31 mayo 2013

El cámara de televisión y la presentadora de Mediaset, contraían matrimonio menos de un año antes, el 22.06.2012, en Silicia

Fallece el cámara Mario Biondo, marido de la presentadora Raquel Sánchez Silva, en medio de diversas especulaciones

Hechos

  • A los 36 años fue encontrado el cuerpo sin vida de D. Mario Biondo, marido de Dña. Raquel Sánchez Silva. El 22 de junio de 2012 se había casado con la presentadora Dña. Raquel Sánchez Silva.

Lecturas

A los 36 años fue encontrado el cuerpo sin vida de D. Mario Biondo el 30 de mayo de 2013, marido de Dña. Raquel Sánchez Silva.

El 22 de junio de 2012 se había casado con la presentadora Dña. Raquel Sánchez Silva.

01 Junio 2013

¿SE SUICIDÓ POR CAUSAS AMOROSAS?

Luis F. Durán

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Enlutada y deshecha. Así aparecía Raquel Sánchez Silva (40) ayer a las puertas del Anatómico Forense de Madrid. La noche anterior había sido la peor de su vida. Su marido, Mario Biondo (36), con quien cumplía su primer aniversario de casados el 22 de junio, había aparecido ahorcado en su domicilio madrileño el jueves. La Policía atribuye el suicidio del cámara italiano, quien trabajaba en MasterChef, a un problema afectivo, según las primeras averiguaciones. Así se desprende de lo explicado por la presentadora de Mediaset a los funcionarios tras el descubrimiento del cadáver en el piso de la pareja situado en la céntrica calle de la Magdalena, muy cerca de Lavapiés.

El cuerpo sin vida fue encontrado el jueves por la empleada doméstica del matrimonio cuando acudió a la casa. El hombre se había ahorcado en la estantería del salón, de casi dos metros y medio de altura, con un pañuelo palestino, según fuentes judiciales. Eran las 17 horas. Sin embargo, el forense cifró la hora de su muerte sobre las 6 de ese mismo día. Es decir, que el hombre llevaba 11 horas muerto, a tenor del primer examen médico.

Tras descubrir el cuerpo de Biondo, la asistenta telefoneó a Sánchez Silva, quien se encontraba trabajando fuera de Madrid. La presentadora llegó al domicilio sobre las 18.15 horas, acompañada de un amigo. En ese momento ya se encontraba la Policía en la casa. Los médicos del Summa fueron avisados por los agentes para acudir al domicilio pero nada pudieron hacer.

En la comisaría de Centro interrogaron a la asistenta, Wilma, y a la presentadora. Ésta comentó que había mantenido alguna diferencia sentimental en los últimos días y apuntó que nunca esperaba que su marido tomase una decisión tan trágica. Así pues los agentes concluyeron que el motivo que desató el suicidio fue por problemas sentimentales de la pareja.

En el domicilio no había ningún tipo de nota escrita por el fallecido. Tampoco se encontraron restos de sustancias, pastillas o medicamentos. Los agentes también preguntaron a la presentadora de Supervivientes si Mario había consumido algún tipo de sustancias en los últimos días. Sanchéz Silva lo negó por completo.

Ayer por la mañana se practicó la autopsia al cadáver del fallecido. El primer avance entregado a la familia sólo indica que se trató de una muerte por asfixia. Con todo, se recogieron muestras que se enviaron al Instituto de Toxicología para determinar si el hombre había tomado algo antes de ahorcarse.

Los padres de Mario aterrizaron en Barajas el viernes por la mañana procedentes de Palermo. Raquel les esperó en el aeropuerto y acudió con ellos al Instituto Anatómico Forense. La familia del fallecido decidió trasladar sus restos a su ciudad natal, próxima a Palermo. Ayer por la tarde el cadáver fue embalsamado y conducido al tanatorio de Tres Cantos de Parcesa donde fue velado por amigos y parientes. Los trámites para la repatriación del cadáver son lentos por lo que el traslado de los restos a Italia podrían demorarse al menos cinco días.

