22 noviembre 1986

La resolución se interpreta como una derrota del Gobierno del PSOE y es aplaudida por toda la derecha

La Audiencia Territorial de Barcelona decide no procesar a Jordi Pujol por el caso ‘Banca Catalana’ como pedía la fiscalía

Hechos

El 21.11.1986 la Audiencia Territorial de Barcelona rechazó procesar a D. Jordi Pujol.

Lecturas

LOS FISCALES DERROTADOS:

Villarejo_Mena La Audiencia Territorial ha echado por tierra los argumentos de D. Carlos Jiménez Villarejo y D. José María Mena, que entendían que había indicios para procesar al Sr. Pujol. Los fiscales fueron respaldados en su día por el Fiscal General del Estado, Sr. Burón Barba (que dimitiera hace dos meses). El actual Fiscal General, Sr. Moscoso, no parece tener intención en prorrogar más la polémica no es previsible que recurra la decisión de la Audiencia Territorial.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LOS BRAZOS DE PUJOL

Unas breves líneas para hablar de la cobertura del caso Banca Catalana durante el espacio de tiempo en que estuvo sobre la cabeza del presidente de la Generalitat de Catalunya entre 1984 y 1986 cual espada de Damocles. La Fiscalía General del Estado se había querellado contra D. Jordi Pujol acusándole de posible apropiación indebida cuando regentaba la Banca Catalana.

Hay dos versiones a ese respecto. La versión ‘buenista’ del socialismo viene a dar a entender que fue simplemente la iniciativa de unos fiscales descontrolados (D. Luis Burón Barba, Sr. Mena, Sr. Jiménez Villarejo) y la otra versión es que era el Gobierno de D. Felipe González el que estaba detrás de la operación con el objetivo de acabar con uno de los pocos líderes políticos que había hecho puré a los socialistas en las urnas.

Y, algunas declaraciones políticas parecían ir en esa dirección:

“Cuando un señor como ese al que acaban de detener en Francfort, Ruiz Mateos, hace un agujero económico de 250.000 millones de pesetas y pone en peligro a 55.000 trabajadores, los socialistas lo expropiamos, lo procesamos y lo detenemos, y cuando aquí – Catalunya – un señor hace un agujero de las mismas dimensiones en Banca Catalana, lo proponen como candidato a la presidencia de la Generalitat” (D. Alfonso Guerra, abril de 1984)

“Vamos a meter en la cárcel a Jordi Pujol” (D. Tomás Azorín, Delegado del Gobierno en Andalucía, en abril de 1985)

“Pujol tiene que ir a la cárcel porque ha cometido tantos delitos o más que Ruiz Mateos. Un ladrón es un ladrón, aunque sea presidente dela Generalitat” (D. Justo Fernández, PSOE, noviembre 1986)

La práctica totalidad de periódicos de Madrid y Barcelona se posicionaron a favor del Sr. Pujol presentándole como una víctima del temible ‘Gobierno socialista’. Sólo un periódico se negó a participar en la campaña de besuqueo, que fue EL PAÍS de D. Juan Luis Cebrián. Que detalló las acusaciones por las que le investigaba la fiscalía. No pasó de ahí, pero ya fue suficiente para que el pujolismo cargara contra EL PAÍS asegurando que era el periódico ‘que quería encarcelarle’ y numerosos lectores acusaron a EL PAÍS de ser anti-catalán.

El ABC de D. Luis María Anson tenía dos lados de interés en la campaña el político y el comercial. La política era su deseo de ‘la gran derecha’ en la que el ABC soñaba con agrupar al Sr. Fraga, al Sr. Suárez y al Sr. Pujol. Dentro de esa operación el ABC concedía al Sr. Pujol el premio de ‘Español del año’ al acabar 1984. Según ABC el galardón se lo concedió ‘la redacción de ABC’. Aunque en declaraciones a J. F. Lamata, D. Alfonso Ussía aseguró que era el Sr. Anson quien a título personal tomaba ese tipo de decisiones.

En el lado comercial, el ABC buscaba lo de siempre, la competencia con EL PAÍS por lo que no paró de atacar al ‘diario gubernamental’ de ser un instrumento del Gobierno en su lucha contra el Sr. Pujol. El DIARIO16 de D. Pedro J. Ramírez no entró tanto en la gresca contra EL PAÍS pero sí en el besuqueo al Sr. Pujol con editoriales como los del 21.11.1986 o el 22.11.1986 donde presentaba a D. Jordi Pujol como una persona que debía ser declarada inocente por su labor heroica contra la dictadura franquista. Durante el periodo 1984-1986 el DIARIO16 actuaba en parte como una oficina de prensa de Convergencia en su intento de liderar una operación política nacional, la llamada ‘Operación Roca’, que no obtuvo el resultado esperado.

