17 enero 2009

La política fue especialmente criticada en la cadena COPE por los comentaristas Federico Jiménez Losantos y García Domínguez (ambos de LIBERTAD DIGITAL)

La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría aparece con un posado provocativo y descalza en la portada de EL MUNDO

Hechos

En su portada del 16.01.2009 y el 18.01.2009 el diario EL MUNDO publicó en portada unas fotografías con la Vicepresidenta Dña. Soraya Sáenz de Santamaría posando para anunciar la entrevista concedida a Dña. Nieves Herrero.

Lecturas

En enero de 2009 Dña. Soraya Sáenz de Santamaría Antón, portavoz del Grupo Parlamentario del Partido Popular en el Congreso, aceptó conceder un reportaje con entrevista para Dña. Nieves Herrero Cerezo para el suplemento Magazine del periódico El Mundo que debía salir publicada el 18 de enero de 2009. Acepta incluir para el reportaje una fotografía de ella misma en pose provocativa y descalza.

Al conocer la existencia de la fotografía el director de El Mundo D. Pedro J. Ramírez Codina decide publicar esa imagen de la política en la portada del periódico el día 16 de enero de 2009 y por segunda vez el 18 de enero de 2009 forzando que todos los medios tengan que hacer referencia al posado de la política al hacer referencia a las portadas de ese día.

El episodio es comentado por los periódicos competidores. En ABC escriben al respecto D. Manuel Martín Ferrand (18-1-2009), D. César Alonso de los Ríos (19-1-2009), Dña. Edurne Uriarte Bengoetxea (19-1-2009) y D. Antonio García Barbeito (20-1-2009). En El País lo hacen D. Carlos Sánchez Boyero (18-1-2009) y D. Julio Seoane (19-1-2009) y en las tertulias de Antena 3 TV y Telecinco.

Las críticas más duras contra la política vendrán de programas como ‘La Mañana’ de la COPE de D. Federico Jiménez Losantos y D. José García Domínguez, así como del programa ‘Más se perdió en Cuba’ de Intereconomía TV donde D. Agapito Maestre Sánchez plantea que “alguien podría pensar que Dña. Soraya Sáenz de Santamaría está impostando el oficio más antiguo del mundo”. La política del PP será defendida por programas progresistas como ‘El Intermedio’ de La Sexta y  ‘Estás No Son las Noticias’ de Cuatro considerando que estas críticas eran machistas.

D. Carlos Sánchez Boyero en El País y la tertuliana Dña. María de los Ángeles Santamaría Espinosa ‘Massiel’ en Antena 3 TV coincidirán en decir que la Sra. Sáenz de Santamaría ‘cayó en la trampa’ del ‘lobo’, el Sr. Ramírez Codina.

El posado obliga a rectificar al PP que había criticado en el pasado un posado de las ministras del PSOE a la revista Vogue que era bastante menos provocativo que el posado concedido ahora por su portavoz.

REACCIONES:

Dña. Soraya Sáenz de Santamaría: «Si llego a saber que iba a salir en portada hubiera pedido la dimisión de Solbes» (LA SEXTA, 20.01.2009).

D. Pedro J. Ramírez Codina: «Dado que Zaplana nunca se fotografió en tanga. Su pose de fem-fatal demuestra que las aspiraciones de muchas mujeres son diferentes a las de los varones» (‘El Mundo en 2 minutos’, VEO7, 18.01.2009).

Dña. Cristina Alberdi Alonso: «Es un despropósito, la foto en sí. Demuestra una falta de criterio en Soraya Sáenz de Santamaría que a mí me ha decepcionado» (‘El Gato al Agua’, INTERECONOMÍA, 16.01.2009).

D. Agapito Maestre Sánchez: «Alguien podría pensar que Soraya Sáenz de Santamaría está impostando el oficio más antiguo del mundo» (‘Más se perdió en Cuba’, INTERECONOMÍA, 17.01.2009).

Dña. Pilar Eyre Estrada: «Me la encontré [a Soraya Sáenz de Santamaría] el fin de semana y estaba a punto de echarse a llorar diciendo que los de EL MUNDO era un hijo de puta» (ANTENA 3 TV, 18.01.2009).

D. Miguel Temprano García: «Es como la chica que dejan colgada en un hotel. Se podía haber puesto en la cama…» (‘Espejo Público’, ANTENA 3 TV, 18.01.2009).

