10 noviembre 1995

Numerosas autoridadez internacionales, incluida la Unión Europea o Sudáfrica habían pedido al dictador que perdonara la vida al poeta condenado

La dictadura de Sani Abacha en Nigeria desafía al mundo y ejecuta a Ken Saro Wiwa y al resto de opositores ogoni condenados

Hechos

El 10.11.1995 fue ejecutado en Nigeria el poeta Ken Saro Wiwa acusado de homicidio junto con otros ocho opositores acusados de lo mismo.

Lecturas

La ejecución del defensor de los derechos humanos y escritor Ken Saro-Wiwa junto con ocho ecologistas, el 10 de noviembre de 1996 en Nigeria, desató numerosas críticas en todo el mundo. Muchos estados impusieron sanciones al régimen del presidente Sani Abacha.

EL PUEBLO OGONI Y LA CONTAMINACIÓN EN EL DELTA DEL NIGER

saro_Wiwa Ken Saro Wiwa

Sar0-Wiwa era uno de los líderes más prominentes del pueblo ogoni, uno de los 250 grupos étnicos de Nigeria. Los 500.000 ogonis se defienden desde hace años contra el saqueo de sus tierras situadas junto a Port Hartcourt, el centro de producción petrolífera de Nigeria, tanto de las multinacionales occidentales como de su propio gobierno. La frecuente rotura de las conducciones provoca la contaminación de las tierras de cultivo y del agua. Las industrias petrolíferas representan una importante fuente de ingresos para el estado. Un 90% de las divisas de este país del África Occidental se consiguen gracias a ellas.

La organización Movement of the Survival of the Ogoni People (MOSOP), Movimiento para la Supervivencia del pueblo Ogoni, fundada por Saro-Wiwa, ha desafiado una y otra vez al gobierno, exigiendo indemnizaciones por la explotación secular de sus tierras y llamando la atención sobre su situación por medio de acciones de protesta. La actuación de los jóvenes ogonis encuadrados en el MOSOP llevó a sangrientos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad del estado, que redujeron a escombros muchas aldeas del territorio ogoni.

Un tribunal militar halló a Saro-Wiwa y al resto de los acusados culpables del asesinato de cuatro jefes ogoni que simpatizaban con el gobierno durante una manifestación celebrada en 1994. Según datos de las organizaciones para los derechos humanos y la prensa occidental el poeta era inocente y los testigos habían sido sobornados. Pese a las protestas internacionales, el gobierno hizo ejecutar la sentencia: muerte en la horca.

LAS RESPONSABILIDAD DE LAS COMPAÑÍAS PETROLÍFERAS

shell Shell era la mayoritaria en Nigeria.

La comunidad internacional reaccionó con indignación, estipulando diversas sanciones. La Commonwealth excluyó provisionalmente a Nigeria de la organización. El dictador de Nigeria, Sani Abacha,  fue conminado a celebrar elecciones democráticas en el plazo de dos años. No obstante, pese a la petición de algunos países, la comunidad internacional renunció al embargo petrolífero. La UE sólo declaró un embargo de armas, y algunas multinacionales del petróleo fueron criticadas por no haber utilizado su influencia para tratar de evitar la ejecución.

NIGERIA EXPULSADA DE LA COMONWEALTH EN PROTESTA POR LAS EJECUCIONES

comonwealth

La represión política en Nigeria afectó a muchos grupos y personalidades. Junto a los ogonis y a Ken Saro-Wiwa, escritores como el premio Nobel de Literatura Wole Soyinka, así como periodistas y defensores de los derechos humanos, fueron perseguidos repetidamente a lo largo de los años noventa por la Junta Militar. Tras la anulación en octubre de 1992, de las elecciones presidenciales iniciadas en agosto, también los políticos de la oposición, que exigían un desarrollo político democrático para Nigeria, quedaron expuestos cada vez más a las arbitrariedades del poder. Finalmente, las elecciones tuvieron lugar en junio de 1993, pero el ejército impidió la publicación de los resultados definitivos. El supuesto vencedor, Moshood ABiola, se autoproclamó jefe del Estado en 1994. Numerosos ex senadores bajo la dirección del anterior presidente del Senado Ameh Ebute, se habían reunido para sostener el mandato obtenido en las urnas, exigiendo la restauración de las instituciones democráticas. Pero Abiola fue encarcelado en 1994 por los militares y acusado de alta traición. a partir de entonces, la oposición ha boicoteado los llamaientos del gobierno a participar en la redacción de una nueva Constitución.

