10 septiembre 1981

El diario de DYRSA recuerda a Eugenio Suárez su pasado franquista y su condición de ex combatiente de la 'División Azul'

La revista SÁBADO GRÁFICO de Eugenio Suárez califica al periódico EL ALCÁZAR de ser ‘la peste española’

Hechos

El 16.09.1981 la revista SÁBADO GRÁFICO, que diría D. Eugenio Suárez, dedicó un amplio espacio al periódico EL ALCÁZAR de DYRSA, que dirigía D. Antonio Izquierdo

Lecturas

SABADO GRÁFICO había pedido que el diario EL ALCÁZAR fuera prohibido

D. Eugenio Suárez, propietario de EL CASO y SÁBADO GRÁFICO publicó en esta última revista editoriales pidiendo el cierre del periódico EL ALCÁZAR.

“La tolerancia de un órgano de expresión como EL ALCÁZAR, donde sujetos justiciables como J. Milans del Bosch y otros son presentados como héroes y hombres de honor, cuando se están comportando como rufianes y felones, siendo su lugar el penal y su uniforme el proscrito traje a rayas” (…)

“El constante martillero sobre la clase militar del estúpido periódico EL ALCÁZAR, propiciando permanentemente la sedición, la traición al Jefe de Estado y a la Constitución, sin que haya autoridad que ponga coto a tan gravísimo atentado. No es tolerable que continúe el enmascaramiento de opiniones en un diario cuya difusión no debe ser prohibida, sino prohibida, simplemente, su misma existencia” (SÁBADO GRÁFICO)

Estos comentarios motivaron sendas réplicas en las páginas de EL ALCAZAR del director y el subdirector del mismo, D. Antonio Izquierdo y D. Juan Blanco:

 

06 Septiembre 1981

LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Juan Blanco

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¡Lo que nos faltaba por ver!: SÁBADO GRÁFICO – que no sale los sábados y es molestamente gráfico – portavoz de dos camaleones de la categoría de don Eugenio Suárez y don José Ramón Alonso, correveidile este último de la línea política de mando del Palacio de Buenaviesta, pretende impartir lecciones de democracia, sentar cátedra de moralidad, constituirse en oficina expendedora o recaudadora de honor, denunciar a los franquistas renegados y exigir una revisión de capitanes, a parte, ¡cómo no! de exigir la desaparición de EL ALCÁZAR por decreto – primero hbará que rendirlo, digo – de cara al juicio público por la presunta rebelión militar del 23-F pasado. Ya en su número del 19 de agosto la misma revista pedía un pacto de la prensa democrática para ocultar a los lectores declaaraciones de los acusados y alegaciones de los defensores ante el Tribunal Militar, ‘limitándose a los hechos concretos’, esto es, hurtándole a los españoles la información que pueda perjudicar a los señores que subvencionan a tan energúmena revista, lo cual, aparte de ultrajar a la profesión periodística, es anticonstitucional.

¿Tan generosamente paga la nueva situación para que don Eugenio Suárez tire piedras contra su propio tejado, tan de vidrio quebradizo, con tan innumeras goteras y tan chapuceramente apuntalado? ¿Voy a tener que iniciar un serial con su biografía para explicar cómo y de qué manera hizo un capitalito en la Budapest ocupada por la Gestapo? ¿tendré que recordar a qué se debió su primera salida de España tras el atentado a una prestigiosa figura republicana? ¿me obligará a relatar la historia – que terminó en proceso – por ciertas ganancias derivadas de la proyección de películas ‘para amigos’ en determinado inmueble de las cercanías de Madrid? ¿Me empujará a escribir su biografía, para lo cual tendría antes que averiguar cómo obtuvo de don Gabriel Arias Salgado la exclusiva, el monopolio de las revistas de sucesos? o ¿quizá le apasiones que haga públicas ciertas conversaciones y escenas antiguas y modernas en Balmoral? Y al otro mentor de la revista, a D. José Ramón Alonso habrá que recordarle su brillante actuación en Altavoces del Frente, durante su Cruzadda de Liberación, y su dorada posguerra, dorada para él gracias a sus lengüetazos sonrojantes al Régimen, de sus cobas babeantes a personalidades, o los uniformes negros, botas altas y brazo en alto vinieran o no a cuento? (…) ¿Qué vamos a esperar de un ser con uñas de buitre, corazón de rata, tragaderas de boa, buche de pavo común, ademanes de pavo real, alma de raposa y cerebro de colibrí en cabeza de carabao? Aquí, ilustres mentores de SÁBADO GRÁFICO, el liguero alegre, sólo ha sido exhibido numerosas veces y por determinadas señora en DOuville. Que yo lo he visto.

