11 enero 1990

La salida de Sánchez Ruipérez supone un varapalo para los partidarios de Guerra que pretendían controlar el canal

La ONCE y Mediaset se unen para expulsar a Sánchez Ruipérez (Anaya) de TELECINCO: Miguel Durán será el presidente de la cadena

Hechos

El 11.1.1990 la Junta de accionistas de Gestevisión-TELECINCO decidió la destitución de D. Germán Sánchez Ruipérez (Anaya) como presidente, siendo reemplazado por D. Miguel Durán (ONCE).

Lecturas

El grupo de socios formado por ONCE, Fininvest y el editor de Anaya, Germán Sánchez Ruipérez, que eran titulares del Operador Telecinco y habían constituido juntos la sociedad tal para fundar un periódico, El Sol, rompen oficialmente el 11 de enero.

Las discrepancias que empresa debía gestionar la publicidad de la nueva cadena y sobre el modelo de programación de Telecinco desatan la ruptura. Fininvest defendía que fuera una de sus empresas, Publiespaña, quien controlara la publicidad, a lo que se oponía Sánchez Ruipérez, según explica su entonces consejero delegado en Anaya, Antonio Basanta Reyes. Además, Sánchez Ruipérez defendía que Telecinco fuera una cadena donde primara la información dirigida por Ramón Colom Esmatges, mientras que Fininvest defendía una cadena donde primara el entretenimiento imitando su modelo en Italia y dirigida por Valerio Lazarov. La ONCE se posiciona del lado de Fininvest causando la dimisión tanto del presidente y el consejero delegado, Germán Sánchez Ruipérez y Pedro Higuera Delgado, ambos de Anaya. La editorial vende su parte de Telecinco y se retirará del proyecto junto a Juan Fernández Montreal (Chocolates Trapa). Como nuevo socio de Telecinco cubriendo la parte de estos entrará Javier de la Rosa Martí a través de la sociedad TeleFuturo.

El Consejo de Administración del Operador Telecinco quedará formado por Miguel Durán Campos (ONCE) como presidente, Silvio Berlusconi (Fininvest) como vicepresidente, Valerio Lazarov (Fininvest) como Consejero delegado, Alfredo Fraile Lameyer (Telefuturo) y Alfonso Maristany (TeleFuturo) como consejeros en representación de De la Rosa Martí y Santiago Muñoz Machado como Secretario.

Paralelamente la alianza también se romperá en la empresa editora de El Sol, donde Germán Sánchez Ruipérez forzará la marcha de ONCE y Fininvest, quedándose él como propietario único del periódico cuya salida esta prevista para este año 1990.

El canal Gestevisión TELECINCO fue el beneficiario de uno de las dos licencias de canales de televisión en abierto concedidos por el Gobierno de D. Felipe González en agosto de 1989, la otra fue ANTENA 3 TV, que tenía clara su composición accionarial y su dirección, la primera liderada por el Conde de Godó y la segunda por D. Manuel Martín Ferrand y el canal fue el primer canal de televisión privada que inició sus emisiones.

En TELECINCO las cosas no fueron tan fáciles entre los tres socios mayoritarios. Inicialmente el Grupo Anaya pretendió encabezar el canal, quedando en sus manos tanto la presidencia (desempeñada por D. Germán Sánchez Ruipérez, como su Consejero Delegado, D. Pedro Higuera). Pero el modelo de televisión que Anaya pretendía no entraba en los planes de lo que el máximo responsable de Mediaset, D. Silvio Berlusconi, consideraba necesario para que el canal saliera adelante. El tercer socio en discordia, la ONCE de D. Miguel Durán, apostó por el modelo que defendía Mediaset. El resultado fue que Anaya perdió aquella batalla y abandonó al canal antes de que este comenzara a emitir.

RUPTURA EN EL SOL

La salida del Grupo Anaya con la ONCE y Mediaset en TELECINCO también tuvo consecuencias en el periódico de EL SOL, el nuevo periódico que estaban prerarando los tres socios. En el acuerdo por el cual Anaya aceptaba vender sus acciones en TELECINCO, incluía también que la ONCE y Mediaset aceptaran vender sus acciones en EL SOL, para que, en el momento de salir, el periódico fuera únicamente suyo.

