5 enero 1999

El director de Informativos de EFE, Miguel Platón, defiende el ERE desde las páginas de EL PAÍS

La Agencia EFE, dirigida por Miguel Ángel Gozalo aplica un ERE masivo para jubilar trabajadores y paliar su crisis económica

Hechos

  • El 30.01.1999 D. Fernando Castelló publicó en EL PAÍS un artículo sobre la Regulación de Empleo en EFE.
  • El 3.02.1999 D. Miguel Platón publicó un artículo en EL PAÍS sobre la misma cuestión

Lecturas

¿MIGUEL ÁNGEL AGUILAR, RESPONSABLE?

zap_1997_caracruz_AguilarD. Miguel Platón, Director de Información de la Agencia EFE defendió el Expediente de Regulación de Empleo desde las páginas de EL PAÍS echando en cara los elevados gastos que supuso para la agencia el fichaje de todos los empleados provenientes de TELEMADRID en 1989-1990. No decía el nombre, pero hablaba de las decisiones tomadas a cabo cuando, durante el Gobierno del PSOE, la agencia estaba controlada por D. Miguel Ángel Aguilar.

30 Enero 1999

Jubilados al amanecer

Fernando Castelló

Leer
En virtud de ese ERE, se nos arrojará a todos los que tenemos hoy de 57 años para arriba a la fosa común del seguro de paro durante dos años, complementado mezquinamente por la empresa, para pasar después a la simple pensión de jubilación anticipada y congelada en la parte que aporte la empresa para compensar su disminución al jubilarnos antes de los 65 años.

Ciento cuarenta y seis profesionales de la agencia estatal de prensa EFE vamos a ser, si nadie lo remedia, anticipada y forzosamente jubilados, como quien dice manu militari, al amanecer: al amanecer a la plenitud de nuestras capacidades profesionales; al amanecer de una nueva era en que la Europa social reivindica los valores de la madurez activa y desecha el recurso a las jubilaciones anticipadas como panacea del desempleo; y al amanecer de tiempos en que la defensa de la libertad de prensa pasa también por la de la estabilidad de los periodistas en el empleo.No jugamos (no estamos para juegos) con las palabras cuando decimos que seremos jubilados al amanecer, porque lo vamos a ser tras el juicio sumarísimo de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado el 20 de octubre en el Ministerio de Trabajo por la actual dirección, que alega un déficit que ella misma ha triplicado en sus casi tres años de gestión, aunque todavía sea doscientas veces menor que el de la también estatal RTVE.

En virtud de ese ERE, se nos arrojará a todos los que tenemos hoy de 57 años para arriba a la fosa común del seguro de paro durante dos años, complementado mezquinamente por la empresa, para pasar después a la simple pensión de jubilación anticipada y congelada en la parte que aporte la empresa para compensar su disminución al jubilarnos antes de los 65 años. Y nos seguirán en la caída aquellos compañeros que hoy tienen 54 años y a los que se obligará a firmar su sentencia de jubilación a los 57 en esas condiciones draconianas.

Entre los profesionales que vamos a ser extirpados, traumáticamente y sin anestesia, del cuerpo redaccional de EFE hay directores, subdirectores, redactores jefes, editores, delegados y corresponsales en el mundo y en España nombrados en anteriores etapas y responsables de la mitad de los cargos informativos de la agencia, que quedará así semidescabezada.

Seremos jubilados al amanecer de nuestras mentes a la plenitud intelectual y profesional, tras décadas de desempeñar puestos de responsabilidad desde los que muchos de nosotros desde el comienzo de la transición de Efe a la democracia, contribuimos a hacer de ella lo que hoy es todavía: una fuente informativa de primer orden para los medios españoles o iberoamericanos, creíble y libre, voz del mundo hispano en el coro informativo de las naciones, primera agencia en Iberoamérica y cuarta en el mundo.