Por lo demás, las llagas vivas de la España actual son las mismas que las de la pretérita: los aprovechados, los cambichaquetas, los tránsfugas, los robaperas y los golfos, si bien se ha añadido ahora el desgobierno y la democracia atípica. No se molesten en buscar otras, porque no las hay. Y trabajan, se acostumbren ustedes a ganar el pan con el sudor de sus frentes y a olvidar los fondos de reptiles, las nóminas oficiales y las protecciones inconfesables. Se sosieguen y se tranquilicen, ¡caramba! Este periódico no tiene la culpa de ser diariamente la voz de sus conciencias.

Juan Blanco

05 Septiembre 1981

TRIBUNALES POPULARES

Antonio Izquierdo

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Quienes conocemos de antiguo al presidente y director general de SÁBADO GRÁFICO, Eugenio Suárez, podemos asegurar con toda certidumbre que el origen de ese brutal ataque a EL ALCÁZAR, al teneinte general don Jaime Milans del Bosch y a otras dignísimas personas como el teniente coronel Antonio Tejero o a la familia Franco o el Sr. Girón de Velasco, no tienen en su origen en S. G. ni en el citado Eugenio Suárez. Eugenio Suárez escribe o publica a tanto la línea, porque como aseguraba en un lejano viaje de periodistas a bordo del crucero Galicia (junio de 1961 ‘Operación Foca’) ‘no ha tenido ni tiene más dueño y señor que el dinero’. De él se cuentan mil y un sucesos, como sus concomilitancias con nazis y fascistas durante la Segunda Guerra Mundial, sus denuncias de fugitivos judíos a los alemanes, sus entusiasmos indescriptibles a la sombra de Carlos María Rodríguez de Valcárcel, ¡el inolvidable y caballeroso Carlos María Rodríguez de Valcárcel y toda su biografía va signada con un mismo y único objetivo: dinero, venga de donde venga.

Como director de este periódico, ni me ofenden ni me irritan los exabruptos y las injurias que se vierten en esos párrafos, en los que entenderá el Juzgado correspondiente. Como ciudadano respetuoso con el sistema constitucional vigente (aunque discrepe de él, a cara descubierta y sin recibid una sola moneda) me estremece que biografías inmaculadas, como la del teniente general don Jaime Milans del Bosch, pueda ser destinatarias de tan gravísimos desahogos, al tiempo que me conmueve que unos hombres sometidos a procesamientos y a prisión preventiva, tengan que asistir a un torrente de infamias, insultos y delaciones como si fueran los periódicos quienes han de juzgar y sentenciar unos hombres, los del 23-F, sometidos a la institución judicial.

Durante mis vacaciones he leído una espléndida conferencia pronunciada en 1956 precisamente por el juez instructor del caso 23-F, general García Escudero, en torno a José Antonio. Hermoso y reflexivo texto que me ha dado mucho que pensar tanto por la serena inteligencia de su autor como por el equilibrio político en que se desarrolla. Creo que el señor García Escudero, a uqien no tengo el honor de conocer, puede juzgar y opinar en derecho sobre aquellos acontecimientos, pero así quienes han visto en el 23-F o una forma de ganar dinero o una oportunidad para el escándalo de burdel.

