30 enero 2007

Rafael Ripoll abandonó el grupo dirigente para pasarse a las filas de España 2000

Manuel Canduela y Álvaro Peña reelegidos presidente y vicepresidente de la formación política Democracia Nacional

Hechos

El 30.01.2007 se celebró el VI Congreso de Democracia Nacional.

EL CONGRESO DE DN O LA CONFIRMACIÓN DE LO QUE DECIMOS

Ernest Milá

Blog: El Caracol

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Finalmente, después de indecibles dificultades y conspiraciones, tuvo lugar el congreso de DN, que pasara a la historia como el “sexto, el breve”. No duró una hora como auguró hasta el final la web de DN, pero tampoco se prolongó mucho más. Un congreso cuya única intención era la de refrendar estatutariamente, la presidencia de DN. Siempre habíamos dicho: son los últimos mohicanos de DN los que se darán cita. Así fue, el VI Congreso de DN fue el que todos augurábamos que iba a ser: el congreso en el que se evidenció la crisis terminal del partido.

En el momento de escribir estas líneas, todavía no se conocen los contenidos de las ponencias congresuales. ¿Por qué? Para no evidenciar su bajo nivel, su contradicción con las ponencias y conclusiones aprobadas hace dos años y cuatro meses. ¡Qué diferencia! ¡qué contraste! Sin apenas voces discordantes, más allá de las que ya se esperaban, cuando apenas setenta congresistas (un tercio menos que en el anterior congreso), la mayoría desconocidos, refrendaban a Canduela como presidente del partido, todos ellos evidenciaban lo que hemos venido denunciando hasta ahora: que unos pobres diablos que votan como presidente al individuo que en dos años ha autoaislado al partido, lo ha convertido en una irrisión, es simplemente una asamblea de ingenuos, amiguetes y despistados… nada parecido a un partido político.

Precisamente en el aspecto en el que este congreso ha sido menos opaco, en el de las invitaciones de asistentes, es donde más se evidencia la crisis de esta formación. Han asistido como invitados, Luis F. Villamea, “por Fuerza Nueva”, partido desaparecido hace veinticinco años, Alberto Torresano, del “grupo de Andrino” y José Luis Corral, del Movimiento Católico… negación mas absoluta –los tres- de cualquier rastro de “autonomía histórica”. Pero, donde las “invitaciones” son más significativas es en lo relativo a las “ausencias”: ni un delegado de AES, ni un delegado “exterior”, ni nada parecido.

En el acto de clausura, 125 personas, piadosamente contadas, en una sala con demasiados huecos como para poder eludir el hecho de que en doce años DN no ha logrado, ni siquiera en Madrid, hacerse con un hueco en la capital. Si exceptuamos los informadores de los distintos servicios de seguridad del Estado, los curiosos, los ex militantes que estuvieron pero ya no están, lo despistados y los habituales que no se pierden ni uno solo de estos saraos, la cifra de 125 asistentes al “gran mitin de clausura” del congreso, es una asistencia pobre sino miserable. Pero no hay –como hemos venido diciendo desde El Caracol- más cera que la que arde. Y en DN ya no arde nada, salvo ideas peregrinas (las pegatinas de marras), la pérdida de los horizontes ideológicos (de la autonomía histórica no quedan ni los rastros), los complejos enfermizos (“nos persiguen”, “están contra nosotros”, “estamos predestinados al triunfo”, “ahora sí vencemos”…). Ni nadie persigue a DN, ni nadie está contra DN, ni DN va a vencer, nido tiene posibilidad alguna de despegar… por que simplemente DN, como ha evidenciado este congreso, ya ha dejado de existir.