juan Antonio Roca de haberse apropiado de 4.442 millones de pesetas utilizando facturas falsas.

Firmando Inda todas las crónicas en este periódico sobre la intervención judicial del Atlético de Madrid (1999-2000) por el que fueron investigados Gil y sus principales colaboradores en el club,  D. Enrique Cerezo y D. Miguel Ángel Gil Marín. D. Jesús Gil sería inhabilitado como alcalde de Marbella en 2002, falleciendo en 2004.

D. Juan Antonio Roca será encarcelado en 2006 y condenado a 11 años de prisión. Anecdóticamente D. Eduardo Inda, décadas después, tendrá una posición editorial favorable a la gestión de D. Miguel Ángel Gil Marín en el Atleti (“El milagro se llama Gil Marín”, 23 de mayo de 2021).

21 Octubre 1999

Gil se apropió de 4.442 millones de Marbella con facturas falsa

Manuel Cerdán / Antonio Rubio / Eduardo Inda

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El alcalde de Marbella, Jesús Gil y Gil, se apropió entre 1991 y 1995 de, al menos, 4.442 millones de pesetas de dinero negro generado a través de las sociedades municipales del Ayuntamiento marbellí, principalmente de Contratas 2.000, según se refleja en una contabilidad paralela que EL MUNDO tiene en su poder. Sociedades fantasma controladas por una persona de su confianza emitieron cientos de facturas falsas para justificar las espectaculares salidas de fondos municipales.

Gil se sirvió de cuatro sociedades privadas constituidas en Madrid -Canteras Nasok, Contratas Peninsulares, Dintak y Contratas El Plantío-, que nunca tuvieron actividad real como contratistas de las empresas municipales de Marbella.

Estas cuatro compañías fantasmas generaban tantas facturas falsas como eran necesarias para poder cuadrar las cuentas de la caja B y compensar así la salida sistemática de efectivo. Con unas facturas se acreditaban una serie de servicios inexistentes -generalmente, servicios que nunca habían sido realizados- y, con otras, se engordaban los presupuestos de las obras por medio de dos sistemas: añadiendo metros de más a las certificaciones (aceras, pavimentos, calles, parques, jardines…) o aumentando el número de mano de obra o de horas de trabajo.

Pero, en realidad, estas sociedades privadas nunca llegaron a realizar actividad alguna para el Ayuntamiento de Marbella. Nadie, excepto Gil y su círculo más íntimo, conoce la existencia de Dintak, Cantera Nasok, Contratas Peninsulares y Contratas El Plantío.

Jesús Gil dispuso de la mayor parte de ese dinero en efectivo: en los ejercicios 1991 y 92 pudo desviar a sus arcas particulares 2.427.335.831 de pesetas; en el 93, 519.957.759 de pesetas; en el 94, 748.390.890 de pesetas y en el 95, 748 millones. Todas estas cantidades, que procedían de los presupuestos del Ayuntamiento marbellí y figuran en la contabilidad como «transferencias subvenciones a Contratas», iban finalmente a parar a una caja B del entramado financiero ideado por el alcalde.

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Dinero negro

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Sólo con una pequeña parte de este dinero negro, el alcalde Jesús Gil pagaba algunas facturas municipales. La parte más sustanciosa de estos fondos era desviada a sus cuentas y negocios particulares.

Durante esos cuatros ejercicios -el 91 y el 92 figuran conjuntamente en la misma contabilidad-, el alcalde de Marbella generó fuertes sumas de dinero negro a través de la actividad de las sociedades municipales Contratas 2000, Planeamiento 2000, Jardines 2000, Turismo Marbella 2000 y Eventos 2000. El movimiento de estos fondos nunca pudo ser detectado ya que Gil dispuso de una caja B, opaca y secreta, que funcionaba de forma paralela a la municipal. Además, el alcalde de Marbella, como sucede con la mafia italiana, está rodeado de un grupo de colaboradores de confianza que practican la omertá siciliana, es decir, la ley del silencio.

Este periódico tiene en su poder la documentación referente a estos cuatro ejercicios. Sin embargo, ex colaboradores del alcalde de Marbella aseguran que Jesús Gil siguió apropiándose de varios miles de millones más durante los años 96, 97 y 98, hasta que estallaron los escándalos de la financiación de la estatua rusa, instalada en una plaza de la ciudad de la Costa del Sol, y de la publicidad de las camisetas del club Atlético de Madrid. Ambos casos fueron denunciados hace meses por la Fiscalía Anticorrupción.

El alcalde, que trasladó el despacho consistorial a sus oficinas del Club Financiero en Marbella nada más ganar las elecciones municipales en mayo de 1991, contaba en esas instalaciones con los servicios de personal, ajeno a la estructura municipal, que maquillaba y engordaba las cuentas oficiales de las sociedades del Ayuntamiento a su antojo con un único objetivo: dar apariencia de legalidad a los ingentes desvíos de fondos municipales.

Carlos Fernández, ex concejal del GIL en Marbella y antiguo consejero de la sociedad municipal Eventos 2000, dimitió de su cargo cuando el alcalde pretendió que firmara unas cuentas que no estaban nada claras.

