3 octubre 1989

Se convertirá en uno de los momentos más célebres de la historia de TVE

Fernando Arrabal apartado temporalmente como tertuliano de TVE tras aparecer borracho en el programa de Sánchez Dragó

Hechos

  • En el programa de ‘El Mundo por Montera’ presentado por D. Fernando Sánchez Dragó en TVE del 5.10.1989 estuvo dedicado al apocalipsis y en él participó D. Fernando Arrabal en estado etílico.

Lecturas

El programa de ‘El Mundo por Montera’ presentado por D. Fernando Sánchez Dragó en TVE del 5.10.1989 estuvo dedicado al apocalipsis y en él participó D. Fernando Arrabal junto a otros intelectuales. La presencia del Sr. Arrabal fue la que más llamó la atención por aparecer en el plató, aparentemente, borracho. Balbuceó palabras y argumentos con dificultad de pronunciación, se levantó de su sitio, dio vueltas por el plató, se sentó en la mesa y hasta besó a otro de los tertulianos que intentaron continuar su coloquio como si aquello no estuviera pasando. Los balbuceos del Sr. Arrabal hablando del ‘milinearismo’ han quedado asociados en la historia mediática a ese incidente.

El Sr. Sánchez Dragó había vuelto a tener un programa en TVE gracias a la llegada a la Dirección General de RTVE, Dña. Pilar Miró, pero en el momento de aquel incidente la Sra. Miró ya había sido relevada por D. Luis Solana. No obstante el encargado de pedir explicaciones no fue el Sr. Solana sino, según declaró el propio Sr. Sánchez Dragó a un representante de LA HEMEROTECA DEL BUITRE fue D. Diego Carcedo que, en aquel momento, era el Director de Informativos de TVE, en compañía de la subdirectora, Dña. María Antonia Iglesias.

carcedo Diego Carcedo, director de informativos de TVE, exigió al Sr. Sánchez Dragó que despidiera a D. Fernando Arrabal como tertuliano.

D. Diego Carcedo, calificó en EFE que la intervención del Sr. Arrabal en ‘La Noche’ de espectáculo lamentable, «un espectáculo bochornoso que los directivos de TVE lamentamos haber ofrecido» y aseguró que había dado órdenes para que no se ofreciera alcohol a los participantes en los programas de la televisión pública.

Diferente fue la versión del Sr. Arrabal que aseguró que su borrachera se debió a un accidente. Declaró ala agencia EFE que «me tomé una copa de Chinchón y la mezcla del alcohol con unas medicinas que estoy tomando provocó una situación peligrosísima para mi salud».

Cada vez que D. Fernando Sánchez Dragó y D. Fernando Arrabal coincidían en un plató recordaban aquella ‘borrachera’ que volvió a ponerse de moda a raíz de aparecer en Internet en 2007.

07 Octubre 1989

UN ÉXITO DE FERNANDO ARRABAL

Eduardo Haro Tecglen

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Probablemente Fernando Arrabal no necesita más droga o más alcohol que sus propias segregaciones internas, pero muchos espectadores de la tertulia de Sánchez Dragó creyeron erróneamente, en la madrugada del jueves al viernes, que podía estar en un estado espirituoso agudo: la cena, la espera a la hora tardía de emisión… En otras tertulias -por ejemplo, en la política-, los supuestos animadores llegan ya dormidos, aterrados porque al día siguiente tienen que madrugar, y quizá alcancen a algún espectador que todavía no haya caído -caerá poco después, indudablemente. Pero Sánchez Dragó los quiere despiertos, y nada mejor que convocar a sus invitados -algunos, de pago, como el propio Arrabal- para tratar del Apocalipsis, un tema que sin duda preocupa profundamente a los ciudadanos.Siempre he defendido la idea de que hay una primacía del texto sobre el espectáculo, pero en este caso el que ofreció el hombrecillo vestido de amarillo -color nefasto para las gentes de teatro desde que Moliére murió vestido de ese color-, que se proclamaba marroquí -nació en Melilla-, correteando por la tarima del decorado, abrazando y besando a los otros invitados, quitándose los zapatos y los calcetines, farfullando, fue un espectáculo superior al de la palabra. Sánchez Dragó mandó desconectar el micrófono del hombrecillo universal, lo cual no privó a éste de seguir haciéndose audible a través de los micrófonos de los otros, abrazándose a ellos, y gritando insistentemente que quería hablar. ¿Cómo se le puede negar la palabra a un autor cuyas obras montan los mejores directores del mundo, y en todos los países (salvo en España)? Una injusticia, sobre todo para el espectador.