22 Noviembre 1986

Un auto a gran velocidad

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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El pleno de la Audiencia Territorial de Barcelona ha dado rápido carpetazo al asunto de Banca Catalana. Los magistrados entraron directamente en el fondo del asunto, el alcance de la responsabilidad de Jordi Pujol, y, después de unas deliberaciones inusitadamente rápidas -Si se tiene en cuenta la duración de los procedimientos previos realizados hasta ahora, decidieron no procesarle. Como el presidente de la Generalitat era el único aforado del grupo de querellados, con su exculpación el futuro de los 16 restantes pasa ahora a un juzgado ordinario. El detalle de los argumentos jurídicos favorables a Pujol aportados por los magistrados, así como los motivos de los discrepantes, no están, lamentablemente, todavía disponibles. Por la misma razón es imprescindible esperar a conocer el texto del auto y los votos particulares antes de emitir una opinión sobre lo realizado por el tribunal.Las primeras informaciones existentes sobre el contenido de la reunión subrayan, no obstante, que en las deliberaciones ha participado un número reducido de magistrados. De ratificarse este dato, y a la vista de la complejidad y voluminosidad del sumario, cabe una cierta perplejidad. El interés de todo pleno de la Audiencia es, precisamente, que sea la Audiencia en pleno la que delibere, reforzando el sentido colectivo que tienen las decisiones de un tribunal. Si es colectivamente como deben sustanciarse las decisiones, parecía lógico esperar de este tipo de procedimientos excepcionales un alto grado de participación -no sólo formal- Nada sería más peligroso para la creencia en la liturgia de la justicia y la fiabilidad de ésta ante la opinión pública que el hecho de que cada magistrado hubiera llegado a la sala de reunión con su idea prefijada en unos límites inamovibles y que el pleno hubiera sido poco más que una asamblea ritual.Resuelto el problema jurídico -respecto a Pujol -a menos que existiera un ulterior recurso del fiscal-, no se agota con ello la historia de Banca Catalana ni la demanda de responsabilidades penales sobre sus otros administradores. También serán todavía duraderos los efectos políticos del caso. La decisión tomada ayer abre múltiples posibilidades. Puede contribuir positivamente a una normalización del clima ciudadano en Cataluña -enrarecido desde el anuncio de la querella y tenso desde la famosa escena del balcón de la Generalitat, en mayo de 1984-, y posibilitar un mejor entendimiento político. Aunque también puede generar agravios comparativos o sospechas más o menos vergonzantes, especialmente fuera de Cataluña, si la decisión de los jueces no es suficientemente explicada o no es comprendida por la opinión pública. En cualquier caso, de momento desaparecerá de la escena el elemento que ha colapsado la necesaria fluidez en las relaciones institucionales entre el Gobierno central y el autónomo. Es legítimo esperar este tipo de consecuencias, en lugar de temer que la demagogia de sectores nacionalistas les lleve a considerar que esto constituye una victoria propia -lo que supondría, entre otras cosas, un insulto para la instancia judicial-

Por otra parte, habrá que hacer un esfuerzo colectivo para que se disipe la difusa sensación de que la politización de los casos redunda en beneficio o en perjuicio de los encausados,. según las ocasiones, o de que la igualdad de los ciudadanos ante la ley constituye un principio abstruso de dificil concreción práctica. El examen pormenorizado del auto, cuando se conozca su texto, permitirá la formación de una idea más exacta sobre este espinoso asunto. Que, como decimos, no ha terminado en absoluto, y todavía dará que hablar ante los tribunales, en los periódicos y en las tribunas de la política.

21 Noviembre 1986

Moralmente Inocente

DIARIO 16 (Director: Pedro J. Ramírez)

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La audiencia Territorial de Barcelona se reúne hoy para estudiar el caso Banca Catalana y decidir sobre la petición fiscal de procesamiento de Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, y de otros 16 inculpados, todos ellos antiguos directivos de la entidad. Culminará así una etapa importante del proceso que más tensión ha levantado en los últimos tiempos por la presencia entre los acusados del político nacionalista.

Esta causa judicial, como todas aquellas que demandan la atención pública de un modo tan notable, ya ha creado una corriente de opinión en torno a la posible responsabilidad de Pujol. Con independencia de las fundadas sospechas de politización que la querella originó en su día, se puede decir que amplios sectores de la opinión pública, entre los que se encuentra este periódico, ya han dictado su veredicto, y éste es que el presidente catalán es moralmente inocente.

El caso Banca Catalana se basa en las presuntas irregularidades cometidas por los directivos de esta entidad hace años. Pero tales irregularidades, y esto lo sabe ya todo el mundo, eran comunes y frecuentes en el mundillo bancario, ante la inhibición o la tolerancia de las autoridades económicas del momento.

Procesar a Pujol por la existencia de una doble contabilidad en el banco del que fue consejero, o por la concesión de extratipos, equivaldría a abrir la vedad para la caza de los directivos bancarios que en aquel tiempo siguieran las mismas prácticas impuestas por un sistema financiero injusto; es decir, de todos.

Por otra parte, trasladar tales irregularidades administrativas al terreno del Cödigo Penal obliga a dar un salto de exageradas y, para muchos, imposibles dimensiones. Las operaciones de que se acusa a los 16 consejeros realizadas a los ojos del Banco de España, no encajan en los moldes del delito, como tampoco las similares que se efectuaban en la Banca oficial y en las empresas públicas.

