ERC inicia una nueva etapa bajo el liderazgo de Oriol Junqueras como Presidente con Marta Rovira como Secretaria General

DE LAS PALABRAS a los hechos. Y de eurodiputado a alcalde insumiso e irresponsable. No se puede entender de otra manera la decisión que se adoptó ayer en el pleno del Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts, en manos de una coalición -Esquerra, ICV y CiU- que lidera el futuro presidente de la formación independentista, Oriol Junqueras: la insumisión fiscal consumada.

Las dificultades económicas que atraviesan los ayuntamientos catalanes desde que se desató la crisis hace ya unos años se ha visto agravada con el tiempo por el peso de las necesidades sociales de los vecinos, que crecen en número de parados y de receptores de prestaciones. Así las cosas, la reciente reclamación del Estado de unas cantidades avanzadas por error y que aún endeudan más a los gobiernos municipales ha roto los límites de las Alcaldías, algunas de las cuales incluso se han declarado oficialmente en quiebra. Sant Vicenç ha hecho, con todo, el temible paso adelante que implica pasar de la amenaza a la acción. La insumisión fiscal acordada ayer por el plenario del Consistorio no deja de ser un incumplimiento de la legalidad que no debe tolerarse por muy sangrante que sea la situación y muy justificada que esté la queja. Otras vías, como la moratoria que se planea para las mismas deudas que tienen contraídas las comunidades autónomas con el Estado, deberían estudiarse. Si no, el caso de Sant Vicenç sólo será el primero de una senda de ilegalidades.

Pocas horas después de confirmarse el giro previsto en la dirección de ERC, el fragmentado mundo independentista recibió con alborozo la elección de Alfred Bosch como sustituto de Joan Ridao en el cartel de los republicanos para las elecciones generales. Solidaritat per la Independència (SI) y Reagrupament se apresuraron ayer a saludar el enésimo golpe de timón de Esquerra para escapar del atolladero en el que se ha visto inmersa en los últimos años, sangría de electores y divisiones fratricidas incluidas.

Los dos partidos minoritarios del soberanismo, nacidos a raíz de las peleas internas de Esquerra, formalizaron su buena voluntad a negociar con los nuevos dirigentes de ERC para crear una candidatura unitaria que concurra a los próximos comicios. El salto a la palestra de Bosch, rostro visible del referendo que se convocó en Barcelona el abril pasado, ha sido clave para que Solidaritat y Reagrupament repartan guiños a ERC de cara a la cita de noviembre.

El portavoz de SI en el Parlament, Uriel Bertran, reconoció que el viraje que la militancia de ERC refrendó el sábado «abre expectativas» para limar asperezas y sellar una alianza casi inaudita y que apenas fructificó en un puñado de poblaciones en las pasadas municipales.

«El cambio hace que Solidaritat se muestre totalmente predispuesta a formar una coalición independendentista en las españolas, ahora toca ver si en ERC también lo están», señaló Bertran, quien avisó que «estarán muy atentos a las decisiones» que los republicanos «tomen a partir de ahora».

A través de un comunicado, Reagrupament expresó que el nombramiento del flamante presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, y Bosch «allana el camino para trabajar con ERC». La formación de Joan Carretero reconoció contactos con Junqueras y se prestó para sondear «puntos de confluencia».

Bertran y Bosch se desplazaron a Arenys de Munt para conmemorar el segundo aniversario del primer referendo popular que puso a debate la ruptura de Cataluña con España. A su llegada al pueblo emblema de los secesionistas, el próximo número uno de la lista de ERC al Congreso remarcó que tiende la mano a Solidaritat y Reagrupament, aunque prefirió ser precavido: «Es el momento de que reflexionemos, cuanta más discreción mejor será el resultado».

En su primera arenga tras superar las primarias, Bosch ensalzó las consultas soberanistas -«los hicimos y erradicamos lo imposible», clamó- y se puso de ejemplo junto a Junqueras para renegar de los que «dijeron que Esquerra se había perdido para la causa». También retó a los descreídos que desconfían de que las fuerzas independentistas sean capaces de encuñar un frente por el que los partidarios del Estado catalán suspiran: «Seremos capaces de ponernos de acuerdo, caminar juntos y elevarnos hacia la plena libertad».