Pero lo que llegó a ser impresionante fue la imagen de los otros invitados, tan deseosos de hablar del Apocalipsis y hasta de ofrecer el dinero que estaban ganándose para imprimir cartelones con consignas propias de lo que se aproxima, que decidieron olvidar la pegajosa mosca amarilla que tiraba de sus brazos y de sus piernas y seguir hablando seriamente. Para ellos, Arrabal había dejado de tener presencia. Serenamente hablaban de la química del individuo y de la posibilidad de la reconstrucción de sus moléculas en un seguro más allá que les parecía completamente necesario -Arrabal les acusaba de marxistas-leninistas: qué hombre más antiguo-, aunque a veces alguno de los interlocutores tuviera que seguir hablando a gatas, o a cuatro patas, según la irrespetuosa expresión castellana, para huir de Arrabal o hasta para capturarle antes de que se despeñase desde la tarima. Podría desprenderse de esto que el anarquista divino -según sus palabras- estaba fuera de sí. Yo creo, más bien, que estaba perfectamente dentro de sí, y que estaba haciendo una proyección adecuada de su imagen y de la trascendencia del tema de que se trataba, y que realmente producía el mejor espectáculo que podía ofrecer televisión: los que hablaban, desde el conocimiento -¿gnosis?- del Apocalipsis iban quedando en ridículo, y el que aparecía como adecuado y en su punto era el excelente y necesario bufón que en todas las cortes hace la caricatura de la trascendencia.

Algo muy importante

En cuanto a la necesidad, que se presentaría ahora, de relatar y desmenuzar el debate sobre esa cuestión probablemente inmediata, mi nula preparación en cuestiones metafísicas y escatológicas, que podrían atribuirse equivocadamente a un escepticismo frío y desangelado, me impidieron captar toda la magnitud de las palabras de los contertulios. Pero, a juzgar por sus rostros, se trataba de algo muy importante.

Eduardo Haro Tecglen

07 Octubre 1989

APOCALIPSIS, DIVINIDADES Y OTRAS BORRACHERAS

Adelaida del Campo

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«¡Soy la minoría silenciosa!», insistía una y otra vez el histriónico Fernando Arrabal durante el dionisiaco programa El mundo por montera en la nooche del jueves. Programa más dionisiaco que nunca, porque Arrabal, digámoslo ya, hizo gala de un estado etílico como pocas veces se ha contemplado en la pantalla hogareña.

Arrabal, argumentando que no se le dejaba hablar, decidió pasar al contraataque con voz balbuceante, interrumpiendo a troche y moche mientras su homónimo Sánchez Dragó, director del programa, le reprendía con benevolencia cada vez más tirante.

El tema iba de apocalipsis, y apocalíptica fue la presencia pánica de Arrabal. El sedicente anarquista divino trató de incorporarse un par de veces, pero fue vano el intento. En la primera de ellas, el pobre don Fernando se trompicó y fue a dar con su huesos en el suelo, aunque TVE ns hurtara la costalada final.

En la segunda y más graciosa, Arrabal se acercó a congeniar con un contertulio; pero, ¡ay!, cuando trató de sentarse en la mesa baja, no calculó que el cristal estaba suelto y que su peso lo inclinaría cual tobogán de parque de atracciones. El enviado de Dios, la Virgen y los apóstoles judíos, como si fuera el Papa de Roma, volvió a besar la madre tierra.  Y así hasta el final. En resumen, lo mejor que se ha visto en la telesolana hasta la fecha. Un programa que debiera repetirse. Para ejemplo de la infancia. Por supuesto.