12 Noviembre 1995

Un gigante con pies de petróleo

Lola Galán

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Colonia británica hasta comienzos de los años sesenta, Nigeria, el país más poblado de África, con 90 millones de habitantes, ha tenido desde entonces una historia plagada de sobresaltos militares. El petróleo que se almacena bajo el delta del río Níger, la principal riqueza del país, ha sido también el principal culpable de los episodios violentos que ha vivido Nigeria, sacudida por una Feroz guerra civil entre 1967 y 1970, cuando la región de Biafra intentó la secesión.En los últimos 12 años, Nigeria se ha visto envuelta en una historia de asonadas militares, de las que el general Sani Abacha ha sido cerebro gris en la mayoría de los casos, aunque hasta 1993 su protagonismo no había superado el segundo plan

Las turbulencias políticas del país han sido aceptadas sin mayor problema por los Grobiernos occidentales, algunos de los cuales, como Estados Unidos, tienen a este país como uno de sus principales suministradores de crudo.

La mitad de las exportaciones petrolíferas de Nigeria viajan rumbo a Norteamérica, el restó es adquirido mayoritariamente por España, Francia y Alemania. Los sucesivos regímenes militares han demostrado su brutalidad., corrupción e ineficacia a lo largo de los años, si bien muchos observadores aseguran que el general San¡ Abacha hace buenos a la mayoría de sus predecesores.

Abacha ha tenido que enfrentarse a la creciente amenaza del Movimiento por la Supervivencia. del Pueblo Ogono, conocido como MOSOP, que lucha por los derechos de la minoría ogoni, asentada, junto a otros grupos étnicos nigerianos, en el delta del Níger. El movimiento MOSOP adquirió una virulencia desconocida a partir de 1990, cuando el escritor Ken Saro-Wiwa (ejecutado el viernes por el régimen militar) se puso al frente del grupo.

Saro-Wiwa reclamaba protección para el medio ambiente en una región en la que la explotación de los recursos petrolíferos, a cargo de compañías extranjeras, principalmente la anglo-holandesa Shell, ha causado estragos difícilmente reparables. La minoría ogoni (medio millón de personas) encontró en el escritor al líder fuerte que necesitaba.

En 1993, fecha de las últimas elecciones generales en Nigeria, Saro-Wiwa lanzó una agresiva campaña de boicoteo destinada a defender el derecho de la tierra de los ogoni a la secesión.

El Gobierno federal reaccionó con violencia ante la posibilidad de que la zona más rica del país pudiera quedar fuera de su influencia. Centenares de personas fueron asesinadas y decenas de pueblos quemados en una campaña militar que el Gobierno nigeriano atribuyó a rivalidades étnicas en la zona. La violencia alcanzó tal grado que incluso la Shell decidió suspender su presencia en la zona, mientras el general Abacha se hacía fuerte abortando la constitución de un Gobierno legal salido de las urnas.

Para entonces, el movimiento MOSOP estaba ya considerablemente dividido, con un sector moderado y otro más extremista liderado por Saro-Wiwa. En mayo de 1994, las disensiones entre los ogoni desencadenaron una erupción de violencia que llevó a grupos de jóvenes radicales a atacar a los sectores moderados. Cuatro jefes de tribu fueron asesinados y el Gobierno militar consideró que las muertes habían sido inspiradas por las diatribas políticas de Ken Saro-Wiwa, de 54 años. Su destino estaba sellado.

El general Sani Abacha, de quien se cuenta que vive semioculto en una fortaleza militar de Abuja, nueva capital del país, decidió que había llegado el momento de acabar con la amenaza ogoni y el viernes se desembarazó de los líderes de un pueblo bajo sospecha.

12 Noviembre 1995

Nigeria: ¿Llegará Occidente a cerrar el grifo económico?

