21 septiembre 1999

Las aspiraciones políticas del ex banquero fueron un rumor constante cuando este presidía el banco Banesto

Mario Conde acepta la propuesta de Teresa Gómez-Limón para ser el candidato de Unión Centrista-CDS en las Elecciones de 2000

Hechos

En septiembre de 1999 UC-CDS anunció que D. Mario Conde sería su candidato a la Presidencia del Gobierno en las Elecciones Generales de 2000. Una decisión que fue ratificada por la Asamblea Nacional de UC-CDS en octubre de 2000.

Lecturas

El 22 de septiembre de 1999 D. Mario Conde Conde, exbanquero, condenado por el caso Argentia Trust y en espera de juicio por el ‘caso Banesto’ (las acusaciones contra él solicitan hasta 50 años de prisión) anuncia que acepta la propuesta que le ha hecho la presidenta del partido político Unión Centrista-CDS, Dña. Teresa Gómez Limón, para que sea el cabeza de lista por Madrid y candidato a la presidencia del Gobierno por este partido en las elecciones generales del año 2000.

La decisión se produce en un momento en que UC-CDS, el partido fundado por el Duque de Suárez, sólo cuenta con representación relevante en dos capitales de provincia, Segovia (donde es alcalde D. José Antonio López Arranz) y en Zamora (donde su líder D. Luis Rodríguez San León, ya ha anunciado que se dá de baja).

D. José Luis Gómez Calcerrada (exsecretario general del CDS) que aún militaba en el partido, también ha anunciado su baja ante el ‘fichaje’ del Sr. Conde.

En septiembre de 1999 se hizo público que el financiero D. Mario Conde ha aceptado la propuesta que le habían hecho dirigentes de UC-CDS para que ingrese en el partido y, nada más producirse este hecho, se especula claramente la posibilidad de que sea el candidato a la presidencia del gobierno en las próximas elecciones generales. Esa parece ser tanto la intención de Conde como la de los dirigentes centristas. La presidenta de UC-CDS, Dña. Teresa Gómez Limón explicó el ingreso del banquero como “una cuestión de acercamiento mutuo, de proximidad ideológica. El partido tiene unas siglas y unos principios y hay coincidencia en los planteamientos generales, la idea es aglutinar en torno a UC-CDS a otros partidos políticos que quieran participar en un proyecto común de defensa de la sociedad civil”. El anuncio de Conde queda empañado por el hecho de que hace sólo dos días que el ministerio fiscal pidió para él 40 años de cárcel por el “caso Banesto”. Dirigentes del PP, PSOE y de IU han interpretado la decisión de Conde como un intento de lograr inmunidad parlamentaria. “Está buscando una salida a su situación” dijo un Portavoz del PP”. Más duro, el secretario general del PSOE, D. Joaquín Almunia que expresó su deseo que “no haya delincuentes en la política española, cada vez que he encontrado uno dentro de la política he hecho todo lo posible por echarlo” .

REVIENTE UC-CDS EN ZAMORA

En las elecciones municipales de 1999 los centristas de UC-CDS (que en 1995 habían sido borrados del mapa) lograron reaparecer en dos ayuntamientos: en Zamora y en Segovia. En el primero gracias a la combinación de históricos como D. Luis Rodríguez San León con escindidos del PP como D. Antolín Martín, los centristas han sufrido una gran eclosión tras la aparición del Sr. Conde que se ha caracterizado en una cadena de bajas y hasta expulsiones, como ha sido el caso del Sr. Rodríguez San León.

