23 mayo 1981

Los asaltantes solicitaron en un momento del secuestro la liberación del coronel Tejero y otros condenados por el 23-F

Espectacular asalto al Banco Central en Catalunya con más de 300 rehenes durante 37 horas y la duda de si había motivación política

Hechos

El 23.05.1981 un comando de personas armadas ocupó las instalaciones del Banco Central.

Lecturas

El 23 de mayo de 1981 un comando de delincuentes armados penetró en la sucursal del Banco Central situado en la plaza de Cataluña y secuestraron a 200 personas presentes en aquel momento en sus instalaciones exigiendo como condición para liberar a los rehenes que fueran puestos en libertad los principales militares arrestados por el intento de golpe de Estado del 23-F: D. Antonio Tejero Molina, D. Luis Torres Rojas, San Martín, Más Oliver).

El comando secuestrador estaba formado por D. José María Cuevas Jimeno, D. José Juan Martínez Gómez ‘El Rubio’, D. Tomás Paz Trenado, D. Jorge Valenzuela Marcos, D. Cristóbal Valenzuela Marcos, D. Juan Quesada Jibaja, D. Mariano Bolívar, D. Francisco Domínguez Martín, D. Miguel Millán Gros y D. Alberto Ota Jiménez.

El comando secuestrador se rindió y liberó a los rehenes después de que su líder, D. José María Cuevas Jimeno fuera abatido por agentes GEO de la Policía.

¿ATRACADORES O TERRORISTAS ULTRAS? PIDIERON LA LIBERTAD DE TEJERO Y SAN MARTÍN

AsaltantesBancoCentral José Juan Martínez Gómez, alias el Rubio, y sus cómplices Cristobal Valenzuela Marcos, Jorge Valenzuela Marcos, Francisco Domínguez Martín y Juan Manuel Quesada Gibaja, tenían un conocido historial de robos y atracos, lo que parecía indicar que era un acto de delincuencia común. Por otro lado, durante el tiempo en que duró el atraco, estos exigieron a cambio de liberar a los rehenes que el Gobierno liberara a cuatro de los militares golpistas del 23-F: Sres. Antonio Tejero, Torres Rojas, San Martín, Mas Oliver, lo que hacía parecer los sucesos como un atentado ultra.

serinden_Banco central Después de que la policía lograra a abatir a uno de los criminales de un disparo el resto del comando secuestrador salió con los brazos en alto y se tiró al suelo rindiéndose.

IGNACIO AGUIRRE (UCD): «HAY CONEXIONES CON LA EXTREMA DERECHA»

Ignacio_Aguirre El Secretario de Estado de Información del Gobierno Calvo Sotelo, D. Ignacio Aguirre Borrell, compareció ante los medios para dar informaciones de lo sucedido. Aseguró que en los detenidos se apreciaban conexiones con la extrema derecha, y que les había pagado en Perpignan figuras vinculadas a organizaciones fascistas.

FELIPE GONZÁLEZ (PSOE): «HAY UN PLAN URDIDO PARA ACOSAR A LA DEMOCRACIA»

FelipeGonzález_Mila1982 Entrevistado en TVE al producirse el secuestra en el programa de Dña. Mercedes Milá, el secretario general del PSOE (líder de la oposición al Gobierno de UCD) aseguró que, aunque quería mostrarse cauto: «No puedo dejar de ocultar lo que pienso. Esto forma parte de un plan de acoso al sistema democrático, perfectamente dirigido en la semana de las fuerzas armadas en Barcelona y pretendiendo dar el tiempo a que mientras. Hay un plan perfectamente urdido y financiado».

COMUNICADO DE TEJERO DESDE LA CÁRCEL

coronelTejero «Desautorizo rotundamente la utilización de mi nombre en cualquier actuación dirigida contra víctimas inocentes. Igualmente rechazo de antemano cualquier maquinación que pretenda mi liberación, que no deseo más que a través de la sentencia que en su día dicte el Consejo Supremo de Justicia Militar, tras la vista de la causa, acto que no quiero rehuir en modo alguno. El día 24 de febrero rehusé las ofertas oficiales que se me hicieron para mí salida de España, y mi actitud no ha cambiado. Desde mi prisión del castillo de La Palma hago un llamamiento a los responsables del suceso de Barcelona, para que, sea cual sea su ideología, sus motivaciones y sus propósitos, pongan inmediatamente en libertad a las inocentes víctimas que mantienen secuestradas».