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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La comunidad internacional ha expresado su condena contra el régimen del general Abacha, señor de horca y cuchillo que controla Nigeria, por la ejecución del poeta Saro-Wiwa y otros ocho defensores de los derechos humanos. La mayoría de los países occidentales con representación diplomática en Lagos han retirado a sus embajadores; en una decisión sin precedentes en su historia, la Commonwealth -a la que pertenece el país africano- ha acordado suspender a Nigeria; y la Organización de Estados Africanos estudia aplicar sanciones al régimen de Abacha. El aislamiento comercial de Nigeria podría constituir un primer paso para presionar al sátrapa que gobierna en ese país. Pero está por ver que las condenas verbales se traduzcan finalmente en sanciones económicas efectivas. Algunas de las grandes potencias que protestan por la ejecución de Saro-Wiwa y por la ola de detenciones y torturas contra disidentes, mantienen importantes intereses comerciales en el país africano. No parece casual que el poeta haya tenido el trágico final por su campaña en protesta contra la multinacional petrolera Shell -además de por su lucha en favor de la autonomía de una minoría étnica-. La misma compañía que, hipócritamente, ha reaccionado ante la ejecución de Saro-Wiwa diciendo que se ponía «de luto».

13 Noviembre 1995

Saro-Wiwa y nosotros

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

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LA EJECUCIÓN en la horca del escritor Ken Saro-Wiwa y otros ocho defensores de los derechos de la minoría ogoni y activistas contra la destrucción de la cuenca del río Níger es una nueva prueba del grado de degeneración al que ha llegado el régimen nigeriano del general Sani Abacha. Las innumerables peticiones de clemencia llegadas de todo el mundo, de jefes de Estado y Gobierno, de organizaciones internacionales y escritor es no sirvieron de nada. El régimen militar acumula uno tras otro sus actos de abierto desprecio a la comunidad internacional y a toda regla, no ya de derecho, sino de mera humanidad. La triste tradición golpista y represora del Ejército nigeriano ha alcanzado su máxima cota de ignominia desde que el general Abacha, ya gobernante en la sombra desde hace 12 años, impidió en 1993 que se constituyera el Gobierno emanado de las elecciones generales.El escritor Saro-Wiwa se convirtió en 1990 en líder de un movimiento de protesta contra la destrucción del delta del Níger, en el que habita el minúsculo pueblo ogoni, por parte de la compañía petrolífera Shell. Pronto este conflicto desembocó en un enfrentamiento político abierto con la junta militar. El régimen militar y su entorno civil son los máximos beneficiarios de la inmensa riqueza petrolífera de Nigeria, con las compañías multinacionales que explotan dichos yacimientos y sus muchos clientes internacionales, entre ellos España y Estados Unidos a la cabeza.

Pese a todos los intereses acumulados en aquel gran país africano, esta última prueba de barbarie de los dirigentes nigerianos obliga a la comunidad internacional a algo más que las protestas más o. menos indignadas o sinceras que se produjeron tras la anulación de los resultados de las elecciones. hace dos años. Y la suspensión temporal de su pertenencia a la Commonwealth no parece ser precisamente la reacción adecuada. La ONU debería imponer sanciones inmediatas contra Nigeria hasta lograr que la dictadura militar se avenga a Convocar nuevas elecciones con garantías tanto de su limpieza como de respeto a sus resultados.

, Lamentablemente, hay muchos indicios de que los intereses económicos de diversos países en Nigeria van a pesar más que la indignación generalizada de hoy. Nigeria tiene una deuda de más de 470.000 millones de pesetas que debería pagar con ingresos petrolíferos, por lo que parece improbable siquiera la congelación de sus 65.000 millones de dólares en depósito en Londres que podría dictar el Consejo de Seguridad de la. ONU. Por otra parte, los compradores de crudo nigeriano, sobre todo EE UU, intentarán evitar un boicoteo a las exportaciones de Nigeria, especialmente cuando no disponen de crudo importable de Libia, Irak e Irán, sometidos a embargo por Washington.

La muerte del escritor Saro-Wiwa y sus compañeros es, además de una criminal tropelía del régimen nigeriano, una denuncia de las complicidades de los países ricos del Primer Mundo en la explotación de las riquezas de África bajo condiciones que en Europa o EE UU se considerarían intolerables. Que la compañía Shell tuviera que retirar una plataforma petrolífera del mar del Norte por un riesgo de contaminación inexistente y envenene impunemente a millones de habitantes del delta del Níger, con la protección de verdugos como el general Abacha, debería rebelar nuestras conciencias y recordarnos que, a medio plazo, el Norte rico no podrá vivir en seguridad con un, continente como el africano en la miseria, bajo brutal represión en gran parte y con sus tierras y sus aguas envenenadas para abaratar nuestro bienestar.