26 mayo 1979

El mayor atentado de la extrema izquierda producido en España

Matanza del GRAPO en Madrid: una bomba en la cafetería California 47 sega la vida de ocho personas

Hechos

El 26.05.1979 estalló una bomba en la Cafetería California 47 acabando con las vidas de ocho personas.

Lecturas

El 26 de mayo de 1979 se produce un atentado con bomba en la cafetería California 47, centro al que con frecuencia acuden figuras conservadoras por estar en las cercanías de la sede del partido político Fuerza Nueva. Mueren asesinados. Dña María Teresa Alonso de Celis, D. José Martínez Argüelles, Dña. María Hurtado de Villa, D. Ángeles López de Sa Basabe y D. Fernando Manso García.

La matanza ha sido realizada por un comando de los GRAPO formado por Dña. Carmen López Anguita y D. Alfonso Rodríguez García a las órdenes del dirigente de esta formación terrorista marxista D. José María Sánchez Casas.

VÍCTIMAS MORTALES DEL ATENTADO:

Dña. Benita Vázquez

Dña. Perfectina de la Fuente

D. José Martínez Argüelles

Dña. María Hurtado Ramírez

Dña. Elvira Díaz Ordóñez Batlly

Dña. María Teresa Alonso de Celis

Dña. Angela López de Sa Bassave

D. Fernando Manso García

LOS ASESINOS

sanchez_casas Sánchez Casas, líder del GRAPO, fue considerado el ‘cerebro’ de aquel atentado como máximo líder de la organización.

perez_hernandez_lopez_anguita Carmen López Anguita y Pérez Hernández fueron los autores materiales de la matanza. Fue ella quien colocó la bomba en la cafetería.

¿ATENTADO CONTRA FUERZA NUEVA?

atentadoFN La elección del local no era casual. La cafetería California 47 estaba identificada como un bar al que acudían con frecuencia personas de ideas conservadoras. Era, entre otras cosas, el local más próximo a la sede del partido político Fuerza Nueva de D. Blas Piñar, identificado frecuentemente con la etiqueta de ‘ultraderecha’ por la prensa.

 

27 Mayo 1979

La estrategia de la tensión

EL PAÍS (Director: Juan Luis Cebrián)

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TRATAR DE disminuir la gravedad de los sucesos de este fin de semana en Madrid sería un intento inútil. Estamos contra la utilización culpable que los líderes de la extrema derecha hacen de la sangre de los españoles para arrojarla contra el Gobierno o contra el régimen como si fuera un panfleto o un discurso. Cuando nuestros ciudadanos y nuestros militares mueren por la acción de una banda de comunes delincuentes y manipuladores de sentimientos y siglas políticas, lo menos que puede hacerse es respetar su sacrificio, pero no utilizarlo en una vergonzosa acción de enfrentamiento civil. Pero no hay que confundir tampoco esta deleznable actitud que señalamos con la comprensible indignación y el dolor, que compartimos como personas y como españoles, de aquellos cuerpos profesionales más castigados por la acción del terrorismo, de aquellos sectores de población -y muy notablemente el pueblo vasco- más amedrentados por las metralletas y las bombas. Y tampoco hay que eximir por eso al Gobierno de las responsabilidades que asumió al ganar las elecciones ni de la crítica frente a su ya preocupante inactividad en la resolución política de los graves problemas qqe nos aquejan.Por lo demás, ¿qué se puede decir de nuevo ante una situación ya trágicamente cotidiana demasiado familiar para los españoles?

Sólo veinte países entre los 160 que exis!en se rigen por sistemas democráticos, en el común entendimiento occidental del adjetivo. España acaba prácticamente de ingresar en este club que, además de restringido, no tiene ninguna fórmula mágica y unitaria para la resolución de los problemas públicos. Desde el presidenciaIismo estadounidense a la Monarquía parlamentaria española hay una serie de teorías sobre la aplicación de la democracia que encuentran su común denominador en la defensa de los derechos humanos y las libertades públicas mediante el recurso al sufragio universal, el sometimiento del poder ejecutivo al legislativo, la Independencia del poder judicial y el respeto a las minorías políticas.

Tener esto en cuenta desde nuestra perspectiva es conveniente para poder acceder a una mejor comprensión de lo que está pasando y de lo que pueda pasar. Cuando se escribe o se habla de «normalización democrática» o de «acceso a la democracia» hay que dejar constancia de que se trata del acceso a un sistema de valores que, por su implícito respeto a las libertades, es frágil, vulnerable, obviamente minoritario y sujeto al acoso de quienes creen antes en la razón de la fuerza que en la fuerza de la razón.