COMUNICADO DE JOSÉ IGNACIO SAN MARTÍN DESDE LA CÁRCEL

23_F_Jose_Ignacio_San_Martin Comunico:

  • 1. Que he tenido conocimiento de que durante la mañana de hoy la radio ha venido difundiendo la noticia de que unas veinte o veinticinco personas han asaltado el Banco Central de la plaza de Cataluña de Barcelona, reteniendo como rehenes a las personas que se encontraban en dicho establecimiento, y cuyos asaltantes exigen la liberación de algunos de los militares que se encuentran procesados por los hechos acaecidos en Madrid el día 23 de febrero último, entre ellos el declarante.
  • 2. Que deseo dejar fehaciente constancia de mi actitud ante tales hechos, que es la siguiente:
  • -a) Que soy totalmente ajeno a los referidos hechos, de los que he tenido conocimiento a través de las noticias difundidas por la radio.
  • -b) Que profundamente desapruebo y rechazo tales actos.
  • -c) Que cualquiera que sea el desenlace de este lamentable incidente no me avendré en ningún caso, y cualquiera que fuese quien me lo pida o exija, aunque sea coactivamente, a abandonar mi actual situación, donde me encuentro a disposición judicial, ya que me lo impide mi sentido de responsabilidad, de disciplina y honor militar, principios que siempre han guiado todos los actos de mi vida, y el convencimiento de mi inocencia y confianza que tengo en la justicia, de la que espero el total y veraz esclarecimiento de los hechos acaecidos el 23 de febrero último.
  • -d) Que si, no obstante lo manifestado, por cualquier circunstancia y contra mi voluntad fuese obligado a abandonar el territorio nacional, juro por mi honor que me reintegraría inmediatamente a mi patria para seguir a disposición de la autoridad judicial.

DIARIO16 INTENTA VINCULAR AL EX MINISTRO GIRÓN EN EL ATRACO

Central_GironJose_Antonio_Giron_2 El periódico DIARIO16 que dirigía Pedro J. Ramírez publicó recuadros que insinuaban que el ex minsitro franquista D. José Antonio Girón de Velasco podía estar involucrado en el atraco a pesar de que sumarialmente no se constató ninguna vinculación. El periódico EL ALCÁZAR, propiedad del Sr. Girón de Velasco, atacaría con dureza a DIARIO16 por aquello.

EL GOBIERNO CALVO SOTELO INTENTÓ CAMBIAR UN TITULAR DE EL PAÍS UTILIZANDO A FELIPE GONZÁLEZ COMO MEDIADOR

D. Felipe González asegura que esa fue la única vez que trató de influir en un titular del diario EL PAÍS, entonces dirigido por D. Juan Luis Cebrián.

25 Mayo 1981

Perplejidad

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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Si es preciso creérselo lo creeremos; creeremos cuando dicen que los asaltantes al banco de Barcelona son pistoleros contratados, macarras y gentes de mal vivir. No tan macarras a la postre si bien se mira, toda vez que han rechazado los abundantes millones de pesetas que tenían en su poder en el banco y han preferido rendirse e ir a la cárcel en vez de intentar salir con rehenes y gozar de su botín en Dios sabe dónde. Vaya pistoleros estos, tan honrados que respetan el contrato incluso cuando ya no lo pueden cumplir.Después de esta perplejidad, lo inmediato es una felicitación sincera y profunda a los Grupos Especiales de Operaciones (GEO), que han resuelto de manera eficaz y profesional el asalto contra la sede ocupada del banco.Para felicitar al Gobierno, que merece un parabién a la hora de reconocer el éxito de la «operación rescate», hay que esperar algunas aclaraciones más sobre lo sucedido. Porque no es comprensible que unos pistoleros contratados negocien, como hicieron el domingo por la mañana con el delegado del Gobierno en Cataluña el honor y las seguridad de sus familias, pongan de relieve su honestidad -«no hemos tocado un duro»-, soliciten un avión para escapar y luego se rindan y se vea que son vulgares rufianes. Vulgares rufianes que se expresaban en términos militares, observaban disciplina militar, negociaban castrensemente… Otras versiones dicen que hubo algunos que escaparon entre los rehenes -y no se ponen de acuerdo sobre cuántos lo hicieron, si cinco o seis-; el caso es que, después de que se dijo que había más de veinte atracadores, ahora resulta que sólo fueron poco más de la mitad.

