22 septiembre 1975

Para el periódico ABC fue un 'salvaje atentado contra España', mientras que para el YA sólo eran protestas contra el Gobierno español

La embajada española en Portugal es incendiada por izquierdistas anti-franquistas sin que el la autoridad del país lo impida

Hechos

La embajada y el consulado de España en Lisboa (Portugal) fueron saqueadas e incendiadas el misimo día en que se hacían públicas las sentencias de muerte contra cinco terroristas condenados por asesinato.

Lecturas

ARIAS NAVARRO COMPARECE EN TVE PARA PEDIR TRANQUILIDAD

zap_Arias2El presidente del Gobierno, D. Carlos Arias Navarro compareció ante TVE para pedir la tranquilidad de los ciudadanos, y llamar a la serenidad al país vecino. El Gobierno español consideró que las potencias extranjeras habían sido ‘intoxicadas’ contra España, pidió diálogo, pero también aseguró que la política española no cambiaría por presiones extranjeras.

28 Septiembre 1975

EL PÉNDULO

Fernando Ónega

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Ha pasado el día más largo. De alguna forma tiene que quedar en la historia, porque no es fácil recordar una jornada en que con tanta violencia se desatara la furia antiespañola con manifestaciones, boicots, destrucción de una Embajada. Con todo, el acontecimiento más importante del día ha sido la decisión española de retirar la misión diplomática en Lisboa, dejando confiados los intereses nacionales a un encargado de negocios. Era un desenlace imprevisto hace sólo cuarenta y ocho horas, forzado por las características especiales que rodean el asanto a la Embajada. Con este hecho termina momentáneamente una larga luna de miel con el país vecino, que se estaba volviendo agria por el comportamiento de los medios de comunicación portugueses.

El Gobierno Arias había manifestado su voluntad de colaboración, pero tal propósito sólo pudo durar veinte meses. España contemplaba con respeto e imparcialidad la evolución política del vecino occidental. Parece obvio decir que Madrid reaccionó con dignidad ante unos hechos que el propio Ministerio portugués de Negocios extranjeros calificó como barbarie. Otros embajadores han sido llamados a sus países, pero nada indica que la urgencia de los requerimientos los signifique algo más que el deseo de poseer una información directa.

Pasó, como digo, el día más largo. Quizá no sus consecuencias. No es cuestión de repetir aquí las informaciones que ocupan otros espacios en el periódico, pero si el momento de reflexiones. En este largo fin de semana varias consideraciones saltan a la vista. La primera que existe una clara voluntad – tácita o expresa de injerencia en los asuntos internos de España por parte de los que en los años cuarenta se llamaban ‘las cancillerías europeas’. El señor ministro de Información ha venido a decir que tales actitudes en lo que se refiere a actividades incontroladas sólo merecen el desprecio. Lo que pide la mayoría de la Prensa, en cambio, es la oportuna réplica con dignidad y con exigencia de respeto a la soberanía nacional, sobretodo cuando el fondo de la cuestión es la aplicación de la ley.

La segunda consideración es de orden interno. Dos parecen ser las orientaciones de los comentarios: por una parte INFORMACIONES publicaba ayer un editorial que se volvió alarmista, en el que se pedía serenidad a la población. Nada había en el ambiente popular que obligase con urgencia a formular el noble deseo. Por otra don Luis Apostua expresaba el temor ante la posibilidad de parón político que, por supuesto, nadie desea y que, también por supuesto, necesita de un urgente desmentido por vía de hechos concretos. Parece claro a estas alturas que una cosa es la persecución de fenómenos enfermizos y anormales en una sociedad sana civilizada y pacífica y otra muy distinta la continuación del proceso democratizador. (…)

Fernando Ónega

El Análisis

CUIDADO, CUIDADO...

JF Lamata

¡Qué diferente es interpretar la quema de una embajada como un ‘salvaje atentado contra España’ (lectura del ABC de los Sres Cebrián Boné y D. Torcuato Luca de Tena y Brunet)  o como unas simples manifestaciones ‘contra el Gobierno español (lectura del YA del Sr. Fernández Pombo). Pero era un poco la madre del cordero. De hecho, el presidente del Gobierno D. Carlos Arias, compareció en TVE para dar un mensaje de serenidad, cuando en el fondo, era un mensaje como mínimo de gran moderación. Puesto quem por mucho serenidad y aplomo que mostrara, no anunció ninguna medida contra Portugal (básicamente no la hubo): ni ruptura de relaciones diplomáticos, ni petición de disculpa, nada. ¿Por qué? Porque en el fondo el contexto era claro: el General Franco se estaba muriendo y D. Carlos Arias Navarro sabía muy bien que necesitaba ayuda de Europa para construir una democracia pseudo-occidental y ello suponía tener mucho cuidadito e intentar evitar aparecer antipático ante los posibles aliados de la OTAN: por tanto, comparecencia para dar un tironcito de orejas sí ¿Ir má allá? Nooo, ir con cuidado, cuidado…

J. F. Lamata