Así, lo que está pasando en España, los asesinatos de militares el viernes, el espeluznante atentado de ayer en una cafetería de lo que en Madrid se viene entendiendo temerarl amente como «zona nacional», lo que pueda suceder hoy. Día de las Fuerzas Armadas. todo lo que ha venido ocurriendo en España desde al menos 1968 (año en que brota el terrorismo seriamente organizado), lo que ocurra en un inmediato futuro en materia terrorista, está en los manuales de teoría política y debe aceptarse sin ninguna resignación, pero con la misma lucidez y frialdad con que planean su estrategia los terroristas y sus mentores: sin perder de vista la manipulación partidista que de las repercusiones emocionales del terrorismo hacen otros enemigos de la democracia.

En vida de Franco, y antes de que fuera público su declive fisico, el terrorismo apuró sus objetivos asesinando primero al garante teórico de la continuidad del régimen y dejando luego en dique seco el tímido «espíritu del 12 de febrero», planeado como tregua política por Carlos Arias: bastó para ello volar la cafetería Rolando en la calle del Correo. Reimplantada la democracia, la estrategla de la acción-represión-acción es sustituida por la estrategia de la tensión, ensayada hasta la saciedad en Italia, que golpea primero sistemática y selectivamente a los estamentos sociales decisivos: Fuerzas Armadas y de Orden Público, judicatura, fundamentalmente. Una segunda escalada es la agresión a los ciudadanos indiscriminados (como ayer en Madrid), sean panaderos, en Euskadi, o simplemente, clientes de un bar. Se trata de hacer cundir el pánico de modo y manera que absolutamente nadie se sienta seguro. Si de añadidura se provoca el atentado en un lugar corno la cafetería California, que había adquirido caracteres simbólicos para la extrema derecha, la provocación garia ya todo su sentido.

España, como Italia, parece haber entrado de lleno en la diabólica partida de aledrez de la estrategia de la tensión, en la que confluyen revolucionarios utópicos, marginados de las sociedades industriales, mercenarios y agentes internacionales. La urdímbre de este confuso tejido será por mucho tiempo -si no por siempre- un misterio insondable en que a lo más se pueden atisbar remotos intereses cifrados en la permanencia de regímenes débiles en la Península Ibérica y, en general, en la cuenca occidental del Mediterráneo.

Y la verdad es que contra esta sangrienta estrategia terrorista, la filosofia democrática no ha levantado por su parte estrateola alguna de contención, al margen de la elemental renuncia a entrar al trapo de la provocación que ya rutinarlamente tiende el terrorismo. Ello no implica que, al menos en el caso español, se encuentre agotado el arsenal de recursos de contestación al terrorismo. El Gobierno, sin embargo, lleva más de sesenta días barajando los cargos administrativos, y en medio, una irritante inercia política, particularmente grave por lo que respecta a la solución autonómica del País Vasco. ¿Cuántas veces se ha pedido al señor presidente del Gobierno que tomase la iniciativa en este tema? ¿Qué espera para hacerlo?

En cuanto a la seguridad del Estado, el panorama no puede ser más desolador. Son ya más que evidentes los desentendimientos entre sectores de la autoridad judicial y otros de la policía, mientras la caja fuerte con los secretos del Estado, que el señor Suárez encontró pavorosamente vacía a su entrada en la presidencia del Gobierno, continúa poblándose de telarañas.

A corto plazo, la permanencia de España en ese civilizado y escaso club de países democráticos está condicionada al trabajo de un equípo político capaz de sacar al país de su perplejidad y su naciente desesperanza. Es responsabilidad de UCD saber construir ese equipo y no aplazar por más tiempo decisiones fundamentales. Y es responsabilidad de todo político y todo hombre que crea en la libertad y en la democracia no excitar las conciencias desde las tribunas y agitar las emociones. Pues no el que habla más de la patria es el que mejor la sirve.

27 Mayo 1979

¡Basta!

EL IMPARCIAL (Director: Julio Merino)

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Se han desatado los odios. No se trata ya de problemas de orden público, ni se trata de un terrorismo aislado. Es una guerra declarada con todas las consecuencias. Una guerra en la que las Fuerzas Armadas no son sino dianas maniatadas de tiro al blanco del enemigo; la Corona, ultrajada; el Gobierno, incapaz, y la sociedad entera, atormentada y asfixiada de miedo y terror. Anoche, el ambiente de Madrid era de auténtico terror. Se temía una noche de matanzas y de odios. Es una guerra declarada contra España y decir lo contrario es engañarse y engañar a la opinión pública. Y es esa misma opinión pública la que grita ya de modo unánime: «¡Basta ya! ¡Esto no puede seguir así!».