D. Jesús Pérez Mariñas: «Cuando Soraya Sáenz de Santamaría va a fiestas se viste bastante mejor a como ahí la han puesto. Soraya, no enseñes esos dedos percebes que tienes en el pie». (‘Espejo Público’, ANTENA 3 TV, 18.01.2009).

D. Raúl del Pozo Page: “Soraya es un pequeño y bonito cañón” (‘Espejo Público’, ANTENA 3 TV, 18.01.2009).

Dña. María de los Ángeles Santamaría Espinosa «Massiel»: «La foto es fea. Soraya Sáenz de Santamaría ha pecado de ingenua. El lobo [Pedro J. Ramírez], el maquiavélico, es perverso y es feroz. Ha dicho que la llevaba a pasear creyendo que iba al bosque y la ha metido en una ciénaga para que se la coman los propios reptiles que él paga y alimenta. El dueño de la ciénaga es el que le pone verde en un programa y en un filmado tirando de sus tirantes. » (‘Espejo Público’, ANTENA 3 TV, 18.01.2009).

17 Enero 2009

Soraya quiere ser una 'chica Almodóvar'

Federico Jiménez Losantos

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‘Maricomplejines’ quiere ser chica Almodóvar. Y para demostrarlo ahí está, cuidadosamente despeinada, en una habitación de hotel, sin más equipaje que las ganas de vivir otra vida, como cualquier señora con dos copas de más que huye del bodorrio con un desconocido o con el mejor amigo de su marido, dispuesta a pecar por todo lo alto, o sea, por todo lo bajo. Los simbolistas franceses hablaban de la nostalgie de la boue, que aquí podríamos traducir como el empeño de una señorita de Valladolid por parecer una flor del fango vestida de Lana Turner. Dice Raúl del Pozo que no es elegante matar a una mujer descalza, y menos con pie de futbolista argentino en pose de bailarina brasileña. Paco Rabal diría que lo propio de una señora decente es soñar con ser golfa por un día. Cuando las ministras de ZP posaron en Moncloa para Vogue, Rajoy dijo: «A lo largo de estos meses hemos visto muchos gestos.Y de los gestos hemos pasado, lisa y llanamente, al ridículo».O al centro. Zapatero siempre gana dos veces.

17 Enero 2009

Y encima, guapa

Juan Carlos Girauta

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La belleza, o el atractivo físico, han jugado a menudo a favor de los líderes políticos. Adolfo Suárez y Felipe González se beneficiaron ampliamente de su fotogenia, y, aunque nunca se comprobó estadísticamente, se admite que movieron a un importante segmento del voto femenino por atributos sin relación con la capacidad de gestión. La estatura y los ojos azules no son ajenos al repetido éxito de Zapatero.

¿Vale todo esto para Soraya? ¿La promociona políticamente de algún modo el habernos dejado unos segundos sin aliento? Sospecho que no. Y lo lamento. En primer lugar, ella no es la líder de su partido, de momento. Y no faltarán quienes vean en la hermosa foto que trae EL MUNDO un obstáculo para que llegue a serlo; ya puede prepararse para la terrible acusación de frivolidad.

Además, la explotación política de la belleza no ha funcionado, por lo que sabemos, con hombres. No recuerdo ahora mismo a una presidenta especialmente agraciada en ningún país del mundo, aunque mi memoria puede fallar.

Por desgracia, a una mujer tan joven, tan inteligente, tan poderosa y tan preparada como Soraya Sáenz de Santamaría no se le va a perdonar así como así que, encima, sea capaz de levantar la libido a media España. Y no me refiero, obviamente, a la media España del PP, que estas reacciones no hacen distingos, sino a la media España masculina y heterosexual.

Si Soraya lograra el efecto turbador que logra desde poses recatadas, por fortísimos encantos que, a pesar de sus esfuerzos, no consigue ocultar, tendría un pase. Pero estas fotos ilustran lo contrario: la muy saludable disposición a dejar que el objetivo de una cámara descubra, en una chica normalita, a una mujer irresistible. Va a enfurecer a sus congéneres, ya verán. Especialmente a las que ya se apresuran a negarlo.

17 Enero 2009

El posado

Isabel San Sebastián

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¡LA QUE ha liado Luis Malibrán con su fotografía de Soraya Sáenz de Santamaría en plan Gilda, luciendo palmito de femme fatale! (Enhorabuena, compañero). Habrá que madrugar mañana para hacerse con un ejemplar del Magazine de EL MUNDO, porque semejante aperitivo anuncia un reportaje histórico. La pregunta que corre todavía hoy de boca en boca es ¿por qué?