DIRIGENTES HISTÓRICOS CRITICAN A LA PRESIDENTA DE UC-CDS, TERESA GÓMEZ-LIMÓN

La posibilidad de que el Sr. Conde fuera el candidato de UC-CDS a las elecciones generales siguió desatando críticas en los días sucesivos, no sólo de PP, PSOE e IU, sino también de veteranos dirigentes del partido. D. José Ramón Caso, el que fuera mano derecha de Suárez, tachó de “deplorable” el intento de Conde de “capitalizar unas siglas caracterizadas por su comportamiento ético” y afirmó que la decisión de este de ser cabeza de cartel de UC-CDS tiene más que ver con una “reivindicación personal más que con otra cosa”. En parecidos términos se mostró el ex portavoz del partido, D. León Buil Guiral en una entrevista en CANAL PLUS “con todos mis respetos, Mario Conde no representa nada de lo que es el CDS”, manifestó. También los dirigentes expulsados de UC-CDS el mes pasado, Dña. Pilar Calvo y D. Luis Rodríguez San León aprovecharon para arremeter contra la actual dirección “creíamos que nos iban a vender al PP, pero resulta que nos han vendido a algo peor”. La respuesta de la presidenta de UC-CDS, Dña. Teresa Gómez Limón no se hizo esperar, Gómez Limón acusó a  D.Adolfo Suárez y a José Ramón Caso de haber dejado el partido “sólo, desolado y cargado de deudas en 1991”. Por su parte, el portavoz de UC-CDS, D. José Luis Roales dijo que la formación centrista “no admitirá lecciones de comportamiento ético de ningún otro partido”, en relación a las críticas de PP, PSOE e IU y aseguró que los planteamientos de Mario Conde y Adolfo Suárez son “calcados”.

EL EX SECRETARIO GENERAL DEL CDS SE DA DE BAJA

calcerrada_1 D. José Luis Gómez Calcerrada.

La entrada de D. Mario Conde en UC-CDS ha provocado reacciones inmediatas: D. José Luis Gómez Calcerrada, funcionario en el Ministerio de Trabajo y Secretario General del partido entre 1992 y 1993 ha decidido darse de baja en el partido. Aunque pueda influir moralmente, la noticia apenas tiene relevancia en la práctica, puesto que Gómez Calcerrada  se mantenía alejado de UC-CDS desde 1995. Sin embargo, no fue la única reacción, toda la ejecutiva de UC-CDS en Benavente ha dimitido en bloque. El polo opuesto es que tras la entrada de D. Mario Conde, otras 14 personas han decidido afiliarse al partido, en tanto que 7 se iban.

LA ASAMBLEA NACIONAL DE UC-CDS RATIFICA LA CANDIDATURA DE CONDE:

La Asamblea Nacional de UC-CDS (máximo órgano entre congresos) ha ratificado a D. Mario Conde como candidato a la presidencia del gobierno por la formación centrista en las próximas elecciones generales. La presidenta de UC-CDS, Dña. Teresa Gómez Limón apoyó contundentemente la elección de Conde al que definió como “un buen comunicador para difundir el proyecto del partido a la sociedad española”. La presidenta se refirió a las críticas recibidas por PP, PSOE e IU diciendo “lo que pasa es que al estar en los medios de comunicación, a mucha gente no le gusta que el CDS desaparezca y reaparezca, esta es la auténtica realidad del asunto”. El resultado de la Asamblea no dejó lugar a dudas:

  • A favor: 58
  • En contra: 12.

El resultado supone que D. Mario Conde ha sido apoyado por un 81% de la Asamblea, el Sr. Conde contó con los votos de todos los altos cargos del partido presentes: Dña. Teresa Gómez Limón, D. José Moreiras, D. Eusebio González Castilla y D. José Luis Roales. La oposición fue escasa, los pocos críticos que se presentaron, acusaron a D. Mario Conde de ser “demostradamente corrupto y que ha puesto en entre dicho al fundador del partido, Adolfo Suárez” y criticaron la supuesta actitud “dictatorial” de Dña. Teresa Gómez Limón.