28 Junio 2013

UNA MUERTE PARA DOS VERSIONES

Luis F. Durán

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Una discusión desató la tragedia. El pasado jueves 30 Mario Biondo (36), marido de Raquel Sánchez Silva, apareció ahorcado de una estantería del salón en su domicilio de la calle Magdalena, en pleno centro de Madrid. La noche antes de su muerte, el cámara y la presentadora mantuvieron una fuerte disputa verbal, según reconoció la propia mujer a la Policía y a los médicos que acudieron a la casa, tal y como ha podido saber LOC.

Fue la empleada doméstica de la casa quien encontró el cadáver del italiano. Se había asfixiado con un pañuelo palestino. La Policía y los médicos concluyeron que se trató de un suicidio. Esta misma hipótesis la mantuvo el forense en el lugar de los hechos. La Policía concluyó que un problema afectivo condujo al hombre a tomar esa decisión, a tenor de las mismas fuentes. La versión ofrecida por los agentes y sanitarios de la muerte de Mario Biondo contrasta con la que mantiene su esposa. Silva defendió desde un primer momento que se trató de un trágico accidente y negó que su marido se hubiese quitado la vida.

«Mario quería vivir y no se quitó la vida, Mario era un hombre feliz y estábamos profundamente enamorados», escribió el pasado sábado en su cuenta de Twitter. Una interpretación que también defiende Guillermo Gómez, representante de la presentadora, en conversación con este suplemento. «Yo he visto los documentos policiales y en el único punto que se menciona la palabra suicidio es cuando se refieren a que no hay ningún tipo de nota. Fui el primero en llegar, después de la Policía y reitero, al igual que Raquel, que fue un desgraciado accidente», ha manifestado éste, ciertamente enfadado.

Tres días después de que se produjese el fatal indicente, la periodista fue aún más explícita en un comunicado sobre lo acaecido y volvió a reiterar que Mario había muerto de una forma accidental. «En mi nombre, Raquel Sánchez Silva, y en nombre de toda la familia de Mario Biondo, nos vemos en la obligación de comunicar que las primeras interpretaciones publicadas, en una ausencia absoluta de sensibilidad, no son ciertas. Mario no se suicidó. Mario quería vivir. Las circunstancias que rodean su muerte apuntan claramente a un trágico y desafortunado accidente. A estas alturas, lo único importante es la pérdida de un hombre que disfrutaba de una vida llena de planes y posibilidades», apuntaba el comunicado. «No acabamos de entender la necesidad de publicar información que no es cierta, que sólo aporta dolor y que es innecesaria. Mario se ha ido y es lo único que importa. Mario y yo teníamos una vida feliz. Respetad su memoria y ayudadnos a vivir este dolor en paz», sentenciaba.

NO HAY INVESTIGACIÓN

La Policía, sin embargo, mantiene que se trató de un suicidio. Los agentes de la Policía Científica que acudieron a la casa también ratificaron esa tesis. Y con la misma rotundidad se expresaron tanto los médicos que acudieron a la casa como el forense. «Si hubiese sido un accidente se hubiera investigado y no hay ninguna pesquisa abierta como accidente», indicaron fuentes policiales. En el domicilio la Policía no halló ninguna nota y ningún tipo de medicamento o sustancia. Con todo, el forense ha remitido muestras del fallecido al Instituto de Toxicología. En la propia casa la presentadora fue interrogada por los agentes a los que explicó que su marido no tenía ningún tipo de problemas, aunque matizó que la noche anterior habían tenido una bronca matrimonial.

La causa de esa riña, según la Policía, fue el hecho de que la pareja estaba pendiente de varias pruebas de fertilidad para tener descendencia. Esta misma semana el portal Vanitatis confirmaba que el matrimonio llevaba un tiempo sometiéndose a un tratamiento de fertilidad en un centro hospitalario de la capital. La presentadora tenía una cita el viernes 31 de mayo para programar el embarazo con el fin de que no le afectase a sus futuros proyectos de trabajo en Televisión.

Silva, de 40 años, quería tener un hijo y había acelerado su plan de ser madre ante el temor de que la edad pudiera ser un obstáculo. Aunque los dos estaban ilusionados con este proyecto ese afán podría haber originado la bronca previa a la muerte de Mario Biondo.

La copresentadora de Acorralados y la familia del cámara emplearon más de una semana para conseguir los permisos necesarios para repatriar su cuerpo. El pasado miércoles los restos del fallecido fueron trasladados hasta Palermo en un avión. Un día después fue enterrado.

