8 junio 2001

EL PAÍS califica al GARA como 'organo oficioso' de ETA y el ABC le echa en cara al periódico vasco que esté 'sometido al control' de la banda

La organización terrorista ETA concede una entrevista al diario GARA para reprochar al pueblo vasco la caída electoral de EH / Batasuna

Hechos

En junio de 2001 el diario GARA difundió una entrevista a la organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA), organización condenada por cientos de asesinatos.

08 Junio 2001

ETA sigue existiendo

EL PAÍS (Director: Jesús Ceberio)

Leer

ETA es lo que es, un grupo terrorista, y se retrata cuando mata y también cuando habla. De la larguísima entrevista publicada ayer en su órgano oficioso se trasluce decepción por los resultados electorales y desconcierto sobre qué sentido dar a los crímenes que se propone seguir cometiendo, una vez fracasada la vía de Lizarra. La decepción es proporcional a las desmesuradas expectativas que al parecer llegó a albergar ETA cuando se vio, antes de las municipales de 1999, liderando la vía rápida hacia la independencia. Quienes le hicieron concebir tales esperanzas asumieron una pesada responsabilidad. Los resultados, reconoce ahora ETA, le han hecho ‘perder la llave’ de las instituciones autonómicas, que pensaba utilizar para acelerar la transición hacia la independencia, por lo que considera necesario reflexionar sobre ‘qué falló en el momento en que las condiciones para la victoria estaban a mano’.

La respuesta que ETA se niega a ver es que lo que impide realizar su objetivo es el carácter plural de la sociedad vasca, en la que no todos son nacionalistas y no todos los nacionalistas son independentistas; y que el PNV y EA no podían ignorar esa realidad y aceptar el planteamiento impositivo de ETA de convocatoria unilateral de elecciones constituyentes en una circunscripción llamada Euskal Herria. No podían, salvo renuncia a su condición de partidos democráticos.

Si ETA no existiera, seguramente nadie pensaría ahora en crearla, pero, como existe, sus dirigentes ocupan mucho tiempo en justificar la necesidad de una organización especializada en el asesinato político. Es asombrosa la lista de nuevos enemigos que va incorporando en cada nueva entrevista. Ahora hay reproches para el sindicato ELA, para el movimiento Elkarri y hasta para el mundo del euskera, a los que culpa indirectamente de la fuga de votos hacia el PNV-EA. El tono general sigue siendo de emplazamiento al nacionalismo, aunque parece dar por perdida la batalla por asociarles a su proyecto. No aclara qué sentido atribuye a la lucha armada una vez clausurada la estrategia de provocar la negociación con el Gobierno y ahora también la de imponer sus objetivos por vía de hecho desde la política de frente nacionalista. Pero lo que sí queda claro es que se proponen seguir matando. Ya pensarán para qué.

09 Junio 2001

ETA y GARA

ABC (Director: José Antonio Zarzalejos)

Leer

Una de las facetas más inmorales de la entrevista que dio ETA al diario GARA fue le servilismo que destilaban las preguntas de los redactores de este periódico, planteadas al gusto del entrevistado y con las respuestas encerradas en las interrogaciones. Es en estas ocasiones cuando se hace notoria la implicación de supuestos medios de comunicación, formaciones políticas y colectivos abertzales con el entramado estructural de ETA. No obstante, siempre cabe esperar, aunque sea por mera estrategia de confusión, que la obediencia quede revestida con unos rasgos aparentes de profesionalidad o de mínima autonomía. Nada de esto aparece en la entrevista a ETA, sino una estricta sumisión del medio al superior control ideológico y que la banda terrorista ejerce sobre todas y cada una de las manifestaciones de su entramado, incluida su trama periodística. Tampoco sería posible ejercer de otra manera esta labor de peón de ETA, porque para servir a una organización terrorista es imprescindible la negación de uno mismo como sujeto de dignidad y de las enseñanzas más elementales del periodismo. Es posible que sea escasa la relevancia legal de la difusión de la entrevista con ETA. La democracia a veces se desprotege excesivamente. Pero, al menos, los demás medios tenemos el derecho a que no se nos confunda con quienes prestan sus páginas a la amenaza y a la intimidación. Como mucho, señalando sus connivencias con ETA, sólo corre el riesgo de que se les aplique la Ley, a secas, suerte incomparable con la ley de fugas que espera a las víctimas de sus entrevistados.