Por todo ello hoy podemos decir que si el Gobierno se ha apuntado un tanto con la feliz resolución de la operación, la perplejidad ciudadana ante sus maneras de hacer ha subido definitivamente casi hasta el infinito.

Información. Esta es la palabra. El Gobierno no tiene información sobre lo que pasa. El Ejecutivo ha perdido credibilidad, y esto es lo grave. Porque aun en el caso de que todo lo que se cuenta del asalto a Barcelona sea verdad, y reconozcamos que lo es, no menos verdad resulta que el primer sorprendido de todos por el resultado es el propio Gobierno: porque él mejor que nadie sabe que lo mismo que sonó una flauta pudo sonar otra.

Por lo demás, es preciso analizar algunas otras cosas en torno a estos vandálicos sucesos. El golpe del 23 de febrero, uno de los actos más brutales que se han producido en un país civilizado y moderno, no sólo ha recibido desvergonzadas justificaciones y apologías de medios de opinión, grupos políticos y personalidades de la vida pública inequívocamente comprometidos en el proyecto involucionista y, antidemocrático, sino incluso disculpas y actitudes comprensivas de sectores que, de labios hacia afuera, declaran su acatamiento a la Constitución.

Las cuatro plumas de la cobardía han ido empujando a políticos del anterior régimen, publicistas equívocos, portavoces de los grandes grupos económicos y personalidades de relieve en la vida social, hacia ambiguas posiciones que lo mismo les permitan mantener su posición consolidada dentro del régimen constitucional, como pasarse con armas y bagajes a los golpistas, si el triunfo llegará a acompañarles.

Esa campaña de exculpación de los golpistas que tan poderosamente ha contribuido a envalentonar a los asaltantes del Banco Central de Barcelona, se desarrolla en torno a varios motivos. Dejemos a un lado la infame y ya más que susurrada calumnia de que la Corona estaba implicada en los proyectos de los sediciosos y que se descolgó de la intentona a última hora. La debilidad del Gobierno para cortar por lo sano las adherencias de los golpistas en el aparato estatal y en las empresas públicas y su inaudita aceptación de las condiciones de rendición del teniente coronel Tejero, con la humillante e inaceptable consecuencia de que la mayoría de los asaltantes al Congreso de los Diputados se halle no sólo en libertad sino en servicio activo y en posesión de las mismas armas con las que encañonaron a los diputados, han contribuido a crear un clima de opinión intoxicado. Es en este clima de opinión donde los apólogos del golpismo son a veces mirados benévolamente por la autoridad y donde la credibilidad del poder baja a los ojos de los ciudadanos, en el que deben enmarcarse los sucesos de este fin de semana.

Y en este marco, el éxito indudable de la solución al suceso del sábado debe merecer la precaución necesaria por parte del Gabinete a la hora de explotar su triunfalista.

26 Mayo 1981

El Gobierno y los "chorizos"

EL PAÍS (Editorialista: Javier Pradera)

