2 agosto 1993

Daniel Dicenta (APADEMA) reprocha a los técnicos de sonido por aplaudir a los actores de doblaje que sí aceptan ir a trabajar

La huelga de doblaje enfrenta a técnicos de sonido y actores: Ana María Olmedo (Técnica) es replicada por Daniel Dicenta (actor)

Hechos

El 2.08.1993 una técnico de sonido publicó un artículo sobre la huelga de una parte de los actores de doblaje.

Lecturas

 La técnico de Sonido, Dña. Ana María Olmedo protestó por la actitud de los piquetes de los actores de doblaje del sindicato APADEMA en una nota publicada en prensa el 2 de agosto en el diario EL PAÍS.

El 9 de agosto en el periódico DIARIO16 todos los técnicos y administrativos del estudio Tecnison firmaron un comunicado que suscribía las palabras de la Sra. Olmedo.

 El 15 de agosto en el diario EL PAÍS el actor de doblaje D. Daniel Dicenta, uno de los líderes del sindicato APADEMA acusó a los técnicos de apoyar a los ‘esquiroles’, término con el que se identificaba a todo actor de doblaje que no respaldara la estrategia del sindicato APADEMA.

 

02 Agosto 1993

HueIga y doblaje

Ana María Olmedo

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Me pregunto hoy, 28 de julio de 1993, si eso que llaman democracia y derecho a hacer un huelga o no hacerla existirá.Y aunque ese derecho se traduzca tanto a huelguistas como a los que no lo son, cuando la violencia, aunque sea verbal, se hace presente hace que impere lo que de animal tenemos todos, digo todos, y no me excluyo.

Cada uno defiende sus derechos, los actores de doblaje, por un lado; los empresarios del sector, por otro; lo entiendo. Entiendo que dos meses de huelga son dos meses sin sueldo, dos meses de presión, lo entiendo, sí, entiendo; no es tan difícil, ¿no? Pero en esta historia también se ha metido a otro grupo de gente que se ve muy afectada, muy afectada, repito, por si alguien no lo ha leído o no se lo cree: somos los técnicos y personal administrativo de los estudios de doblaje, que nos jugamos el puesto.

Me decido a escribir para aclarar los comentarios que se han oído en el piquete informativo de los actores de doblaje el día 27 de julio a mediodía, que son: «Le hacéis el juego a los empresarios» y «me avergüenzo de mis compañeros técnicos que ayudan al esquirol», etcétera. ¿Pero de verdad se nos siente como compañeros? Lo dudo, de verdad; lo siento, lo dudo.

Lo de piquete informativo debe ser que no lo he entendido, porque si es insultar, jurar y amenazar a una persona que no está de acuerdo con la huelga, lo de informativo habría que cambiarlo. Yo no estoy ni en contra ni a favor de los empresarios, y ya que se nos ha incluido en una guerra que no es la nuestra y en la que estamos perdiendo, y mucho, por lo menos pido que se nos escuche y se respete el derecho a pensar como nos dé la gana. Deseo, como cualquier actor de doblaje y empresario, que esto acabe cuanto antes y sin violencia, porque se nos ha concedido, creo, el don de la inteligencia, que en eso somos superiores a los animales irracionales. Gracias.

15 Agosto 1993

Huelga de actores de doblaje

Daniel Dicenta

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Ésta es una respuesta a la carta de Ana María Olmedo, publicada el 2 de agosto. En respuesta a tu primera, pregunta, en democracia, en «eso que llaman democracia» (sic), claro que hay derecho a hacer una huelga o no hacerla. Hablas de que nosotros, los actores de doblaje (se te ha olvidado decir que reivindicando nuestros legítimos derechos), «hemos metido» a otro grupo de gente que se ve muy afectada, que sois los técnicos y administrativos de doblaje. Respecto a esto, olvidas dejar claro que vosotros, técnicos y administrativos, personal en general, seguís cobrando vuestros merecidos sueldos mientras nosotros hace hoy, domingo, 84 días que no percibimos ni una miserable peseta y aguantamos como podemos.

Si el 27 de julio a mediodía dijimos que «le hacéis el juego a los empresarios» es porque en ningún momento os habéis planteado seriamente el alto tanto por ciento de culpabilidad de esos empresarios. Y si «nos avergonzamos de nuestros compañeros técnicos que ayudan al esquirol», es porque nuestros compañeros técnicos aplaudieron calurosamente a un «esquirol» que entraba a trabajar mientras los demás defendemos nuestros derechos. Se puede no estar de acuerdo con una huelga, pero ser y actuar de esquirol es repugnante. Yo también quiero y deseo que esto acabe cuanto antes y sin violencia porque a mí y a mis compañeros sí se nos ha concedido el don de la inteligencia. Pero que, por favor, los esquiroles no nos provoquen.