8 abril 1939

El ex director de INFORMACIONES vuelve así a ser director de un medio generalista en la capital de España

Juan Pujol Martínez funda el nuevo periódico vespertino MADRID usando los talleres del clausurado HERALDO DE MADRID

Hechos

El 8.04.1939 salió el primer número del periódico MADRID, editado por MADRID, Diario de la Noche S. A. con D. Juan Pujol como Director-Gerente.

Lecturas

NACE EL DIARIO MADRID, COMO PERIÓDICO DE LA TARDE.

El 8 de abril de 1939 se publica el primer número del periódico Diario Madrid cuyo director-propietario es Juan Pujol Martínez. El periódico se editará en los antiguos talleres del diario Informaciones, el periódico de Prensa Castellana, que ahora se editará en los antiguos talleres del desaparecido periódico El Socialista.

D. Juan Pujol Martínez fue director del periódico Informaciones desde 1931 hasta 1936, periodo en el que combatió a los distintos Gobiernos de la II República y fue precisamente un decreto del Gobierno del Frente Popular el que le apartó de la dirección del periódico en 1936 y a cedérsela a su compañero D. Víctor de la Serna Espina.

Ahora D. Juan Pujol y D. Víctor de la Serna serán competidores, dado que su Diario Madrid compite directamente con Informaciones, donde, acabada la guerra, D. Víctor de la Serna Espina ha sido reinstalado como director.

TINTES PRONAZIS Y ANTISEMITAS

El nuevo periódico tiene tintes pro-Alemania nazi y antisemitas. Sirva de ejemplo que para criticar a la prensa francesa que se posiciona en contra del Gobierno español les acusa de ser «más judíos que franceses», imitando el discurso imperante en la Alemania de Hitler de culpar a los judíos de todas las campañas contra su Gobierno.

08 Abril 1939

Saludo a Madrid y a España

Juan Pujol

Leer
Que todos los españoles se sientan en el seno de la patria recuperada, unida y en orden sin otra excepción que la de aquellos que cometieron crímenes, y sobre los cuales caerá la ley penal.

Hoy, Sábado de Gloria del año 1939 – año de la victoria sobre los enemigos interiores y exteriores de nuestro país – sale a la luz el primer número de este periódico, que lleva por título el nombre de la capital de España. Hay nombres que son como airones y como banderas, y el de Madrid lo habría sido siempre. Pero ahora es, además, símbolo evocador de estos duros años de dolor y de gloria, que jamás se borrarán de la memoria de los españoles; porque Madrid ha padecido cautiverio y martirio para que España se salvase, y muchos de sus hijos han muerto en defensa de nuestros sagrados ideales, y miles de ellos vuelven triunfantes en las filas del invicto Ejército nacional; pero, a la vez, España entera ha pugnado, y solado y sufrido para liberar a Madrid, cuyas virtudes y cuyos pecados son sus ismos pecados y virtudes, y cuyo dolor la atormentaba como el de su propio corazón.

Aspira este periódico a ser como un espejo en que se refleje la vida entera de Madrid – que es como decir la de España – sus progresos, todos los matices de su alma heroica y sentimental. Y en la tarea urgente que para hacerle volver a la existencia perdida se impone y va a realizarse – como va a efectuar en toda España, ensangrentada y empobrecida por esta guerra terrible – procurará secundar con fervor la voluntad generosa del Gran Capitán que ha ganado todas las batallas, pero que llegada la hora de la paz quiere que ésta sea completa, fraterna, de manera que todos los españoles, cualesquiera que fueran sus ideas y sus errores de antaño, se sientan en el seno de la patria recuperada, unida y en orden. Sin otra excepción que la de aquellos que no cometieron errores, sino crímenes, y sobre los cuales tampoco caerá la ley del odio, sino simplemente la ley penal.

Mucho hay que hacer en Madrid y en España para restaurar la vida normal; para que se apacigüen los rencores y los dolores que la guerra ha despertado; para que se restablezca la economía y el trabajo recobre su ritmo normal. Y, sin embargo, es poca cosa comparado con las que proyecta el Caudillo y planea su Gobierno, para quienes la victoria no es una meta, sino un punto de partida. Porque – conviene que todos los españoles lo sepan – España ha recobrado por obra de us Ejército, un rango que desde hace siglos había perdido en el concierto de las naciones europeas; pero el hombre insigne que ha creado armadas formidables al mismo tiempo que combatía y ha tenido a raya las injerencias extrañas y ha gobernado prodigiosamente la parte de España que desde los primeros meses dominó, hasta el punto de que da idea el simple aspecto físico de los que procedentes de ella llegan ahora a Madrid, sabrá hacer en la paz una España a la que todos nos sentiremos orgullosos de pertenecer. Quien ha tenido que resolver problemas ingentes en medio de los problemas ingentes en medio de los agobios de una guerra que comenzó sin recursos, y los ha resuelto con aparente facilidad y ha obligado a rectificar a las más poderosas naciones del mundo de su actitud equivocada e injusta, esto en circunstancias dramáticas, que había que decidirse rápidamente; el hombre al que profesa veneración un millón de españoles en armas a quienes ha llevado el triunfo, pero a los que también, y para ello, ha tenido que alimentar y vestir y atender con solicitud paternal, venciendo dificultades cuya enumeración causará asombro ¿Cómo no ha de resolver aquellos otros problemas que surgen con la paz pero que permiten ser estudiados sin el apremio de los bélicos, y ya en posesión de un país pacificado, rico en recursos naturales, habituado otra vez a olvidadas prácticas de austeridad, consciente de su fuerza marcial y de nuevo tan unido y resuelto como en el tiempo en que figuraba entre los grandes pueblos del mundo?

Pues para servir esos grandes designios de Franco, para secundarlos en la medida en que nos es dado hacerlo a los periódicos, para llevar al ánimo de todos los españoles el sentido patriótico en que el Caudillo inspira todos sus actos y la confianza y el amor que sienten por él cuantos han combatido o vivido bajo sus banderas, es para lo que nace MADRID.

Y es claro que también para una labor de información serena, objetiva y veraz de todo cuanto en nuestra Patria y en el mundo acontezca. Porque con Franco entran en la España redimida no sólo el pan y la justicia, sino también la verdad, la serenidad, la objetividad, que permiten apreciar en su justa proporción y vencer todas las dificultades que la vida suscita, así en la guerra como en la paz.

Juan Pujol.

El Análisis

¿Cuántos Juan Pujol había en la España de 1939?

JF Lamata

Resulta casi sarcástico leer al Sr. Pujol escribir en el primer número del diario MADRID sobre que no había sitio para los españoles ‘que habían cometido crímenes’, porque la familia del periodista republicano D. Fernando Sánchez Monreal consideraba al Sr. Pujol responsable de la muerte de este.  No obstante no era sólo una cuestión que afectara al director del nuevo periódico vespertino MADRID… ¿cuántos periodistas del bando nacional – y por extensión, cuantos españoles en aquella España nacional – tenían las manos manchadas de sangre por crímenes durante la horrible guerra civil?

J. F. Lamata