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La incredulidad, mezclada de sorpresa, que recorre la opinión pública española, después del desenlace tragicómico del secuestro en el Banco Central, posee algunas raíces de mayor contenido y profundidad que las especulaciones de Prensa o el deseo de una caza de brujas pór parte de los periodistas deeste país. La suposición de que guardias civiles u otro tipo de personal militar podía estar involucrado en el suceso no se creó en los medios de información, sino en la propia policía y en el Gobierno. Fue la policía la primera en aventurar esta hipótesis, y hasta el final mismo del secuestro el Gobierno se vio incapacitado para desmentirla. Fue el Gobierno el que pasó el dato de que eran veinticuatro los asaltantes, el que informó de que empleaban diálogo y comportamiento militar y el que nunca confirmo, pero una y otra vez declaró machaconamente, que no podía desmentir que hubiera guardias civiles entre los terroristas. Fue el Gobierno el que negoció con ellos en términos que apelaban a la caballerosidad y al honor de unos hombres equivocados, y esta palabra de equivocados la oyeron todos los españoles en la televisión, cuando se empleaba desde la tanqueta de la Benemérita que en la mañana del domingo se acercó al banco asaltado. Fueron los generales y jefes de la Guardia Civil quienes admitieron la posibilidad teórica de que algunos números estuvieran implicados en la operación, y del Gobierno salió la noticia de que uncomando suicida había amenazado con hacer algo de ese tipo durante la Semana de la! Fuerzas Armadas. Las contradicciones, lagunas e interrogantes que se plantean los españoles después del sorpresivo final del asalto están suficientemente relatadas. en otro lugar de este número. Es difícil entender que nuestra policía sea tan torpe que con más de cien rehenes liberados, testigos presenciales de los hechos, no sea capaz de calibrar una información más ajustada respecto al número y armamento de los ocupantes. Pero es posible. Lo importante de señalar es que el Gobierno no descartaba, y aun le parecía lógico, que hubiera elementos sediciosos de las fuerzas de seguridad entre los atacantes. Que no lo descartaban los propios jefes de dichas fuerzas, y que todavía el domingo a media tarde el resultado de la entrevista del delegado gubernamental en Cataluña, Juan Rovira, hacía suponer que los ocupantes observaban algún tipo de disciplina e ideario castrense. Por eso, la imputación maliciosa de que han sido los medios de comunicación los que han inventado la hisioria debe ser revisada. Todas las agencias internacionales de noticias, todos los periódicos y emisoras de radio se hicieron eco de la posibilidad, que llevó al Departamento de Estado americano a hacer una enfática declaración de apoyo al régimen, al canciller alemán a enviar un mensaje de solidaridad al presidente del Gobierno y a Mitterrand a descolgar un teléfono y hablar con el Rey. Que se diga ahora que todo este follón lo montaron unos cuantos chorizos con navajas oxidadas y pistolas en desuso es, desde luego, bastante preocupante.Hay, pues, un primer motivo para interrogarse más que seriamente por la situación. Y éste es la desconfianza respecto a su propia capacidad de imponer la disciplina en sectores determinados de las fuerzas de seguridad que el poder político tiene. Eso connota una flagrante carencia de información, una confusión absoluta sobre cuál es la situación en la policía y Fuerzas Armadas y, en definitiva, una debilidad congénita del Ejecutivo a la hora de encararse con la necesaria desactivación del jolpismo. No es la primera vez que una cosa así se pone de relieve.

Sólo eso explica que la aventura de un puñado de chorizos -que según avanzan las investigaciones cada vez son menos y peor formados y pertrechados- pueda poner en jaque al Estado, hacer contener la respiración de los Gobiernos europeos, desatar las solidaridades políticas de todos los demócratas del mundo y hacer peligrar la estabilidad del país. La estabilidad no se quiebra de hecho por el suceso en sí, sinopor la falta de confianza ciudadana en el Ejecutivo, por la pérdida de credibilidad de éste, por la sensación de que no estamos dirigidos con suficiente acierto y con el necesario apoyo en la opinión. Nada de lo que hemos vivido se parece a una democracia vigilante, como quiere el señor Calvo Sotelo, y sí mucho a una interiorización psicológica y política del golpe, que hace al Gobierno y a la oposición temerosos de tomar decisiones.

Por eso, ultras o chorizos -cosa que en realidad es lo mismo, con perdón de los chorizos-, veinticuatro o diez, quienes quiera que fueran los asaltantes, el corolario del suceso sigue siendo el mismo: este país necesita una acción de gobierno capaz de ahuyentar el fantasma del golpe y la violencia de nuestra vida política, aún desde el reconocimiento de que el problema del terrorismo y el del paro no han de solucionarse a corto plazo, y seguirá habiendo víctimas y crisis económica. Es esta seguridad del Gobierno (la de que podrán celebrarse los juicios contra los sediciosos, la de que se arrumbarán los focos de rebeldía y desobediencia, la de que no se protegerán en ningún caso los abusos policiales o de la Guardia Civil, la de que el poder judicial será a un tiempo respetado y renovado democráticamente, la de que se sabrá dar respuesta, en fin, desde la libertad y con la libertad, a las amenazas e infamias de los chorizos que en mayor cuantía y con mejor pertrecho que los de la plaza de Cataluña amenazan al régimen) la que los ciudadanos de cualquier ideología, pero respetuosos y fleles al ordenamiento constitucional, piden hoy al Poder.

