2 diciembre 1905

El Partido Liberal seguirá en el poder

El Rey Alfonso XIII nombra Presidente a Segismundo Moret tras la caída del Gobierno Montero Ríos por la crisis del CU-CUT

Hechos

El 2.12.1905 se formó un nuevo Consejo de Ministros presidido por D. Segismundo Moret.

Lecturas

El 1 de diciembre de 1905 el Rey de España D. Alfonso XIII nombra D. Segismundo Moret Prendergast nuevo presidente del consejo de ministros en sustitución de D. Eugenio Montero Ríos. Con esto el poder sigue estando en el Partido Liberal. La caída del Gobierno se ha producido después del asalto a la redacción del CU-CUT.

  • Presidente – D. Segismundo Moret y Prendergast
  • Ministro de Gobernación – D, Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones.
  • Ministro de Estado – D. Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro
  • Ministro de Gracia y Justicia – D. Manuel García Prieto, marqués Alhucemas.
  • Ministro de Hacienda – D. Amós Salvador Rodrigáñez.
  • Ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas – D. Rafael Gasset Chinchilla
  • Ministro de la Guerra – D. Agustín de Luque y Coca
  • Ministro de Marina – D. Víctor María Concas y Palau
  • Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes – D. Vicente Santamaría de Paredes

Su gobierno durará hasta el 6 de julio de 1906.

LOS MINISTROS DEL NUEVO GOBIERNO MORET

Romanones_viejo   Conde de Romanones – Ministro de Gobernación

AgustinLuque D. Agustín Luque – Ministro de la Guerra

SantamaríaDeParedes D. Vicente Santamaría de Paredes – Ministro de Instrucción Pública

VictorConcas D. Víctor Concas – Ministro de Marina

ManuelGarciaPrieto García Prieto Marqués de Alhucemas – Ministro de Gracia y Justicia

 

RafaelGasset Gasset – Ministro de Fomento

Duque de Almodóvar del Río – Ministro de Estado

D. Amós Salvador – Ministro de Hacienda

 

Crisis Total

ABC (Director: Torcuato Luca de Tena Álvarez Ossorio)

2-12-1905

Leer

Cerrábamos nuestra edición de ayer por la mañana recogiendo la impresión de que la crisis no estaba terminada, según querían hacer creer algunos personajes ministeriales, sino que quedaba subsistente el plazo marcado por el Sr. Montero Ríos para que el Rey determinase.

Claro es que lo lógico, lo razonable, lo práctico, lo que se imponía por muchas consideraciones dignas de ser tomadas en cuenta por un hombre de gobierno, hubiera sido no insistir en la anunciada dimisión, resignarse a continuar al frente de los Poderes públicos hasta que la situación económica quedara definitivamente legalizada, pero ya es sabido que por desgracia la política española, desde hace algún tiempo, marcha sin freno alguno por caminos que no son los que conducen a buen fin.