No se habrán tenido en cuenta «tanto la aportación intelectual como la profesional que las personas directamente afectadas por el ERE pueden hacer a la agencia Efe, dadas las especiales características que reúne una empresa informativa», como ha pedido la Asociación de la Prensa de Madrid, en respuesta a nuestra solicitud de amparo. Se menosprecia en nosotros un valor que en el mundo occidental tanto se aprecia: el del periodismo senior, que acumula experiencia y «saber hacer», como parte insustituible del capital profesional, principal capital de una empresa informativa. Y cuando avistamos, no el ocaso de nuestras facultades, sino el alborear de la sabiduría que da la madurez, se nos quiere enviar a derrochar nuestros conocimientos, que deberían ser considerados patrimonio indeclinable de Efe, en las mesas de mus de algún Hogar del Jubilado o navegando en solitario por la realidad virtual, apartados prematuramente y para siempre de la realidad informativa que dominamos.

Seremos jubilados al amanecer de una nueva época en Europa en la que las jubilaciones anticipadas van a dejar de ser alentadas por acuerdo, adoptado el 20 de noviembre, de los ministros de Trabajo de la Unión Europea, incluido el español, a la sazón Javier Arenas, según crónica de Efe del día citado, en la que se informaba, desde Bruselas, de que «los ministros de Trabajo de la UE compartieron un amplio acuerdo para que no se siga fomentando la jubilación anticipada». Eleonora Hostach, presidenta del Consejo de Ministros de Asuntos Sociales de la UE, dijo en la reunión citada que hay que adoptar medidas «para que se puedan quedar en sus puestos de trabajo los trabajadores de más edad», ya que, según el comisario europeo de Asuntos Sociales, Padraig Flynn, «las políticas para anticipar la jubilación cuestan muy caras» y se están produciendo cambios demográficos en Europa, donde aumentan las esperanzas y capacidades de vida activa.

Javier Arenas comparte ese criterio con sus colegas europeos al reiterar que «no se puede fomentar la anticipación de la jubilación» y que «tenemos que ir a un proceso inverso» e incluso «incentivar que las personas que quieran continuar en la actividad laboral después de los 65 años lo puedan hacer». Seremos jubilados al amanecer de una ampliación del concepto de defensa de la libertad de prensa a la defensa de las condiciones laborales de los periodistas, depositarios de la libertad de información en respuesta al derecho de los pueblos a ser informados. Esa defensa abarca hoy también la estabilidad de los periodistas en el empleo y su protección contra toda amenaza laboral que ponga en peligro su independencia de criterio y favorezca la autocensura y el periodismo reverencial. Ese nuevo concepto, cuya aplicación promueven, además de organizaciones de periodistas como Reporteros sin Fronteras, las secciones de libertad de prensa dentro de las comisiones de derechos humanos de organismos internacionales, lleva a grandes empresas de comunicación europeas, como nuestra estatal RTVE y la agencia France Presse, a que sus propuestas de jubilaciones anticipadas, además de dignamente incentivadas y no traumáticas, sean, en todo caso y sobre todo, de voluntaria aceptación por parte de los afectados, para no convertirse en despidos colectivos.

No obstante, últimos de Filipinas de una moda que pasa, los 146 mayores de 54 años de Efe hemos sido condenados a muerte generacional por la actual dirección, que nos paga los servicios prestados a la empresa desde puestos a menudo directivos y el formar parte de su memoria histórica con un ultimátum de jubilación anticipada forzosa y mezquina.

Si, en la línea trazada por el hoy secretario general del PP, el nuevo ministro de Trabajo , Manuel Pimentel, no nos indulta, rechazando el ERE de EFE (presentado finalmente sin el acuerdo del Comité de Empresa) o haciendo voluntarias las jubilaciones anticipadas forzosas que prevé, compareceremos al amanecer de cualquier día de este gélido febrero ante un pelotón de jubilamiento formado por la actual Dirección de la agencia.

Fernando Castelló

03 Febrero 1999

Por qué EFE regula empleo

Miguel Platón

Leer
El señor Castelló es el portavoz del pequeño colectivo afectado por estas disposiciones; su actuación ha sido repetida y públicamente censurada por la práctica totalidad de los representantes sindicales, a quienes ha dirigido las mismas descalificaciones o incluso peores que a la dirección de la empresa.