26 Septiembre 1999

El polvorín del centrismo zamorano

José Luis Cabrero

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No resulta edificante contemplar el espectáculo ofrecido por los centristas zamoranos, ni sus pendencias y disputas con la dirección nacional del CDS-UC. Sus trifulcas, al borde casi de la agresión y mucho más allá de lo que debería ser el debate y la negociación, han terminado por poner contra las cuerdas a un partido que sólo existía en el recuerdo de los españoles y que mantiene en Zamora su último reducto, gracias, eso sí, a la labor infatigable del centrista por excelencia, Luis Rodríguez San León, hoy fuera del partido.

El caso es que al CDS entre todos lo han matado y él solito se ha muerto. Acabaron con él sus dirigentes nacionales cuando al olor del cargo público se arrimaron al resto de partidos nacionales. Lo terminaron de rematar cuando, en las últimas elecciones, los pocos centristas que quedaban se dejaron colar en las listas de las últimas municipales a los rebotados del PP.

Si a San León no le hubieran engañado con el tirón popular de Antolín Martín, el que se suponía iba a tener a cuenta de sus revelaciones en el caso Zamora, ahora no estaríamos hablando de crisis en el CDS provincial. Si los centristas de toda la vida no hubieran dado cobijo en sus listas a los desterrados del PP, no se habría producido este caos.

La queja de los centristas, los que de verdad llevan años de travesía del desierto manteniendo con vida un partido muerto, es que los recién llegados les han quitado «su» partido. Lo que no entienden es cómo Antolín Martín, o la diputada centrista, Carmen Laguno, se llevan los honores y los cargos del centrismo, alineándose con una dirección nacional que parece olvidar que más de la mitad de los cargos públicos del CDS en todo el país residen en Zamora. Esta provincia, que tenía que ser el ojito derecho de la presidenta nacional, María Teresa Gómez Limón, se ha convertido para el propio partido en un polvorín.

Los que ahora mandan en el CDS parecen olvidar que en un partido, los verdaderos protagonistas son sus afiliados y simpatizantes, que son los que a la larga, introducen la papeleta en las urnas, o los que levantan el dedo en las sesiones plenarias. Con el fichaje del banquero, habrá que ver si el CDS gana votos en todo el territorio nacional. Lo que está claro es que en Zamora el CDS ha perdido gran parte de su ya escaso crédito, muchos de sus ya pocos votantes y unos cuantos de sus limitados afiliados.

12 Octubre 1999

Conde no tiene el apoyo del CDS

Julián Laguna

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Sr. Director:

Ante la noticia ampliamente difundida por los medios de comunicación de que el Comité Ejecutivo Nacional de UC-CDS aprobaba presentar como candidato a La Moncloa por el CDS a Mario Conde, considero imprescindible como presidente de Guadalajara y miembro de la Asamblea Nacional por Castilla-La Mancha, realizar las siguientes puntualizaciones que eviten en lo posible el desgarro que se está produciendo en la militancia de toda España e informar a la ciudadanía del punto de vista que parece ser mayoritario entre los militantes de todo el país.

Si bien es cierto que Mario Conde no es un candidato sin mancha, no es menos cierto que tampoco era tanto un ejemplo a imitar cuando los conductores de opinión del país lo emborrachaban de incienso. Ahora no será tampoco tan perverso como lo pintan los que antes lo ensalzaban.

Entendemos que como ciudadano es muy dueño de establecer sus propias estrategias para conseguir sus aspiraciones.

Entiendo que «el golpe» como jactanciosamente lo denomina la presidenta nacional (Epoca, septiembre de 1999) es un auténtico golpe contra la militancia de UC-CDS y contra los principios básicos del partido fundado por Adolfo Suárez en 1982, que coinciden con los de UC-CDS, nuevo partido que desde noviembre de 1998 aglutina a la militancia de CDS (10.000 militantes) con los casi 900 militantes que se incorporaron a Unión Centrista. Entre estos principios básicos destacan el diálogo, la defensa de las libertades ciudadanas y la transparencia en la gestión. Los tres han sido pisoteados.

Nuestro segundo apellido, la D de CDS, quiere decir diálogo, que ha sido pisoteado al tomarse tal decisión sin contar con el segundo órgano decisorio del partido: la Asamblea Nacional.