Pasada la perplejidad de las horas siguientes a la publicación de la desconcertante portada (durante las cuales los teléfonos del Grupo Popular echaban humo, con comentarios más o menos soeces a medio camino entre la disquisición anatómica y el estupor intelectual), lo que prevalece en el ambiente político-mediático es un gran signo de interrogación respecto de los motivos que han conducido a la portavoz de la oposición a quitarse las medias y los zapatos ante el redactor gráfico, para mostrar a los lectores de este periódico una faceta tan insólita de sí misma.

Hay coincidencia generalizada en que la foto no va a contribuir precisamente a reforzar el prestigio profesional de la retratada, cuya designación por parte de Rajoy como máxima responsable de sus compañeros en el Congreso ya levantó ampollas en su día y sigue provocando un malestar considerable entre muchos miembros de la bancada popular, que se consideran mejor provistos de méritos para desempeñar esa función. Más de uno/a se frota las manos, de hecho, ante lo que contempla como el principio del fin de «la jefa». Resulta evidente, por tanto, que la ambición no ha debido ser el motor que ha impulsado a Soraya a posar de semejante guisa.

Tampoco el PP, como partido, sale especialmente airoso del trance. Una cosa es cambiar de imagen, cumplir la Ley de Paridad o rejuvenecer a los altos cargos, y otra muy distinta volver a esos tiempos en los que lo mejor que podía exhibir una fémina eran sus piernas. ¡Con lo que nos ha costado desprendernos de ese sambenito! Es tan endeble la posición que hemos ganado las representantes del sexo «sospechoso» (como ella misma dice), que lo último que necesitamos ante los recalcitrantes del machismo son pretextos de ese tipo. No; al PP no le beneficia esto en absoluto.

Descartadas la ambición y el cálculo, queda la vanidad, que suele estar en el origen de muchos errores de bulto. La vanidad con la que los dioses ciegan a los hombres para mejor conducirles al abismo. Esa vanidad, tan típicamente masculina, a la que parecen apuntarse las mujeres que escalan alto en política. Claro que ellos suelen presumir de otros «talentos» mucho más aburridos.¿Para cuándo un caballero en calzoncillos de Calvin Klein?

18 Enero 2009

Caperucita

Carlos Boyero

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Sólo los niños, los disminuidos mentales y los habitantes del limbo tienen derecho a creer que el fútbol es sólo un deporte o que existen reglas en la guerra. Pero cualquier adulto con mínimas luces sabe que aunque el fútbol le regale placer, alimente la pasión, sea un bálsamo o un sumidero para la frustración cotidiana, te haga sentir que eres parte de algo, te otorgue calor y refugio o coartada para echar espuma por la boca y satanizar al rival, ante todo es un negocio de proporciones incalculables. Por lógica, es normal que el reparto de tarta tan opiácea esté controlado por el poder en todas sus turbias variantes: económico, político, social. Que la corrupción sea su coherente motor, que sus dueños y sus dirigentes sean mayoritariamente especuladores, banqueros, delincuentes legitimados, gente que va a amortizarlo (los casos de Berlusconi, Tapie y Jesús Gil son escandalosamente transparentes) como lanzadera y coartada para ejercer su abominable jefatura en la cosa pública, no puede ser la infame excepción sino la racional regla.

Esos profesionales del submundo político se permiten el lujo de castigar a un gladiador modélico como Kanouté porque ha tenido un intolerable gesto político al mostrar en el circo una camiseta con el nombre de Palestina, de los machacados impunemente, del atroz estado de las cosas. Exigen a los que generan su gran negocio que sean mudos, que estén robotizados y embrutecidos, que su original discurso se limite a «el fútbol es así, unas veces se gana y otras se pierde» y prodigios expresivos en ese estilo. Y da asco la doble moral de los mercaderes imponiendo la cláusula de descerebramiento a sus millonarios soldaditos.

A Soraya Sáenz de Santamaría no van a multarla por abandonar momentáneamente su papel e interpretar un deseo o un sueño, por el juego de parecer otra persona. Pero imagino su ataque de nervios o su desconsuelo al constatar la factura de su ingenuidad, un lujo que se pueden permitir los niños pero que supone un pecado en los políticos. A su edad, debería de conocer la fábula de la rana y el escorpión o las desventuras de Caperucita ante el lobo maquiavélico, sabio, perverso y feroz.