ACIAGO ANIVERSARIO

EL 22 DE JUNIO DE 2012, Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo, un cámara de televisión que había conocido en Supervivientes, se daban el sí, quiero en la isla de Taormina, en Sicilia, después de varios meses de relación. Esta semana, once después de aquella feliz efeméride, la presentadora y los parientes más cercanos de su marido se han reunido en el mismo lugar donde la pareja contraía matrimonio con un objetivo mucho más triste: despedir en la má estricta intimidad a Biondo.

29 Junio 2013

MÁS DE 10.000 EUROS POR SU REAPARICIÓN

Borja Ruiz

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Este jueves, tres días antes de que se cumpliera un mes de la muerte de su marido, el cámara italiano Mario Biondo, Raquel Sánchez Silva realizaba su primera aparición mediática: buceaba entre tiburones para promocionar un nuevo móvil de Sony. Su determinación sorprendía a propios y extraños. También a la marca que puso desde el principio a su disposición todas las facilidades para que rescindiera el contrato sin penalización alguna. En cambio, fue la propia presentadora, que había negociado el evento en abril, la que se negó a romper su compromiso y tomó la decisión de enfrentarse a los cerca de 60 periodistas y fotógrafos acreditados para la ocasión. Por el mismo precio. Sin subir el caché inicial. Más de 10.000 y menos de 15.000 euros. Ese es el dinero que Raquel ha cobrado por su regreso a la escena pública. La marca de telefonía que la contrató (entre otras cosas porque tiene el permiso avanzado de buceo, imprescindible para la acción comercial bajo el agua), no quería exponerse a algunas voces críticas con su repentino regreso. De hecho, Sony prefería que hubiese declinado la oferta. Mucho más tras escuchar cómo agradecía los pésames recibidos y comprobar la posterior reacción en las redes sociales.

«Gracias a vuestros mensajes, que me han llegado a mi Sony Experia», decía. En la improvisada rueda de prensa, Raquel también se negaba a entrar a valorar algunas discrepancias suscitadas y explicaba el porqué de su súbita rentrée. «Tenía ganas de trabajar, de retomar mis ilusiones. Hoy he decidido ser fuerte; mañana ya se verá», manifestaba ante las preguntas. Tras responder a los periodistas, Sánchez Silva tomaba un taxi junto a su representante, Guillermo Gómez, su fiel escudero durante este proceso, con destino al aeropuerto de Barajas para tomar un avión a Ibiza y recalar, horas más tarde, en Formentera, que se ha convertido en su refugio tras la inesperada muerte de su marido, con el que se casó hace un año. Allí pretende instalarse durante los próximos días. El pasado 12 de junio, viajaba por primera vez a la isla junto a Soledad, su madre, para disfrutar de unas vacaciones con un grupo de amigos. Un asueto que ha interrumpido para protagonizar su primera salida mediática. En cambio, LOC ha podido conocer que no era la primera vez que Raquel Sánchez Silva retomaba sus compromisos profesionales.

VUELVE AL TRABAJO

El viernes 7, un día después de enterrar a su marido en Taormina (Sicilia), Raquel estuvo en Telecinco para hablar sobre sus próximos proyectos en televisión. A su vez, el martes 11 de junio, la presentadora grababa en el restaurante El Enfriador de Madrid el spot Benditos bares, la nueva campaña de Coca-Cola, en colaboración con Mediaset, en la que colaboran otros rostros populares de la cadena, tal y como confirman desde el propio establecimiento. «Me gustaría empezar a trabajar en otoño en la televisión. Costará pero es importante. Son pasos que me hacen mirar atrás y ver que todo está más lejos. Hay que ser valiente y tener valor. Si dejo de hacer esto dejo de ser yo misma, y eso no lo pienso hacer. Nunca dejaré de ser yo», contaba Raquel en relación a su futuro en la pequeña pantalla.

La presentadora se ha entregado a una actividad frenética que no comulga con la idea más ortodoxa de luto y óbito que tiene la familia de Mario Biondo, con la que Sánchez Silva guardaba al parecer buena relación. Esta semana, Emanuela, la hermana de Mario, ha destapado la caja de los truenos al escribir en su perfil de Facebook una serie de comentarios nada positivos que reproducimos a la izquierda. Por su parte, Andrea, el hermano del cámara, también ha recurrido a las redes sociales, en concreto a Twitter, para mostrar su descontento con la actitud de la presentadora. Por su parte, Raquel se ha negado a pronunciarse.

