16 julio 1974

Indignación en Turquía, que inicia una invasión militar a la zona para evitar su integración helena

Golpe de Estado en Chipre: Derribado el arzobispo Makarios de la presidencia de la República por militares pro-griegos

Hechos

El 15.07.1974 el arzobispo Makarios III fue depuesto como presidente de Chipre.

Lecturas

La proclamación del Estado Federado Turco de Chipre en febrero de 1975 puso fin provisionalmente a un conflicto de decenios. La isla era el blanco de la confrontación entre Grecia y Turquía.

En el transcurso de la historia, el destino de los habitantes de Chipre ha estado ligado al poder hegemónico de la zona. Tras la conquista de la isla en 1571 por parte del Imperio otomano, un gran número de turcos se asentó en Chipre estableciendo así la base de los futuros conflictos. La situación cambió en 1878, con el dominio de Reino Unido, que favoreció a los griegos, más próximos a los británicos histórica y culturalmente, miemtras que los turcos se convirtieron en el grupo marginal.

Cuando los griegos de la isla se pronunciaron a favor de la enosis, es decir, de la unión con Grecia, se produjo la primera confrontación abierta con los turcos. En el período comprendido entre las dos guerras mundiales y durante la década de los cincuenta, la lucha del movimiento unionista estaba fundamental orientada contra el colonialismo británico. En 1950 la Iglesia ortodoxa griega, favorable a la enosis, celebró un referéndum popular acerca de la unión con Grecia. El 96% de la población se proclamó a favor, pero los británicos y los turcos se opusieron.

En 1955 el conflicto se agravó. La oposición política dio paso a la guerra de guerrillas, dirigida por la organización de resistencia greconacionalista EOKA (Organización Nacional para la Liberación de Chipre), encabezada por el general griego Georgios Grivas. La iniciativa británica de alistar a los chipriotas turcos como tropas auxiliares provocó enfrentamientos sangrientos entre grupos de población que hasta ese momento habían vivido en armonía.

Por fin las negociaciones entre Reino Unido, Grecia y Turquía pusieron fin a las luchas con un acuerdo sobre la independencia de la isla. La Constitución, acordada de forma multilateral, garantizaba a los chipriotas turcos (un 18% de la población) autonomía religiosa y cultural así como algunos privilegios en el sistema político. Así por ejemplo, el vicepresidente turcochirpiota tenía derecho de veto sobre los acuerdos de gobierno. La anexión de la isla a Grecia o Turquía continuó prohibida.

El arzobispo ortodoxo Makarios III, jefe de la mayoría griega y del movimiento enosis, asumió la presidencia del país tras la proclamación de la independencia el 16 de agosto de 1960. Pero la paz duró poco ya que la colaboración política resultó problemática y Makarios intentó anular los derechos de la minoría turca.

Así, en 1963 se inició una nueva guerra civil, que finalizó con un armisticio en 1964. Tres años más tarde, cuando Makarios limitó los poderes del vicepresidente otomano a la ozna de la isla donde se hablaba turco, se creó una administración provisional.

En esta cadena de acontecimientos, el intento de golpe de Estado perpetrado por oficiales griegos, el 15 de julio de 1974 no hizo más que acelerar la división de la isla. Al poco tiempo las tropas turcas ocuparon el extremo noroeste de Chipre para evitar la anexión a Grecia anunciada por los oficiales y proteger así a la población turca. La conferencia de paz convocada por la ONU concluyó sin resultados: la isla quedaba dividida por una línea de demarcación.

15 Julio 1974

En Chipre

LA VANGUARDIA (Director: Horacio Sáenz Guerrero)

Leer

No son claras todavía las noticias acerca del golpe  de Estado que se ha producido en Chipre. Mejor dicho, impera una gran confusión informativa debido, en gran parte, a que la isla ha quedado totalmente aislada del resto del mundo desde que se han iniciado los acontecimientos. Parece que éstos pueden resumirse así: la guardia nacional, cuyos oficiales son en su mayor parte griegos, se ha alzado contra el presidente  Makarios, proclamando una ‘República Helénica de Chipre’; el palacio presidencial ha sido asaltado y bombardeado; durante todo el día de ayer se supuso que Makarios había sido muerto en el curso de los combates que siguieron al golpe de Estado, aunque por la noche, la impresión era de que el arzobispo-presidente había conseguido refugiarse en una  base de la isla. En todo caso los rebeldes han designado un nuevo presidente en la persona de Nicholas Sampson, de quien se sabe que ha propugnado siempre la incorporación de Chipre a Grecia.

Estas líneas generales de unos hechos de los que faltan tantos puntos por conocer basta para advertir cual es la orientación general del caso. Se trata, con toda evidencia de un intento de realizar la Enosis – unión de Chipre a Grecia – mediante el empleo de la fuerza, eliminando política y aún físicamente al arzobispo Makarios, cuya tenaz defensa de la independencia de Chipre era el primer obstáculo a los planes anexionistas de Grecia.

De estos trazos que a grandes líneas quedan así dibujados se deduce que los sucesos de Chipre parecen tener doble sentido: son un golpe de Estado, en la política interior de la isla; y algo que podía señalarse como una agresión exterior, concretamente griega, contra un Estado hasta ahora independiente.

Es evidente que la situación geográfica de Chipre atribuye una importancia a los acontecimientos que allí suceden que trasciende con mucho el peso específico de la isla y de la República en sí misma. El frágil equilibrio del Oriente Medio corre peligro de alterarse gravemente en una zona que hasta ahora y desde hace muchos años se encontraba bastante estabilizada. Porque a consecuencia del golpe de Estado de Nicosia puede producirse lo que llamaríamos un ‘corrimiento’ de la inquietud medio-oriental desde la zona árabe-israelí hasta el mar Egeo. No debe olvidarse , en efecto, que un golpe en favor de la Enosis  es altamente peligroso por cuanto puede enfrentar de nuevo a las comunidades griega y turca de la isla en primer lugar. En segunda lugar una eventual incorporación de Chipre a Grecia tendría como consecuencia casi segura una grave crisis entre este país y Turquía: ya que no solo se trataría en este caso por parte de Ankara de defender a la minoría turca antes aludida, sino de oponerse a la presencia de Grecia frente a las costas meridionales de la península de Anatolia, en la que se encuentra situada Turquía: este país podría considerar, aplicando la vieja expresión de Churchill, que Grecia le amenaza por el ‘bajo vientre’.

El golpe de Estado de Nicosia, pues tiene un doble interior y exterior que lo hace muy peligroso. Por un lado el problema interior puede replantear el problema de las relaciones entre la mayoría griega y la minoría turca chipriota, que tanta sangre, tantos discursos y tanta letra escrita hizo correr años atrás, dando lugar a una intervención de los cascos azules de la ONU, los cuales, por cierto, todavía se encuentran en la isla; de otra parte puede provocar una grave tensión entre Atenas y Ankara cuyas consecuencias son por el momento imprevisibles; y desde un punto de vista de la gran política mundial se podría considerar que la República de Chile ha sido objeto de una agresión por parte de un país extranjero y que, por tanto, el tema es indicado para que las Naciones Unidas digan su palabra acerca del mismo. Por lo menos es muy probable que Turquía plantee el asunto en la entidad internacional.

En todo caso, mientras se aclara la situación en lo que se refiere a la realidad de los acontecimientos en curso, puede señalarse ya ahora que los acontecimientos chipriotas serán una nueva causa de dificultades y peligros en la parte oriental del Mediterráneo.