18 Enero 2009

Soraya, la foto, la rectificación de Rajoy y la inseguridad del PP

EL MUNDO (Director: Pedro J. Ramírez)

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MARIANO Rajoy defendió ayer en un programa de radio a su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, de las críticas de diversos medios de comunicación por haber accedido a fotografiarse para este periódico en actitud seductora para la entrevista que hoy publica el MAGAZINE en la sección A solas con… Lo curioso es que para elogiar a su portavoz, el presidente del PP vino a pedir disculpas por haber criticado en 2004 a las ministras de Zapatero, que posaron para la revista Vogue en La Moncloa con cuidado estilismo y elegantemente ataviadas con moda española.Entonces, Rajoy consideró que el posado de las ministras era «ridículo y lamentable», e incluso lo relacionó con la crisis del petróleo para concluir que el Gobierno no se tomaba las cosas en serio. Numerosos dirigentes del PP censuraron con dureza aquella fotografía.

Es pertinente preguntarse a qué obedece este cambio de posición.¿Incurrió Rajoy en una desmesura cuando criticó a las ministras del PSOE, o ha llevado tan lejos el giro que quiere imprimir al partido que está dispuesto a revisar incoherentemente sus propias posiciones políticas y declaraciones? Pueden achacársele ambas cosas. Ya en su momento, este periódico consideró exagerado el tono de las críticas de Rajoy al posado de Vogue, a pesar de que la foto en sí nos pareció un error. Ahora resulta imposible no relacionar el repentino arrepentimiento del líder popular con la orden transmitida por la dirección del PSOE a todos sus cargos para no hablar de la foto de la portavoz del PP. No deja de resultar curioso que ambos partidos se pongan de acuerdo para desactivar la polémica en torno a asuntos de los que todo el mundo habla. Conviene aclarar que el reportaje de una o varias políticas en un medio de comunicación es tan acto público como una comparecencia parlamentaria, por lo que puede ser debatido con la misma naturalidad.

Para desmontar algunos de los infundios que se han difundido, hemos de precisar que ninguno de los periodistas que participaron en la producción de ese reportaje pactaron restricción alguna sobre el uso de las fotografías. Tampoco la protagonista lo pidió, por lo que EL MUNDO no ha incumplido ningún compromiso ni mucho menos tuvo el propósito de perjudicar a nadie publicando la foto -que como dijo Rajoy es «muy bonita»- en primera página. ¿Quién puede discutir su interés periodístico? ¿No es habitual que todos los diarios reproduzcamos contenidos de publicaciones de otra periodicidad? La mejor prueba de que esa imagen era noticia es que cada uno tiene una opinión propia sobre ella. Mientras que algunos creen que se trata de una iniciativa atrevida, transgresora y audaz por parte de Soraya Sáenz de Santamaría, otros opinan que la instantánea contribuye a perpetuar el estereotipo de la mujer como objeto sexual. Curiosamente -a pesar del silencio socialista-, esta obsesión es la que impregna la totalidad de las políticas de igualdad del Gobierno y el leit motiv que lleva al Ministerio a censurar la exhibición de la sensualidad de la mujer en anuncios publicitarios.

¿Ha cometido un error la portavoz del Grupo Popular? Es opinable.Creemos que no. En todo caso, desde el punto de vista político su foto es mucho más defendible que el posado de las ministras, para el que se utilizó La Moncloa como si fuera una pasarela.Otra cosa es que este debate sería muy distinto si el PP estuviera fuerte en intención de voto. Seguramente la foto habría sido elogiada como una forma brillante e irónica de cambiar la vetusta imagen del partido. Pero como a perro flaco todo son pulgas, resulta que esta instantánea tan poco habitual de Sáenz de Santamaría puede ser interpretada como una metáfora de la realidad de un PP y un líder que no terminan de sentirse seguros del terreno que pisan.

19 Enero 2009

El posado

Edurne Uriarte

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Imagino por unos minutos un mundo en el que los medios de comunicación persiguieran a los políticos para ofrecernos su lado más sexy. A Zapatero semidesnudo, tumbado descarado e insinuante cual David Beckham en su anuncio de calzoncillos. O a Rajoy, que es más tímido, algo más vestido, con un esmoquin semiabierto, los pies descalzos, mirando arrebatador a la cámara como si fuera el mismísimo Andrés Velencoso a punto de revolcarse en la alfombra con su novia, Kylie Minogue.