El pasado sábado 30 de enero, uno de los 39 subdirectores de la agencia EFE, Fernando Castelló, escribió en estas páginas una severa crítica al expediente de regulación de empleo (ERE) que se tramita actualmente en la empresa. Cualquier trabajador está en su derecho de considera inadecuada una medida laboral que le afecta, pero la información de los lectores de EL PAÍS resultaría incompleta si se obviasen las dos cuestiones que Castelló eludía: las razones de la regulación y la ausencia de una alternativa más favorable.

La dirección de EFE, como la de cualquier empresa, no se hubiera embarcado en un ajuste de personal, que siempre produce tensiones, de no haber resultado necesario. El criterio de necesidad, en nuestro caso, es un doble imperativo legal: la legislación española y la legislación comunitaria. Aunque algunos prefieren no enterarse, las empresas públicas no pueden ya actuar como hace veinte o treinta años, es decir, con un Estado que podía reponer cualquier pérdida que se produjese en la cuenta de resultados. En la actualidad, las empresas públicas no viables tienen el mismo destino que cualquier empresa privada en la misma condición: recuperar el equilibrio o cerrar. Centenares ed empresas públicas, en toda Europa, han cesado su actividad en los últimos veinte años, o bien la han reducido en proporciones tales que la inmensa mayoría de sus empleados han perdido el puesto de trabajo.

La agencia EFE no está, naturalmente, al margen de la legislación. El principal empeño de la actual dirección – que ha encontrado en su accionista, el Estado, un apoyo sin precedentes – ha sido enfrentar un doble reto: ponerse tecnológicamente al día y resolver el crónico desequilibrio económico de la empresa, con el fin de ajustarse al ordenamiento legal y asegurar su futuro.

Cualquier  persona que administre dinero – desde el ama de casa al gerente de la mayor corporación – sabe que las opciones para reducir el déficit son limitadas: aumentar ingresos, reducir gastos o una combinación de las dos. La mejor, claro está, es la primera, pero con frecuencia es la menos realista. EFE ha optado por la última. En primer lugar, y mediante un contrato programa suscrito con la Administración del Estado, ha garantizado para cuatro años el contrato de servicios, que hasta ahora tenía un periodicidad anual y cuyo importe se actualiza tras la reducción que sufrió en 1997, en el marco de una política de austeridad presupuestaria que ha producido beneficios considerables en la economía española. Al mismo tiempo asumió el compromiso de reducir gastos para completar el equilibrio de sus cuentas. El coste de personal supone más del 70% del presupuesto de la agencia, lo que hacía inevitable la reducción de la plantilla (France Presse, cuyo coste de personal es de un 65%, también va a hubilar a sus redactores a partir de los 57 años). (

La plantilla de EFE, por otra parte, se había doblado entre 1986 y 1996, en gran medida a causa de actividades no viables o ajenas a la agencia. Más de doscientas personas que trabajaron para TELEMADRID fueron incluidas en la plantilla de EFE sin que existiera ninguna cláusula que vinculase su contrato a la continuidad de los servicios que la agencia prestaba a la televisión autonómica madrileña, la cual prescindió de ellos cuando en 1997 dispuso de su propia sede. Otras 29 personas de plantilla realizaban un teletexto para esa emisora, por el que TELEMADRID no pagaba una peseta y sin que produjese ingresos publicitarios significativos. Asimismo, un servicio de radio de 24 horas establecido en 1991 tenía una plantilla de más de cuarenta periodistas y técnicos, con pérdidas anuales superiores a los 200 millones de pesetas.

Hubiera sido posible prescindir directamente de los trabajadores vinculados a esas actividades, pero se consideró menos traumático utilizar otras medidas, de las cuales la más importante es la jubilación anticipada o la prejubilación, es decir, lo mismo que se ha hecho en miles de empresas españolas, con centenares de miles de trabajadores afectados durante los últimos 15 años. La representación sindical no ha propuesto otra alternativa, y de hecho el motivo principal y casi único del desacuerdo con la empresa ha sido la voluntariedad u obligatoriedad de la medida.