El auditor, los magistrados, así como los abogados defensores, se sentirán atónitos ante esta vista pública desvergonzada y pícara en la que individuos de la categoría moral de Eugenio Suárez se permiten insultar a unos generales jefes y oficiales sometidos como digo, a procesamiento y prisión preventiva. Otro Eugenio Suárez ocupa, simbólicamente, el sitial de los jueces puede constituir la más burlesca versión del Régimen democrático, si es que el Régimen democrático no remedia estos desmanes. Pero es lo triste que quienes conocemos a los individuos que manipulan con estas cuestiones, sabemos que no está en ellos el origen del Tribunal Popular y de esta desvergonzada audiencia pública de papel, sino en aquellos que disponen del dinero público y lo distribuyen, en fondo de reptiles, para saciar las sonrojantes apetencias de todos los E. S. que son, a lo que se ve, legión, aunque no lo proclamen y se arropen con la purísima toga de la libertad democrática a costa del honor ajeno.

Antonio Izquierdo

16 Septiembre 1981

COLZA-ALCÁZAR NO SE RINDE

Eugenio Suárez

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La insidia, el insulto, la calumnia, la amenaza, la maledicencia, la falsedad son el trasfondo de su transparente deseo de volver a un pasado en el que, quienes mueven los hilos de ese periódico gozaban de poder que no necesitaba límites. Pues bien, desde este semanario pedimos que se ciegue un pozo séptico que creemos amenazante para la sociedad.

La respuesta se convierte en injuria, calumnia y falsedad sobre las pocas personaas que hacemos SÁBADO GRÁFICO. Al dirigirse a unos lectores que erradamente conceden, suponemos, un créidto de veracidad a lo que se escribe en EL ALCÁZAR, resulta que quien esto firma es un polifacético personaje que ha llegado a la sima de las mayores vilezas por pura e irrefrenable maldad. Y me amenazan con ‘si contáramos esto, lo otro o lo de más allá». Quieren el cuerpo a cuerpo empleando como técnica la más absurda y estúpida difaramción.

Así, el propio director del diario, Antonio Izquierdo, alias ‘el Chino’ afirma – y esta es la única verdad – que me conoce de antiguo. ¡Y tanto! Como que hasta colaboró en SÁBADO GRÁFICO – número 858, del 10 de noviembre de 1973 – como periodista especializado en temas municipales que cobraba lícitamente sus artículos. Pero miente ‘El Chino’, como el pequeño bellaco que es, en todo lo demás (…)

Los empleados de EL ALCÁZAR mienten a sus lectores, sacan su propia basura interior para mantenerse en esa para ellos placentera condición de sicarios y lacayos de los viejos depredadores del régimen anterior. Yo no puedo descender a lanzar la especie de que su director Antonio Izquierdo ‘El Chino, persiguiese licencias de taxis durante su largo período de cronista municipal, porque es un rumor que ni me consta ni me importa: si tiene un chaletito en la Costa del Sol como afirma CAMBIO16, que suele estar bien informado, parece ser que se trata de un regalo que le ha hecho el opulento Girón de Velasco. Si es así, está más que merecido, pues ‘El Chino’ me dijo en mi despacho de SÁBADO GRÁFICO lo que nunca ha negado: ‘Me tiraría de un quinto piso si me lo pidiera Girón’. Eso es fidelidad, virtud que escasea entre los humanos y es común entre nuestros hermanos los perros.

Al resto, al innoble ‘Juan Blanco’, al columnista Emilio García Mier y a los que me favorecen con su animadversión, les devuelvo mi desinteresado desprecio. Porque no es por ahí, por la agresión verbal, escrita o como sea, por donde alcanzarán la razón. Esa es la cortina de humo, la tinta del calamar que oculta todo lo pernicioso que es para la actual sociedad la línea editorial de EL ALCÁZAR. Como la guinda diré que, hacia 1955 me fue ofrecida su dirección y ya entonces figuraban como detentadores de sus acciones Girón, Pinilla y otros, ahora vivos o muertos. El no estar clara la titularidad de la cabecera (que pertenecía a huérfanos de defensores del Alcázar toledano) y tener que dedicarme a lo que ya eran mis propias y boyantes empresas, hizo que no figure entre los directores de este rotativo.

Aunque no se den cuenta o no quieran dársela, son la peste de España, la peste infecciosa del golpismo, alentada por un grupo de elementos codiciosos que arrastra a gentes de buena voluntad. me niego a descender a la calumnia personal, porque comportar deliberada falsedad. Y ya soy mayor para ganar o conservar nada por tan estrecho y sórdido camino.

Eugenio Suárez