27 Mayo 1981

Aviso a los intrigantes

Antonio Izquierdo

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Durante los últimos días DIARIO16 se ha venido ejercitando en una escalada de infamias conducentes, suponemos, a dos fines expresos: uno, mantener el estilo del periódico; otro, intentar la peregrina aventura informativa de descargar sobre la llamada extrema derecha la inspiración o la instigación del asalto a la sede del Banco Central en Barcelona.  La tecnica, rocambolesca, a lo Enrique Rambal – y no hay desdén en la remembranza al singular cómico – precedida de rayos, truenos, centelas y tracas, tuvo ayer una cumbre que no dudamos en replicar como obra clara y concreta de malnacidos: involucrar el nombre de un caballero – José Antonio Girón de Velasco – con el sorprendente y confuso contubernio que pudiera esconderse tras la autoría del vil atentado de Barcelona.

No se puede discutir con DIARIO16, como no se puede dialogar con locos, borrachos, chulos o macarras, mucho más sí, como en nuestro caso, se conoce el origen de los propósitos, las conexiones, la financiación y los secretos de un periódico nacido con un destino concreto: difundir a la opinión pública y poner sobre la sociedad que venga los gérmenes de una semilla que conocemos perfectamente y cuya revelación por nuestra parte causaría una verdadera conmoción popular. .

Vamos a decir ¡basta! Vamos a pedirle a DIARIO16, a sus oscuros, pero conocidísimos patrocinadores, a sus accidentales aliados y a su director, que nos olviden de una vez y para siempre. Nosotros elegimos a nuestros interlocutores y nuestros amigos. También vamos a elegir a nuestros adversarios. Nos ejercitamos en un periodismo limpio, claro y contundente. No recibimos subvenciones, ni asumimos fondos de reptiles y poseemos los más preciados dones profesionales: la independencia y la libertad. De ahí que podamos permitirnos el lujo de rechazar el bulo, la insidia, el cotilleo o los murciélagos que, en forma de rumores, caen desde sitios bien concretos y definidos, sobre las mesas de DIARIO16.

Si nos recreáramos en esa ínfima forma de hacer periodismo podríamos decir que tenemos sobradas fuentes que señalan la instigación del golpe de Barcelona sobre personas y entidades accidentalmente vinculadas a DIARIO16… Los sucesos de Barcelona mantenían un claro objetivo, tal y como señalaban a EUROPA PRESS sectores militares de toda solvencia: desprestigiar a la Guardia Civil. Unos encapuchados asaltan un banco y secuestran a trescientas personas. Llaman a algún periódico, dan vivas a España, dicen que son guardias civiles y que tomaron parte en los sucesos del 23-F. Solicitan la libertad de unos jefes sometidos a procesamiento y prisión preventiva en la conciencia de que ninguno de ellos aceptará el juego. ‘Fracasad’ el intento, solicitan ser trasladados a un aeropuerto, tomar un avión y emprender un viaje con rumbo desconocido. ¡Todo perfectamente planificado! Obra de expertos que envidiarían algunos servicios de inteligencia… Eso lo sabemos nosotros y lo sabe el mundo entero. No queremos, sin embargo, dialogar con mequetrefes, con iletrados que confunden a toda plana el sustantivo rapto con el de secuestro, con vacilantes que un día acusan a la policía de ‘homicidio’ por la muerte del terrorista Arregui, y otro día, bajo los efectos del pavor, piden a gritos que se maten a los terroristas allá donde se los coja, sin juicio previo y con la pena capital abolida.

Si los rectores del sistema democrático en que vivimos inmersos considera que el ejercicio del derecho de expresión y la libertad de prensa residen en la promoción del libelo, en la tolerancia de la infamia, en la pasividad ante la calumnia y en el cerco sistemático, inconfesable y coactivo al adversario leal, sufren un craso error y un día pueden ver como gentes pacíficas, dialogantes, amigas de la tertulia, de la palabra y de la idea, se ven forzadas a la agresividad, a la réplica contundente frente al insulto de que son objeto. Búsquense ese día las responsabilidades en el origen. En la lejana categoría y no en la inmediata anécdota.