Las condiciones ofrecidas están ostensiblemente por encima de la media. Conviene saber, para analizar su adecuación, que el sueldo medio de la agencia EFE es 6,5 millones de pesetas anuales y que el coste medio de la jubilaciones y prejubilaciones será de 22 millones per cápita. Esta cantidad, naturalmente, es muy superior – casi el doble en algunos casos – para quienes se jubilan a los 57 años.

De hecho, gran número de los afectados acepta con naturalidad la oferta de la empresa y no falta quien está deseando poder acogerse a ella. Como efecto de la negociación con la representación sindical, determinados pluses de mando o que afectan al puesto de trabajo – la ayuda de vivienda para los residentes en el extranjero, por ejemplo – no se han includo en la cantidad que se toma como base para calcular la jubilación. La legislación general, así mismo, establece un tope máximo que no ampara a los sueldos más elevados. El señor Castelló es fundamentalmente el portavoz del pequeño colectivo afectado por estas disposiciones; su actuación ha sido repetida y públicamente censurada por la práctica totalidad de los representantes sindicales, a quienes ha dirigido las mismas descalificaciones o incluso peores que a la dirección de la empresa.

No es cierto, por último, que estas medidas afecten a la mitad de la dirección informativa de la agencia, “que quedará así descabezada”. El señor Castelló confunde categoría con puesto de responsabilidad, y lo que refleja la realidad es la existencia en EFE de una macrocefalia que necesita corregirse, lo que constituye, por cierto, uno de los defectos adicionales del ERE. En la agencia hay 14 direcciones operativas, y ni una sola de ellas está ocupada por alguien mayor de 57 años. Tampoco lo estaban cuando la actual dirección general se hizo cargo de EFE, hace casi tres años. La edad media de los directores está situada entre los 45 y los 50 años. De los seis subdirectores de los departamentos informativos tampoco hay ninguno que llegue a los 57 años.

Estos son los datos. No dudo de que para un periodista resulte doloroso adelantar su jubilación, pero su empleo, como el de cualquier otro ciudadano, depende de la viabilidad de la empresa en que trabaja. Por otra parte, y ésa es mi experiencia, el mundo laboral y profesional no termina en un solo medio. Los conocimientos y la experiencia adquiridos durante los años pasados en EFE serán, sin duda, y más en una profesión semiliberal como la nuestra, un activo envidiable para quienes no desean cortarse la coleta y prefieran emprender otras actividades informativas.

Miguel Platón

08 Febrero 1999

El conflicto de EFE

Rafael Jiménez Claudín

Leer
Pero lo más indignante es que Miguel Platón, periodista, director de Información, asuma argumentos de un manual de hágase gerente en diez lecciones para justificar un genocidio profesional por razones de edad, cuando su objetivo debería ser liderar una redacción motivada, preocupada sólo por conseguir buenas informaciones y que contara con él como protección frente a las presiones internas y externas que sufrimos en nuestro trabajo.

He leído el artículo del director de Información de la agencia EFE, Miguel Platón, a favor del despido de más de 200 profesionales mayores de 57 años porque «la representación sindical no ha propuesto otra alternativa» y creo necesario aclarar que esa afirmación no es cierta, que constan propuestas de UGT para solucionar los problemas de la agencia y que la dirección de EFE las ha obviado. Dice también Miguel Platón que los trabajadores de Efe ganamos un promedio de 6,5 millones de pesetas anuales. Es otra afirmación que causa perplejidad porque el salario bruto anual de convenio de un redactor es, desde 1996, de 4,3 millones de pesetas.

En lo que sí tiene razón Miguel Platón es en la macrocefalia directiva, aunque omite decir cuál es su aportación a ese problema, porque está por definir hasta dónde puede llegar la carrera profesional en EFE, ahora limitada a redactor y jefe de sección, ya que los redactores jefes y subdirectores se designan por razones de confianza y cada nuevo director de Información acumula los suyos y arrincona a los anteriores.

También tiene razón cuando dice que una mayoría de representantes sindicales apoya sus razones, aunque también omite decir que se trata de una candidatura de empresa con la que él mismo asegura que ha llegado a un acuerdo de elecciones sindicales.