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Emanuela Biondo (hermana):

«22 de junio. Ni siquiera una flor le ha mandado. En fin, demasiados compromisos: sol, mar, amigos, risas… ¡Qué pena da alguna gente!¡ Es el colmo».

«Para mí, es una infeliz y su falso dolor me duele».

«La bomba va a explotar».

«Pensábamos que era una princesa y es una…».

«No es oro todo lo que reluce».

«Hermano mío, cuánto daño a la honestidad».

Andrea Biondo (hermano):

«La verdad se sabrá antes o después. Cuestión de tiempo».

05 Abril 2014

DENUNCIA POR "ACOSO" A LOS BIONDO

Eduardo Verbo Chover

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La paciencia de Raquel Sánchez Silva (41), copresentadora desde Honduras de Supervivientes (Telecinco), ha llegado a su fin. Especialmente, tras la última visita a España de Pippo y Santina, padres de Mario Biondo, su marido, quien falleció trágicamente el pasado 30 de mayo de 2013. Los progenitores del cámara han estado esta misma semana en Madrid acompañados por un equipo de la televisión italiana: colaboran con ellos en un nuevo reportaje sobre el óbito de su hijo, a cambio de los emolumentos propios de una exclusiva. Unas pesquisas motu proprio que llevan practicando desde la desaparición de éste, ya que se resisten a creer lo que dictaminó la Justicia española: «el hecho denunciado no reviste carácter de infracción criminal».

En esta nueva investigación, se han enfrentado con el actual inquilino del piso en el que vivían Mario y Raquel en el barrio de Lavapiés, que se ha negado a enseñarles la casa, y han intentado hablar con Vilma Graciela, la asistenta del matrimonio y la persona que encontró sin vida el cuerpo del italiano, quien ha declarado públicamente que se había sentido acosada. Una situación parecida se vivió este jueves en Plasencia, la localidad cacereña en la que nació la periodista.

Pippo y Santina querían contar con el testimonio de la madre de Raquel, pero no fue posible. El episodio terminó en la comisaría, donde, como relatan fuentes bien informadas a este suplemento, tanto María Soledad como un primo de Raquel, al que también abordaron, interpusieron una denuncia contra ellos por «acoso».

La comunicadora ha vivido estos incidentes a más de 8.000 kilómetros de distancia. Es la primera vez que Sánchez Silva y su familia se significan judicialmente contra las acusaciones de los Biondo en distintas redes sociales y algunas insinuaciones en los medios de comunicación. Por eso, y como también informa LOC en exclusiva, Raquel está dispuesta a poner este asunto en el cauce judicial. De hecho, a través de sus abogados, ha remitido un escrito a Facebook para que cancelen los perfiles tanto de Pippo como de Santina, en los que amigos y familiares de los sicialianos critican cualquier movimiento de Raquel.

«Dicho acoso es simple y llanamente para menospreciar la reputación, ya sea como persona o como profesional, de Raquel y su entorno familiar, de manera gratuita. Dicha actitud está causando graves daños hacia su persona (…). Están vertiendo, tanto ellos como decenas de seguidores que apoyan a la familia Biondo, manifestaciones atentatorias contra la señora Sánchez Silva de forma gratuita, sin mayor motivo que el pensar que nuestra cliente está ocultando información sobre el fatídico suceso, cosa que se ha comprobado que es incierta, hasta por los Tribunales de Madrid».

Una respuesta por parte de los abogados ante los incesantes comentarios, «abusivos» según los letrados Javier Ferrero y Eduardo Oliver, de Senn Ferrero, sobre la presentadora. «Viuda feliz», «mala persona», «caradura», «miserable», «falsa» o «pagas el alquiler de tu nuevo piso con la pensión de mi hijo», son algunos de los comentarios con los que Raquel no está dispuesta a transigir. Tanto que denunciará todo lo publicado ante la unidad de delitos telemáticos de la policía competente, con los que sus asesores legales ya habrían mantenido un encuentro.