Es probable que los viejos mineros de León o los estibadores de Valencia o la muchedumbre de españoles que circuló por las Universidades Laborales y por las Escuelas de Capacitación Social, se hayan desternillado de risa al contemplar a José Antonio Girón de Velasco situado, inmisericorde, en la extrema derecha. Es probable, también, que este caballero de porte noble y palabra escuela, contemple con una sonrisa irónica toda la agitación del burdel en que ha venido a convertirse gran parte de la llamada clase política. Más allá de cualquiera de estas silenciosas réplicas quienes conservamos el brío necesario para permanecer en la vigía, podemos garantizar con serenidad, que de hoy en adelante no vamos a tolerar ni una sola palabra más que no se ajuste a la verdad, que no responda a una crítica limpia, que no se ciña a los módulos universales del periodismo político… La ofensa para cualquier hombre bien nacido sólo tiene un campo de réplica.

Antonio Izquierdo

26 Mayo 1981

Las medias palabras

YA (Director: José María Castaño)

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Lo importante no es que se haya salido bien del descalabro de Barcelona, sino que el descalabro sea posible hoy en España. Lo importante y lo grave. Claro está que nos congratulamos de que el derramamiento de sangre pagado en la operación rescate haya sido mínimo y de que los GEO hayan coronado brillantemente una empresa que se ofrecía como muy difícil por las características especiales que presentó desde el primer momento; naturalmente que nos alegra saber que no había implicadas en el atentado fuerzas de a Guardia Civil, una de las instituciones que mayor credibilidad ofrecen por encima de cualquier error, de algunos de sus miembros, a la colectividad ciudadanaa; por supuesto, estamos convencidos de que el Gobierno, con su serenidad, ha servido de pauta para la serenidad de todos. Pero nos preocupa, nos aterra la idea de que esos sucesos se puedan repetir, de que los servicios de información sigan sin detectar operaciones desestabilizadoras nada improvisadas y de que los miembros del Gobierno hagan declaraciones que confunden, y lo que es más grave, por lo que supone de falta de coordinación, contradictoria entre sí.

A estas alturas no sabemos si el asalto y la retención de rehenes ha sido obra de elementos de extrema derecha, conectados y pagados por la extrema derecha, o se trata de simples y duros malhechores, cuya conducta, en todo caso, no podemos explicarnos. Tampoco estamos seguros de si eran once, si eras dieciséis o veinticuatro, si fueron todos detenidos, si algunos lograron escapar en el tumulto de la suelta de rehenes – porque parece claro que no se escaparon, sino que fueron empujados por los propios secuestradores en los últimos momentos – o si la rendición fue pactada y forzada.

Cuando ya había culminado la operación rescate, el secretario de Estado para la Información, portavoz del Gobierno, dio a la salida de la Moncloa unas explicaciones a los tres periodistas que aguardaban la información que han contribuido aún más a confundir al ya perplejo ciudadano. Los asaltantes están vinculados a grupos y personas del a extrema derecha; algunos recibieron ofertas de cinco millones en Perpignan – añadió – para llevar a cabo la operación. ¿Qué grupos o qué personas? Preguntó lógicamente un informador. Y el secretario de Estado confesó que no podía decirlo. ¿Por qué? ¿Es que no había seguridad? ¿Es que se trataba de meras sospechas al hilo de las declaraciones de los detenidos? Demasiados cabos sueltos. .

Vamos a ver si de una vez para siempre quedan las cosas claras. ¿Quién está en el juego desestabilizador? ¿Quiénes están detrás del terrorismo de ETA, GRAPO, libertario, anarquista, panfletario? ¿Dónde están las leyes capaces de dejar a cada uno en su sitio, incluida la cárcel? ¿Hasta cuándo esta sensación de impunidad programada, con fechas fijas y públicas, con intimidaciones telefónicas por medio de anónimos y hasta con nombres y apellidos? ¿Dónde está el gesto de autoridad que estamos pidiendo, porque es absolutamente necesario y urgente?