Pero lo más indignante es que Miguel Platón, periodista, director de Información, asuma argumentos de un manual de hágase gerente en diez lecciones para justificar un genocidio profesional por razones de edad, cuando su objetivo debería ser liderar una redacción motivada, preocupada sólo por conseguir buenas informaciones y que contara con él como protección frente a las presiones internas y externas que sufrimos en nuestro trabajo.

No se puede ocultar que la llegada de Miguel Platón a la agencia preocupó mucho a la redacción de EFE por sus significación política, pero esperábamos una mínima metamorfosis confiados en que se impregnaría de los valores que han guiado el trabajo periodístico en Efe desde que funcionamos en democracia.- editor de Nacional, secretario general de UGT en EFE.

Rafael Jiménez Claudín

10 Febrero 1999

Más sobre EFE

Miguel Platón

Leer
La carta de Rafael Jiménez Claudín, secretario general de UGT en EFE, publicada el pasado lunes 8, me atribuye una serie de inexactitudes que me veo en la obligación de rectificar:

La carta de Rafael Jiménez Claudín, secretario general de UGT en EFE, publicada el pasado lunes 8, me atribuye una serie de inexactitudes que me veo en la obligación de rectificar:

1. Cuando cito a la representación sindical, me refiero, naturalmente, a la mayoría. UGT sólo tiene un miembro de los 13 que componen el comité intercentros y su propuesta alternativa fue rechazada. Dicha propuesta comprendía jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas, con el desacuerdo principal de que reclamaban su carácter voluntario, es decir, una postura no muy diferente de la mayoritaria.

2. El sueldo medio de EFE es de 6,5 millones de pesetas. La cifra que cita el señor Jiménez Claudín de 4,3 millones (en realidad son 4,4) se refiere sólo al sueldo básico de redactor, sin tener en cuenta el resto de las categorías, la antigüedad y los pluses: nocturnidad, domingos, reporterismo, jornada partida, turno rotatorio, estatuto del exterior, etcétera.

3. Me alegra mucho que el dirigente de UGT reconozca algo tan evidente como la macrocefalia directiva. En cuanto a mi supuesta aportación, en dos años no he promovido a nadie a la categoría máxima de subdirector; en el área de información había 24 y ahora son 21. Los ascensos a redactor jefe han sido seis, de ellos uno por aplicación automática del estatuto del exterior; el número total ha pasado de 51 a 50, comprendida una reincorporación automática por cumplir una excedencia. Los ascensos a jefes de sección han sido siete, de ellos cuatro por aplicación automática del estatuto del exterior. Hace dos años había 105 y hoy son 101. En todos los casos, pero sobre todo en las categorías superiores, su número se reducirá cuando se aplique el ERE. Durante la actual presidencia, por último, no ha existido modificación alguna respecto a los puestos que se consideran de confianza.4. Resulta incomprensible afirmar que la mayoría de los representantes sindicales forman parte de una «candidatura de empresa», cuando muchos de sus miembros están vinculados a Comisiones Obreras. Falta asimismo a la verdad decir que yo, o cualquier otro miembro de la dirección, haya llegado a un acuerdo de elecciones sindicales, cuando la convocatoria de estas últimas ha sido iniciativa de UGT. No hace mucho, por cierto, la mayoría del comité me reprochaba en un comunicado favorecer la posición de este sindicato. La realidad es que ni una cosa ni la otra.

5. A partir de tales inexactitudes, en datos que son fácilmente comprobables y que resultan incompatibles con la información veraz que siempre resulta exigible a un periodista, juzgue el lector el valor que pueden tener las opiniones del señor Jiménez Claudín acerca de mi trabajo en la agencia.

