26 febrero 1997

Nuevo enfrentamiento mediático del veterano columnista y el periódico de Prensa Española

Haro Tecglen (EL PAÍS) defiende la reagrupación de presos de ETA en el País Vasco causando que el ABC de Anson le llame ‘estalinista’

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El 2-3-1997 el diario EL PAÍS publicaba una entrevista-reportaje sobre D. Eduardo Haro Tecglen en la que aludía a esta última polémica:

«Hoy, Haro se ríe incluso de los ataques de sus enemigos, con la última invectiva de ABC todavía caliente: Anson le ha llamado ‘estalinista’, Haro le contestó ayer en su columna y promete seguir haciéndolo: “Hasta que se cansen”».

26 Febrero 1997

En la otra orilla de Anson

Eduardo Haro Tecglen

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Claro que hay que llevar los presos vascos a su tierra; y los extremos a Extremadura. Si ya hay autonomía para todos, hasta para los que no la deseamos, no hay razón para que se les niegue a los presos. Es un punto que se va convirtiendo poco a poco en una definición derecha-izquierda, como tantos otros que no lo parecen. Parte de esa confusión sobre los presos la arrojó el partido socialista, que se llamó de izquierdas y en esto y en otras cosas tuvo una actuación gobernante de derechas. Ahora parece que la izquierda real – no la ideal – tendrá que volver a González para librarse de esta doble mosca embriada que forman Aznar y Cascos. Cruiso y todo un asunto izquierda-derecha viene a ser el de las plataformas digitales, en las que hemos de preferir un sistema comercial apuntando a grandes beneficios antes que la manta gubernamental que echa la televisión aznárida sobre nosotros, aliada con las gentes del PRI mexicano: del os que se sabe todo.

Pero ése es un asunto menor. El de los presos es mayor. Los presos tienen derecho a estar en su región; sus familias tienen derecho a tenerles cerca. Aunque sean terroristas. Y traficantes de droga y asesinos de menores: el preso no es su delito, es el hombre en la cárcel. El tema humano se ha politizado: quiero decir que de la gran política de la sociedad y la convivencia ha pasado a la política mezquina de los poderes y el honor. Es cierto que lo politiza el nacionalismo vasco, y los peores nacionalistas vascos (pienso en Arzalluz, gran pescador en río revuelto). Tampoco importa. Y que los presos vascos unidos y en su tierra sean peligrosos: ésa es cuestión de la seguridad en las prisiones. Ya están sirviendo de instrumento de negociación, con ira de la gran derecha. Bien, vale esa negociación. La izquierda (socialistas aparte: hasta que se rediman) quiere negociar, quiere terminar el contencioso vasco: la derecha, no. Las portadas de ABC, con derroche de sangre mal impresa, recuerdan quiénes son ellos. Si Anson está en un sitio hay que estar en el contrario. A veces me he dejado llevar por una debilidad que tengo por ese chico que entró de estudiante en un periódico – ¡de derechas, de derechas! – donde yo era redactor jefe. Sigue siendo díscolo, infantil, revoltoso. Ahora, con indicios de gravedad para el país por su trabajo. Ya se sabe: hay que estar al otro lado.

Eduardo Haro Tecglen

27 Febrero 1997

Haro Tecglen, el estalinista

ABC (Director: Luis María Anson)

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Haro Tecglen se ha sumado con adolescente entusiasmo a la tesis de ETA: reagrupar a los presos etarras, a los asesinos etarras, en las cárceles del País Vasco. Haro Tecglen sabe lo que pretende ETA. Una vez reagrupados los presos, los etarras se haría con el control de las cárceles para organizar a continuación motines que conducirían al Estado de Derecho a una situación límite. Haro Tecglen no pertenece a la izquierdona, tan simpática y amable en ocasiones, sino a la izquierda estalinista pura y dura. Es enternecedor comprobar cómo pasan los años y Haro sigue leal a sus princiios. Se derrumbó el estalinismo, cayó el muro de Berlín, se descubrió el horror contra la libertad de aquel sistema totalitario y tiránico pero Haro Tecglen continúa instalado en las cavernas de la izquierda estalinista. Ahora ha recibido la consigna del estalinismo etarra de que defienda el reagrupamiento de los presos. Y obedece dócilmente como siempre ha hecho. Admirable Haro Tecglen por su fidelidad y su coherencia.