Es posible que ocurra algún día cuando los medios conciban el mundo masculino a imagen y semejanza de Beckham y Velencoso, bellos rostros, perfectos y deseables cuerpos, pura fantasía erótica para mujeres. En la realidad y no en mi imaginación, los medios sólo persiguen a las políticas para estos menesteres. Puestos a frivolizar, a fantasear ya ponerse felinos delante de una cámara, ya se sabe, que lo hagan ellas. Y ellas, incapaces de resistir la tentación de ser las más perfectas, las más bellas, las más insinuantes, las más sexys, caen una y otra vez en el error. Ahora, Soraya Sáenz de Santamaría, antes, las ministras socialistas, y antes, Rosa Díez, que también tuvo su momento albornoz tendida sobre la cama de un hotel.

Hay estupefacción e irritación entre las mujeres por el posado de la portavoz popular, igual que la hubo por el posado de las ministras socialistas. Lo que me hace pensar que ni siquiera las mujeres más inteligentes y brillantes como son todas ellas conocen bien a sus votantes femeninas. Ni los medios de comunicación a sus consumidoras. Tan lejanas de su mujer ideal como los hombres del Rajoy del esmoquin o del Zapatero de los calzoncillos.

19 Enero 2009

Todos con Soraya

Julio Seoane

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La foto, aparecida en un periódico, es en blanco y negro o casi, porque el pelo que se ve es levemente dorado o, al menos, a mí me lo parece. Es un acierto el blanco y negro porque el color distorsiona el pensamiento y la imagen merece una mirada serena. La pierna derecha está en ligera flexión, resaltando así la curva perfecta de la rodilla, a diferencia del brazo del mismo lado que pende relajado hacia el suelo, ocultándose con modestia tras el muslo. El brazo izquierdo reposa su codo sobre una mesita, posiblemente para una maleta que no existe y que nadie echa en falta, la muñeca doblada y la mano suelta sin tensión alguna. Por el contrario, la pierna izquierda, al frente de la foto, está rígida y extendida hasta el empeine, no porque la varilla metálica de la mesa le atraviese la cadera produciéndole un espasmo, sino posiblemente por la práctica en danza clásica. La humedad, que impregna el pelo, parece de espuma de alta cosmética. No reposa sobre el plano horizontal del suelo, tampoco levita, pero se eleva ligeramente en un contexto austero, sin adornos ni motivos de distracción, aposentada sobre algo que resalta la levedad del ser. El rostro hace juego con el resto, insinúa una sonrisa que no existe y los ojos, algo perplejos quizá por no saber dónde está ni lo que hace, parecen confiar en la intención humana, en la bondad del prójimo.

No estoy de acuerdo en absoluto en la calificación sexista de la imagen ni en la malicia de los múltiples comentarios que provoca, siempre que sean dignos y adecuados. Algún día tendremos que hablar del neomacartismo que recorre nuestra sociedad y del nihil obstat que se necesita para abrir la boca bajo pena de engrosar las listas negras, a la antigua usanza, aunque ahora se conceda a través de mensajes telefónicos. Con permiso de la caza de brujas, me puedo imaginar perfectamente, en actitud semejante, a Rajoy o Zapatero, eso sí, con pantalones, o a Carme Chacón o de la Vega. Rubalcaba, lo confieso, me cuesta más, sin duda a causa de un prejuicio imperdonable, pero nadie es perfecto. No es cierto que Soraya esté a solas, todos estamos con Soraya, con la libertad de imagen, aunque también con la libertad de ver y de opinar.

Ella, la foto, es buena, verdadera y bella. Hace muchas décadas que verdad, bondad y belleza estaban reñidas entre sí, cada una por su lado, y mucho más en política. Muchos piensan que ese divorcio significó el comienzo de todos los problemas sociales que sufrimos en la actualidad. Pues bien, ahora tenemos un ejemplo donde el ménage à trois filosófico coincide de nuevo. Ética, conocimiento y estética de nuevo juntas bajo el símbolo de una imagen, algo difícil de criticar y mucho menos por los viejos políticos que rechazan a la nueva política.

Me esfuerzo por apartar la mirada de la foto y recorrer el resto de la portada del periódico. Will Smith, Calderón o el empleo por decreto me interesan poco. En realidad, la foto ocupa toda la portada. Pero observo de pronto que, por encima del propio nombre del diario, aparece una inscripción a modo de plegaria matutina que reza: «Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir» (Quevedo). ¡Cuánta sabiduría la de Quevedo y cuánta perspicacia por parte de los periodistas! Revela mucho pesimismo, eso sí, y desconfianza hacia ella, la política, quizá porque estamos en tiempos de crisis. Me es igual lo que digan, aunque sea por una sola vez y antes de leer su entrevista, me declaro creyente de la imagen de Soraya.