Miguel Platón

19 Febrero 1999

La regulación no garantiza el futuro de EFE

Eva Talamanca

Leer
"La agencia estatal de noticias sigue dependiendo de la decisión del Gobierno de turno"

El director de Información de la agencia Efe desde hace casi dos años, Miguel Platón, escribía un artículo en EL PAÍS, el 3 de febrero, bajo el título Por qué EFE regula empleo, en el que se vertían algunas afirmaciones que no responden a la verdad y con las que intentaba justificar el despido colectivo del 20% de la plantilla de esta empresa pública de comunicación, por lo que este comité intercentros, que presido, se ve en la obligación de puntualizar lo siguiente:1.No es verdad, como asevera Platón, que la representación sindical no haya propuesto otra alternativa al expediente de regulación de empleo (ERE) que ha sido aprobado con fecha 10 de febrero de 1999 por el Ministerio de Trabajo, autorizando la extinción de los contratos de 246 trabajadores (54 de ellos en excedencia), de los cuales 143 corresponden a jubilaciones anticipadas y prejubilaciones. El Comité Intercentros de Efe, la primera agencia de noticias de habla española y la cuarta del mundo, lleva años exigiendo a las sucesivas direcciones de la agencia un plan de viabilidad creíble y bien fundamentado, y por ello mostró su disconformidad con el plan de empresa presentado por el actual equipo directivo que encabeza Miguel Ángel Gozalo -y con el ERE unilateral que de él se deriva-, ya que no responde a criterios empresariales, económicos ni sociales para mejorar la calidad informativa de la agencia ni garantizar su futuro, sino que se limita a ser una medida inconsistente que, a primera vista, lo único que busca es abaratar los costes de personal por medio de la jubilación de quienes cumplan 57 años antes del año 2003 y de otros despidos, con simpleza de manual y sin medir sus repercusiones.

El propio Platón había manifestado, en una de sus dos reuniones con el comité en los 23 meses que lleva en el cargo, que Efe no podía mantener a unos trabajadores que, según él, cobran una media de 6,5 millones anuales, y necesitaba contratar jóvenes periodistas a precio de mercado actual. Es decir, en precario y con salarios paupérrimos.

Pero lo cierto es que el colectivo laboral mayoritario en EFE, constituido por los redactores, ya quisiera percibir esos emolumentos. Baste el ejemplo de un redactor con siete trienios que cobró en 1998 un salario bruto de 4,9 millones de pesetas (con plena dedicación y libre disposición y con un número elevado de domingos retribuidos). Suponemos que en los cálculos de Platón han tenido gran importancia los más de 872 millones de pesetas de pluses extraconvenio que se reparten al año en la agencia de manera opaca. (Además, los sueldos de los altos cargos de la agencia son una incógnita, incluso después de que Gozalo fuera requerido en el Congreso el 13 de octubre de 1998 por una diputada del PSOE para que revelase el suyo).

2. Es una falacia el argumento de Platón sobre un doble imperativo legal para atribuir el ajuste de personal al «criterio de necesidad». Él sabe bien que Efe es una agencia estatal y que el servicio público que presta no está sujeto -nunca lo ha estado- a los vaivenes del mercado, y buena prueba de ello es el Contrato Programa cuatrienal (1998-2002) que la agencia ha suscrito con el Estado, que es su accionista y principal cliente.

En su artículo de EL PAÍS, en el que Platón emplea un tono moderado (¿de «viaje hacia el centro»?) impropio del estilo descaradamente partidista y marcadamente censor que viene imponiendo en Efe, elude su responsabilidad y la del equipo que le rodea en la nefasta gestión que, con sus veleidades, ha impedido a la agencia Efe lograr nuevas oportunidades de negocio en las áreas audiovisuales (Sogecable, FORTA, ANTENA 3 TV, TELECINCO, RTVE) después de que TELEMADRID se marchase a su propia sede.

3.Con el ánimo de confundir a la opinión pública, Platón mete en un mismo saco la renovación tecnológica (con una dotación presupuestaria específica prevista en el Contrato Programa) y los mecanismos para resolver el desequilibrio económico, cuando sabe que corresponden a partidas totalmente diferenciadas.

4. Resulta sorprendente, por no decir penoso, otro de sus argumentos: «Más de doscientas personas que trabajaron para TELEMADRID fueron incluidas en la plantilla de EFE, y, para no prescindir directamente de los trabajadores vinculados a esas actividades, se ha optado por medidas menos traumáticas como las jubilaciones anticipadas y las prejubilaciones». Oculta Platón que la mayoría de trabajadores al servicio de Telemadrid ya no están en la empresa.