13 Enero 1990

Televisión dividida, televisión vencida

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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El «golpe» de timón de ONCE -Berlusconi en TELECINCO y -sobre todo- los problemas de supervivencia que las guerras intestinas van a acarrearle al canal privado constatan de forma muy expresiva que los hilos del poder aparecen cada vez más nítidos en su lucha por controlar la empresa y, por ende, que la alternativa a la televisión pública no está siendo un camino de rosas.

En efecto, tres circunstancias han confluído de tal forma que poner en marcha un canal se torna una tarea erizada de dificultades. La primera es la ley de televisión con un cepo estratégicamente colocado: la participación máxima del 25% de las acciones por cada socio, lo que suele traducirse en amenaza de anarquía. Y esto ha sucedido exactamente en TELECINCO, tal como explica hoy el Suplemento de Comunicación de EL MUNDO. La ONCE ha pretendido utilizar la trampa de esta ley al asegurarse la alianza del empresario Medrano al que había invitado a incorporarse a TELECINCO con un 10%. Así, Berlusconi-ONCE-Medrano sumaban el 60% de las acciones y suficiente poder para defenestrar a Anaya. El representante de esta, Germán Sánchez. Ruipérez, anuncia ahora que llevará a los vencedores a los tribunales esgrimiendo que el 10% de Medrano es dinero de la ONCE.

La segunda circunstancia es profesional. No es fácil improvisar en el estrecho margen de seis meses -otro cepo de la ley- una televisión competitiva. A diferencia de Antena 3, con un proyecto homogéneo y madurado durante ocho largos años, TELECINCO tenía que conciliar dos posturas contrapuestas, la de Ruipérez que quería una televisión seria que primara los informativos y la de Berlusconi-Lazarov que pretendía recurrir a shows populares y material comprado por considerarlos más rentables. El tercer factor es el económico. Para mantener un canal es preciso asegurarse la publicidad. Berlusconi la tiene con su empresa Publiespaña y llegó a un acuerdo con sus socios para cederle los derechos de gestión de publicidad de Telecinco. Sin embargo Ruipérez no reconoce tal acuerdo porque no ha sido aprobado por el Consejo de Administración. La guerra de taifas estaba servida.

Estas desavenencias se han consumado con la caída de Anaya. Pero lejos de simplificar el futuro de TELECINCO, tal evento lo expone a mayores riesgos, sobre todo si Ruipérez lleva adelante los pleitos contra Berlusconi-ONCE. Si de una parte el representante de Anaya ha demostrado ser un mal perdedor y son de pésimo gusto su torpes alusiones a la ceguera de Durán, de otra, las sospechas sobre la conexión entre la ONCE y Medrano empañan el «golpe» y se suman a la prevención que se tiene hacia los negocios de la organización de ciegos, merced a su status quo de privilegio como empresa benéfica.

. . TELECINCO se ha convertido en una torre de Babel con un futuro incierto, merced a las luchas por el poder, propiciadas a su vez por la ley de televisión.

13 Enero 1990

Del idilio a los «palos de Ciego»

Raúl Heras

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En ocho meses ha pasado Gestevisión TELECINCO de la comprensión entre sus tres grandes accionarios paritarios a la ruptura violenta del jueves, cuando Germán Sánchez Ruipérez, colocado en minoría, fue destituido de su cargo de presidente y abandonó la junta general de accionistas.El presidente de la editorial Anaya declaraba: «Es tal la ira y la soberbia de Berlusconi y la ONCE, y se creen tan potentes, que na han hecho más que dar palos de ciego». Fuentes cualificadas de la organización de ciegos, por su parte, han calificado a Sánchez Ruipérez de «inaguantablemente prepotente» y han dicho que «con él ha sido imposible trabajar y avanzar».Una ley de televisión como la española, pensada por ideólogos que no querían empresas fuertes, es la causa indirecta de esta situación que amenaza a uno de los tres canales privados antes aún de empezar a emitir: una participación máxima del 25% del total de las acciones es una amenaza de muerte o de anarquía para cualquier sociedad mercantil. Pero hay otras causas inmediatas. Esta es la historia de ocho meses de deterioro y ruptura. El 12 de mayo de 1989, Germán Sánchez Ruipérez, Silvio Berlusconi y Miguel Durán se reúnen en el despacho de este último, en la sede madrileña de la ONCE. El acuerdo que firman los tres es muy importante para entender la crisis que se producirá ocho meses más tarde: el empresario italiano se compromete a dar una participación accionarial a sus dos socios españoles en la sociedad Publiespaña, a la que se le firmará una exclusiva de publicidad por cinco años con el canal Gestevisión TELECINCO.