Julián Laguna Martínez. Presidente UC-CDS de Guadalajara. Madrid.

18 Octubre 1999

Replica la presidenta del CDS

Mª Teresa Gómez Limón

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Sr. Director:

En contestación a la carta de Julián Laguna (EL MUNDO, 12-10-99), que contiene mentiras absolutamente flagrantes, he de puntualizar lo siguiente:

1. Que el Comité Ejecutivo Nacional, haciendo uso de sus competencias contempladas en los Estatutos de UC-CDS (artículo 31-f) propuso a don Mario Conde como candidato a la Presidencia del Gobierno, en sesión celebrada el día 22-9-99.

2. Que dicho acuerdo se sometió a la aprobación de la Asamblea Federal Nacional el día 2 de octubre de 1999, en sesión extraordinaria celebrada en el hotel Eurobuilding de Madrid, como es bien sabido por la opinión pública, ya que dicha información apareció en todos los medios de comunicación.

3. Que en dicha sesión, cuyo debate duró más de cuatro horas (de 11.00 a 15.15 horas), todo miembro de la asamblea que lo quiso pudo intervenir para exponer sus razones, bien a favor o en contra de la propuesta, entre los que lo hizo el propio señor Laguna, firmante de la carta.

4. Que después del debate y en votación secreta el resultado fue el siguiente: 83% de los votos a favor, 17% de los votos en contra y un voto en blanco.

5. Que el señor Laguna en su intervención, aunque se mostró en contra, alegando planteamientos asamblearios que no contemplan nuestros estatutos, no ahorró elogios hacia la persona del señor Conde, que estuvo presente en dicha sesión.

6. Que UC-CDS es un ejemplo de partido democrático, donde existe el diálogo, el debate político y una democracia auténtica que supone respetar las decisiones de la mayoría en los órganos competentes, lo que no parece gustarle demasiado al señor Laguna, que utiliza esta clase de mentiras en sus escritos.

7. Que el señor Laguna se autotitula presidente de UC-CDS en Guadalajara, cuando, demostrando un concepto obviamente vitalicio de la política, hace más de 10 años que no realiza un congreso en esa provincia a pesar de que nuestros estatutos contemplan los mandatos tan sólo por tres años. ¿No será que este señor teme no ser elegido democráticamente?

Mª Teresa Gómez-Limón. Presidenta Nacional de UC-CDS. Madrid.

01 Enero 2000

Democracia cautiva

Mario Conde

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Los comportamientos de muchos políticos profesionales y sus terminales mediáticas alcanzan  en estos últimos tiempos un grado de cinismo de tan nivel que comienzan a afectar seriamente a la credibilidad del sistema democrático, a lo que constituye realmente su arquitectura de valores.

Cuando anuncié mi deseo de ser candidato a la Presidencia del Gobierno por el CDS, la reacción más inmediata, aparte del insulto y otras lindezas, consistió en afirmar públicamente, con citas de supuestos juristas expertos, que la Constitución española – nada menos que la Constitución — me impedía ejercer ese derecho fundamental. La razón residía en que la condena por el asunto Argentia Trust no se habría cumplido en su integridad el día de las elecciones generales. Por tanto, además de soportar la cárcel durante más de un año, los sufrimientos que conlleva, el sacrificio patrimonial, todo ello por un dinero que jamás estuvo ni directa ni indirectamente en mi bolsillo, si todo eso no fuera suficiente, debía soportar la pérdida del derecho de sufragio pasivo, la posibilidad de ser votado por quienes lo consideraran oportuno.

El Código Penal de 1995, obra de Belloch, manifiestamente mejorable en muchos aspectos, tuvo el acierto de puntualizar que un derecho fundamental como el de ser elegido no podía eliminarse más que si alguien era expresamente condenado a ello, circunstancia que no se debía entenderse  modificada en este punto, y, en consecuencia, el camino libre y expedito para que mi candidatura fuera proclamada por la Junta Electoral. Pues no. A pesar de la claridad argumental, se insistió, sobre todo desde EL MUNDO y con menor tono desde EL PAÍS, en que además de otros atributos en mi humilde persona concurría el de inelegible.