Ayer mismo ha vuelto a funcionar la catacumba de la imprenta clandestina; grupos anónimos han esparcido consignas en los medios laborales, han sembrado las empresas y los periódicos con panfletos, en alguno de los cuales se pedía – ¿no es esto también terrorismo? – la disolución del Cuerpo de la Guardia Civil. Han pasado los tiempos de la panfletaria y nos parece que esos sistema pertenecen, vengan de donde vengan, al más puro estilo fascista.

El espectáculo que estamos dando nosotros, aspirantes a integrarnos en la Europa, estabilizada, es, sencillamente, penoso. Se nos admira porque cada día con valor más que acreditado, estamos ganando la batalla de salvar la democracia. Algo así como el torero pundonoroso que cada tarde hace el supremo esfuerzo de lidiar al loro. País exótico en el que parece que estamos preparados para casi todo menos para convivir en paz y en libertad. País complicado, en el que el caciquismo político se impone, al parecer, con suma facilidad sobre las voluntades mancomunadas. País entrañable, de todos modos, en el que – ya se sabe- se goza de buenos vasallos, pero aún no hemos conseguido buenos señores.

28 Mayo 1981

¡Pobre España!

DIARIO16 (Director: Pedro J. Ramírez)

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Es verdad. Tenemos que reconocerlo. Esta vez el diario EL ALCÁZAR ha conseguido impresionarlo.

Como tantas otras personas e instituciones respetables, estábamos acostumbrados a sus mentiras e insultos, a sus calumnias y befas. Es el precio de la libertad, pensábamos una y otra vez, y seguíamos adelante, mirando para otro sitio.

Por desgracia hoy no podemos hacerlo, porque cuando existe una incitación expresa alataque físico a la agresión armada, al asesinato incluso, es imposible eludir el acuse de recibo.

La simple inserción de la noticia, atribuida de manera explícita a dos fuentes parlamentarias diferentes, según la cual Girón podría ser interrogado por la Policía, ha empujado el individuo que figura como director de EL ALCÁZAR a escribir que ‘no se puede discutir con DIARIO16, como no se peude dialogar con locos, borrachos, chulos o macarras’.

Hasta ahí nada nuevo, pues sabido es que su repertorio de insultos excede la propia dimensión de su vocabulario. Muy grande debe ser el miedo a la vida de quien tanta hiel anida en el alma.

Asegura, luego, que ‘tenemos sobradas fuentes que señalan la instigación del golpe de Barcelona sobre vinculadas y entidades accidentalmente vinculadas a DIARIO16’.

Eso es verdad. La propia redacción del periódico se turnó en la excavación del túnel de la Diagonal y entre los miembros del comando que asaltaron el Banco Central figuraban algunos de los accionistas mayoritarios. Contra la paranoia, no hay nada como el teatro del absurdo, si bien es cierto que Peter Weiss concibió su Marat Sade con el manicomio como escenario.

Pero hay otras afirmaciones de don Antonio Izquierdo que por desgracia no podemos tomarnos a broma. «Un día pueden ver cómo gentes pacíficas dialogantes… se ven forzadas a la agresividad, a la réplica contundente frente al insulto de que son objeto» asegura su amenaza. «La ofensa para cualquier hombre bien nacido sólo tiene un campo de réplica».

¿Qué es lo que quiere don Antonio Izquierdo? ¿Le basta que nos den una paliza o desea que nos maten? ¿Unirá su pistola a las de quienes actúen siguiendo sus conisgnas o reservará sus energías para escribir al día siguiente que nos lo estábamos buscando?

Poca resistencia encontrarán sus amigos terroristas. Aquí nada sbaemos de armamento. Nuestra única fuerza es la palabra y venimos reservándola para predicar la fe y la esperanza en la España nueva, la España fraternal, alegre, tolerante, racional, feliz en su libertad.

Esa pobre Patria nuestra que hoy nos duele al verla inacabada y escasa de defensas ante el acoso del fanatismo de quienes, como don Antonio Izquierdo tienen infestada el alma por el negro demonio del rencor y de la rabia.

Esa pobre Patria nuestra que no dejaremos de amar desesperadamente por mucho que pinten bastos, e incluso si brillan las espadas.