El dueño de la editorial Anaya es quien se ha encargado de buscar, bajo inspiración de la agencia de publicidad Contrapunto -próxima al PSOE al socio transalpino, que es calurosamente elogiado ante el director general de la ONCE. Con las tres cuartas partes del capital aseguradas, a última hora se había «descolgado» de la operación el financiero Jacques Hachuel, por lo que es necesario buscar otro socio que se haga cargo de un paquete de acciones del 10%. Durán piensa en el empresario de la construcción extremeño Angel Medrano, que está edificando la sede del al ONCE en Extremadura, al que propone una incorporación que éste acepta. Sólo pone una condición: que la organización de ciegos le adelante una parte sustancial del presupuesto de la obra. Durán lo hace así y le entrega un cheque de la propia ONCE. Meses más tarde, los hombres de Anaya verán en este cheque la prueba de que la organización que dirige Durán. ha incumplido la ley y ha sobrepasado el límite del 25% máximo para cada socio. El 26 de junio se celebra un nuevo consejo de administración del canal televisivo y las desavenencias entre el consejero delegado de la entidad y hombre de toda confianza del presidente, Pedro Higuera, con el director general y hombre de confianza del italiano Berlusconi, Valerio Lazarov, se hacen cada vez más patentes.

A partir de esa fecha, los consejos que se convocan pasan por la prueba de la «obligación» notarial. Y en todos ellos, Sánchez Ruipérez lanza unas «catilinarias» muy duras. El desencuentro entre Miguel Durán y Germán Sánchez Ruipérez se produce el 13 de septiembre pasado, cuando el presidente del canal y de Anaya, en compañía de Pedro Higuera, asegura a Duran que Berlusconi está dispuesto a destituir a Lazarov. Horas después de esta rotunda afirmación el empresario italiano llama por teléfono al director general de la ONCE para asegurarle su apoyo total al realizador rumanoespañol. La tensión crece y el día 15 es Germán Sánchez quien toma el teléfono para hablar con Miguel Durán. Sus palabras son duras: «Te vas a cargar la ONCE con tu actitud de apoyo a Berlusconi».El 24 de agosto había saltado el rumor de que el Gobierno está buscando una solución para satisfacer las apetencias de uno de los grupos que se han quedado sin canal privado de televisión, concretamente las del Grupo Zeta, que capitanea Antonio Asensio, y que cuenta con «compañeros de viaje» tan peculiares como el magnate de la prensa Rupert Murdoch, el financiero Jacques Hachuel y el banquero Mario Conde. El propio Asensio atribuye una propuesta de solución a la portavoz del gabinete, Rosa Conde.

Miguel Durán les asegura a sus dos socios que la ONCE no veta la posible incórporación del empresario catalán, pese a las malas relaciones ente Zeta y su organización por el tema del DIARI DE BARCELONA, cuya salida en lengua catalana se ha saldado con un sonoro fracaso. El día 25, desde sus medios de comunicación escrita, Antonio Asensio lanza un primer ataque contra la ONCE. Sánchez Ruipérez abre negociaciones con Asensio, al que aseguran le dice: «La ONCE está dispuesta a abandonar y vosotros podéis ocupar su puesto». La batalla por hacerse con el poder dentro de Gestevisión-Telecinco se endurece aún más. Y las alianzas comienzan a perfilarse con toda claridad: con la ONCE y Berlusconi se alinea el empresario extremeño y su 10%, mientras que Anaya cuenta con el apoyo del empresario Fernández Montreal, presidente de la empresa chocolatera Trapa.