El empeño de la familia en desacreditar el auto español fue primordial para que se abriera una investigación en Italia. Geri Ferrara, el fiscal de Palermo, procedió a la práctica de una segunda autopsia hace tres meses, de la que todavía no hay detalles. El día de su reaparición como presentadora en un acto tras la muerte de Mario, los Biondo también acudieron clamando justicia.

«Sólo desea que todo esto termine y poder seguir con su vida con normalidad», declara un amigo. Por el momento, no hay visos de solución.

10 Noviembre 2020

La "viuda" me denuncia

Santina Biondo

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La «viuda» me denunció a mí, a mi marido, a mi hija y al grupo Mediaset por la transmisión de Hienas el 5 de octubre, sus abogados le dijeron a la policía española que lo que se transmitía no sería la verdad. Curiosamente, la «viuda» siempre está dispuesta a denunciar a nuestra familia, pero se distanció de nosotros al denunciar a María José Abenza Rojo (médico forense español) que declaró declaraciones falsas en escrituras públicas ya Paolo Procaccianti por manipular los hallazgos.
Raquel tus denuncias no nos detendrán, siempre hemos dicho la verdad con pruebas!

04 Diciembre 2021

MEDIASET COMPRA LA VERSIÓN DE SU SUEGRA DE LA EXTRAÑA MUERTE DE SU MARIDO OCHO AÑOS DESPUÉS

Luis Fernando Romo

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CUANDO EL ALMA SANGRA, NO HAY consuelo que valga. Puede que unos padres se acostumbren a vivir con la pérdida de un hijo, pero no se olvidan. Cuando la noche del 30 de mayo de 2013 Mario Biondo apareció ahorcado en su casa del centro de Madrid empezó a escribirse uno de los capítulos más oscuros de la prensa rosa. ¿Por qué? Porque la esposa del cámara televisivo italiano es Raquel Sánchez Silva (48), uno de los rostros más sonrientes del panorama audiovisual. Los otros personajes de esta truculenta historia son Santina y Giuseppe, los papás del fallecido.

El caso posee los ingredientes necesarios para convertirse en un documental sobre crímenes reales tan prolíficos en las plataformas de streaming. El matrimonio aún cree que fue un homicidio. Todo es verdad, de Risto Mejide, ha sido el primer programa español en entrevistar en directo a la mamma. «No fue un suicidio y mucho menos un accidente. Cuando nos dieron las fotos del cuerpo de Mario, nuestro hijo, vimos que había algo que no cuadraba con la descripción del forense. Decían que tenía las piernas dobladas y las tenía estiradas», asegura mirando fijamente a cámara.

¿Mala praxis o chapuza? Son las dos opciones barajadas para intentar entender por qué se cerró la investigación en España a los 47 días y que ocho años después aún continúe abierta en Italia. Un tuit de Raquel fue el desencadenante para que en nuestro país se siga hablando de accidente. «Eso no consta en ninguna investigación», matizaba Santina, que añadía: «La cronología de la muerte en España es mentira».

Hay nuevos ingredientes que avivan estas dos realidades. Por un lado, se está investigando al doctor Paolo Proccacianti, autor del análisis forense de la segunda autopsia tras la exhumación del cadáver en diciembre de 2013 porque los carabinieri detectaron ciertas irregularidades «ya que las pruebas entregadas son de dos cadáveres y esto es un paso más que nos da esperanzas para que el caso avance». La familia Biondo está molesta con Raquel. No les ha ayudado a esclarecer la muerte y en dos ocasiones se ha opuesto a la solicitud de reapertura en nuestro país, por lo que «si tienes la conciencia tranquila, ¿por qué te alejas de la familia?», apostillaba la italiana.

ESCÁNDALO EN ITALIA

En el país transalpino se ha liado gorda. La Fiscalía de Palermo fue la que decidió la exhumación en dos ocasiones (la última, en 2018) porque aún había cosas sin esclarecer y sigue habiéndolas junto a nuevas interrogantes. Santina tiene claro que si todo el proceso se hubiera hecho correctamente en España los asesinos de su hijo estarían en la cárcel. Ella pluraliza. Hay nuevos indicios. Se cree que Mario estuvo acompañado aquella noche por dos personas que estuvieron antes, durante y después del suceso. «Aún no podemos decir quiénes son, aunque tenemos sus nombres y apellidos», confesaba.