Fernández, que en la actualidad es concejal en representación del Partido Andalucista, manifestó que siempre había sospechado que el alcalde generaba dinero negro para su beneficio particular.

Jesús Gil llegó a la Alcaldía de Marbella en 1991. Ese mismo año ya empezó a proporcionar dinero negro, según se refleja en la contabilidad B, que obra en poder de este periódico. Sólo en los dos primeros ejercicios de mandato de Gil -1991 y 1992- las cuatro sociedades fantasma facturaron a la empresa municipal Contratas 2000 más de 2.400 millones de pesetas.

La sociedad Contratas Peninsulares figura en la contabilidad como «proveedor 40099020» por 545.209.434 pesetas; Contratas El Plantío («proveedor 40099032») por 700.013.074 pesetas; Dintak (40099001) por 346.567.197 pesetas y Cantera Nasok (40099053) por 835.546.126 pesetas. Un total de 2.427.335.831 pesetas de dinero público que, en dos años, se transfirió -en su mayor parte- de las arcas municipales marbellíes al patrimonio personal del alcalde.

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Sociedades inactivas

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Las cuatro sociedades fantasma sólo registran ingresos en su contabilidad por los trabajos ficticios que, sin contratar a un solo operario, realizan para las empresas municipales. De hecho, sólo existen como pantalla para camuflar la salida de dinero del Ayuntamiento. Incluso los teléfonos que figuran en sus facturas no se corresponden con las sedes sociales de las compañías. Las cuatro sociedades carecen en la actualidad de oficinas tanto en Madrid como en Marbella.

Ni Dintak, ni Cantera Nasok, ni Contratas Peninsulares, ni Contratas El Plantío presentaron sus cuentas en el Registro Mercantil de Madrid en los cuatro primeros ejercicios en los que fueron utilizadas por Gil para apropiarse de fondos municipales.

El Registro Mercantil también revela que tanto Dintak, como Cantera Nasok, Contratas Peninsulares y Contratas El Plantío están dadas de baja «provisional» en Hacienda.

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Entramado financiero

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Las cuatro sociedades instrumentales fueron constituidas por un mismo grupo de empresarios en Madrid, entre 1989 y 1990, meses antes de la llegada al poder de Jesús Gil y Gil. Todas ellas han estado inoperativas desde su constitución, según confirmaron a este diario sus fundadores.

Estas cuatro empresas emitieron facturas a Contratas 2000, la sociedad municipal de Gil que centralizaba todo el entramado financiero. Ya en el ejercicio de 1992, Contratas 2000 experimentó un salto cuantitativo en el volumen de facturación y en las subvenciones recibidas del Ayuntamiento. Este aumento se refleja en la auditoría de la memoria de aquel año, en la que se reconoce que «el Ayuntamiento de Marbella ha transferido a Contratas 2000 un total de 7.945 millones de pesetas». En el balance de situación del ejercicio 1992, Contratas 2000 aparece con un activo circulante de 6.697.548.205 pesetas, cuando en 1991 había sido de 1.800 millones.

Los asesores de Jesús Gil y Gil idearon un sistema para eludir el control del consistorio municipal sobre las empresas que dependen del Ayuntamiento. Se trata de evitar que el 100% de su capital sea público. Gil creó una empresa llamada Control de Gestión Local, SL que participa con un 1% en el capital de las sociedades municipales. De esta forma, evita que los plenos del Ayuntamiento, en los que participan los grupos de la oposición, puedan fiscalizar sus cuentas.

Desde su llegada a la Alcaldía de Marbella, Gil siempre se ha negado a facilitar las cuentas municipales y las auditorías de las sociedades del Ayuntamiento tanto a la oposición como al Tribunal de Cuentas. La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Marbella, Isabel García Marcos, manifestó a este diario que sólo ha podido disponer en los últimos años de las cifras globales. El regidor le ha ido ocultando sistemáticamente la contabilidad sobre el destino de los fondos de las arcas municipales.

Seis funcionarios del Tribunal de Cuentas se desplazaron desde Madrid a Marbella hace una semana y entraron en las dependencias del Ayuntamiento para acceder a los libros de la contabilidad municipal. Sin embargo, las cuentas que hoy publica EL MUNDO no figuran en ninguna memoria de la Corporación. Pertenecen a una contabilidad paralela, elaborada y maquillada por los hombres de confianza del alcalde Jesús Gil.

La mecánica de trabajo impuesta por Gil posibilitaba que ni los funcionarios de las sociedades municipales ni los auditores se enteraran de la existencia de una caja B. El sistema funcionaba de la siguiente manera: los contables municipales (Eduardo Gonzálvez en Contratas 2000 y Jardines 2000; Antonio Calleja, en Turismo 2000 y Eventos 2000, entre otras, y Javier Herrera, en Planeamiento 2000) pasaban toda la contabilidad de las sociedades al grupo de confianza de Jesús Gil, que maquillaba su contabilidad a posteriori para justificar la constante salida en efectivo de dinero B. El ejercicio de 1992 refleja salidas en efectivo de hasta 275 millones de pesetas.