En el caso de Pujol hay que recordar su actividad política contra un sistema dictatorial. No es que la acción política contra la opresión deba servir de justificación para todo, pero, ante la ausencia de delito, ha de ser tenida muy seriamente en cuenta. Estos datos influyen también en esos amplios sectores de opinión que ya han dictado su veredicto, y es de desear que, para la buena marcha de las cosas, el de la Audiencia de Barcelona sea coincidente con él.

22 Noviembre 1986

Estocada hasta la bola

ABC (Director: Luis María Anson)

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La Audiencia de Barcelona decidió ayer no procesar al presidente de la Generalidad de Cataluña en relación con el sumario del caso Banca Catalana. Tras las elecciones autonómicas de 1984 que dieron la victoria a Jordi Pujol, ciertos sectores socialistas pusieron en marcha una campaña para desprestigiar y descalificar al hombre que había vencido en las urnas al PSOE. Desde entonces la opinión pública ha venido exigiendo que se aclarara no si Pujol era inocente o culpable, que de ello se habrían de ocupar, como acaba de ocurrir los Tribunales, sino que se llegar a hasta las últimas consecuencias para saber si el Gobierno de Felipe González era culpable o no del intento de manipular o instrumentalizar la Justicia en beneficio de intereses de partido y en contra del interés nacional. TVE y el diario gubernamental [EL PAÍS] realizaron una campaña obsesiva contra el presidente de la Generalidad, de la que han salido quemados ante la opinión pública. La estocada hasta la bola que Pujol ha dejado en todo lo alto de la prepotencia socialista.

19 Noviembre 2012

Lo que hemos pagado

Salvador Sostres

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Jordi Pujol ha dicho que la exclusiva de EL MUNDO sobre sus cuentas en Suiza le recuerda al caso Banca Catalana, insistiendo en el argumento de que aquéllo fue una jugarreta política contra él. Que Mena y Villarejo fueron dos fiscales con resentimiento social y fuertemente politizados, eso no hay que dudarlo, pero el caso Banco Catalana existió, y Jordi Pujol se gastó de modo fraudulento el dinero de muchos inversores para la única causa de comprar voluntades y favores que le permitieran llegar a ser presidente.

De todos modos, mucho más grave que esto fue cómo Pujol se libró de ser procesado. Juan Córdoba y Joan Piqué Vidal fueron sus abogados. El primero era y es una eminencia en Derecho Penal, sabio y respetable. El segundo fue la mano derecha del juez Luis Pascual Estevill en la más extensa e inconcebible trama de extorsión a toda clase de empresarios catalanes, y un minucioso conocedor de las miserias de todos los jueces de Cataluña, porque de acuerdo con Estevill, en diversas ocasiones había hecho negocio con sus necesidades.

Mientras Córdoba sentaba los principios teóricos en los que debía basarse la defensa del entonces presidente de la Generalitat, Piqué Vidal hizo una lista de los 41 magistrados de la Audiencia de Barcelona que tenían que decidir si procesaban o no a Pujol y visitó uno a uno a los que calculaba que estaban más dispuestos a dejarse convencer. Y a cada uno de ellos les hizo una oferta que no pudieron rechazar. No una oferta genérica, sino perfectamente personalizada: ayudas al hijo yonqui, el puesto de trabajo de la esposa con problemas, ayudas económicas para las situaciones desesperadas, etcétera. Todo ello, naturalmente, con cargo al erario público. Un día antes de la votación, en 1986, Piqué Vidal estuvo en condiciones de anunciarle a Pujol: «Presidente, ganaréis por 33 a ocho», que fue exactamente el resultado de la votación del día siguiente.

Pujol había convertido, desde el principio, su caso judicial justo y justificado en un ataque a la Generalitat y a Cataluña. «Ens han fet una jugada indigna. D’ara en endavant, d’ètica en parlarem nosaltres i no ells. Som una nació i amb aquest poble no s’hi juga», fueron las palabras con que azuzó al grupo de manifestantes que se concentró en el Parlament para apoyarle cuando, en mayo de 1984, empezaba el proceso contra él. Funcionó: CiU ganó las elecciones de aquel mismo año por la más abultada mayoría absoluta de la Historia de Cataluña.

Por lo tanto, si Pujol dice que el informe de la Policía que ha publicado EL MUNDO le recuerda al caso Banca Catalana, lo que en el fondo está diciendo es que el informe es cierto. Sólo cabe esperar que esta vez se defienda con su dinero y no con el de todos los catalanes, como hizo entonces.

La identificación sectaria de Convergència con Cataluña perdura perfectamente instalada en el grueso de la sociedad catalana, enferma de apriorismos, automatismos, tópicos y corrección política; y por ello todavía estamos quejándonos y haciéndonos trampas al solitario -como las que Artur Mas está perpetrando contra los pobres independentistas, en el fraude masivo que su campaña es y significa-, en lugar de haber ya conseguido lo que se supone que queríamos.