La investigación sigue en uno de sus puntos más álgidos porque las piernas del cámara no estaban semiflexionadas, se determinó que la estantería no podía soportar su peso, el cráneo en la primera autopsia estaba intacto, no se dieron cuenta de una herida en la parte alta de la frente, el informe español alega que el estómago de Mario Biondo estaba vacío mientras que el italiano constató que había restos de carne, se piensa que los datos de su portátil fueron alterados e incluso llegaron a borrarse 1.000 gigas.

En un primer momento, Raquel Sánchez Silva confesó que ella había eliminado fotografías personales, pero luego se descubrió que un primo suyo había borrado el contenido a través de una conexión remota. Mentiras, verdades a medias, conjeturas, pruebas fehacientes…, todo son piezas sueltas de un puzzle en el que está participando el criminólogo Lluís Duque, contratado por los Biondo en 2016 y que ha admitido en Todo es verdad que «tengo la certeza de que como poco se trata de un homicidio».

03 Agosto 2023

‘Las últimas horas de Mario Biondo’: Un abrazo para Raquel Sánchez Silva

Sergio del Molino

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La docuserie de Netflix sobre la muerte del marido de la presentadora es una restitución del honor ejemplar y un relato sereno, detallado e irrefutable de un delirio

No será lo más profesional ni lo más ecuánime, pero mi primer impulso tras ver los tres capítulos de Las últimas horas de Mario Biondo fue abrazar a Raquel Sánchez Silva, a quien no conozco y, por lo tanto, no puedo abrazar. Seguramente, tampoco leerá este sucedáneo de abrazo en forma de reseña, porque ha sobrevivido a su ordalía de 10 años ignorando lo que dicen de ella, y me imagino que habrá escogido un caparazón grueso e insonorizado para aislarse del ruido que la docuserie de Netflix va a provocar (en la que tampoco ha participado), pero supongo que alguien le transmitirá mi abrazo y el de muchos otros espectadores que van a sentir el mismo impulso que yo.

Preveo una ola de compasión mezclada con vergüenza, estupor y malestar general, pues todas esas sensaciones provocan los tres episodios que cuentan el increíble caso Biondo, el cual excuso narrar porque lo doy por sobradamente conocido. Basta recordar que Biondo era siciliano, cámara de televisión en España y marido de Raquel Sánchez Silva, y que murió ahorcado en su domicilio tras una noche triste en la que consumió cocaína y visitó un prostíbulo. Su familia no aceptó nunca el suicidio y lleva 10 años alimentando la teoría de que lo mataron y de que su esposa tuvo algo que ver.

Empecemos por el final, por la última cartela que resume en números lo ocurrido desde la muerte de Mario Biondo en Madrid el 30 de mayo de 2013 hasta ayer mismo: 16 jueces españoles, cinco fiscales italianos, dos jueces italianos, 13 peritos de parte, dos exhumaciones y tres autopsias. El resultado: cero condenas. La cartela no es del todo exacta, pues Raquel Sánchez Silva no solo no ha sido condenada: ni siquiera ha llegado a ser acusada de nada. Nadie ha encontrado el menor indicio que la relacione con la muerte de su marido. Y, sin embargo, soporta un acoso atroz instigado por la familia Biondo. Son incontables las veces que la han llamado asesina.

Las últimas horas de Mario Biondo es una restitución del honor ejemplar y un relato sereno, detallado e irrefutable de un delirio que se construye de forma dialéctica en tres capítulos, mediante el mecanismo argumental de tesis-antítesis-síntesis. Es imposible explicar la serie sin estropear la intriga, pensada más para espectadores neófitos de un Netflix global que para el público español e italiano familiarizado con el caso. Tal vez en Singapur funcione la dosificación de la información y los cliffhangers de cada cierre de episodio, pero por aquí podemos ahorrarnos los remilgos antispoiler para explicar por qué la serie que dirige María Pulido es valiosa.