Mi reacción fue tan inmediata como directa: ¿Cómo plantea alguien privar a la gente, a ese pueblo al que califican de soberano, del derecho a votar a quien prefiera? ¿No es, acaso, esencial a la democracia que un sujeto pueda votar y ser votado sin restricciones?

¿Tiene el menor viso de seriedad utilizar una supuesta estratagema jurídica – por demás burda – para artificiosamente impedir que un ciudadano se presente a unas elecciones generales? En fin, todo ello indicaba que la aparición en la escena política de mi persona liderando un viejo partido democrático como el CDS parecía producirles mayor preocupación que la que transmiten al exterior con tonos descalificadores.

El 11 de febrero de 2000, la Junta Electoral Central no encontró impedimento legal alguno para que pudiera encabezar la lista del CDS al Congreso de los Diputados. Por supuesto que el diario EL MUNDO , que había defendido con fuerza mi inelegibilidad, no consumió ni una sola línea en reconocer su error, tal vez porque sabía que se trataba de un error jurídico desde el primer instante y que, a la vista está, las presiones políticas no han dado resultado.

El espectáculo proporcionado por muchos políticos en torno a la situación en Austria, y en concreto, respecto del FPÖ, el Partido Liberal que lidera Haider, me parece fascinante. Al inicio de los primeros compases electorales,  además de asegurar que tal partido se teñía en su interior de proposiciones fascistas y racistas, con reminiscencia veladas a los asesinatos de judíos en la Alemania de Hitler, indicaban que la sensatez del pueblo austríaco impediría que una organización política del tal naturaleza recibiera más allá de un puñado de votos.

Reconozco que no tenía excesiva información sobre el personaje y menos aún sobre su partido que, al parecer, perteneció a la Internacional Liberal. Nunca había leído declaraciones de Haider en el sentido indicado por los políticos y los medios europeos que enfatizaban con fervor religioso en su anatematización como extrema derecha, xenófobo y admirador de Hitler. Suponía que algo de verdad habría en tales posicionamientos y que, en consecuencia, resultaría difícil que recibiera el voto masivo de los austríacos, a pesar de que algunos aseguran que se tata de un pueblo sustancialmente racista.

Llegaron las elecciones y resulta que el partido de Haider fue el segundo más votado y a punto estuvo de encaramarse a la primera posición. La conmoción fue inmensa. Los dos partidos políticos tradicionales, la derecha y los socialdemócratas, perdían su tradicional hegemonía, rechazados por el pueblo austríaco que en gran medida se decantaba por Haider. Los titulares de los medios de comunicación enfatizaban que la extrema derecha xenófoba  se convertía en la segunda fuerza política austriaca. Señales de alarma se encendieron en los estados mayores de los políticos profesionales a lo largo y ancho de la geografía europea.

Comencé entonces a interesarme por el personaje y me di cuenta de que lo único que fui capaz de encontrar para atribuirles carácteres tan duros como admirador de Hitler fueron, al parecer, unas referencias a la política de empleo del III Reich, negadas por el propio Haider. Hace apenas unos días, en un reportaje del diario EL PAÍS, la corresponsal aseguraba que ese pensamiento prohitleriano no se manifiesta expreso sin que percibe gestualmente. Utilizar el lenguaje corporal indirecto para atribuir posiciones políticos de tal guisa, me parece más propio de un adivino del tarot que de un político profesional o un periodista. En todo caso no resultaba imprescindible tomarse el asunto en serio porque los dos partidos tradicionales, los dos de siempre, se encargarían, una vez más, de formar gobierno en Austria y de aislar al líder calificado de ultra derechista.