5. También soslaya el director de Información el paradójico crecimiento del personal de la agencia durante la tramitación del ERE. A lo largo de 1998, y hasta el 26 de enero último, se hicieron en la agencia 41 contratos indefinidos, 29 en prácticas y 55 por obra o servicio, favoreciendo en buena parte con ellos a personas vinculadas al Opus Dei; por lo que, de seguir esta línea, Efe puede entrar en el libro Guinnes de los récords como empresa donde aumentan sus trabajadores en un proceso de regulación de empleo.

Mucho nos tememos que las continuas contrataciones a dedo, incluso antes de que se produzcan en la plantilla los huecos que pueda motivar el ERE, estén concebidas para afianzar la política de manipulación informativa, que crea constantes problemas en el funcionamiento interno de EFE y que ya fue denunciada por este comité en el Manifiesto en Defensa de la Agencia Efe, publicado en EL PAÍS el 30 de junio pasado con el apoyo de 240 parlamentarios, dirigentes de organizaciones sindicales y sociales, compañeros de los medios informativos y personalidades de la cultura.

El Comité Intercentros de la Agencia Efe, que se ha caracterizado por su independencia a la hora de criticar tanto la gestión del anterior presidente nombrado por el PSOE como la del actual, designado por el PP, considera negativo el expediente de regulación de empleo. Entre otras razones, porque los proyectos que plantean los nuevos gestores no conducen a ninguna parte, pues carecen del análisis detallado de las actividades a desarrollar y se limitan a generalidades e intenciones triunfalistas.

Sin embargo, entendimos desde el principio, cuando la presentación del ERE por parte de la empresa era un hecho, que teníamos la obligación de reducir sus efectos más nocivos para el conjunto de los 1.172 trabajadores potencialmente afectados mediante la negociación, que hemos llevado con firmeza y responsabilidad, aunque al final no se haya alcanzado un acuerdo.

La inmensa mayoría del Comité Intercentros de EFE (eso sí, con el ruido en contra de UGT, que tiene un solo representante sobre 13 y ha evidenciado su irresponsabilidad al convocar elecciones sindicales en mitad del ERE) ha sido capaz de demostrar que la empresa podía renunciar a los aspectos más salvajes de su expediente y de conseguir importantes mejoras sobre su exigua oferta inicial, que, incluso con el desacuerdo al término de la negociación, han permitido asegurar unas condiciones dignas para los afectados.

Los trabajadores de EFE llevamos insistiendo desde hace décadas en que el artículo 20.3 de la Constitución impone la obligación a los poderes públicos de garantizar el control parlamentario y el acceso de los grupos sociales y políticos a los medios de comunicación dependientes del Estado, y que ese mandato constitucional sigue sin ser cumplido por el poder político en nuestra empresa. Por el contrario, la agencia estatal de noticias continúa dependiendo de la decisión puntual del Gobierno de turno en lo relativo a la asignación de unos determinados presupuestos por sus servicios al Estado y también en la adopción de decisiones con perniciosas y traumáticas consecuencias tales como la presentación del expediente de regulación de empleo.

Eva Talamanca

El Análisis

¿GANADOR DE LA POLÉMICA? EL DIARIO EL PAÍS

JF Lamata

En general parece poco discutido que el Grupo PRISA estaba situado en la oposición al Gobierno de D. José María Aznar y por tanto a todos los medios públicos controlados por él, entre ellos la Agencia EFE. Por ello es lógico que PRISA se oposiera al ERE y los despidos en EFE y diera máximo eco a los afectados por aquello. Podía haberse limitado a eso, pero no, el diario del grupo PRISA demostró ser un periódico abierto al conceder una tribuna al director de información de EFE, D. Miquel Platón (cuyo CV no era precisamente próximo a EL PAÍS, provenía de la revista ÉPOCA y fue uno de los acusadores del caso Sogecable). Probablemente el Sr. Platón no convenció a nadie, pero EL PAÍS demostró que quería que los lectores tuvieran la oportunidad de conocer las dos versiones del conflicto. Bien por ellos.

J. F. Lamata