El primer capítulo (la tesis) pone en guardia al espectador, pues expone el caso desde el punto de vista de la familia Biondo, otorgándole tanto protagonismo que me llegué a revolver incómodo en el sofá y casi se me quitaron las ganas de seguir viéndola. Hasta el título de la serie propicia al equívoco: ¿estaba asistiendo a la justificación de un delirio? Por suerte, seguí con el segundo (la antítesis), donde las teorías y acciones de la familia —sobre todo, de la madre de Mario, Santina, que en la tele italiana se conoce como Mamma Santina— se desarman con paciencia de relojero. Esto me llevó de cabeza al tercer acto (la síntesis), en el que cada cosa queda en su lugar y se ofrece cierto contexto y reflexión, con moraleja incluida. Es allí donde una periodista italiana especialmente lúcida compara este caso con otros parecidos: “En Italia no hay suicidios”, dice, denunciando la manera en que la televisión amarillista explota cualquier muerte truculenta y alimenta sospechas de homicidio en madres que no conciben que sus hijos se quiten la vida y buscan, por ello, un culpable.

Se le puede reprochar a la docuserie que emplee los mismos recursos narrativos sensacionalistas que denuesta, dando a entender a la audiencia internacional de Netflix que va a asistir al enésimo true crime, alimentando la paranoia de quienes creen en el cuento de la viuda negra. Los guionistas y la directora podrán defenderse arguyendo que es lícito vencer al enemigo con sus propias armas o que el Quijote también parece al principio una novela de caballerías, pero yo creo que hacen trampa con fines mundanos y de mercadotecnia, lo cual, vista la serie entera, no deja de ser un pecadillo venal.

Es un acierto la ausencia de Raquel Sánchez Silva, de la que solo aparecen algunos planos de archivo. Su testimonio tendría un valor informativo enorme, pero su silencio funciona mucho mejor en términos narrativos, pues permite que la verdad se exprese por sí misma. Sánchez Silva no necesita defenderse ni dar su versión porque los hechos son elocuentes, y al contarlos otros, brillan con mucho más vigor. En su lugar habla Guillermo Gómez, su agente, aportando un testimonio notarial y burocrático que al principio suena débil frente al melodrama de Mamma Santina, pero acaba imponiéndose como la voz de la razón.

Le sucede a la serie algo parecido a lo que le pasó a Jaime Chávarri en su legendaria El desencanto. La intención de Chávarri era contar la vida de Leopoldo Panero a través de sus hijos, pero cuando empezó a filmarlos se dio cuenta de que la película eran ellos, sus relaciones monstruosas y su crueldad. En Las últimas horas de Mario Biondo parece que los padres y hermanos de la víctima son narradores de la historia, aportando su versión, pero pronto se convierten en protagonistas. La trama de la docuserie son ellos: Pulido cuenta la locura de una familia tan devastada por un dolor que se niega a aceptar, que es capaz de arruinar la vida de la viuda de su hijo. Les consume una obsesión aterradora de la que se aprovechan un montón de apandadores: cadenas de televisión italianas y españolas, supuestos investigadores, criminólogos y estafadores de toda condición. “Mi hijo está muerto y ella está disfrutando de la vida”, dice la madre en una sentencia que resume la rabia delirante en la que vive. Como en una vieja tragedia siciliana, no le perdona la sonrisa ni la ausencia de luto. Como Sánchez Silva no se encerró en la alcoba más oscura de la casa de Bernarda Alba, su suegra la convirtió en asesina.

La moraleja de esta serie es prevenir que suceda otro caso así, que los chacales y los buitres de la franja del prime time no vuelvan a disputarse un cadáver hermoso como el de Mario Biondo. Es un pensamiento bonito que apenas consuela. Aquí nadie se arrepiente ni pide perdón. Y la próxima vez ocurrirá lo mismo.

05 Agosto 2023

QUIÉN ES QUIÉN EN EL DOCUMENTAL QUE RECHAZA SU FAMILIA

Elena Benavente

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EL DOCUMENTAL ‘LAS ÚLTIMAS horas de Mario Biondo (Netflix) estrenado esta semana ha vuelto a traer a la actualidad uno de los casos más mediáticos y polémicos. El documental está producido por Manguera Films -una empresa perteneciente a Guillermo Gómez Sancha, el ex representante de Raquel Sánchez Silva- para Par Producciones, una compañía también dirigida por él. En tres capítulos, más de 20 personajes hablan sobre la relación de la presentadora con el cámara italiano, las diversas tesis sobre su muerte, las numerosas investigaciones y autopsias y, por supuesto, el revuelo mediático.

