1 marzo 1932

La revista ACCIÓN ESPAÑOLA de Ramiro de Maeztu publica una dura crítica sobre la prensa republicana y sus propietarios

Hechos

El número de ACCIÓN ESPAÑOLA correspondiente al 1.03.1932 incluía un artículo sobre los periódicos.

Lecturas

La revista Acción Española realiza un análisis sobre los empresarios de prensa en España que incluye menciones a Nicolás María Urgoiti Achúcarro, a los hermanos Manuel Busquets George y Juan Busquets George, a Ángel Herrera Oria o a Salvador Cánovas Cervantes. Siendo especialmente crítico con este último del que considera que ‘acusa a todo lo existente’ y ‘carece de autoridad profesional’.

SOBRE LA PRENSA REPUBLICANA:

«Hasta casi la víspera de caer la Monarquía, la poderosa empresa de EL SOL y LA VOZ sigue las radicales inspiraciones de su fundador, D. Nicolás María de Urgoiti. Todo el mundo sabe que estos dos importantes órganos se crearon para defender los negocios de la Papelera Española. Igualmente se sabe que la mayor parte de sus accionistas son conocidos católicos y monárquicos de Bilbao. Pero no importa; con ese dinero de las derechas, el Sr. Urgoiti, hombre de extrema izquierda y hasta de ideología demagógica, hace campañas revolucionarias, aunque al principio apoyó la Dictadura. Ignoramos el origen de esa brusca evolución y de la hostilidad que desde entonces siente el Sr. Urgoiti contra el Rey y el Dictador. Más lo que no es posible ignorar, es el empeño con que ha propagado la causa revolucionaria atrayendo a sus filas a muchos intelectuales que permanecían alejados de las luchas políticas; adulando a la juventud rebelde, anunciando cuantas obras y publicaciones amenazan al viejo régimen, sobre todo esa literatura demoledora que parece estar ‘al servicio’ de los Soviets y de la Masonería.

Más habilidoso en su actitud, el multimillonario D. Juan March no se aferra heroicamente a ningún dogma político, sino a sus propios intereses y así tiene por la mañana LA LIBERTAD, diario radical republicano, y por la noche INFORMACIONES, periódico gráfico, bien informado, defensor del orden que reflejara un tímido monarquismo hasta proclamarse la República.  En LA LIBERTAD colabora toda la plana mayor de los herejes de Moya, los jacobinos de extrema izquierda y algunos emigrados revolucionarios que sueñan con hacer algún día el papel de Dantones y Robespierres. Rivaliza con ella, en celo sectario y en roja fobia anticlerical EL LIBERAL evocador del trust funesto, del ‘Maura, no’ y otras campañas que han servido a maravilla a los turbios elementos de la antipatía. Ahora EL LIBERAL, lo mismo que EL HERALDO DE MADRID, pertenecen a los acaudalados industriales catalanes Sres. Busquet, que hallan un pingüe negocio en excitar por medio de sus diarios, las más desenfrenadas pasiones demagógicas, inspirando el odio de clases y la guerra civil. La intención del HERALDO DE MADRID en sus campañas disolventes, es aún peor que la mala calidad de su papel y sus fotografías; lo cual, justo es reconocerlo, no disminuye en nada su éxito increíble entre esas clases populares ávidas de sensacionalismo.

Por las mismas razones los semanarios ilustrados de Prensa Gráfica que a menudo han contribuido a divulgar los héroes y sucesos revolucionarios, impresionan al pueblo con la idea de feroces represiones gubernativas. Y no olvidemos más tarde los éxitos callejeros de LA TIERRA, diario acusador de todo lo existente, fundado por un periodista y ex diputado conservador uque pretende, en su hoja, resucitar las glorias de Marat o Camille Desmoulins. Pero la difamación sistemática llega a fatigar hasta a los lectores más crédulos. Y eso le ha pasado a LA TIERRA, que aun en nuestro turbio mundo periodístico, carece de toda autoridad profesional».