La elección de Diego de Alcázar (de los Luca de Tena) como nuevo presidente de Vocento demuestra la radical división en el Consejo

Vocento atraviesa una crisis interna importante. El anuncio de la adquisición del gratuito Qué!, por 132 millones de euros, dos días después del golpe de timón de Emilio Ybarra en el Grupo Vocento es una cortina de humo para ocultar la división interna de las familias que componen su accionariado. La paz que ha reinado en el grupo vasco durante años ha ido perdiéndose desde su salida a Bolsa. Se agudizó después con el cese del entonces consejero delegado, José María Bergareche, el pasado mayo, a quien se le responsabilizó de que se le escapara la operación Recoletos (un grupo tan complementario para Vocento como para Unedisa, editora de EL MUNDO que fue quien efectuó la compra), y saltó por los aires en el último consejo de administración del pasado lunes con la dimisión voluntaria del presidente no ejecutivo, Santiago Ybarra, y la elección del consejero Diego del Alcázar para sustituirle a partir del 24 de septiembre.

Por primera vez se produjo la quiebra de la alianza entre las familias de Neguri que desde generaciones habían alumbrado el éxito en el mundo de las finanzas y en el de los medios de comunicación, entre otros. Fue una reunión llena de tensión, como reconocen algunos de los asistentes. Hubo vencedores y vencidos en una ajustada votación en la que por ocho a seis ganó el clan de los Ybarra apoyado en esta ocasión por los Luca de Tena. Algo inaudito en una casa presidida siempre por el buen clima del consenso.

Santiago Ybarra (hermano de Emilio ex copresidente del BBVA), tenía prevista su salida, según se estableció en el folleto de la OPV de salida a Bolsa, para antes de la próxima junta de accionistas con un colchón de una renta vitalicia de 300.000 euros anuales. En la cláusula 16.2 del folleto se recoge que dicha renta vitalicia «sólo será de obligado cumplimiento para Vocento en el supuesto de cese entre el 1 de enero de 2007 y la fecha de la junta de 2008». Pero nadie contaba con que decidiera irse ahora (seguirá de consejero).

Las familias venían trabajando para proponer su propio candidato con la mirada puesta en 2008. El rumor más extendido era que los Ybarra querían apoyar a Catalina Luca de Tena (presidenta de Abc) o a Emilio Ybarra (hijo). Pero, a algunos les cogió con el paso cambiado el adelanto de la dimisión de Ybarra y su sustitución por Del Alcázar.

A favor, votaron el propio Santiago Ybarra; Ignacio Ybarra (también hijo de Emilio, que tuvo que salir del consejo de Vocento cuando fue imputado en el escándalo de las cuentas secretas del BBVA); Enrique Ybarra (hijo de Javier, presidente del Grupo Correo, que fue asesinado por ETA a finales de los años 70); Víctor Urrutia (casado con Marta Ybarra, dueño de CVNE y vicepresidente de Iberdrola); Catalina y Soledad Luca de Tena (hijas de Guillermo Luca de Tena, ex presidente de Abc); y el propio Diego del Alcázar. En contra, votaron Alejandro Echevarría (actual presidente de Telecinco); Santiago y José María Bergareche (vicepresidente primero del Grupo); Carlos Castellanos; Hélène Lemoîne (viuda de Jean François Lemoîne, editor del diario francés Sud Ouest); y Claudio Aguirre (vicepresidente de Mercapital).

Frente a la propuesta de los Ybarra, otros consejeros sostuvieron tres opciones: esperar a 2008 «para reflexionar y buscar un candidato de consenso»; que el puesto fuera ocupado de forma interina por Alejandro Echevarría; o que si no se aceptaba ninguna de estas alternativas, que el nuevo presidente fuera José Bergareche, quien fue sustituido por Belarmino García, ex consejero delegado de Orange. García fue captado por Stuart Spencer, una sociedad de head hunter, que recibió el encargo con la premisa de que no lo buscara en los medios de comunicación. Según fuentes próximas a estos consejeros fue «una manera de seguir controlando la compañía en perjuicio de los intereses de los accionistas».

En el consejo del lunes pasado salió a relucir el nombre del tapado en esta ruptura de las alianzas: Emilio Ybarra (quien junto a su hermano Santiago controla Mezouna, con más del 10% de Vocento), el ángel caído de Neguri, que tras la decisión en mayo de la Audiencia Nacional de archivar el caso de las cuentas secretas en los paraísos fiscales «por no existir perjudicados», pretende ahora restañar su imagen. Ybarra, que consideró que el Grupo no le apoyó cuando estalló el escándalo, «quiere desquitarse ahora y hacerse con el control de Vocento y es el padrino de Del Alcázar», señalan estas fuentes.

Los que han quedado en minoría dicen que con este golpe de mano se evita la línea de cambio profundo que proponían los Bergareche, se mantiene al actual director, José Antonio Zarzalejos en Abc, y el grupo queda en una situación delicada. Los expertos comentan que la compañía se pone a tiro para las sociedades de capital riesgo. El divorcio de los clanes traerá consecuencias.

APOYO

Blindaje anti OPA y derechos de adquisición preferente

Las sociedades instrumentales en Vocento de los Ybarra, Urrutia, Bergareche, Careaga, Lemoîne y Aguirre tienen suscrito un pacto parasocial, firmado tras la salida a Bolsa, para evitar una OPA hostil o que alguno de los propietarios decida vender sus acciones. Se trata en todo caso de la acumulación del 43% de las participaciones. En este acuerdo no figuran ni las familias Luca de Tena ni por ejemplo los Castellanos. En Bolsa cotiza el 20%.

Durante un plazo de cinco años, hasta noviembre de 2011, en caso de una OPA, este grupo de accionistas, que conforman el núcleo estable, se comprometen a no transmitir sus participaciones «directas o indirectas», ni a asumir compromisos de transmisión «salvo que así lo acuerden por mayoría simple (51%).

Asimismo, en caso de que alguno de ellos decida vender a un tercero parte o su paquete de acciones, tendrá que ponerlas a disposición de los demás firmantes de este pacto para que puedan adquirirlas (ejercicio del derecho preferente). El plazo que se da para que no puedan venderse las acciones es de un año a contar desde la salida a Bolsa. Es decir, expira en noviembre, dos meses después del cambio oficial de presidente en la compañía. Si bien, existe otra cláusula que establece que, durante el segundo año (2008) no se pueden vender acciones por encima del 20% de su propiedad.

Los expertos dicen que haya blindaje o no, «todo dependerá de un precio y Vocento es barata porque su acción esta ‘dormida’ por debajo de los 16 euros y la ruptura de las alianzas familiares puede provocar intenciones de venta.