Durante 127 minutos, se contrastan dos versiones defendidas por dos bandos. Están los Biondo y sus expertos, quienes señalan que el siciliano fue asesinado, y el ya mencionado mánager, quien guía la narrativa e insiste, con testimonios variopintos, que Mario se suicidó. También se siembran sospechas sobre la salud mental de los Biondo. Pero, ¿quién es quién en este documental?

RAQUEL SÁNCHEZ SILVA

Se le señala como una presentadora de éxito y muy enamorada de Mario durante el rodaje de Supervivientes 2011. Ninguno de los Biondo pone en duda su amor y declaran no haber discutido con ella hasta que se opuso a la teoría de un posible homicidio. En ese momento, Raquel decidió tomar distancia de la familia y silenciar todas sus opiniones. Algo «acertado», de acuerdo con su mánager. «El problema de hablar es que las cosas se tergiversan. Y la frustración de los Biondo es que no pueden tergiversar a Raquel… Porque no habla. Y eso lo justifican diciendo que es ‘encubrimiento’», explica Guillermo Gómez, en representación de la viuda, que no participa en la producción.

GUILLERMO GÓMEZ

Se le introduce como el representante de Sánchez Silva entre 2011 y 2022. Y, como ha vivido duros momentos con ella, se vuelve su portavoz en esta serie. Por ejemplo, manifiesta que Raquel no apoya a los Biondo, porque cree que «todo está claro» desde la primera autopsia. Además, afirma que la presentadora ha sido señalada y siembra la idea de que es una víctima. Dice que los familiares de Mario, acompañados por medios italianos y españoles, han intentado «destruir su vida» y que, incluso, ha sido acosada.

FAMILIA BIONDO

Tras enterarse que Gómez era el responsable, la familia desautorizó que se utilizaran sus testimonios en Las últimas horas de Mario. Aun así, son ellos los que más aparecen en esta producción. Todos coinciden en la misma versión: creen que Raquel tuvo que ver con la muerte del italiano y todos exigen Justicia… Aunque cada uno a su manera. Andrea Biondo es el más moderado. Fue quien le dijo por primera vez a Raquel: «Creemos que mi hermano no se suicidó». Durante todo el documental se muestra tranquilo pero muy emocionado, sobre todo cuando habla de cómo afrontó su padre, Pippo, la tragedia. «Al comienzo, cada vez que pasabas a su lado, daba pena… Y ahora sigue igual», comenta. Emanuela, hermana de Mario, tiene al difunto tatuado y es muy impulsiva. Verbaliza todo lo que piensa y, alguna vez, le tuiteó a Sánchez Silva que esperaba que «sus hijos fallecieran en un accidente». Aparentemente, su carácter lo heredó de su madre, Santina, quien es la que más ruido genera. Publicó una foto de la escena del crimen y ha intentado ahorcarse para probar «que nadie puede morir así». Jura que seguirá yendo a las teles hasta conseguir Justicia.

 

ÓSCAR TARRUELLA

El criminólogo, ex de Mónica Naranjo, respalda a la familia Biondo. Según su teoría, una persona conocida entró en la casa de Mario, lo distrajo y otra persona, por detrás, lo ahorcó. También asevera que el cuerpo fue colgado, en la estantería, post mortem. Días antes del estreno, Óscar predijo que la serie evitaría hablar sobre un primo sospechoso de Raquel y que insistiría en que Mario vistió un prostíbulo el día de su muerte. El investigador estaba en lo correcto.

ROBERTA BRUZZONE

Hasta 2021, la criminóloga colaboró con los Biondo y parecía apoyar la tesis del asesinato. Pero tras enterarse de que, con tal de recabar más datos, la familia contrató a una empresa de dudosa reputación, la forense se volvió en su contra. Ahora no tiene ninguna sospecha, piensa que el caso no debe reabrirse y advierte que Santina no tiene límites.

SELVAGGIA LUCARELLI

Es periodista y acusa a los Biondo de montar un circo. Expone que Santina ha jugado un papel de «madre dolorosa» en Italia. «La gente empatiza con esta ‘mamá Santina’, que se siente con el derecho de apuntar a una persona que quizá era inocente, solo porque lo está pasando mal», relata. Indica que hay un «antes y un después» de este caso y que ahora los programas utilizan los suicidios para hacer falsas investigaciones y subir su audiencia.