26 Septiembre 2001

CENSURA PREVIA

Fernando Sánchez Dragó

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EL 5 de octubre de 1989 se emborrachó Arrabal en El mundo por montera. Yo lo dirigía. Es ésa la merluza más famosa de la historia de España. Mi tocayo hizo de todo, se quitó los zapatos, se sentó en la mesa, derribó el centro de flores, se fue a mear, volvió, se encaramó sobre el respaldo de su silla, confesó al escritor argentino Mario Satz que su mujer, Lys, estaba enamorada de él y lanzó la curiosa teoría etimológica de que «milenarismo» viene de Milena, la extraña novia de Kafka. Kafkiano, en efecto, y delicioso, fue todo aquello. Una película de los Marx. Arrabal, al término de la misma, se desmayó y tuvimos que traer a una enfermera. Llegué a casa a eso de las tres de la mañana. Me fumé un par de porros y vi el programa. A las ocho sonó el teléfono. Era Diego Carcedo, director de Informativos, que me conminaba a presentarme de inmediato en su despacho. Serían las nueve cuando entré en él. La subdirectora era María Antonia Iglesias, que ahora sienta cátedra de insultos sabatinos en La Noria. Diego, ceñudo, me espetó:

– ¡Estás convirtiendo tu programa en un circo!

Una semana antes, Arrabal, siempre él, se había arrodillado frente a Juan Antonio Bardem conminándolo a abjurar del comunismo en nombre de la Virgen. Cosas que suceden en las mejores familias. ¿A quién no se le ha emborrachado alguna vez un amigo en el salón de la casa?

Diego estaba furibundo…

– ¡A partir de ahora queda prohibida la presencia de ese payaso!

Mi respuesta fue inmediata:

– Ahí tienes mi dimisión y la de todo mi equipo.

Se asustó. Aquello podía transformarse en un escándalo.

– Bueno, bueno… No te pongas así. Basta con que no lo traigas en un mes.

La propuesta me pareció razonable, sobre todo considerando que a Arrabal no le tocaba salir hasta varias semanas después. La acepté.

María Antonia no asomó la gaita. Estaría debajo de la mesa (cabe) o espiando por el ojo de la cerradura.

Abandoné el pirulí. Eran las diez de la mañana. No había pegado ojo y ya no pensaba hacerlo en el resto del día. Necesitaba carburante para aguantar hasta la noche y celebrar el triunfo de la libertad. Entré en el bar más cercano y pedí un chinchón. Luego, otro. Eso es lo que había bebido Arrabal en el mejor programa de televisión del que se tiene recuerdo. Salí pisando melocotones.

Así fueron las cosas y así se las cuento hoy. Eran socialistas. La Inquisición existe. No bajemos la guardia. ¡Ya están aquí! ¡Ya están aquí!

Pero pronto se irán.

Fernando Sánchez Dragó

El Análisis

ADELANTADO A SU TIEMPO

JF Lamata

Como no existía ‘Youtube’ en 1989 el incidente de D. Fernando Arrabal en el programa del Sr. Sánchez Dragó sólo se enteraron los que lo vieron en directo, que no fueron pocos, porque en aquel momento TVE era el único canal de televisión del momento. Pero aún así, gran parte de la sociedad se lo perdió. La sociedad de Youtube, en la que, tras un incedente de TV a las 24 horas ya lo tenías en Internet aún tardaría 15 años en aparecer.

La borrachera del Sr. Arrabal, se adelantó a su tiempo, pero no caducó y, en el periodo 2006-2007, al producirse la gran escalada de Youtube apareció de inmediato el citado fragmento convirtiendo para las nuevas generaciones al Sr. Arrabal no en el intelectual, ni en el escritor, sino ‘el de la borrachera’ de TVE. Lo que tiene Internet.

J. F. Lamata