Fracasaron las conversaciones y los austríacos se encontraron con un doble camino: o pactar con Haider, o volver a convocar nuevas elecciones. Posiblemente les habría gustado la última fórmula, pero no se atrevieron por el fundado temor de que el FPÖ llegara a ser el más votado de Austria. Así que la derecha anunció que iniciaba las conversaciones con el FPÖ.

Desde los confines de la tierra se alzaron voces contra semejante dislate. La presión exterior, la de otros países alcanzó tintes tan insólitos que se vestía de grotesca. Se amenazó con expulsar a Austria de la UE si el partido de Haider llegaba a ocupar alguna cuota de poder gubernamental. Clinton, desde Estados Unidos, se unía la festejo. Se azuzaba a la opinión pública europea a manifestarse en contra de la negociación. Se anunciaban catástrofes sin límites para el pueblo austríaco, incluida la demolición de su economía. Aznar pidió que se echara a los conservadores austriacos del Partido Popular Europeo, que no se recibiera a sus ministros, que se cometiera con ellos faltas de educación, en fin, una sucesión de dislates que llegaron al paroxismo cuando en las páginas del diario EL PAÍS alguien escribió que debíamos revisar los valores de la democracia, asegurando que el principio de un hombre, un voto no podía aplicarse a personas como Haider que no eran del sistema y, por tanto, lo mejor era declararle inelegible.

Agobiado por el acontecer, me vi obligado a reflexionar un poco. El FPÖ que lidera Haider, ¿es un partido legal, inscrito en su país? ¿Cumple los presupuestos constitucionales para ser admitido como tal en la arena política? ¿Defiende en su postulado ideológico algún principio esencial que atente de manera directa e inmediata contra los derechos humanos? Si es así, la cuestión es clara: hay que ilegalizarlo. De otra manera, si el partido es legal y cumple con todos los requisitos y presupuestos ideológicos, ¿Quiénes son el resto de Europa – incluido Clinton – para lanzar anatemas de quien puede y quién no puede ser elegido?

De nuevo el fantasma de que la democracia es un régimen que conviene a los países siempre que salgan elegidos los políticos de siempre, pero si alguno desde fuera del sistema se presenta con intenciones de cambiarlo, los profesionales no dudan hasta en volverse contra sus propios postulados afirmando que si quien elige el pueblo no les gusta, entonces el pueblo se equivoca.

No se trata de ofender a Haider o a su partido. Se trata de ofender al pueblo austríaco que le ha votado, a la sustancial parte del pueblo austríaco que le ha votado. No se puede afirmar que todo hombre tiene derecho a votar para luego pretender eliminar las consecuencias del voto. Para eso es mejor decir públicamente que los profesionales de la política quieren un nuevo derecho a votar para luego  pretender eliminar las consecuencias del voto. Para eso es mejor decir públicamente que los profesionales de la política quieren un nuevo derecho de sufragio pasivo, una especie de sufragio censitario, es decir, que ellos y sólo ellos pueden ser elegidos. El pueblo tienen derecho a votar, pero exclusivamente a los que la casta política designe como elegibles.

Cada día se fortalecen mis convicciones de que este sistema no funciona más que para los instalados en él, eso sí, con el precio que pagan la sociedad y el individuo en el terreno de las libertades reales. El modelo es siempre el mismo: la cultura, la economía, las finanzas y la política deben ser necesariamente controlados por quienes se ajustan a la definición del sistema. Obviamente los medios de comunicación deben seguir el mismo trazado. Para conseguirlo se imbrican empresas, finanzas y medios de un comunicación en un mismo y único entramado. Lo bueno consiste en que el entramado carece de soporte ideológico distinto al de poder por el poder. Por eso cuando suceden casos como el de Haider se deslizan directamente hacia el dislate, y ello ilustra a buena parte de la sociedad que permanecía ciega o, como mínimo, aturdida por la velocidad de los acontecimientos. Afortunadamente cada día son más los que comienzan a ver claro.