6 febrero 1981

Se consolida la línea editorial derechista en el periódico de la Editorial Católica

El Conde de Bugallal designa a José María Castaño nuevo director del YA reemplazando a Jiménez Quílez

Hechos

El 6.02.1981 el consejo de Administración de la Editorial Católica – presidido por el conde de Bugallal – designó a D. José María Castaño nuevo director del YA reemplazando a D. Manuel Jiménez Quilez. Así mismo se nombró a D. Luis Tabernero redactor-jefe.

Lecturas

El Consejo de Administración de EDICA presidido por el conde de Bugallal acuerda que Manuel Jiménez Quílez que ha simultaneado entre 1980 y 1981 el cargo de director del Ya con el de Director general de EDICA, cede la Dirección del Ya a José María Castaño Gómez del Valle. El cambio se anuncia el 6 de febrero y se hace efectivo el día 9.

Ese año el Ya cuenta con una tirada de 112.310 ejemplares, con lo que el periódico mantiene su sangría de lectores desde 1976.

04 Febrero 1981

Ordago a la Grande

José María Castaño

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Es el estilo de Suárez, un órdago político. Quedan tantas heridas abiertas en la UCD que el maestro se va por la puerta grande cuando todavía en la enfermería están atendiendo las cornadas que sufrió su cuadrilla. Esta España no necesita cambiar a un político por otro político, sino a un político por un estadista. Porque aquí sí que nos jugamos un “órdago”.

Estas líneas van dirigidas al señor candidato, sea quien sea, de UCD, de otro partido, un independiente, el nombre que designe el Rey, que todo es posible en el marco de la Constitución española. Aunque ‘la noche triste’ de UCD nos haya alumbrado el impávido rostro de Leopoldo Calvo-Sotelo, estas meditaciones del hombre de la calle no tienen todavía un soporte de personalidad, sino una especie de sorpresivo gesto de enterarse que Suárez se marcha sin decirnos por qué. Dicen que el expresidente Suárez es un gran jugador de mus y que sus pocos ratos de ocio los ha matado pasando a la chica, envidiando a la media y sobre todo echándole el órdago a la grande. Precisamente ésta es la frase que se oyo a las cuatro y cuarto de la madrugada en la reunión del comité ejecutivo de la UCD: ‘Nos imponen ustedes un candidato con una política de hechos consumados, como si se tratara de un ‘órdago político’. Es el estilo de Suárez. Tan buen jugador que hasta ha escogido terreno. Cuando la mesa para la partida estaba preparada en Mallorca, él dice que la partida se juega en la Moncloa y que el órdago es que se marcha, poniendo rostro dramático en las situaciones que él mismo había dicho que deberían ser desdramatizadas. Antes nadie le había observado ni una seña, ni siquiera un fruncimiento de las cejas, ni una ocnfidencia respecto a esa determinación tan grave como es abandonar el ejecutivo y dejar un partido en la encrucijada de su propia crítica. Nadie sabe a estas horas qué pasó en su conversación con Amparo el domingo, en su entrevista con el Rey el martes, enmarcada en eso que se llama contactos habituales, ni en su mutismo impenetrable con sus más íntimos colaboradores, incluidos los ministros, algunos de los cuales atravesaron el umbral de la Moncloa atendiendo a una llamada telefónica urgente pero sin dar crédito a los rumores de la dimisión. Existe ahí un paréntesis de cuarenta y ocho horas que pertenece a la historia que por ahora sólo conocen el Rey, Suárez y quizá cierto sectr cívico-militar.

Esta es la gran servidumbre de la democracia, cuya mayor tragedia será no el desgaste natural de los hombres, sino el desgaste de los partidos políticos. Quedan tantas heridas abiertas en la UCD, que el maestro se va por la puerta grande cuando todavía en la enfemermería están atendiendo las cornadas que sufrió su cuadrilla. Más importante que la desaparición en escena del político es la posible desaparición del partido que presentó, que le llevó al poder y que hoy queda todavía escindido a la espera de una nueva alternativa en la plaza de Mallorca. Y ya surgen las dos grandes hipótesis del futuro ucedista: 1) Con Calvo-Sotelo o sin él. UCD dará un timonazo a la derecha hasta unos techos tolerables que le permitan un pacto parlamentario con la derecha moderada y la burguesía catalana y vasca, con los ojos puestos en occidente, del que provienen unos vientos muy distintos a los del Este. 2) Los socialdemócratas y los socialistas pueden forzar, por el contrario un modelo de izquierdización, todo lo moderado que se quiera para que el ventilador de la Casa Blanco no sople con tanta fuerza.

Por lo pronto, este termómetro de la fiebre económica que es la Bolsa se ha alineado con la sinsonrisa de Leopoldo Calvo-Sotelo, saltando en Bilbao a 1,90 en Madrid, a 1,37, Valencia. 1,22 y en Barcelona 1,01. Existe un olfato especial en el mundo de la economía en las situaciones límite de la política. Pero la incógnita sigue en pie porque está Espña no necesita cambiar a un político por otro político, sino a un político por un estadista, porque aquí sí que nos la jugamos todos en un ‘órdago impresivisble’.

José María Castaño