Esta contabilidad retocada ya no volvía a los funcionarios municipales, por lo que éstos desconocían la manipulación de los datos y, si se enteraron, dejaron hacer a su jefe. Las cuentas maquilladas se remitían posteriormente a Abdón Bas, un auditor que trabajaba para Jesús Gil, que redactaba una propuesta de auditoría. Bas, socio de la firma Bas, López Luengo y Asociados, domiciliada en la calle de Canillas de Madrid, y sin ninguna relación profesional con los hombres de confianza de Jesús Gil, firmaba las auditorías de todas las sociedades municipales.

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Contabilidad retocada

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Los documentos en poder de EL MUNDO recogen las cantidades en efectivo que Jesús Gil y sus colaboradores fueron retirando de la sociedad municipal Contratas 2000 a lo largo de los cinco años. Estos papeles son unas de las pocas pruebas que han quedado de las cuentas paralelas de la sociedad municipal. El equipo de confianza de Jesús Gil no se cansa, en cada uno de los folios, de recordar que los números corresponden a dinero negro. En muchos de los documentos siempre hay alguien que escribe, de su puño y letra, la referencia «B» o las inscripciones: «A justificar B» o «caja B».

Los documentos también demuestran que se produjeron transferencias de dinero entre las diferentes sociedades municipales. Por ejemplo, Planeamiento 2000 y Turismo 2000 desviaron a Contratas 2000 cantidades millonarias correspondientes a las subvenciones que recibían de los presupuestos del Ayuntamiento.

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APOYO

Empresas públicas sin control

La actividad del Ayuntamiento de Marbella funciona a través de una red de sociedades municipales que está controlada por dos hombres de la total confianza de Gil: Juan Antonio Roca, el gerente de Urbanismo, y José Luis Jiménez Jiménez, la mano derecha de Gil, a quien conoció en los años 70.

La estructura de la gestión municipal se sustenta en una docena de sociedades municipales, casi todas ellas con el logotipo «2000»: Contratas, de las que sacaron ilegalmente cientos de millones, Turismo, Eventos, Planeamiento, Jardines, Tropicana, Residuos, Tributos, Compras, Sanidad y Consumo…

El funcionamiento de todas estas empresas escapa al control de los grupos municipales, ya que su participación accionarial es mixta. Por tanto, sus cuentas no son fiscalizadas por el pleno del Ayuntamiento. Los socios de las empresas son: el Ayuntamiento, con un 99% de las acciones, y la sociedad Control de Gestión Local con 1%. El propietario de esta última sociedad es también el Ayuntamiento.

Con esta estructura societaria el alcalde Jesús Gil y su círculo de confianza han emprendido desde el Ayuntamiento todo tipo de irregularidades económicas. Sólo desde Contratas 2.000, Gil desvió más de 4.000 millones de pesetas en su primera legislatura.

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Pies de documentos reproducidos

LAS PRUEBAS DEL DELITO.- Este documento, escrito de puño y letra por un estrecho colaborador del alcalde de Marbella, refleja las cantidades desviadas por Jesús Gil, entre 1991 y 1995, desde las empresas municipales a su patrimonio y negocios privados. La cantidad mayor, 2.427 millones de pesetas, corresponde a los dos años siguientes a la llegada de Gil a la Alcaldía marbellí. Sólo en ese periodo de tiempo, la cantidad detraída es superior a la de los tres ejercicios posteriores. Gil, para maquillar las cuentas municipales se sirvió de cuatro sociedades fantasma, cuyos membretes figuran a la derecha del documento.

PARTIDAS «MAQUILLADAS».- Este documento de la contabilidad B de la empresa municipal Contratas 2000 refleja las partidas maquilladas por los hombres de Gil para justificar el dinero retirado de caja. Para hacer cuadrar los números engordan los gastos de «Jardinería» (122.515.820 pesetas), «Movimiento de Tierras» (136.871.733), «Acerados» (60.216.314) y «Mantenimiento General» (103.507.194). Además de estas cuatro cantidades, que aparecen destacadas con un círculo y con la referencia «B», escritos a mano, los colaboradores del alcalde también reflejan las cifras de la facturación auténtica con las anotaciones «real» o «reales». La suma del dinero detraído, justificada a través de este documento, asciende a 423.111.061 pesetas. Sólo una parte de la cantidad sustraída en el ejercicio 1993

REPARTO ENTRE «FACTURERAS».- Este documento refleja por trimestres las cantidades que había que justificar mediante facturas falsas, distribuidas entre las cuatro empresas factureras. Junto al nombre de cada sociedad figura el porcentaje que se le atribuía dentro de la caja B: Dintak (10,6%), C. Peninsulares (23,4%), C. El Plantío (30,0%) y C. Nasok (36,0%). El conjunto del dinero detraído en este ejercicio por este procedimiento fue de 716.062.758 pesetas. En la parte inferior, figura la anotación: «Pagos siguiendo la secuencia por fechas de disposición de la caja B de Contratas».