Es inútil que el Gobierno pida serenidad, porque el Gobierno es el principal culpable. Es inútil que el Gobierno haga promesas porque a esas promesas el enemigo contesta con nuevos atentados. Si el ministro del Interior decía el viernes que encontraría a los autores del atentado contra los militares hasta en el centro de la tierra, ayer, el nuevo atentado de la cafetería California 47 le ha demostrado que no tiene que moverse de Madrid para encontrar a lso enemigos de España, porque él sabe quiénes son y dónde pueden encontrarlos. Otra cosa es que las conveniencias políticas, los acuerdos y los pactos aten las manos al propio Gobierno, a los agentes de las Fuerzas del Orden Público, a las Fuerzas Armadas y a la propia justicia.

El atentado de California 47 tenía un objetivo premeditado. Sin embargo, la mano cobarde y asesina no ha dudado en matar a otros seres que nada saben de política. Y unos y otros, todos los españoles de bien, los que no quieren la destrucción socavada y premeditada de España, son los que gritan: «¡Basta!». Ante la incapacidad del Gobierno, puede llegar la hora en que los españoles, para salvar la vida, el honor y la patria, se tomen la justicia por su mano. Y ese día, que cada hora que pasa avanza inexorablemente a un ritmo vertiginoso, ese día, repetimos, volveremos a encontrarnos inmensos en una guerra civil. Una guerra entre España y la sociedad española, contra la anti-España y quienes quieren destruir esta sociedad.

28 Mayo 1979

Lo más urgente

EL ALCÁZAR (Director: Antonio Izquierdo)

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La libertad se ha utilizado contra la unidad, contra la paz, contra la moral pública y contra la sinstituciones. Es decir, para la destrucción de aquello que a cualquier precio debe poner a salvo cualquier régimen. No es este el momento de profundizar en el análisis de las causas determinantes, aunque particularmente nos complacería mucho, para demostrar que las consecuencias a que hemos llegado fueron anticipadas, una tras otra, desde estas columnas, leales a España por encima de bandos y de colores. Pero lo que importa ahora es contener la riada, que ha desbordado los muros de la prensa.

No apuntalar a un Gobierno que no se tiene en pie, aunque esa parece ser la meta única de algunos, agarrados a la corrupción como a una tabla en el naufragio. Todavía ayer, en medio del dolor y de la ira unánimes, la preocupación de un periódico al dictado del Gobierno era que el dolor y la ira no se vuelvan contra al Gobierno. Pues, ¿contra quién, entonces? Ya sabemos que son otros muchos los corresponsables, pero en estos momentos lo primero es que el timón se tenga con firmeza.

Necesitamos un Gobierno por encima de los partidos, a salvo de la menor duda de complicidades exteriores e interiores, decidido a imponer a la paz social, el orden público, la autoridad de las instituciones y, por encima de todo, la unidad de España. Llegamos más allá en nuestros deseos, pidiendo el establecimiento de un sistema de justicia social en el que los trabajadores y los empresarios n0 tengan que resolver sus pleitos por la fuerza.

Eso, por ahora. Eso es lo urgente, lo inmediato. Para eso hay que pedir todas las colaboraciones y, si preciso fuera, los silencios imprescindibles. Se trata de salvar lo permanente, aquello que no debe caer porque nos arrastaría a todos en su derrumbamiento.

Hablamos desde nuestra lealtad a España, al pueblo español. Es más, interpretamos con esta actitud el sentimiento de la inmensa mayoría, que no tiene intereses en la corrupción, la ruina o la violencia. No queda tiempo, están agotados ya todos los plazos. paradójicamente, ha sido el terrorismo el que ha muesto en hora, con las campanadas del goma-2, los relojes de España entera. Mañana puede ser tarde.

El Análisis

UN SÍMBOLO DE LA DERECHA

JF Lamata

La decisión de poner una bomba en la cafetería California 47 no era una elección casual: aquella cafetería estaba situada a apenas una manzana de la sede de Fuerza Nueva y en frente de una Iglesia, por lo que estaba considerado un lugar de reunión de gente de avanzada edad y de ideología cercana al franquismo. El objetivo, por tanto, prioritario para un grupo terrorista de ideología marxista como era el GRAPO.  Suponía un tipo de terrorismo especialmente cruel porque no se buscaba matar a nadie en concreto sino que era un atentado indiscriminado.

J. F. Lamata