En la cuenta corriente del canal privado de televisión duermen, «bloqueados», mil millones cuando el 21 de octubre tiene lugar una reunión en el despacho de uno de los socios a la que asisten Fernández Montreal, Sánchez Ruipérez, Pedro Higuera y Miguel Durán, que insiste en que . una «pelea entre Lazarov y Pedro Higuera no puede llevar a la empresaa la ruptura». El presidente de Anaya se enfada de forma creciente hasta que de forma brusca corta a Durán y le dice que la ONCE tiene que irse del proyecto del diario EL SOL y vender su 18 por ciento. Durán se niega y unos días más tarde, el 15 de noviembre, se reúnen en solitario el representante de la ONCE y el presidente de TELECINCO. Sánchez Ruipérez insiste: «O todo funciona como yo quiero o lo hundo. Y a tí ya te llamará la atención alguien que está por encima de la ONCE». Durán le contesta: «No tenemos nada que ocultar». La peleó se extiende hasta las características de la futura programación. Mientras el propietario de Anaya sostiene que el canal debe producir unos macroinformativos de elevado coste, Lazarov, apoyado por Berlusconi y Durán, se declara ferviente partidario de los concursos y los temas de ocio y diversión. Se llega así al 17 de noviembre, viernes, en el que tras un nuevo requerimiento de Miguel Durán, Sánchez Ruipérez convoca consejo para el día30 de ese mismo mes. En él leerá una «perorata» -que es la calificación que darán de su discurso los otros socios- y suspenderá la sesión, exigiendo que el grupo extremeño venda su 10% a la persona o grupó que el propio Sánchez Ruipérez decida. Los extremeños hacen saber al propietario de Anaya que ellos no están dispuestos a marcharse, pero que mantendrán una postura neutral.

Germán Sánchez convoca un nuevo consejo para el 13 de diciembre, festividad de Santa Lucía, patrona de los ciegos, para aprobar la ampliación de capital que marca la ley y evitar, así, la posible pérdida legal de la concesión. Se acuerda que la junta se celebre el día 30, pero un nuevo requerimiento notarial para la celebración de una Junta General Extraordinaria hace que el consejo se vuelva a reunir el 21 de diciembre, durante el cual se aprueba la nueva junta para el día 11 de enero. Berlusconi y Anaya han negociado la instalación de Telecinco en la torre Picasso, lo cual enfurece aún más a Sánchez Ruipérez, que quiere tener en un edificio de Anaya situado en la calle de Goya, 65, las sedes tanto del canal de televisión como del futuro diario EL SOL.

El Análisis

EL ACIERTO DE TETA-CINCO

JF Lamata

A la vista del mercado, TELECINCO sólo tenía dos opciones, o hacer una televisión donde dominara una línea editorial política o una televisión espectáculo al modelo de la tele que en Italia hacía Mediaset (Berlusconi).

ANTENA 3 TV, dirigido por D. Manuel Martín Ferrand apostó por un modelo editorial político, con muchas tertulias al estilo de su radio y un sesgo relativamente pro-PP. Por esa regla de tres, TELECINCO podría haber apostado por algo similar bajo la batuta de D. Ramón Colom y un sesgo relativamente pro-PSOE, próximo a D. Alfonso Guerra. Pero los italianos no estaban a favor y los de la ONCE tampoco. Mediaset quería poner al frente del canal a un hombre de los suyos, para que desembarcara en España todo, incluidas las mama-chichos, que eran italianas. Y, aliado con la ONCE del Sr. Durán, hizo la operación.

La programación del Sr. Lazarov fue un éxito de audiencia, aunque también una fuente de ataques desde la prensa que consideraron que la aparición de chicas en bikini era un escándalo, aunque era algo que uno puede ver en cualquier playa y nunca había sido novedoso ver a señoritas de buena arquitectura y ligereza de ropas en televisión, incluidas ‘las secretarias’ del ‘celeberrimo ‘Un Dos Tres’ de TVE. Los enemigos de TELECINCO no se cansaron en repetir desde entonces que TELECINCO era ‘TETACINCO’ y demás ridiculizaciones del tema (obviando que en el canal también había relevantes servicios informativos conducidos por D. Luis Mariñas que cosecharon algún que otro éxito).

Pero en el tema de los números la programación calentorra funcionó. El modelo del Sr. Lazarov, triunfó ante el modelo del Sr. Martín Ferrand, una victoria que tendría consecuencias en el accionariado de ANTENA 3 TV en 1992.

J. F. Lamata