5 mayo 1920

Ocupará además la cartera de Marina

El Rey Alfonso XIII vuelve a confiar la presidencia del Consejo de ministros a Eduardo Dato, del Partido Conservador

Hechos

El 5.05.1920 se formó un nuevo Consejo de Ministros presidido por D. Eduardo Dato

Lecturas

El 5 de mayo de 1920 el Rey de España, D. Alfonso XIII nombra a D. Eduardo Dato Iradier, del Partido Conservador, nuevo presidente del consejo de ministros en sustitución de D. Manuel Allendesalazar Muñoz, en el poder desde diciembre de 2019.

El Sr. Dato Iradier trata de convertirse en el líder del Partido Conservador en España como alternativa a D. Antonio Maura Montaner.

  • Presidente – D. Eduardo Dato Iradier.
  • Ministro de Estado – D. Salvador Bermúdez de Castro O´Lawlor, marqués de Lema.
  • Ministro de Justicia – D. Gabino Bugallal Araújo, conde de Bugallal.
  • Ministro de Guerra – D. Luis de Marichalar Monreal, Vizconde de Eza.
  • Ministro de Hacienda – D. Lorenzo Domínguez Pascual.
  • Ministro de Gobernación – D. Francisco Bergamín.
  • Ministro de Fomento – D. Emilio Ortuño.
  • Ministro de Instrucción Pública – D. Luis Espada.

El Sr. Dato Iradier estará en el poder hasta su asesinato el 8 de marzo de 1921.

LOS MINISTROS DEL NUEVO GOBIERNO DATO

EduardoDato2 D. Eduardo Dato – Ministro de Marina (además de Presidente)

MarquesdeLema Marqués de Lema – Ministro de Estado

conde_bugallal Conde de Bugallal – Ministro de Gracia y Justicia

vizconde_Eza Vizconde de Eza – Ministro de la Guerra

lorenzo_dominguez_pascual D. Lorenzo Domínguez Pascual – Ministro de Hacienda

luis_Espada D. Luis Espada – Ministro de Instrucción pública

D. Francisco Bergamín – Ministro de Gobernación

D. Emilio Ortuño – Ministro de Fomento

 

06 Mayo 1920

Impresiones del día

ABC (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

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No le habrán sorprendido al Sr. Dato las objeciones que suscita la formación del nuevo Gobierno, ni al formarlo así se le ocultaría que hubiera sido menos comentada otra distribución de los mismos nombres. La provisión de unas cuantas carteras (la de Marina, que no ha de complicar mucho tiempo las tareas propias del presidente; la de Guerra, en que tienen escasa aplicación las aptitudes relevantes del vizconde de Eza, y alguna otra designación) parecen indicar que no es definitivo el encasillado, y que se espera la ocasión de reorganizar el Gabinete con los nombres actuales, o con casi todos, sin hacer una verdadera crisis.

Se afirma que el Gobierno decretará inmediatamente la clausura parlamentaria, y que no volverán a reunirse las Cortes hasta Octubre, lo más pronto. No obstante lo cual, tampoco piensa en resolver por decreto la cuestión ferroviaria. Su propósito – no más que un propósito, no todavía un acuerdo deliberado y firme – es acudir en otoño al Parlamento, para pedirle la solución del problema con el dictamen de una comisión extraparlamentaria prevista en el proyecto pendiente. Con todas las desventajas que tenga para las Compañías y para el personal el nuevo plazo que se les abre, no será el mayor obstáculo en que tropiece el plan del Gobierno. La inseguridad de su realización, la incertidumbre del provenir y el temor a las contingencias de la política tan azarosa en estos tiempos, es lo que más puede influir en que el Gobierno cambie de propósito y prefiera acelerar , por ley o por decreto, la liquidación del asunto, que, como se ve, sigue siendo todavía un motivo de complicaciones y un estorbo de la normalidad política.

05 Mayo 1920

El nuevo Gobierno

LA TRIBUNA (Director: Salvador Cánovas Cervantes)

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Hay nuevo Gobierno.

La gestación laboriosa y su resultado, un tanto sorprendente, demuestran que las dificultades para el acoplamiento no han sido vencidas por completo. Era empresa difícil reunir en un conjunto homogéneo los distintos matices del Partido Conservador. A eso tendían las gestiones del Sr. Dato, y eso significan sobre todo los nombres que integran el Gobierno.

No ignoramos que muchos de estos nombres, con relación a la titular de la cartera que han de desempeñar producirán asombro, pero tampoco desconocemos los obstáculos que se oponían a una combinación regular y adecuada.

Lo importante del caso actual es que se ha constituido un Ministerio con elementos exclusivos del Partido Conservador, y que en él están definidas todas las tendencias del mismo precisamente en los puestos de mayor responsabilidad.

Parece como que se ha querido dar la impresión de que se prescinde de los técnicos o mejor, de los profesionales, o mejor aún, de los especializados, al objeto de que pueda reinar una armonía más equilibrada en los Consejos de ministros, donde el Sr. Dato podrá oír la opinión de todos los sectores del partido.

Y aún más interesante que esto lo que tiene de verdaderamente satisfactorio el resultado de la crisis es el fracaso de la cacareada fusión de fuerzas ciervistas y mauristas. Ha comenzado con el paso dado ahora, la eliminación del Sr. La Cierva. Para eso han sido necesarios los funestos ensayos de esta última etapa. La amenaza de una política reaccionaria que hubiera costado grandes perturbaciones, amenaza que el propio Lerroux temía y había anunciado, desaparece con la constitución de este Gobierno, en el que figuran hombres de tendencia liberal tan arraigada como el Sr. Bergamín.

El hecho mismo de que las carteras de Guerra y Marina las desempeñen hombres civiles delata el propósito de darle al Ministerio un tinte marcadamente democrático.

En ese sentido, la sorpresa que haya producido el que el vizconde de Eza vaya a Guerra, cuando por su competencia en materias sociales se indicaba para el nuevo ministerio del Trabajo, tiene esta sucinta explicación.

Fieles a nuestro criterio expuesto ayer, no hemos de juzgar a los nuevos ministros hasta conocer sus actos como tales.

Con benevolencia acogemos su nombramiento y con imparcialidad prometemos analizar su obra.